(226) Genealogía de lo político- teológicamente correcto, III: sentido de la vida y odio a la abstracción
1.- El odio a la abstracción, que caracteriza al personalismo radical, impide una adecuada comprensión del fin último del hombre, cognoscible por la fe.
Para el personalismo radical, la conversión no puede ser expresada en lenguaje objetivo, sino sólo experimentada subjetivamente, siendo así hurtada a la razón, que queda desconectada de la fe teologal.
La mala catequesis fenomenológica, tan de moda en los últimos cincuenta años, prefiere suscitar experiencias de sentido, en lugar de enseñar los contenidos objetivos de la revelación.
Uno de ellos, según el tomismo, y muy principal, es la afirmación de la visión beatífica como fin último sobrenatural del hombre creado y elevado.
Pero por influencia existencialista, sin embargo, se cree en general, como lugar común de evangelización, que a descubrir el sentido de la vida (el fin último) no se llega, por gracia, a través de un acto excelsamente razonable de conocimiento teologal (la fe), sino por una experiencia, un diálogo no mayéutico, un místico encuentro extraeclesial, como el que gusta al luteranismo o a las mil y una sectas protestantes.
Confundir la aspiración gratuita al fin último, con la búsqueda del sentido natural de la existencia humana, es el gran error de muchos evangelizadores actuales.
La desconfianza de la razón, consecuencia de esta crisis de fe que vivimos, ha generado una alternativa posmoderna a la noción tradicional. Esta opción no es más que un vago sentido dramatúrgico de la vida, que tanto atrae a los fenomenólogos.
Volver a Padres y Doctores escolásticos, y abandonar consejo de psiquiatras y dramaturgos, es vital para reaprender a pensar el destino final del hombre, y comprenderlo con fe y razón.
Ya lo dice la paremia clásica: Allégate a los buenos y serás uno de ellos. A bonis bona disce, aprende de los buenos las buenas cosas. Allégate, cristiano, a Padres y Doctores escolásticos, y asimilarán tu mente a la de ellos. La novedad es mala hostelería para el católico.
EL ODIO A LA ABSTRACCIÓN. VICTOR FRANKL
2.- El rechazo de la abstracción.- Es la caracteristica esencial del existencialismo. Y lo ha heredado la posmodernidad, que es su legado. Para difundirlo, acude a divulgadores, como el psiquiatra Victor Frankl (1905- 1997), que afirma:
«Dudo que un médico pueda responder a esta pregunta con nociones genéricas, pues el sentido de la vida difiere de un hombre a otro, de un día a otro y de una hora a otra. Por tanto, lo que importa no es el sentido de la vida en formulaciones abstractas, sino el sentido concreto de la vida de un individuo en un momento determinado» (V. FRANKL, El hombre en busca de sentido, Herder, Barcelona 1979, p. 131)
El sentido de la vida en formulaciones abstractas del que habla el fundador de la logoterapia, no es otro, como decimos, que el fin último, tal y como la tradición metafísica de la Iglesia, y en especial el tomismo, ha enseñado siempre. Frankl desconfía, parece, del numen heredado, sustituyéndolo por un vago concepto axiológico de la búsqueda de la verdad, en su acepción eudemónica.
Causa dolor que en la formación católica del clero y del laicado, en general, durante los decenios posconciliares, haya desaparecido prácticamente la referencia al fin último sobrenatural, sustituido por un vago concepto naturalista del sentido de la vida.
Es en definitiva un cambio de nutrición de la mente católica, una irresponsabilidad dietética de la mente posconciliar. Una cosmovisión, una Weltanschauung, extremadamente proclive a la Moral de Situación, en que se subordinan las esencias a las existencias: una mutación del alimento espiritual, en que cada cual descubre su malnutrición, pero no quiere reconocerla. Es la gastronomía del avestruz. Por mucho que se compruebe el daño, se sigue actuando al caso, como si nada sucediera.
Adviértase cómo Frankl termina de exponer su tesis con términos que recuerdan intensamente a la teología moral de Bernhard Häring:
«La noción del sentido de la vida también se entiende desde el ángulo inverso: si consideramos que cualquier situación plantea y reclama del hombre un reto o una respuesta a la que sólo él está en condiciones de responder. En última instancia, el hombre no debe cuestionarse sobre el sentido de la vida, sino comprender que la vida le interroga a él. En otras palabras, la vida pregunta por el hombre, cuestiona al hombre, y éste contesta de una única manera: respondiendo de su propia vida y con su propia vida. Únicamente desde la responsabilidad personal se puede contestar a la vida. De tal modo que la logoterapia considera que la esencia de la existencia consiste en la capacidad del ser humano para responder responsablemente a las demandas que la vida le plantea en cada situación particular» (Ibid., p.131)
—Nótese la propuesta: el sentido de la vida no es algo cuya esencia se pueda abstraer ni natural ni sobrenaturalmente, sino algo que sólo se comprende experimentándolo en la propia situación, —en el aquí y ahora, como diría el zen, y con él todas esas psicoterapias gestálticas.
De aquí al relativismo hay sólo un paso. Seamos prudentes.
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EL ODIO A LA ABSTRACCIÓN. GABRIEL MARCEL
3.- La alergia a lo abstracto como síntoma de relativismo.- Decía Victor Frankl que el sentido de la vida “difiere de un hombre a otro, de un día a otro y de una hora a otra.". ¿Cómo es posible que chorrada tan gaseosa sea tan consumida por católicos? Es algo que me maravilla. Pero que tiene explicación: la alergia a la abstracción.
—Y es que si se cree que el ser humano no es capaz de ex-traer (abstraer) la esencia de las cosas, entonces se deja inexorablemente de creer en una verdad objetiva, universal y esencial, es decir, en la naturalez humana creada Y ELEVADA por Dios.
Y así se substituye inevitablemente la ley natural, inscrita en la naturaleza humana, por los valores, elegidos subjetivamente por un hombre u otro, de un día a otro y de una hora a otra. Por consiguiente, se deja de creer que hay naturaleza humana, se deja de creer que ésta está inmersa en un orden metafísico esencial, eterno e inmutable; que posee un fin último cognoscible por la fe y comprensible por la razón, y que este fin último es fruto de la creación y elevación gratuita del ser humano al orden sobrenatural.
Y se termina por creer que encontrar el sentido de la vida es una tarea subjetiva, que a quién le importa, sino a uno mismo, y que es lo propio de cada uno en su propia circunstancia y por su propia responsabilidad. Se acaba por defender que la ley natural no abarca todos los casos particulares, y que son lícitas las excepciones a los actos intrínsecamente malos, que cada caso es cada caso. Lo decisivo es la respuesta personal, no las esencias abstraídas en normas generales.
¡Es el relativismo, y no otra cosa! —Amigo y hermano católico, si eres de los que odian la abstracción, y crees que todo en la fe cristiana es misterio inextricable, ¿a cuenta de qué denuncias el relativismo del mundo que te rodea, pero no lo ves en tu propia casa? ¡Menudo tópico de autores neotéricos!
Gabriel Marcel (1889- 1973), por ejemplo, consideraba la abstracción un mal en sí mismo, comparable al odio:
«toda mi actuación está orientada a tantas y tan variadas fuerzas creadoras y críticas que yo quisiera encauzar a la acción, pero sin perder de vista lo que constituye el centro de mis anhelos: contribuir a mejorar un mundo que amenaza perderse en el odio y la abstracción» (G. MARCEL, Dos discursos y un prologo autobiográfico, Herder, Barcelon 1967, p.13)
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—El rechazo de la capacidad de conocer las esencias con la ayuda de la fe y la gracia, por tanto, tiene un nombre: RELATIVISMO. No más que un alimento en apariencia apetitoso, pero de gran toxicidad.
Deja a un lado tus libros existencialistas y consulta buenos manuales de doctrina tradicional; la Síntesis de espiritualidad católica, del P. Iraburu y el P. Rivera, en Gratis date; o la Teología de la perfección cristiana, y Teología moral para seglares, del gran Royo Marín OP; son excelentes alternativas de formación, que te proporcionarán doctrina sólida a salvo de experiencialismos y subjetividades: te harán sanar de prejuicios contra la ciencia de la razón, y constatar cuán débil y líquida es tu formación anti-abstractiva, prejuiciosa de verdades inmutables.
4.- Hay que iluminar las tinieblas con luces de razón y fe, en perfecta subordinación y armonía, como proponía magistralmente San Juan Pablo II en Fides et ratio y su gran legado tradicional: Veritatis splendor.
Para hablar del fin sobrenatural del hombre contemos siempre con vocablos excelentes, no con los mediocres. Es mejor fin último que sentido de la vida. Como enseña el refrán del Siglo de Oro, Ayunar, o comer trucha. Que significa: no te conformes con medianías, en este caso, psiquiátrico-literarias. Prefiere la trucha, es decir, la tradición intelectual de la Iglesia. (En la literatura de Cervantes o Tirso de Molina, la trucha era una comida distinguida). Pues bien, comamos trucha, no personalismo. Comamos Padres y Doctores, no logoterapias ni literaturas.
Hay que iluminar las tinieblas con la luz del FIN ÚLTIMO. Hay que hacerlo, porque si el católico no lo hace, nadie lo hará. Hemos sido creados y elevados para la visión beatífica. Cuán grande es el amor de Dios, que nos ha dado un logos para comprenderlo.
Porque nosotros, los católicos, creemos en la armonía de la fe y la razón.
20 comentarios
Que hay en el fatalismo protestante y en el optimismo antropológico del modernismo en común? que ambos dan rienda suelta a la concupiscencia gracias a la bendición de las respectivas teologías.
Que se pide leer a Santo Tomás? Los modernos no lo leerán porque saben que tiene exigencias que no están dispuestos a aceptar.
Si he de creer a Gil de la Pisa cuando dice que el Cura de Ars, cuando le llegaban ateos revolucionarios a ridiculizarle, él aceptaba la discusión a condición de que primero se confesaran. Después de confesarse, ya no querían discutir, porque entonces ya estaban de acuerdo con la fe de la Iglesia. Así es !!! es el pecado el que nubla intelecto y éste elige una filosofía incorrecta.
Ahora bien, el problema que usted denuncia es que esos corrompidos empiezan a difundir su veneno por lo seminarios y a los pobres novicios sin culpa por su parte les empiezan a enseñar esas filosofías incorrectas. Entonces el daño es mucho mas grave.
Pero en términos para nuevos conceptos o auxiliar terminos tradicionales o desarrollar la doctrina conforme Newman o añadir a la filosofia tomista y adaptarla aa alfunos descubrimientos cientificos nuevos, en eso rexhazar la novedad es un suicidio.
Si la Iglesia se niega a innovar en el segundo sentido se quedará anquilosada, y la gente se alejará más de ella. Y la Iglesia desde el siglo XIX no ha sabido innovar mucho. Y en el Postconcilio innovó demasiado y mal.
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A.G.:
Como diría Eugenio D´Ors, todo lo que no es tradición es plagio. Yo creo que enriquecer lo heredado es bueno y posible, y en este sentido entiendo su comentario. Pero la novedad, estrictamente hablando, es imposible en la fe. Vale un aumento de comprensión, vale un enriquecimiento, una renovación, etc. Valen frutos frescos que brotan del mismo árbol. Pero no vale otro árbol.
La verdad es muy ilustrativo el post muchas gracias
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¡Cómo apesta a relativismo esta supina tontería!
Pensar que hace 20-25 años un sacerdote adscripto al Opus me hablaba maravillas de Frankl y su doctrina, y yo me lo creí porque pensé -sin leerlo, error mío- que Frankl se refería al sentido cristiano de la existencia que dan los novísimos...
Claro que siempre me hizo ruido que tal cosa pudiese sostener quien se formara bajo postulados freudianos, pero si me lo decía un sacerdote, que además era el director de la escuela adonde iban mis hijos, yo estaba inclinado a tomarlo en serio.
O sea que estaba proponiendo un rechazo visceral a recurrir a la la abstracción, con lo cual queda gravemente amputada la capacidad intelectual de conocer las esencias.
Muchas gracias por su artículo: por el análisis, los argumentos, y los sabios consejos.
La Virgen Santísima lo proteja y lo sostenga en esta batalla contra las tinieblas, las confusiones, la empedernida difusión de los errores, y el descuido de lo único verdaderamente importante.
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A.G.:
Gracias Marisa. Lo define bien: batalla contra las tinieblas. En ello estamos, desde la Caída. Como recuerda Gaudium et spes 37.
se entendía a partir de una definición, un aserto o un mandamiento se ha enredado en una casuística interminable.
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A.G..
Buen ejemplo. En realidad, Palas Atenea, la educación actual, que es constructivista, se base precisamente en el rechazo de la abstracción. Es uno de los fallos de sistema que han permeado la mente católica desde los tiempos de la posguerra.
No todos cruzarían el mar Rojo, tendrían que pintar sus puertas con sangre.. esto les resultaba a muchos cosas de locos.. demasiado.., no todos aun pasando el mar Rojos llegarían a Tierra prometida, el pan les parecía demasiado insuficiente, insustancial, la nueve de fuego fantasía sin lo concreto. Sus concreciones banalizaban su corazón.
Los deseos a las cosas y sus pasiones eran su seguridad y así caminaban muchos juntos pero opuestos.
"Que no hará por sus elegidos?" Es que estamos solos? NO.
La "mujer Hacendosa” Prov, de la que se le a fiado las riquezas, esa da frutos esa “es la verdadera”, porque primero no despilfarra, no desbarata las riquezas del esposo, y las toma con sus manos en cambio la falsa esposa las pisotea...
Saludos Don Alonso excelente post
Esta formulacion es de la MASONERIA, asi sustentaban sus deseos de independencia y lograr el poder supremo "el cielo" concreto.
Muchas indepemdencias tienen ese sentido final vistas desde la.optica de la "Victoria Final",
es decir colgarle un velo al calbario a la cruz, y sustituirla por el poder personal, el poder econimico el poder absoluto sobre la verdad natural y divina
[24]Llegándose también el que había recibido un talento dijo: "Señor, sé que eres un hombre duro, que cosechas donde no sembraste y recoges donde no esparciste.” Es el gran maestro iluminado concluyo una formulación donde el sabia como Dios, y eso lo conducía a ser su propio Juez, “el poder absoluto”, así no solo se justificaba sino que sustituía al gran juez Divino y natural. Ya tentado se atreve a burlarse y se lo declara al amo. Por eso el Señor sentencia claramente: Mateo 25:26]Mas su señor le respondió: "Siervo malo y perezoso, sabías que yo cosecho donde no sembré y recojo donde no esparcí;” la burla a la gracia, falsear el E. S. tiene una consecuencia, que no se perdona ni a que ni allá.…
Sí pienso que hay muchas conversiones auténticamente místicas, no esas "experiencias de sentido" que son inexistentes, sino el verdadero encuentro con Dios, que nos acoge, nos perdona y nos sostiene en la fe, cambiándonos la vida desde que nos llama.
Un abrazo
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A.G.:
Emilio, no digo que no pueda haber experiencias místicas en la conversión, imagino que sí, pero te confieso sinceramente que me resulta muy extraño utilizar el calificativo de mística para la experiencia de conversión. Entiendo que es algo sobrenatural, un hecho de gracia, un evento teologal, pero la palabra mística siempre se ha reservado para la santidad.
Tradicionalmente se ha entendido que la vida mística es fruto de la gracia habitual y de los dones del Espíritu Santo, una vida de intimidad en Cristo que se produce una vez el alma se ha ido santificando. Pienso que la conversión más que mística, es sobrenatural. Un acontecimiento eclesial, que brota de la semilla del bautismo, que contenía en flor de la conversión, como diría el p Garrigou-Lagrange. Pero bueno, yo creo que puede haber esas experiencias místicas que mencionas, en algunas conversiones, pero en general me parece que la conversión no es identificable con la experiencia mística de los santos.
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Alonso, esta frase tuya tiene mucha miga.
* El sistema de pensamiento que niega que el ser humano sea capaz de (ex/abs)traer la esencia de las cosas (o en otra versión, que las cosas no tienen esencia) es el NOMINALISMO. La larguísima sombra de este invento de Ockham ha recorrido toda la filosofía desde Santo Tomás al día de hoy, cual invento de Satán para oponerse a la luminosidad diáfana del Aquinate.
* El relativismo sigue al nominalismo como un efecto a su causa. Por eso no es de extrañar que el personalismo devenga relativista, dada su raíz nominalista.
* El antitomismo personalista es una demostración más de su raigambre nominalista.
* El principio nominalista exige per se una claudicación de la Razón, puesto que afirmar categóricamente que las esencias no existen, o que el hombre es incapaz de conocerlas, es un juicio ABSTRACTO que trata sobre cuestiones ESENCIALES. Hay que ser muy lelo, o haber claudicado del ejercicio de la razón, para no darse cuenta que si aplicásemos las consecuencias de ese juicio al juicio mismo, el tal juicio se autodestruiría y quedaría huero de todo significado.
Esta violencia contra el Principio de No contradicción -que es una violencia contra la misma Razón- se verá luego en filosofías y herejías posteriores que son deudoras de la herencia nominalista.
*También el principio nominalista exige una claudicación de la Fe, como muy bien lo has explicitado al final de tu SUSTANCIOSA (y por ende, anti-nominalista) frase.
El INMANENTISMO que permea toda nuestra "civilización democrática", es un techo tendido por el nominalismo a través de sus numerosas filosofías derivadas, que nos impide ver y aspirar al Cielo.
La propia conversión de San Agustín y San Alipio tiene un componente "místico" -si no es apropiada esta palabra, dime cómo lo puedo llamar, porque a mí no se me ocurre otra mejor-. Había sido tocado por los sermones de San Ambrosio, anhelaba estar con el Señor, pero su pecado no se lo permitía. Entonces está con San Alipio y oye la voz de un niño que jugaba: "Toma y lee, toma y lee" -Dios hablaba por boca de aquel niño, y Dios puso en el corazón de Agustín la capacidad de reconocer su voz-. Entonces, toma Agustín el rollo de las Escrituras y lo abre justo por donde estaba lo que tenía que oír: "No en comilonas ni borracheras..." Fue Dios quien guió sobrenaturalmente su mano para abrir el rollo justo ahí. Y Agustín, por esas palabras, se convierte: con la Palabra, entra en él la gracia, y el que no podía dejar el pecado, ahora lo aborrece, no lo soporta, como si un fumador que quiere dejar el tabaco sin conseguirlo, lee "deja el tabaco" y desde entonces tuviera una voluntad de hierro para no volver a encender un cigarro. Dios le da esa gracia por medio de su Palabra leída. Y luego mueve a Alipio a seguir leyendo más allá, "recibid al débil en la fe" y también es convertido...
Cuántos, incluido yo mismo, se han convertido por gracias extraordinarias, del todo inmerecidas, cuando ni siquiera buscábamos a Dios, ni siquiera la verdad... Cuántos nos hemos encontrado con el Señor sin ser santos ni de lejos, y no por nuestros merecimientos, sino por nuestros desmerecimientos. Cuántos han recibido sueños, locuciones, grandes consuelos interiores, contemplaciones de la verdad... no por sus virtudes, sino todo lo contrario, porque eran buenas para sostener su debilidad y movernos a la fe... Ese encuentro con Dios se da, y ente tanta distracción como hay hoy, es de gran ayuda animar a las personas a pararse y propiciar ese encuentro.
Un abrazo en Cristo
PD: Gracias Dios mío por el OPUS DEI. Un refugio seguro "SHELTER FROM THE STORM"
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A.G.:
El ataque personal se lo tengo que editar. Ruego se eviten los ataques personales entre comentaristas.
Quede claro que aquí se respeta la obra apostólica del Opus Dei. He dado paso a algunas críticas puntuales, relativas al tema tratado, pero no es la tónica de este blog ni de los comentaristas que aquí comentan. Ricardo lo que comentó fue que un sacerdote del Opus dei le habló maravillas de Frankl. Bien, ¿de qué se extraña, DylanBob? es la tónica general en la Iglesia, muchísimos sacerdotes y laicos hablan maravillas de Frankl, de eso se trata en el post, de la enorme e indebida difusión de este autor, en multitud de ámbitos de la Iglesia.
A mí también me han hablado maravillas de Frankl, no una persona concreta de la institución mencionada, sino muchas de otras muchas. Es lo normal, como digo, en charlas, reuniones, sesiones de formación, catequesis. Frankl, vía personalismo, tiene prestigio en la inmensa mayoría de los ámbitos y mentes de la Iglesia. Seamos realistas: en multitud de ambientes, asociaciones, órdenes, parroquias, institutos..., se llevan decenios diciendo maravillas de Frankl, de Maritain, de Häring, de Rahner y de tantos otros autores de mala doctrina. Y Frankl, además, es que no es ni católico.
Es tan verdadero y tan real lo que dices, que no llama la atención, pero cuanta sabiduría en lo que escribes...
Mira, si fuera obispo te llevaría al seminario a dar clase, y cuánto bien harías.
Un abrazo con afecto sincero en nuestro Señor, a ti y a todo el equipo de Infocatólica.
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A.G.:
Gracias Daniel, me alegra mucho que estos artículos te resulten de provecho. Gloria a Dios y a su Madre.
"Causa pavor que en la formación católica del clero y del laicado, en general, durante los decenios posconciliares, haya desaparecido prácticamente la referencia al fin último sobrenatural, sustituido por un vago concepto naturalista del sentido de la vida, no más que una mala comida intelectual".
Sobrecoge, efectivamente, que tantos hijos de la Iglesia, 'convocados' a la vida sobrenatural desde el Bautismo y al fin último de su plena participación de Dios Uno y Trino, hayan olvidado la excelsitud de su vocación.
Desgraciadamente, la sustitución del fin último de la vida humana como realidad objetiva y universal por un etéreo sentido de la vida, relativista y a gusto de cada consumidor tiene consecuencias trágicas. Según datos oficiales de diversos organismos nacionales e internacionales, los países de antigua cristiandad -los de mayor desarrollo económico- son los que presentan las mayores tasas de depresiones... y de suicidios. En países como España y EEUU, las muertes por suicidio superan las provocadas por accidentes de tráfico. Pero de esto nadie habla. No es políticamente correcto. Y me pregunto: ¿qué grado de responsabilidad tienen en ello los agentes 'ad intra' de la descristianización en la Iglesia, esos pastores, formadores, intelectuales y divulgadores que emprendieron irresponsablemente la deconstrucción de la mentalidad católica -de la verdaderamente católica, que es tradicional, bíblica y sostenedora del principio de armonía entre fe y razón- para alzar en su lugar una cosmovisión que bebe de las fuentes de la Modernidad nominalista?
En apoyo de cuanto vd dice, le contaré lo siguiente. Me casé hace ocho años. Para el cursillo prematrimonial fuimos al que organizaba la delegación diocesana de familias de nuestra diócesis, que es la de Madrid. Lo impartía una asociación laical de matrimonios. El cursillo versó exclusivamente sobre experiencias matrimoniales. Allí no se habló de la vocación sobrenatural de los esposos, ni de que el sacramento del matrimonio hace de éstos un signo de la unión de Cristo con su Iglesia, y no digamos ya de la moral católica. Eso sí, uno de los que impartía el curso se hizo lenguas del Jesús de Pagola. Salimos con la impresión de que muchos de aquellos nuevos matrimonios se romperían inevitablemente.
Alonso, he estado ausente del blog por causas no deseadas. Me pondré al día con los quince o veinte post anteriores, así que me espera un buen trabajo, jeje (menos mal que es leerle es un trabajo agradable). Bendiciones de Cristo y de María Inmaculada. Un fuerte abrazo
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A.G.:
Qué alegría, José Díaz, volver a saber de Ud. Me extrañaba mucho su ausencia. Se echaban en falta sus jugosos comentarios. Pero tanto más me alegra su vuelta, y que se ponga al día. Como ve, me he metido en la ardua e ingrata labor de reseñar los aspectos negativos del personalismo y sus inconsistencias.
Comparto su experiencia, porque cuando yo me casé, hace muchos más años que Ud., en los cursillos me hablaron de Viktor Frankl y otras tonterías, de la licitud de los anticonceptivos, y de muchas cosas más, todas heterodoxas. Y pensé: la Iglesia me exige que haga estos cursillos prematrimoniales, para enseñarme cosas que van contra su propia fe. Aquí pasa algo muy raro. Ya entonces, en 1998, la crisis era bastante grave. Aun hoy, muchos niegan la crisis: nunca estuvimos mejor...
Abrazo en Cristo con su Madre Inmaculada.
Y si usaras la cabeza para pensar, te darías cuenta que de "hablar pestes", nada de nada. Lo que además sería un gran pecado de mi parte, porque a ese sacerdote le debo muchísimo, ya que que me solucionó el gran problema de la educación de mi familia.
Y el Opus cuenta con todos mi respetos (me viene a la mente ese gran opusino que fue el P. Juan Carlos Sanahuja), y también agradecimiento por otras cuestiones que no viene al caso. Es una obra admirable.
Yo estaba por ese entonces alejado de la práctica religiosa, pero no obstante se me encendieron todas las alarmas cuando el médico que conferenciaba dijo más o menos así:"Los métodos naturales de control natal no son efectivos. Los anticonceptivos sí lo son, aunque no están ahora aprobados por la Iglesia, pero seguramente lo estarán en un futuro próximo" ¡Y ya habían pasado 8 años desde la publicación de Humanae Vitae!
Ese médico no era practicante, es más, creo que es agnóstico, y su mayor mérito era haber sido intendente de mi ciudad.
Misteriosamente, unos años después yo volvía practicar la religión. No me entiendo...
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A.G.:
Gracias Ricardo por la experiencia. Resulta muy ilustrativo lo que cuentas: "Los métodos naturales de control natal no son efectivos. Los anticonceptivos sí lo son, aunque no están ahora aprobados por la Iglesia, pero seguramente lo estarán en un futuro próximo" je, es la mentalidad progresista, la mentalidad maritainiana, la ambivalencia de la historia, aplicada a la Iglesia.
Lo cierto es que mucha gente, sobre todo los docentes de teología moral, tiene una concepción de la ley moral completamente desvinculada de las esencias.
Me hace gracia una anécdota de mis tiempos de juventud parroquial. En el grupo de jóvenes siempre insistían con "lo concreto". Un día, no me acuerdo acerca de qué, hice una explicación usando un silogismo. A uno se le iluminó la cara y dijo: "Eso es concreto" !!! :)
Vayamos entonces a lo concreto.
Saludos cordiales.
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A.G.:
Lo has dicho de manera muy expresiva, Néstor. Gracias. Coincido: los católicos hemos estado sometidos a un proceso de entontecimiento desde que terminó el Concilio más o menos.
Me ha resultado muy ilustrativa la anécdota. Los frutos de este entontecimiento que dices, que no es más que un rechazo irresponsable de la razón, son manifiestos y negarlo es grande locura. Destaco como uno de ellos el proluteranismo de moda.
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