(196) Lo que pretende el situacionismo.- 1, la difusión de la anticoncepción

Graves males produce en el matrimonio la anticoncepción. “Cultura” del divorcio, dni del adulterio y la fornicación, caja de Pandora del aborto, es la peor amenaza del matrimonio.

Apenas contrapredicada, apenas condenada, apenas combatida y de sobra justificada por el situacionismo, es la gran toxina que envenena cónyuges y prostituye la sexualidad en el matrimonio.

Lo digo fuerte y claro, sin timidez. La justificación de la anticoncepción, o su silencio cómplice, por parte de pastores y teólogos, es franca apostasía en estos tiempos.

Aquí van siete aforismos belicosos contra la mentalidad anticonceptiva, propagada en el seno de la Iglesia por el situacionismo, esa “prestigiosa” perversión modernista de la inteligencia.

 

1.- El deber de los esposos.- Transmitir la vida humana, tradicionalmente, se ha considerado un deber de los esposos. La Iglesia no puede ignorar este deber, ni transformarlo en mera opción de la conciencia, como pretende el situacionismo.

 

2.- Mutaciones.- La vía moderna del matrimonio es la anticoncepción, nominalismo del amor conyugal. Los cambios que introduce la Modernidad en la vida familiar ponen obstáculos al deber de la vida. Pero un millón de obstáculos no hacen una sola duda: el amor conyugal no diluye este deber, ni bajo excusa de responsabilidad, como pretende el situacionismo.

 

3.- El heroismo en el matrimonio es posible, por la gracia.- Que el heroismo sea preciso en el amor conyugal, no implica un drástico revisionismo de la ley moral, o al menos considerar excepciones, como pretende el situacionismo.

 

4.- El deber procreador no pertenece vagamente al conjunto de la vida matrimonial, sino a cada uno de los actos conyugales.- No es un derecho de los esposos transformar la esencia del acto conyugal, como si estuviera en su mano transmutar la naturaleza de la sexualidad, como pretende el situacionismo.

 

5.- Los principios morales acerca de la unión conyugal.- Pertenecen a la ley natural, que es participación de la ley eterna, recordada y enriquecida por la Revelación. No es por tanto una simple norma convencional arbitraria, como pretende el situacionismo.

 

6.- El Magisterio de la Iglesia es testigo y guardián de la ley natural.- Por tanto es enemigo de la anticoncepción, porque es enemigo del príncipe de la mentira, que quiere engañar a los matrimonios haciéndoles creer que el deber de la vida no incumbe al Depósito, sino sólo a la conciencia subjetiva, como pretende el situacionismo.

 

7.- Cristo envía a los apóstoles a combatir por la ley natural.- Comunicando a Pedro y a los Apóstoles su autoridad divina, los envía a enseñar a todas las gentes sus mandamientos. De esta forma, los constituye defensores e intérpretes verdaderos de la ley natural. Custudios TAMBIÉN de la ley moral, y no sólo del Evangelio, como pretende el situacionismo.

 

Recordemos, por tanto, contra el situacionismo, esta verdad enseñada, que no creada, por el Magisterio, verdad que pertenece a la ley moral y es recordada y enriquecida por la Revelación divina:

14. En conformidad con estos principios fundamentales de la visión humana y cristiana del matrimonio, debemos una vez más declarar que hay que excluir absolutamente, como vía lícita para la regulación de los nacimientos, la interrupción directa del proceso generador ya iniciado, y sobre todo el aborto directamente querido y procurado, aunque sea por razones terapéuticas [14].

Hay que excluir igualmente, como el Magisterio de la Iglesia ha declarado muchas veces, la esterilización directa, perpetua o temporal, tanto del hombre como de la mujer [15]; queda además excluida toda acción que, o en previsión del acto conyugal, o en su realización, o en el desarrollo de sus consecuencias naturales, se proponga, como fin o como medio, hacer imposible la procreación [16].

Tampoco se pueden invocar como razones válidas, para justificar los actos conyugales intencionalmente infecundos, el mal menor o el hecho de que tales actos constituirían un todo con los actos fecundos anteriores o que seguirán después y que por tanto compartirían la única e idéntica bondad moral. En verdad, si es lícito alguna vez tolerar un mal moral menor a fin de evitar un mal mayor o de promover un bien más grande [17], no es lícito, ni aun por razones gravísimas, hacer el mal para conseguir el bien [18], es decir, hacer objeto de un acto positivo de voluntad lo que es intrínsecamente desordenado y por lo mismo indigno de la persona humana, aunque con ello se quisiese salvaguardar o promover el bien individual, familiar o social. Es por tanto un error pensar que un acto conyugal, hecho voluntariamente infecundo, y por esto intrínsecamente deshonesto, pueda ser cohonestado por el conjunto de una vida conyugal fecunda. (Pablo VI, Humanae vitae, 25-VII-1968)

 
 

18 comentarios

  
Osvaldo
Lenguaje claro. Sencillo y directo.
11/07/17 2:30 PM
  
Almudena1
No es un derecho de los esposos cuando prometen Alianza con Dios, poner condiciones a esta Alianza, incumplir los términos... O fabricarse unilateralmente a su gusto y conveniencia una Alianza contraria al querer de una de las partes, ósea a Dios. ¿Qué tipo de Alianza sería esa?

Muy claro todo, me gusta mucho el punto 4. Para los hombres de hoy Dios se ha convertido en un derecho sin obligaciones. Pero realmente ¿tiene el hombre derecho a Dios?
Dios tiene derecho sobre los hombres, no los hombres sobre Dios.
Gracias D. Alonso.

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A.G.:
Bien dicho, Almudena. Los esposos no tienen derecho alguno a usar anticonceptivos. Más claro agua.
11/07/17 3:38 PM
  
José Miguel
Bravo! He aquí expuesta la doctrina católica y nada más. No queda más que aceptarla o rechazarla, pero no adulterarla como hoy hacen tantos pastores y laicos. Que Santa María interceda por nosotros para que veamos a través de tanta niebla y tanta confusión.
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A.G.:
Amén. Gracias José Miguel. Doctrina católica, ley natural. Como bien dice, no queda más que aceptarla o rechazarla, con las graves consecuencias para el matrimonio que ello implica.
11/07/17 6:50 PM
  
Maria-Ar
Preciso y necesario post!
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A.G.:
Gracias. Seguiremos combatiendo la anticoncepción, si Dios quiere.
11/07/17 7:22 PM
  
José Díaz
Alonso, ¡qué página tan iluminadora ha escrito! ¡Y cuán clarividente y liberador es el Magisterio de nuestra Madre la Iglesia! No he podido por menos que recordar la enseñanza de San Juan Pablo II acerca de la anticoncepción. Los anticonceptivos, decía entre muchas otras cosas, desvirtúan el sentido esponsalicio del cuerpo de los cónyuges. Éstos, por medio de los actos conyugales que les son propios, están capacitados para hacerse intérpretes de nuestra vocación originaria a la 'communio personarum', aquella con la que se expresa la realidad de nuestra semejanza divina, esto es, la imagen de la comunión de Personas de la Trinidad que también nuestros cuerpos, al modo dispuesto por el Creador, pueden expresar.
Muchas gracias una vez más, Alonso, por predicar a tiempo y a destiempo lo que muchos Pastores, desprovistos de cayados arrojados al fuego del Moloc de nuestro tiempo, callan y ocultan. Bendiciones de Cristo y de María Inmaculada

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A.G.:
El culto a Moloc sigue vivo en Occidente, una vez perdida la fe. La verdad es que, como dice, amigo José Díaz, es terrible comprobar cómo se arrojan tantos cayados al fuego de Moloc. Para ganarse el aprecio del siglo, imagino. Pero la maldad de la anticoncepción apenas se predica. Infocatólica, y poco más, que yo sepa. Aparte de los Papas que cita, que en este sentido fueron proféticos. Ahí tiene la Humanae vitae y veritatis splendor, los dos más importantes textos magisteriales de este tiempo.
11/07/17 8:21 PM
  
Ana de Valencia
Estimado Alonso, cuál es el papel de los métodos naturales en la vida matrimonial.

12/07/17 12:26 AM
  
Ana de Valencia
Alonso, yo he usado el Billings en mi vida matrimonial y he esquivado el heroísmo.

Me gustaría que me orientara.

Muchas gracias.
12/07/17 12:30 AM
  
Alonso Gracián
Ana de Valencia:

Intento aclarar su duda.

Primero hay que decir que hay métodos "naturales" que son también ilícitos. Toda contracepción, todo acto o método que impida la fecundación son moralmente ilícitos.

No se puede impedir de ninguna manera que se produzca la concepción.

El método Billings, o el sintotérmico, u otros, no impiden la concepción. Se fundamentan en el conocimiento de los períodos fértiles e infértiles del cuerpo de la mujer. Si no hay óvulo, no se impide la fecundación, porque ésta es imposible, no se puede dar.

Pero estos métodos, que son lícitos no porque sean naturales sino porque no impiden la concepción, no deben usarse con mentalidad anticonceptiva. Es grave pecado espaciar los hijos sin motivo GRAVE. La paternidad responsable no consiste en que los padres tengan derecho a espaciar los hijos a voluntad, según su criterio, sino por motivos moralmente graves.

Como enseña Humanae vitae:

11. Estos actos, con los cuales los esposos se unen en casta intimidad, y a través de los cuales se transmite la vida humana, son, como ha recordado el Concilio, "honestos y dignos" [11], y no cesan de ser legítimos si, por causas independientes de la voluntad de los cónyuges, se prevén infecundos, porque continúan ordenados a expresar y consolidar su unión. De hecho, como atestigua la experiencia, no se sigue una nueva vida de cada uno de los actos conyugales. Dios ha dispuesto con sabiduría leyes y ritmos naturales de fecundidad que por sí mismos distancian los nacimientos. La Iglesia, sin embargo, al exigir que los hombres observen las normas de la ley natural interpretada por su constante doctrina, enseña que cualquier acto matrimonial (quilibet matrimonii usus) debe quedar abierto a la transmisión de la vida

Por consiguiente, si para espaciar los nacimientos existen serios motivos, derivados de las condiciones físicas o psicológicas de los cónyuges, o de circunstancias exteriores, la Iglesia enseña que entonces es lícito tener en cuenta los ritmos naturales inmanentes a las funciones generadoras para usar del matrimonio sólo en los periodos infecundos y así regular la natalidad sin ofender los principios morales que acabamos de recordar [20].

La Iglesia es coherente consigo misma cuando juzga lícito el recurso a los periodos infecundos, mientras condena siempre como ilícito el uso de medios directamente contrarios a la fecundación, aunque se haga por razones aparentemente honestas y serias. En realidad, entre ambos casos existe una diferencia esencial: en el primero los cónyuges se sirven legítimamente de una disposición natural; en el segundo impiden el desarrollo de los procesos naturales. Es verdad que tanto en uno como en otro caso, los cónyuges están de acuerdo en la voluntad positiva de evitar la prole por razones plausibles, buscando la seguridad de que no se seguirá; pero es igualmente verdad que solamente en el primer caso renuncian conscientemente al uso del matrimonio en los periodos fecundos cuando por justos motivos la procreación no es deseable, y hacen uso después en los periodos agenésicos para manifestarse el afecto y para salvaguardar la mutua fidelidad. Obrando así ellos dan prueba de amor verdadero e integralmente honesto.

En realidad, el Billings y el sintotérmico son lícitos porque respetan los períodos naturales de la generación, y no impiden la fecundación. Los anticonceptivos no son malos por el mero hecho de ser artificiales, sino por impedir la fecundación. Pero no olvide que el Billings y otros métodos parecidos no pueden usarse con mentalidad anticonceptiva. Es grave pecado espaciar los hijos sin motivo grave, aunque no se usen anticonceptivos.
12/07/17 1:12 PM
  
Curro Estévez
¡Ay! ¿Por qué no hablan de este manera nuestros pastores?
Alonso, una vez más, claro clarísimo.
Dios te guarde.
12/07/17 10:23 PM
  
Daniel
Alonso, te felicito por tus escritos sencillos, prácticos y fieles a la enseñanza que el Enviado de Dios ha entregado a su Iglesia.

Añadiría lo siguiente. Estos aforismos son esenciales e irrenunciables para los cristianos. Exigentes, sí. Heroicos, también, como el Evangelio.

Cómo es posible, entonces que se esté propagando el error en documentos oficiales del magisterio, descaradamente asociados con esa visión situacionista que con tanto acierto denuncias?

Es justo que los obispos callen ante esta situación?

Es mucho pedir que levanten sus voces para anunciar con valentía que la Encíclica Humanae Vitae es la voz de la verdad, que el Catecismo de la Iglesia Católica no se puede marginar ni modificar?

Sin Catecismo no puede haber catequesis verdadera. Porque la catequesis debe llevar al conocimiento integrado de los misterios de nuestra fe. Sin catecismo abundará la palabrería, la sofística, los eufemismos vacíos, los tópicos de sociales.

Llama la atención que nuestros obispos, empezando por el papa actual, se olviden de mencionar el catecismo, incluso cuando hablan a grupos de catequistas. El credo, el padre nuestro, los mandamientos y los sacramentos edifican la Iglesia. Todo lo demás es címbalo que cansa y aturde.


12/07/17 11:30 PM
  
Iacobus Barbarus
Si "cualquier acto matrimonial debe quedar abierto a la transmisión de la vida" ¿Cómo puede ser lícito utilizar Billings cuando lo que se pretende con ello es precisamente evitar la transmisión de la vida detectando esos periodos de infertilidad que Dios dispuso para regular la natalidad? ¿Dónde queda allí la apertura a la vida de "cualquier acto matrimonial" y qué pasa allí con ese "deber procreador que pertenece a cada uno de los actos conyugales"? Pregunto porque a mí me parece que ese "deber" de transmitir la vida en "cualquier acto matrimonial" no lo es tanto por cuanto queda circunscrito a la situación particular que viven los cónyuges, la cual es casi siempre grave y a veces de extensión indefinda, si atendemos sólo a la realidad económica que vive la gente común y corriente en cualquier país del mundo: objetivamente no les alcanza para criar y educar a más de 2 hijos.

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A.G..
En tiempo infecundo es imposible la fecundación. Esta imposibilidad es querida por Dios mismo, que ha creado así el cuerpo de la mujer y sus ritmos biológicos. No hay, por tanto, acción anticonceptiva. No se hace nada por impedir la transmisión de la vida.

Lo que sí es verdad es que el método Billings, o el sintotérmico, u otros que respetan los períodos infecundos, pueden usarse con mentalidad anticonceptiva, si se espacian los hijos sin motivo grave.
13/07/17 8:25 AM
  
Iacobus Barbarus
¿Cómo no se va a hacer nada por impedir la transmisión de la vida cuando un acto conyugal se realiza --a propósito-- durante un periodo en que se sabe que no hay posibilidad de ello porque así se detectó por medio de algún método? Distinto seria si ese acto de diese fortuitamente durante ese periodo. Ahí sí que los cónyuges nada habrían hecho para impedir la transmisión de la vida...

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A.G.:
Que los cónyuges tengan relaciones en períodos infecundos, nada tiene de malo. Es natural que no haya fecundación. Y es natural que los cónyuges tengan relaciones.

Los métodos para detectar si un día infértil es infértil son muy sencillos, se basan solamente en la mera observación del propio cuerpo y de los ritmos biólgicos con que el Creador lo ha dotado. Nada tiene de malo tener relaciones conyugales un día infértil sabiendo que es infértil. No se hace nada por impedir explícitamente la fecundación. Es que no va a haber fecundación, porque Dios así lo ha establecido.
14/07/17 12:15 AM
  
Rosa Belem
EXCELENTE ARTICULO !! SIGA ADELANTE POR FAVOR !!
14/07/17 5:50 AM
  
Ricardo
Has nombrado como consecuencias de la anticoncepción el divorcio, el aborto, la fornicación y el adulterio. Yo añadiría algunos más de actualidad, dado que la sociedad ya ha asumido aquellos anteriores como derechos y normales. Hoy en día podemos añadir a la lista, la homosexualidad, la transexualidad, el matrimonio homosexualidad, la fecundación in-vitro, la ideología de género, etc...
Si en la sexualidad del matrimonio separamos la parte unitaria de la procreativa, abrimos el camino a todo lo demás.
Así de claro.
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A.G.:
Muy cierto.
14/07/17 3:42 PM
  
chico
Menos mal que existe Infocatólica, que si no.... Quién nos hablaría asi de claro.
14/07/17 3:54 PM
  
Thomas Hennigan
Hay que distinguir entre lo que es un acto moralmente grave y declarar que una persona que lo ha cometido ha cometido un pecado mortal. Hay que examinar cada caso para ver si la persona ha actuado con suficiente conocimiento y ha consentido plenamente en el acto. En el caso de la utilización de los medios naturales de planificación familiar como contracepción, hay que ver si realmente se dan cuenta de que se trata de algo serio, si tienen por lo tanto suficiente conocimiento y consentimiento. En muchos caso, es probable que no cumplan estos dos requisitos para que un acto sea pecado mortal en su caso concreto. Esto se dabe a la confusión que existe en la Iglesia sobre el tema y la falta del clero y los obispos al no enseñar lo que la Iglesia enseña, o simplemente callar. La encíclica menciona la salud de la mujer y otros elementos externos. Éstos pudierna ser, por ejemplo, la falta de suficientes ingresos debido al sistema económico actual que carga muchos impuestos sobre la vivienda y tiende a estimular el incremento del coste de la misma para que el fisco pueda ingresar más dinero. En muchos casos, es imprescindible que ambos padres trabajen, cosa que no se daba hace unos 50 años. Claro, muchos católicos han asimilado la mentalidad anti-vida y contraria al sacrificio de manera que no quieren más que 1 o 2 hijos. En España, que tiene la natalidad más baja del mundo a 1.1 por mujer, es obvio que la mayoría tienen 1 hijo o ninguno. Una cultura no puede sostenerse sin una natalidad de 2.1, de manera que España se va a pique, o importa millones de moros, como está haciendo Alemania y se convierte otra vez en un país islámico, con todo lo que implica esto.Nadie en la Iglesia, ni el Papa Francisco, ni ningún obispo trata este tema. Al contrario, son favorables a la inmigración masiva de moros sin aparentemente darse cuenta, o siquera analizar las consecuencias de esto.
Prácticamente nadie confiesa el uso de los anticonceptivos y mucho menos practican los métodos naturales, que ni los conocen, y la Iglesia tampoco promueve su uso, ni explica cuando es lícito. Otra cosa es que la Iglelia deja el tema a la conciencia de la pareja, que normalmente no está formada por la doctrina de la Iglesia sino por la cultura secularista dominante. Las encuestas demuestan que la práctica totalidad de los pecados contra el sexto mandamiento ya está normalizada y muy pocos consideran que la fornicación, la masturbación, la sodomía, la pornografía e incluso el adulterio, aunque menos porque ven que puede hacer daño a otros, son actos gravemente inmorales. En esto estamos.
14/07/17 5:18 PM
  
Longinos
"Es la gran toxina que envenena cónyuges y prostituye la sexualidad en el matrimonio". Totalmente de acuerdo, muy peligrosa, y más por el silencio cómplice al que aludes, y que -añado- es un estruendoso silencio en la Exhortación Apostólica, que juzga imprescindible una condena clara de los excesos en el débito conyugal pero no de la anticoncepción... A veces, cuando leo esas cosas, creo que formo parte de la comunidad católica de Marte, porque es claro que no debo vivir en el mismo planeta.

Mucho ánimo, Alonso.

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A.G.:
Muchas gracias Longinos. Coincido totalmente en lo del silencio estruendoso. No es que estemos en otro planeta, es que estamos en guerra. Abrazo en Cristo y la Inmaculada.
18/07/17 4:09 PM
  
Drax el Destructor
Si espaciar los hijos sin motivo grave es ilícito, ¿por qué Francisco dijo que había que tener "3 hijos, que es lo que dicen los técnicos" y que "hay métodos de sobra"? Creo que Humane Vitae y esas declaraciones no casan bien, o yo no lo entiendo. Parece que hay intención anticonceptiva si se toma la decisión de no tener más de un determinado número de hijos.
28/07/17 3:15 AM

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