(176) La ventanilla indiscreta.- Una mirada inmoderada, impertinente, inactual
Muchas horas de autobús o de tren son muchas horas de ventanilla. Se ve pasar el mundo, se lee, se ora; se reflexiona, se considera la actualidad, ante todo eclesial, —siempre incorrectamente, sin gregarismos, con prudencia, con razón, —tal vez sin ella, lo diga el lector.
Estas son miradas de ventanilla, en que se espía la crisis, cual emboscado; en que se piensa la crisis, cual mente de emboscado; en que se quiere reformar, o proponer reformas para la crisis, cual mente de católico.
Somos partisanos de la gracia, como dirían Pedro L. Llera o Luis Fernando. El ejército de ocupación es, ante todo, el semipelagianismo nominalista decadente buenista anómico sentimental y miserincordiante, es decir, el Modernismo. Y como no hay victoria de frente, hay que combatirlo de esquina. Desde los bosques, en el estómago del Leviatán.
Pues eso, miradas de ventanilla, de partisano, de francotirador de herejías, como en un Diario. Espero sean de vuestro agrado. Santidad o muerte.
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18 de abril de 2017
Lactancio incide en que los demonios introdujeron las tinieblas con el politeismo.
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Cine.- La llegada. Tiene cierto sabor nominalista (¿el lenguaje crea la realidad? Nooo). Pero aún así hay algo muy bueno en esta película. No sólo su evidente sabor provida. Sino el detalle de contemplación, en especial de la maternidad. Y un buen entendimiento de la capacidad figurativa del lenguaje. Los vocablos, aun siendo como dibujos, re-presentan (presentan al entendimiento) realidades. Es la función de los ideogramas, de los kanjis. Pinturas de conceptos. En este caso, la escritura de los alienígenas, en la película, son figuras convencionales. A diferencia de los ideogramas chinos, que son representaciones abstractivas de realidades. Pero la idea es que, sin duda, es posible mostrar mediante la estructura del lenguaje la estructura racional del mundo. Es la idea que tal vez intentó el isomorfismo de Wittgenstein, (1889-1951) que luego se desvaneció, por su nominalismo.
28 de abril de 2017
Mi novela avanza: El hombre que detuvo un tren. Sobre la infancia del personaje, el Padre Gabriel, un cura intempestivo, incorrecto, rabiosamente misionero, en el mejor sentido, a la manera, tal vez, del excelente Padre Federico y sus andanzas misioneras en el Tibet. Sobre la infancia de mi personaje, digo, he escrito:
El hombre que detuvo un tren fue niño un día. Jugó a malos y buenos, al Mecano, a los tapones; tuvo pesadillas con el colegio, con su padre, con el Día de Reyes. Atravesó montañas que se movían, cordilleras de misterio, paisajes de puzzle y densidades paganas de bosque, como un inmenso mundo a misionar.
El hombre que detuvo un tren un día fue niño, y tuvo cosas de niño e intensidades de niño. Y lo que estaba claro como el agua del río en que pescaba con su padre, es que aun de niño ya era sacerdote, aun sin saberlo; ministro en el único ministerio de Cristo.¿Acaso cuando el Padre decretó obras buenas para él, desde el cogollo de la eternidad, no era, ya, el Padre Gabriel?
De niño, además de a futuro sacerdote, jugaba a cribar la arena. Suyo el cedazo, de su padre, lo compartían. Lo sumergían en La Caleta, y lo brotaban lleno de lascas, de conchas trituradas por las olas, por la pleamar de los siglos; y lo elevaban y lo sumergían y lo volvían a sumergir y a elevar en La Caleta, como si pescar y mariscar fueran labor de Tierra Nueva, y de discípulo de Cristo.
Jer 1:5 —«Antes de formarte en el vientre, te elegí; antes de que salieras del seno materno, te consagré: te constituí profeta de las naciones.»
5 de mayo de 2017
Esperando en la parada. Las palmeras washingtonias se cimbrean como mástiles verdes. ¿Adónde va la nave del mundo, con este vendaval?
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Lecturas.- Posdata, de Azorín (1873-1967), en la bella edición de Biblioteca Nueva, 1959. Sobre un personaje moratiniano, Estefanía: «Todos se oponen a que ame».
Sobre el celo amargo burgués:
«Los padres llegan a cometer disparates, locuras; hacen la infelicidad de los hijos —de las hijas— para toda la vida».
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Estudio.- La precisión crítica del gran P. Ceferino González O.P., en su magnífica Historia de la Filosofía. Acerca de Descartes (1596-1650):
«No pondremos término a esta crítica de la Filosofía de Descartes sin llamar la atención otra vez más sobre lo que ya dejamos insinuado, a saber: que su teoría sobre la omnipotencia y la libertad en Dios con respecto a la contingencia de las relaciones esenciales de las cosas y de las verdades metafísicas o eternas, no solamente abre la puerta al escepticismo en el orden científico, sino que lleva consigo la negación del orden moral, siendo, como es, evidente que semejante teoría es incompatible con la necesidad e inmutabilidad de la ley moral. Un paso más, y la moral cartesiana se convierte en la moral del materialismo, en la moral de convención y de origen humano, bien así como su idealismo parcial y subjetivo, sólo necesita un paso más para transformarse y convertirse en el idealismo universal y escéptico de Kant, según advierte con razón Kuno Fischer.»
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Lectura espiritual.- La gran maravilla de la Autobiografía de San Antonio María Claret. Hay pasajes extraordinarios, entre muchos:
«(116) Conocía los grandes enemigos que tendría y las terribles y espantosas persecuciones que se levantarían contra mí, pero el Señor me decía: he aquí que confundidos y avergonzados serán todos los que pelean contra ti; serán como si no fuesen y perecerán los hombre que te contradicen. Porque yo soy el Señor tu Dios, que te tomo por la mano y te digo: no temas, que yo te he ayudado.
[…] (117) En estas palabras, el Señor me daba a conocer el efecto que había de causar la predicación y la misión que Él mismo me confiaba. […] (118) El Señor me dio a conocer que no sólo tenía que predicar a los pecadores, sino también a los sencillos de los campos y aldeas había de catequizar, predicar, etc.»
(159) ¡Ah! no es posible callar, madre mía, en tales ocasiones; no, no callaré, aunque supiese que de mí han de hacer pedazos; no quiero callar; llamaré, gritaté, daré voces al cielo y a la tierra a fin de que se remedie tan gran mal; no callaré; y si de tanto gritar se vuelven roncas o mudas mis fauces, levantaré las manos al cielo»
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El celo espiritual por la salvación de las almas, ¿será signo de predestinación? Como el amor a María, que sin duda lo es, posee tanto ímpetu sobrenatural, que mil muertes sería uno capaz de sufrir, por obra de la gracia, con tal de conducir almas a Cristo. Nunca lo olvidemos. Salvar almas del infierno, con el poder de Cristo Salvador, es la esencia misma de la pastoral.
6 comentarios
LaVirgen lo cuide
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A.G.:
Gracias carmelo.
A este paso, más bien cristeros, :)
La cosa es seria, pero no he podido evitar una risa. Parece increíble que un adversario tan panoli no pueda ser enfrentado en campo abierto.
Pero lo que más me ha gustado es el final: "Nunca lo olvidemos. Salvar almas del infierno, con el poder de Cristo Salvador, es la esencia misma de la pastoral".
¡Tan evidente y tan inadvertido!
Lo primero que destacaría es que representa por enésima vez el anhelo de revelación que el mundo moderno pretende explorar mediante la originalidad extraterrestre.
Lo segundo es que no creo que en la película se exprese la idea de que el lenguaje crea la realidad mas que de manera subordinada, sino de que el lenguaje destruye la idea del tiempo. Y todo eso hace aguas porque al final lo que resulta es un mundo de seres cuyas vidas se ven determinadas por el conocimiento futuro.
Es una forma sosegada de servidumbre y aislamiento. Aunque parezca lo contrario, aunque utilice una estética aparentemente contemplativa, imitación de otros autores verdaderamente buenos como Terrence Malick quien sí se hace las pregutnas correctas.
Bueno, es solo mi opinión.
Siempre una maravilla leerle.
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A.G.:
Gracias.
Sí, la película tiene esas carencias que ud dice. Por cierto, también me pareció inspirada en Terrence Malick, tiene su estilo.
Biblioteca de Autores Cristianos
San Antonio María Claret, "Escritos autobiográficos" (1981)
San Antonio María Claret, "Escritos espirituales" (1985)
San Antonio María Claret, cartas selectas . (1996)
San Antonio María Claret, "Escritos pastorales" (1997)
Ciertas ediciones se agotan y tardan años en volver a salir a la venta. Los Santos siempre se han expresado con mucha claridad, pero que en estos tiempos, donde algunos encuentra luz, otros encuentran oscuridad y confusión en la propia vida. Siendo el mismo mensaje de salvación para todos, pero también sucede en el Evangelio, que almas que encuentra gozo y alegría, y otros terminan rechinando sus dientes y haciendo rechazo a la Sagrada Biblia.
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A.G.:
Gracias José Luis por recordarnos esas obras, todas maravillosas, de San Antonio María Claret, gran e incansable apóstol de Cristo.
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