(149) La mente europea en tinieblas. Crisis de la razón y falta de fe

Crisis de la razón y desactivación de verdades.- Es doloroso preguntarse cómo puede ser que, habiendo tan grande y numeroso Magisterio, abunden de tal manera los prejuicios, los tópicos antidoctrinales, las herejías y los errores en la mente católica de hoy en general, salvo excepciones.

Que contando con un cuerpo doctrinal tan extenso y formidable, sean tantos, tantos los católicos que andan perdidos, perdidísimos en cuestiones dogmáticas, no es sólo llamativo, sino clamoroso; más bien es dramático, y nos hace pensar en una crisis de proporciones pandémicas.

Y no solamente laicos. Es impactante comprobar, domingo tras domingo, la bajísima formación del clero en Europa. Es doloroso comprobar día a día la precariedad doctrinal de muchos pastores, y la ruina de su pensamiento, modernizante, blando y subfilosófico.

Y es que verdades desactivadas por sistema activan clamorosos errores de sistema. Es una realidad inapelable. Y lo más preocupante es el deterioro, en general, de la mente católica, del pensamiento católico en definitiva, debilitado por teologías sin metafísica adecuada, pulverizado por las modas y las novoteologías antiescolásticas.

Pero no nos engañemos creyendo que esto es sólo postconcilio. La crisis de la razón eclesiástica viene de lejos. Viene de la aurora del hombre como centro, al fin de la Edad Media, en que, como dice Gilson, todo el mundo sabía que se cernía una crisis.

Porque la crisis comenzó con el silenciamiento de verdades. Con la ruina de los universales fue silenciada en la mente europea la ley natural. Con el ataque a la metafísica aristotélica, cristianizada por Santo Tomás, fue silenciado en la mente europea el orden del ser.

 

Crisis de la razón y el reino del hombre.- A partir de la segunda mitad del siglo XIV una sombra recorría las mentes de los intelectuales y eclesiásticos más importantes de Europa: algo había cambiado. Era una sombra que olía a revolución, que hablaba de autonomía, independencia, insubordinación. 

Y se veía venir. Ya hacia finales del siglo XIII latía en la mente europea la vaga conciencia de una nueva situación, de una nueva forma de ver las cosas que iba a traer problemas a la mente católica. Josef Pieper, en sus Doce lecciones sobre Tomás de Aquino, I, comenta esta especie de presentimiento acerca de la sombra que se acechaba, recordando la dramática observación de Etienne Gilson en su Historia de la filosofía de la Edad Media:

«El historiador de Lovaina Fernand van Steenberghen habla de un siglo de “crisis de la inteligencia cristiana”, y en Gilson se encuentra: Todo el mundo podía ver que se cernía una crisis”

Tanto es así, que ya a principios del siglo XIV se estaban tomando algunas medidas contra esta novedad: el 23 de septiembre de 1339 el nominalismo era prohibido en París. No fue muy efectiva ni esta condena ni otras, porque la nueva vía se extiendió por toda Europa rápidamente, configurándose como la gran novedad del hombre, el nuevo mundo de Occidente, el regnum homini. El Renacimiento, pues, no comienza en el Renacimiento, sino en ocaso de la Edad Media. Y con el ocaso de la Edad Media empieza el ocaso de la razón católica, y por tanto de la mente de Europa.

El Regnum homini se convirtió en el tema de los temas para el humanista europeo de moda. Cualquier intelectual de escaso nivel, como Bartolomeo Fazio (†1457), por ejemplo, en De excellentia et prestantia hominis, se creía con autoridad para minusvalorar la vida contemplativa, y abundar de forma mediocre en el elogio de la vida activa cual figura del nuevo reino. Era el tópico de la época: dignidad humana y voluntad de poder se volvieron sumandos de la misma suma, cuyo total era la vida activa, un sobreoptimismo semipelagiano acerca de las posibilidades autorredentivas del hombre. Lo sintetizó Giannozzo Maneti (†1459): ciencia y acción como clave de bóveda del Reino del Hombre.

Crisis de la razón y guerra a la Escolástica. Ya se la declaró Lorenzo Valla (†1457) combatiendo al Filósofo, al que consideraba una especie de carcelero. Aún más belicoso era Mario Nizolio (†1576) con su agresivo Antibarbarus contra Aristóteles. Como alternativa, proponía un nominalismo de corte retórico, en que el elemento linguïstico era fundamental, a la manera de anticipo de Wittgenstein. Como afirma el existencialista Abbagnano, poniéndose de su parte: «la doctrina de Nizolio es el último asalto a la escolástica emprendido con las mismas armas de la escolástica. El ockhamismo es utilizado para defender la sabiduría humanística y la libertad de investigación contra el persistente respeto a la tradición aristotélica».

 

Por ello, la crisis de Europa, en cuanto identidad católica, es la crisis de la armonía misma entre la razón y la fe. Desactivar la metafísica tradicional se convirtió en el objetivo políticamente correcto de la mayor parte de los intelectuales europeos. La fe se había de armonizar no con la razón tradicional, sino con la ética, una ética fundamentada no en la naturaleza de las cosas (pues se niegan los universales, las palabras que hablan de esta naturaleza); no en la razón (pues se niega que el entendimiento pueda captar el orden universal inscrito en la naturaleza); sino en la ética, entendida como reflexión moral sin metafísica, es decir, como teoría de los valores humanos.

Los humanistas italianos, en este sentido, irrumpían con fuerza en el panorama intelectual utilizando el deconstructivismo de Ockham para desmontar la metafísica tradicional. Todavía parecían cristianos, hablablan con apariencia cristiana, podían tener incluso motivaciones cristianas, pero su mente ya había perdido tanto la identidad católica que no podía resistir la armonía entre la razón y la fe, es decir, la Escolástica. Y todo su empeño es combatirla combatiendo sus fundamentos, la filosofía grecolatina en cuanto tiene de preámbulo de la fe. Todo el mundo podía ver la crisis que se avecinaba.

 

Crisis de la razón y menosprecio de la Antigua Sabiduría como preámbulo de la fe- Don Alonso de Cartagena (†1456) , obispo de Burgos, en su Epístola (h.1440) al conde de Haro, recomendando el estudio de los clásicos, afirmaba que:

«En efecto, hubo muchos entre los paganos que, a pesar de no haber recibido la fe católica, trataron sin embargo de modo honesto de las virtudes, unos clasificando científicamente las virtudes y los vicios, como Platón y Aristóteles, otros incitando a seguir la virtud y a huir de los vicios con sus exhortaciones, como hicieron Cicerón y Séneca en algunos de sus libros, aunque en algunos lugares erraron un poquillo. »

Con esto demostraba el aprecio tradicional del pensamiento cristiano por la sabiduría antigua como preámbulo de la fe. La Escolástica medieval tuvo en alta consideración la literatura y la filosofía grecolatina. Todavía hoy, en un documento magisterial de la Iglesia Católica tan básico y fundamental como el Catecismo, encontramos citado como autoridad a Cicerón, por supuesto para hablar de la ley natural:

«1956 La ley natural, presente en el corazón de todo hombre y establecida por la razón, es universal en sus preceptos, y su autoridad se extiende a todos los hombres. Expresa la dignidad de la persona y determina la base de sus derechos y sus deberes fundamentales:

“Existe ciertamente una verdadera ley: la recta razón, conforme a la naturaleza, extendida a todos, inmutable, eterna, que llama a cumplir con la propia obligación y aparta del mal que prohíbe. […] Esta ley no puede ser contradicha, ni derogada en parte, ni del todo” (Marco Tulio Cicerón, De republica, 3, 22, 33).»

Pues bien, el estudio de la sabiduría antigua, en la Escolástica, estaba justificado como preparación del Evangelio. Las verdades descubiertas por la razón natural de griegos y romanos, expresada en la literatura y la filosofía, interesaban no en cuanto que eran griegas o romanas, sino en cuanto a que eran verdad. Esta motivación justificaba la traducción cristiana de la metafísica y la ética de Aristóteles, contra la traducción arqueologista, literaria y paganizante de humanistas como Leonardo Bruni (†1444), contra el cual luchó don Alonso de Cartagena, en encendidísima polémica, el buen combate por la Escolástica: lo que importa, quería decir el Obispo de Burgos, no es Aristóteles en sí mismo, sino la verdad de Aristóteles en cuanto preámbulo de la fe.

Certeramente, Josef Pieper, en sus Doce lecciones sobre Santo Tomás, cap. IV, afirma esto mismo del interés que unía al Angélico a la obra del Filósofo: «(No se trata del Aristóteles histórico.) […] Lo que interesa, por tanto, a Tomás de Aristóteles, no es Aristóteles, sino la verdad»

 

Crisis de la razón y absolutismo mágico de la técnica.- El ataque irracional a las esencias tenía un claro componente humanista, como observamos en Pico de la Mirandola (†1494) o más tarde en Campanella (†1639), cuyo deseo es un construir un reino del hombre en que la técnica hace posible todo sueño del hombre. 

El absolutismo de la técnica, que comienza, pues, en el Renacimiento, se fundamenta en el deseo de dominar la naturaleza de las cosas; y así defiende extasiado la no existencia de un orden de las esencias intocable al dominio del hombre todopoderoso.

¿Cómo podía ser que ese hombre uno y trino, ese homohomohomo ensalzado por Bouillé (†h.1553) como centro de todas las esencias, no pudiera transformarlas y modificarlas a su voluntad, con la potencia absoluta que enseñaba el nominalismo?

No puede ser. la mente del hombre todopoderoso debe ser superior a su razón, esclava de la naturaleza de las cosas. Y para ello afirma la superioridad de lo mental sobre lo racional, enseñada por Juan Reuchlin (1522), en De arte cabalística, I, fol IV: la razón es insidiosa y contraria al conocimiento de Dios. La fe misma, bajo esta perspectiva ockhamista, es malentendida como mera teología simbólica que sirve para deconstruir la metafísica, y con el ello alterar el orden del ser. En De verbo mirifico y De arte cabalística parece poner todo su empeño en demostrarlo.

Porque en esta perspectiva el ser humano ha de ser el centro de todo. Lo enseña Cornelio Agripa (1535) en su obra De occulta philosophia: el hombre está situado en el centro de las fuerzas espirituales del mundo, y dominándolas puede realizar milagros. ¿Para qué se necesita entonces la ley natural? Más bien el dominio de las fuerzas espirituales del mundo podría conducir al dominio de las esencias, a la creatividad del hombre. Como explica el existencialista Nicolás de Abbagnano en su “Historia de la Filosofía” :

 “El hombre está situado en el  punto central de los tres mundos y recoge en sí todo lo que está diseminado en las cosas. Esta situación le permite conocer la fuerza espiritual que tiene atado al mundo y servirse de ella para ejecutar acciones milagrosas. Nace de esta manera la magia,  que es la ciencia más alta y completa, porque somete al hombre todas las potencias ocultas de la naturaleza”  (Vol2, Hora, Barcelona, 1982, pág. 110)

En De vanitate et incertitudine scientiarum (1527) Agripa condena la ciencia como “peste del alma”, y contrapone a ella su visión mágicoespeculativa y antirracionalista de la fe.

Lo mismo pensaba el famoso Teofrasto Paracelso (1541): que la magia tiene la capacidad para extraer del ser humano energías desconocidas y escondidas no comunes, no propias de su naturaleza, sino obtenidas por la magia. Y Jerónimo Fracastoro (1533), en De sympathia et antipatía, contempla el universo como un complejo sistema atomista de interinfluencias por simpatía cósmica, que es el fundamento mismo de la magia. El concepto de canalización y el holismo New Age están ya muy cerca.

El antropocentrismo técnico-mágico gustaba de lo demoníaco. Jerónimo Cardano (1571) gustaba de presentarse, en su autobiografía De vita propia como una figura demoníaca y espectacular relacionada, en lo pormenores biográficos, con el flujo de fuerzas ocultas y escondidas.

En fin, la crisis de la razón producida por el nominalismo produjo, por tanto, la desactivación de verdades, que comenzaron a dejar de escucharse, leerse, predicarse; la substitución del Reino de Dios por el Reino del Hombre, como consecuencia de la crisis de fe producida por la deconstrucción de la razón; el eclipse de la metafísica y del pensamiento grecorromano, que alteró la relación entre la fe y la razón natural, dejando: la fe sin preámulo racional, como temía don Alonso de Cartagena; y por último, como consecuencia de este ataque sistemático a las esencias, la consolidación del pensamiento mágico-técnico como instrumento de dominio.

Como podéis comprobar, en estas circunstancias, la identidad católica quedó seriamente comprometida. ¿Puede definirse como católico un católico que no cree ciertas verdades, que menosprecia el poder de la razón, que predica el reino del hombre, que cree que entre fe y razón no hay armonía que valga sino lucha y contraposición, que cree en la técnica como elemento para redimir el mundo y modelar la esencia de las cosas? Yo diría que no. La crisis de la razón generada por el virus nominalista produjo, sin duda alguna, una crisis de fe de proporciones inmensas, que perdura hasta hoy.

La crisis de la razón vivida en Europa ha dejado la mente del católico a merced de la ética humanista como substituta natural de la religión cristiana (catolicismo reducido) o del fideísmo protestante. Es urgente redescubrir el verdadero catolicismo, que consiste en la armonía metafísica de la fe y la razón bajo la primacía soberana de la gracia. 

En próximos posts continuaremos analizando estas cuestiones, si son de vuestro interés.

20 comentarios

  
carmelo
Muy atinado su post, era justo lo que faltaba..indagar en el cancer...
El profeta habla de "almas hinchadas" que provoca la injusticia. san Pablo habla del "precioso deposito" que nos deja Cristo y que es el unico camino..
Jesus sabiendo que hay y habrs discipulos que se creen y se figuran mas que el amo dice: : "no le hagan caso"

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A.G.:
Pues sí, carmelo, eso haremos nosotros, no hacer casos a vientos de doctrina, sino a la Palabra de Dios, transmitida e interpretada por su Iglesia.

Y como bien dice, indagar, seguir indagando en lo que nos enferma, para vacunarnos contra ello.
02/10/16 3:08 PM
  
Roniel Aledo
El ser humano, pobre criatura, tiene tendencia natural al error, la debilidad, la rebeldia....lo que hizo Lucifer, Judas, y tantos otros, es marca singular del ser humano, dado al error y el pecado. Si en una epoca sono el Arrianismo en el mundo, hoy suenan por doquier todo tipo de error y herejia, las nacidas del marxismo cultural y mil otras. Sin guia segura, sin suelo y fundacion solida en la Fe, en Apologetica, en el dogma de la Iglesia, el hombre es solo un ciego en caos, un bruto en tienieblas. Lo que decia Donoso Cortes es hoy realidad absoluta.
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A.G..
Justamente, Roniel Aledo, sin guía, uno se pierde. Es lo que lleva pasando mucho tiempo. Ciegos no pueden guiar a ciegos. Cuando se desconfía de la razón, cuando la Iglesia con su Magisterio ya no es su guía, la mente se vuelve crédula a todo error, y por el pecado se inclina a él como buscándole, como pretendiendo hallar en el error lo que no halla en la verdad. Es todo un drama. Pero tiene arreglo.
02/10/16 7:18 PM
  
Alex Salas
Magnífico Post, El Papa Benedicto xvi en su libro Introducción al cristianismo explica claramente La decisión de la primitiva Iglesia en favor de la filosofía: “La Iglesia primitiva rechazó resueltamente todo el mundo de las antiguas religiones, lo consideró como espejismo y alucinación y expresó así su fe: nosotros no veneramos a ninguno de vuestros dioses; cuando hablamos de Dios nos referimos al ser mismo, a lo que los filósofos consideran como el fundamento de todo ser, al que han ensalzado como Dios sobre todos los poderes; ése es nuestro único Dios” es muy interesante cuando afirmas Alonso que la iglesia vio con buenos ojos la ley natural expuesta por Cicerón (a pesar de ser pagano) curiosamente algunos estudios han encontrado que existe un paralelismo asombroso entre la crítica filosófica de los mitos de Grecia y la crítica profética de los dioses.

Es triste que en hoy en día no se valore esta decisión de la Iglesia y se destruya la escolástica.

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Gracias Alex. La verdad es que, como bien dices, la valoración positiva de la filosofía y literatura grecolatina es muy importante como preámbulo de la fe. La Iglesia ha sido la gran defensora de la razón natural.

El menosprecio de la escolástica es un drama de nefastas consecuencias. Entre otras, el desprecio de los preludios de la fe que nos brinda la Antigua Sabiduría.
02/10/16 8:53 PM
  
Pub
El católico instruido y practicante de su fe se ríe de todos los errores de los sabios de este mundo, tan engreídos como necios y a los que supera en sabiduría cualquier niño que se sabe el catecismo y cualquier humilde aferrado al magisterio indeleble de la Iglesia.
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A.G..
Ese es el misterio de la verdadera sabiduría cristiana, que resiste la falsa sabiduría del mundo y rechina en los oídos de los pretenciosos.

Muchos saberes, sin norte, muchos errores.

Como bien dice, aferremos al Magisterio de la Iglesia.
02/10/16 10:13 PM
  
Roblete
Ese aprecio tradicional del pensamiento cristiano por la sabiduría antigua deja muy claro que el conflicto entre fe y razón es un invento de la modernidad. La verdadera incompatibilidad se da entre razón y relativismo; por eso el sentido común goza hoy de tan poco predicamento.
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A.G.:
En efecto Roblete, el conflicto fe/razón es un falso conflicto inventado por la Modernidad, no ha de haber contradicción ni disonancia entre ambas, sino armonía, como pretendía y pretende la Escolástica.
02/10/16 10:46 PM
  
eduardo Silva
Muy bueno su artículo. Es posible que este surgimiento del nominalismo sea la raiz de la ideología de género, que empieza por cambiar de nombre y de contenido al término sexo cambiándolo por género?
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A.G.:
eduardo me alegra mucho que me pregunte eso. Porque está clarísimo que la ideología de género, en cuanto ataque a las esencias y desplazamiento de lo real a la esfera de lo mental, empieza sin duda en el Renacimiento, con el absolutismo de la técnica/magia y su deseo de transformar la naturaleza de las cosas. Ya lo veremos más adelante. Gracias de nuevo.
02/10/16 11:27 PM
  
Hector R
Gracias Alonso me ha seguido aclarando el origen del antropocentrismo. Gracias
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A.G.:
Gracias Hector. Seguiremos profundizando en este tema, que es importante y nos va mucho en dilucidarlo bien.
03/10/16 1:37 AM
  
Néstor
Muy interesante e iluminador. En estos días justamente estaba pensando en que hacia el fin de la Edad Media ascienden o comienzan a ascender, justamente, la burguesía mercantil y prestamista y la filosofía nominalista a los primeros puestos de la sociedad y la cultura respectivamente.

Saludos cordiales.
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A.G.:
Gracias Néstor. Desde luego, es muy probable que exista una estrecha relación entre nominalismo y burguesía, como la hay entre protestantismo (que tiene origen nominalista) y capitalismo (que tiene origen burgués), tal y como demostró Max Weber. Tendremos que estudiar el tema. Creo que Spaemann comenta algo (de pasada) de este tema en algún ensayo, tal vez "El rumor inmortal" o en "Ensayos filosóficos".Lo buscaré..
03/10/16 8:45 AM
  
Gilb, DJ
Agradezco sus aportes tan interesantes y aleccionadores. Definitivamente que necesitamos regresar a la metafisica. Su post me ha ayudado a comprender, entre otras cosas, las raices de la crisis de la razón en nuestra cultura occidental . No sabia que se hundian hasta la Edad Media... Gracias de nuevo.
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A.G.:
En efecto, Gib, DJ, es necesario regresar a la metafísica porque la fe y la razón necesitan armonía.

La crisis, sin duda alguna, se remonta al final de la Edad Media, al surgimiento organizado del Nominalismo y su infiltración en la mente europea.
03/10/16 6:03 PM
  
milton
Por supuesto que si son de nuestro interés por favor continúe publicando este tipo de articulos porque a través de ellos aprendemos mucho

Bendiciones
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A.G.:
Seguiremos pues, si Dios nos lo concede. Gracias milton. Vale la pena porque es un tema necesario. Es preciso saber dónde está el cáncer para extirparlo.
03/10/16 6:06 PM
  
Luis Fernando
Y en esas estaban cuando asomó Lutero...
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A.G.:
Así es Luis Fernando, en este clima convulso de heterodoxias sutilísimas y de sincretismo eclesialmente correcto, surgió Lutero, al principio, como uno más, porque era uno más: nominalista como casi todos ellos. Pero tenía en mayor grado lo que ellos tenían en menos, furor teológico y odio a la doctrina católica.
03/10/16 7:51 PM
  
Adrián Ferreira
Lugares como infocatolica son como un refugio cálido en un duro invierno. Tenemos que unirnos. Dios le guarde y continue con esta serie además me encanta leerle aprendo mucho mucho.
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A.G.:
Gracias Adrián Ferreira. Continuaremos si Dios lo quiere. Es un asunto relevante, porque en esta tempestad de heterodoxia bien vista se fraguó la reforma, y se enquistaron problemas que perduran hasta hoy.
03/10/16 8:40 PM
  
Rexjhs
Excelente post. Lo terrorífico, Alonso, es que la inmensa mayoría de los bautizados cree que la religión católica es la religión del hombre. Y ya sabemos lo que eso significa.
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A.G.:
Buena, certera observación. ¿Cuántos católicos creen que eso es el cristianismo? Muchos. El modelo humanista/naturalista/antropocéntrico del deconstructivismo nominalista ha suplantado en muchas mentes occidentales al modelo verdaderamente católico. Y este es el error que hay que combatir.
03/10/16 8:48 PM
  
Ecclesiam
Lo decía el Papa León XIII en su encíclica Aeterni Patris: «Una constante experiencia nos demuestra que, cuando florecieron mayormente las artes liberales, permaneció incólume el honor y el sabio juicio de la filosofía, y que fueron descuidadas y casi olvidadas, cuando la filosofía se inclinó a los errores o se enredó en inepcias».

Si el hombre no tiene un pensamiento ordenado, en vano construye la casa de la filosofía.

Esta terrible apostasía general del clero católico a las artes liberales, y con ellas, a la teología escolástica, ha hecho sucumbir en las tinieblas del error hasta a las más altas esferas jerárquicas. Y si ellos, ¿qué de nosotros, simples seglares? Y si nosotros, ¿qué de los pobres paganos y pecadores?

Sin duda, que no nos estemos devorando los unos a los otros, es debido a la infinita misericordia del Señor. Otra causa no la puedo atribuir con la desolación de la razón y del intelecto de los días de hoy, que sin esa gracia, ya hubiéramos sucumbido en los más grotescos y diábolicos errores que uno pueda imaginarse, dejando como trivialidades de niños el aborto o la eutanasia.

Que la Virgen María nos ampare.

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A.G.:
Así es, nos mantenemos porque Dios es bueno con nosotros, por pura misericordia. Y como bien apunta, el abandono de la razón ha hecho sucumbir a muchos en las tinieblas de error. Gracias.
04/10/16 2:54 PM
  
Juan Andrés
La verdad que irse tan atrás en el tiempo, por tantos siglos, para explicar lo que ocurre hoy (que no dudo de su acierto, por favor), nos hace creer a los ignorantes que desde esos tiempos se ha venido produciendo una perfecta caída o decadencia que no se detiene y terminará en... (sólo Dios sabrá) pero que para alguien que carece de fe o conocimiento de Dios podría servir de clara justificación de su inexistencia. Podría poner en juego, por el camino de la duda o la desesperanza, la fe de quienes la tienen escasa o la están comenzando a buscar. En fin, es complicado entender en perspectiva de futuro todo esto... Señor, aumenta mi fe.
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A.G.:
Juan Andrés, yo creo que esta crisis que viene de tan lejos nos enseña que la fidelidad a la doctrina apostólica es la garantía de la identidad europea. Nos enseña las nefastas consecuencias de romper la armonía de la fe y la razón. Nos enseña que la fidelidad al Magisterio de la Iglesia es vital y necesaria, y que sin ella nos estrellamos contra un muro.
04/10/16 4:33 PM
  
Anacoreta
Interesante y necesario artículos en estos tiempos de oscuridad intelectual. Esperando con gratitud e inquietud intelectual la continuación del mismo.
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A.G.:
Gracias Anacoreta. Realmente, si se abandona la razón natural, y para colmo se minusvalora la Escolástica, en concreto al Angélico, la exposición al error resulta imprudente y temeraria.

Hay que iluminar esa oscuridad de la que habla.
04/10/16 7:14 PM
  
Javier Gutiérrez Fernández-Cuervo
Genial el artículo. Mi pregunta es: ¿Se podrán desenterrar los Universales y a Santo Tomás como él desenterró a Aristóteles? No en los seminarios y facultades beatas que no tienen mayor repercusión, sino en serio: En las universidades de peso de este mundo globalizado.
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A.G.:
Pues no lo sé, la verdad. Lo veo complicado, porque haría falta una reestructuración de los estudios y de la formación en general.

Al menos, en Infocatólica estamos contribuyendo a dar buena doctrina, y a recuperar la razón.

Lo que está claro es que en seminarios y centros de estudios católicos sería urgentísima una formación tomista en condiciones. No digamos en las universidades.

Gracias y un saludo
04/10/16 8:17 PM
  
guerrero memetico
Necesitamos ese tipo de artículos que vayan a la raiz de los problemas. Yo antes de volver a ser católico de corazón lo fui por la cabeza. Y también dejé de ser católico por la cabeza aunque seguía siéndolo en el corazón.

El propósito de las novedades filosóficas contra la idea de la filosofia peremnis, es que la novedad por definición carece de antídoto, de pensamiento racional que contrarreste sus errores, porque, como novedad, todavía no está asentada ni estudiada ni tiene fijadas las aristas por las que apoyarse para atacarla. Por eso preferir o buscar la novedad per se, es casi siempre lo mismo que un intento de tergiversar para destruir el orden de lo creado casi siempre por una cuestión de libido dominandi, por un deseo de poder, es decir, soberbia.

Por eso el nominalismo muta en empirismo, en idealismo, en filosofía analítica, generando todas las filosofías modernas. Siempre para huir de la crítica y salvaguardar el deseo de autonomía respecto de cualquier tipo de orden en lo moral "impuesto" por el Creador.

La estrafalaria estafa de que "los valores son subjetivos, los hechos objetivos" es la punta de lanza de esa estafa llamada Nominalismo. que ahora mismo está llegando a su paroxismo: en absolutismo relativista. Ahora los "hechos" son cada vez menos, porque todo se "valoriza" para convertirlo en armamento y a partir de la ideologia se contruyen "hechos" a medida: El clima, la raza, el género, la educación, el matrimonio,

Apuesto que ya en sus inicios el nominalismo no fue para resaltar la autonomía de Dios respecto a la razón moral de Bien o Mal, sino también y sobre todo para que frailes como Occam pecaran a gusto, Ya se vio con su hijo el Protestantismo.
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A.G.:
Sí, hay que ahondar en el origen de los males que nos aquejan, creo que es la única manera, con el auxilio de Dios, y desde amor a la Iglesia, de corregir lo torcido y enmendar las cosas, si Dios lo concede.
La ética, como teoría del valor, ha suplantado a la ley natural. En este sentido su observación es certera: es el reino del subjetivismo.

Gracias por su comentario.
05/10/16 12:51 PM
  
Juan Andrés
En atención a su respuesta Alonso a mi comentario, y para que se pueda advertir que, pese a esa impresión de caída libre a la que hice referencia, en realidad Dios sigue trabajando, quizás alguien con conocimiento profundo de la historia de la Iglesia podría escribir un artículo que versara sobre el "a pesar de ..." en el cual se dejaran descriptos los anticuerpos que se han ido sucediendo, y que hoy también van brotando, resaltando santos, o no, como San Bernardo de Claraval, San Francisco, Santa Catalina y vaya a saber cuantos más. Un artículo con ese objetivo, a la vez que dejaría ver todo cuanto nos cuenta aquí, nos advertiría sobre la intervención silenciosa del Padre, "a pesar de...". Un cordial saludo.
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A.G.:
Interesante lo que dice. Tomo nota.

Dios sin duda sigue trabajando. Y nos concede, creo, darnos cuenta de los caminos embarrados, intransitables. Demos la voz de alarma.
05/10/16 5:38 PM
  
Alonso Gracián
Amigos, ya está casi listo el post que continúa el presente. Habrá más nombres, más fechas, más detalles del caos existente en Europa, en esa época.

Podremos comprobar que Lutero no era una isla en un mar de ortodoxia, sino que tenía precursores, incitadores, y estaba inmerso en una atmósfera de heterodoxia política correcta.

De esta atmósfera de naturalismo surgiría el monstruo modernista. Por eso no dudo en calificar el Renacimiento como un Proto-modernismo, una Revolución Moderna. El antropocentrismo nominalista del Renacimiento es el Primer Modernismo.

07/10/16 4:10 PM

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