(145) Guerra al movilismo
1.- Debemos empeñarnos en una santa reforma de la Iglesia, en que la santidad sea el valor primordial y la sana doctrina su agente de perfeccionamiento. Ecclesia semper reformanda. Porque es urgente y necesario, y con la gracia de Dios posible, detener todo itinerario equivocado, todo paso arbitrario e innecesario que acerque al abismo; todo movimiento descontrolado, querencioso de novedades. ¡Debemos reencontrar la perla que ya poseemos, y es fuente de belleza, paz y quietud en el Señor, porque la recibimos! La santa doctrina de Cristo.
2.- No se puede caminar por caminos embarrados. Porque mancharse del barro del camino, si el barro es error y pecado, es malo para la Iglesia, es malo para el cristiano, es malo para toda pastoral que en verdad pretenda el bien de las almas. Y porque el barro esconde arenas movedizas.
3.- Sustituir la verdad que se recibe y da el reposo, por la búsqueda sin fin de ideas en perpetuo movimiento, es el gran engaño del espíritu de vértigo, el espíritu giróvago del mal, que no descansa nunca; el falso evangelio que idolatra el movimiento y aborrece la Tradición, poniendo en su lugar la Historia. Es la gran tentación del Occidente postcristiano: intercambiar el ser por el devenir. Es el fin de la metafísica.
4.- El movilismo es uno de los monstruos de la Modernidad. Y no creamos que ha regresado al abismo de donde surgió. Nada de eso. Todavía se desplaza a sus anchas, y a capricho, por las avenidas mentales de la Posmodernidad, representándose en multitud de ambientes eclesiales, en los vericuetos de la muy poco formada mente católica de hoy; haciédose fuerte a base de tópicos, prejuicios, lugares comunes del buenismo occidental. Es la acción constrictora y reductiva del antropocentrismo, que al infierno conduce.
5.- El movilismo modernista es rico en tópicos y nuevos paradigmas. Por eso hemos de ser valientes, y reconocer que su Balrog campea entre las salas del pensamiento católico como entre las columnas oscuras de Moria. Sin santidad, sin primacía de la gracia, sin aprender del Angélico a ser objetivos, será imposible salir ilesos de las minas. Seremos pasto de orcos.
6.- El movilismo es fácil de detectar, porque el lenguaje lo delata. Para la mente en vértigo, la fe se distingue por el movimiento, la tensión, la búsqueda infinita y sin reposo, la duda, la neurosis piadosa, la inconsciente emoción pacifista, el sentimentalismo ingenuo y suicida. Se desprecian las seguridades con espíritu infantilista y se minusvaloran las certezas con ánimo ingenuo.
7.- Una fe auténtica, para la mente movilista, no descansa en verdades inamovibles, inmutables y eternas, sino se mueve constantemente, idolatra la inmadurez, babea ante la inconsistencia juvenil, se embabia ante lo naif, ante lo imberbe, ante la rebeldía adolescente reconvertida en virtud.
8.- Según la perspectiva movilista, lo cambiante de las emociones son cualidad de una fe viva. Así, se estima positivamente la espontaneidad, la inquietud, el cambio, la falta de seguridades, la falta de madurez.
9.- Se precisa un reposo inquebrantable en la verdad, en la sana y santa doctrina de Cristo. Hacer un alto en los caminos embarrados y volver a la claridad, a la paz de las verdades recibidas, a los caminos verdes, sólidos y amplios que siempre conducen a Roma; y a la manera fresca y pura de obrar sub specie aeternitatis.
10.- Contra creencias humanas, demasiado humanas, que se mueven y no dejan de moverse y de cambiar de piel; contra falsas doctrinas que mutan según el mundo; contra pastorales invertebradas que mudan como insectos venenosos; contra la inconsistencia de un movimiento hacia la nada, de puro reducirse y autolimitarse; hemos de hallar reposo en la verdadera mente católica, regresar al bronce y a las palabras que resuenan para siempre, y no para el momento en que se cae el telón. Reformemos lo que hay que reformar para prevalecer en la calma de Cristo, en su hermosura y su verdad que prevalecen; en su Soberanía, que debe imperar. Es necesaria la quietud y la verdad que permanece. Stat crux, dum volvitur orbis. Reforma o apostasía.
21 comentarios
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A.G.
Eso, contra la substitución del ser por el devenir.
(Gustavo de Maeztu, creo)
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A.G.:
Así es, Don José María, más de árbol que de pájaro. O más de ent que de pájaro, que diría Tolkien.
Con diferentes máscaras las más rancias posturas filosóficas, herejías o movimientos levantan siempre cabeza. Engatusan por un tiempo, pero sus maquillajes tarde o temprano dejar ver las antiguallas, que presentan como último grito de la moda.
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A.G.:
Muy interesante su comentario, Don Miguel Antonio.
«Con diferentes máscaras las más rancias posturas filosóficas, herejías o movimientos levantan siempre cabeza.» Muy cierto. El movimiento es el disfraz del error. Gracias.
Señor, salva tu Iglesia.
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A.G.:
Amén
Lo que si he podido ver es que estas herejias , no prospera y aunque parece que son reformas necesarias en una vida moderna, nada sale bien con el tiempo.
Eso me hace confiar en Dios .
Tiempos dificiles nos esperan .
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A.G.:
Son tiempos difíciles, en efecto, Maribel. Son los tiempos que nos ha tocado vivir, en que hay que dar testimonio de la gracia recibida. Nuestro Señor nos manda gracias para afrontarlos y poner luz donde hay oscuridad.
Como bien dices, esto nos hace confiar en Dios. La batalla es nuestra, adelante, ¡vamos!
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A.G.:
Ese es un problema, Juan Andrés, formar a los formadores. Dar doctrina se ha convertido, hoy, en una misión, en la esencia misma de la misión, también dentro de la Iglesia, en múltiples ambientes.
Oremos, oremos, oremos. Y no dejemos de exponer el Depósito, y de guardarlo y defenderlo del mundo, con la ayuda de Dios, para que pueda ser luz de vida. Hay que iluminar la oscuridad.
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A.G.:
Amigo Jacobo, no me refiero en el post al activismo, sino al movilismo en cuanto desviación del sentido de la fe, a la reducción de la virtud teologal de la fe a permanente búsqueda, movimiento, sentimiento, emoción, cambio, creencia mutante...
Ezequiel 11. “Les daré un corazón nuevo y pondré en su interior un espíritu nuevo. Quitaré de su carne su corazón de piedra y les daré un corazón de carne. Así caminarán según mis mandamientos, observarán mis leyes y las pondrán en práctica; entonces serán mi pueblo y yo seré su Dios. Pero a los que tienen su corazón apegado a sus inmundicias y a sus horrores, les costará caro su conducta, palabra de Yavé".
Y cuando se trata de borrar este texto de la biblia es porque simplemente caminamos al hoy profundo hoyó por “movilísmo oscuro’. Vemos los mandamientos como carga, como una tradición sin sentido que esclaviza, atacamos la piedad, ofendemos los hermanos/as que buscan en aquello estable el sentido de la vida (1). Un movilismo así, ve todo oscuro, contrapuesto en aquella práctica de buscar en lo estable su accionar (2). Crea la disputa, la controversia y detesta que aquello sostenga la iglesia, lo ve muy simple, arroga división en el pueblo, zozobra y disputa (3). Su afán es complacerse en la inmundicia, vivir en el pecado contumazmente anestesiado en la aberración de su ser, burlarse de la verdad, y asociarse entre los defenecidos (4).
Ese es el sendero de la movilización, así se ve, y así igual será su fin “, les costará caro su conducta”.
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A.G.:
carmelo, me han gustado mucho las expresiones que ha utilizado: movilismo oscuro, y también sendero de la movilización.
Describen bien caminos que no hemos de transitar.
Hay que iluminar la oscuridad, ser defensores de la doctrina.
"Sustitución del ser por el devenir". Jó, qué frase. El tema de nuestro tiempo, me parece importantísimo aunque no sé si lo entiendo plenamente.
Gracias por tu exposición
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A.G.:
Es verdad, Albert, el ansia de novedades es distintivo de la sociedad de hoy. Y me parece muy aguda su mención del arte, en que, sin duda, se aprecia este espíritu de vértigo con claridad pasmosa.
Como bien dice ud. «El ansia de novedad ha matado la esencia del arte.» Me parece un muy agudo comentario. Por eso Salvador Dalí decía eso de que todo lo que no es tradición es plagio.
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A.G.:
Bueno, era sólo un matiz, porque es verdad que alguien puede confundir movilismo con activismo. Gracias por apuntarlo, Jacobo.
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A.G.:
Gracias Álex. Es verdad, formar a los formadores es tarea urgentísima.
Me parece muy acertado esto que ha dicho: «El activismo es el típico error del hombre centrado en las cosas del hombre.»
Así es.
La tentación que se genera, es en realizar una obra alejada de su centro que ha de ser: por Cristo y desde Cristo y en Cristo, donde mediante ella, El sea glorificado en espíritu y verdad, donde yo desaparezca y el resurja. Que todo el ser propio, no solo proyecte la obra sino que comunique en su conducta misma, una obra de Jesús que ha transformado todo su ser que ha cambiado su corazón de piedra que le ha dado la paz que sus ojos brillan más allá de las cosas como el alfarero que hace una copa de barro con autentico barro de la tierra limpia para ser usada, siendo buena la obra desde su pensamiento hasta su plenitud de uso. Imagino aquel vientre virgen y divino que fue pensado desde la eternidad para Jesús, Ella se dejó moldear para exteriorizar humanamente un plan divino.
Muchas gracias Alonso por sus comentarios y guía le agradezco.
Saludos y la paz con todos ustedes.
Bendiciones.
Por eso ha desaparecido en los libros religiosos movilistico-fideístas toda la producción literaria de la Patrística, los Doctores, los místicos, los santos y beatos, los grandes teólogos, los grandes pensadores, los profetas postbíblicos, las apariciones marianas y crísticas reconocidas...
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"la falta de maduréz": para mí, el movilista fideístico considera la madurez precisamente el vivir en la incertidumbre, duda e inseguridad permanente y completa, y considera como la infancia despreciable a toda posesión de las verdades estables y seguras.
Un estudio de un profesor colombiano determinó que habían más de mil creencias de la Nueva Era, y cada país, cultura y continente genera sus propias creencias.
El protestantismo tiene decenas de miles de comunidades denominacionales, no denominacionales e interdenominacionales.
La misma historia de la Iglesia generó cientos de herejías.
Por lo tanto, la enseñanza histórica, y asimismo, la propia dinámica interna del movilismo, demuestra que el movilismo tiene una gran movilidad de cambio y mutación.
El movilista cree que la verdad cambia, o más simplemente, que no hay verdad, sino solamente "búsqueda", para no encontrar nada, obvio.
Al movilista le parece que la Iglesia está en el mundo para que nosotros la perfeccionemos, en vez de para que nosotros nos perfeccionemos, es decir, nos convirtamos, por medio de ella.
Le preocupa la evolución de la doctrina y no la evolución de su pecadora persona a la luz de la doctrina inmutable de siempre.
Por eso les encanta Teilhard de Chardin, que dijo que Dios mismo se va perfeccionando (hoy día está de moda la formación permanente y nunca es tarde cuando la dicha es buena).
Para el movilista, "nuevo" = "bueno", aunque sea un nuevo cáncer.
El movilismo no cambia. Hace dos mil quinientos años que los heraclitianos vienen diciendo lo mismo.
Y es que para el movilista todo tiene que cambiar, menos su fe movilista.
En definitiva, si todo cambia, nada cambia. No se puede pasar de A a B si al mismo tiempo A se está convirtiendo en B y B en A. No es posible transformarse en gato si en el entretanto ser gato se convierte en ser cocodrilo. No es posible correr una carrera si la pista y la meta compiten con nosotros.
Por eso será, en el fondo, que a tantos les gusta el movilismo.
Saludos cordiales.
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A.G.:
Gracias Néstor, excelentes tus observaciones. Lo has dicho con claridad.
Su artículo me ha hecho recordar una frase del Señor: "cielo y tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán".
Un abrazo. Bendiciones del Señor y de su Madre Inmaculada
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A.G.
Gracias amigo José Díaz, sus comentarios siempre son enriquecedores.
Como acertadamente apunta, el movilismo es el final de la metafísica. Algo así como si pusiera la razón en aceleración, en el gran remolino, y la velocidad pulverizara los conceptos, arrastrándolos hasta el punto cero.
El vértigo nihilista que produce la deconstrucción nominalista de los conceptos es una tremenda fuente de angustia para el hombre contemporáneo, angustia que intenta quitarse de encima con evasión, mirando para otro lado, con narcóticos tecnológicos, o reforzándose con heterodoxias justificativas.
Reforma o apostasía. Es la encrucijada en que nos encontramos.
Abrazo en Cristo, con su Madre Inmaculada.
El movilismo, creo, viene de la creatividad e imaginación, tanto humanas como demoníacas.
Es humanamente imposible saber qué nueva idea generará el movilismo. Sólo lo sabe Dios.
Quizás su antónimo, el fijismo fideístico, enemigo del progreso de la conciencia de la Iglesia en la Verdad eterna, también comparte su origen humano y demoníaco, y quizás en el "seréis como dioses": seremos piedras inmutables, una forma de muerte por fosilización y petrificación.
Quizás, en el fondo, el movilista y el fijista son amigos...
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A.G.:
Jordi, es muy interesante la relación que menciona ud entre movilismo y fideísmo. De hecho, el movilismo fue una forma de sentimentalismo piadoso entre protestantes alemanes e ilustrados, por ejemplo Lessing, que fue su principal promotor. Gracias por sus comentarios.
Por el contrario, las verdades universales y necesarias son por eso mismo inmutables, porque "necesarias" quiere decir justamente que no pueden ser falsas.
Entre "universales" y "necesarias", la primacía la tiene el segundo término, porque es porque son necesarias, es decir, no pueden ser falsas, que esas verdades son universales, es decir, válidas para todos los casos y para todos los sujetos cognoscentes.
Tan es así, que las verdades filosóficas sobre Dios son necesarias, pero son universales solamente en el segundo sentido, no en el primero, ya que hay un solo "caso" de la Divinidad.
O bien, también son universales en el primer sentido, porque al haber un solo "caso" posible de la Divinidad, esas verdades son válidas para todos los casos que hay y puede haber.
Las verdades dogmáticas acerca de lo que Dios libremente ha querido hacer en la historia toman su inmutabilidad de la inmutabilidad misma de Dios, en quien el ser y el querer libre se identifican realmente.
O sea, se basan también en última instancia en la necesidad del Ser divino.
Esta necesidad e inmutabilidad del Ser de Dios y de todas las verdades que de algún modo se fundan en esos atributos divinos no es que sea "fija" o "no fija", es que no puede ser de otro modo de como es.
Lo contrario es justamente el movilismo, que tiene que llegar, sí o sí, a la afirmación de que Dios cambia y puede cambiar.
Es claro que entre esas dos posiciones no puede haber término medio.
Saludos cordiales.
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