(144) Sobre el furor de la conciencia, o que no se puede ignorar la ley moral sin grave daño
Hay cosas que no podemos dejar de conocer, cosas que no podemos ignorar. Cosas que Dios quiere que sepamos. Cosas que no podemos dejar de conocer sin grave daño, y que por eso la santa doctrina de la Iglesia nos recuerda con ardor. Cosas que una sana y católica pastoral debe ayudar a conocer y cumplir, y no a obviar y soslayar.
Es todo aquello que pertenece a la llamada Ley Natural, para cuyo cumplimiento se nos da la gracia, y por cuyo incumplimiento se nos da el sacramento de la confesión.
— ¿Qué es el pecado, sino un aplastamiento de la verdad que no podemos dejar de conocer: no matarás, no adulterarás…. ? Porque para pecar hay que ahogar la verdad que preceptúa la ley. Pero, ¿con qué? Con más pecados, y sobre todo, con el olvido heteropráctico, con la demagogia bienintencionada del encubrimiento, con la ignorancia voluntaria de todo aquello que no podemos ignorar, porque nos va la salvación o la condenación en ello, y que se llama LEY MORAL.
—La acción correctiva de la conciencia rechazada es un mecanismo por el cual la conciencia intenta defender a la persona del mal que ha realizado, y procura devolver su vida al orden moral. De esta forma, cuando el orden moral de la ley es silenciado y ahogado con pecados y errores voluntariamente mantenidos y justificados, la conciencia levanta su voz y vuelve su queja contra la totalidad de la persona.
Este mecanismo de autodefensa de la conciencia es conocido desde muy antiguo, y fue estudiado en profundidad por la cultura grecolatina, nuestra Veterum Sapientia, que diría San Juan XXIII. Su máximo desarrollo lo encontramos en la tragedia griega, y especialmente en la obra de Esquilo. El acoso de los remordimientos está personificado por las Erinias o Furias, personificaciones femeninas de la conciencia.
—Los mecanismos psicológicos con que la conciencia defiende a la persona, como son el remordimiento, la necesidad de confesar la falta, la urgencia de repararla, la sed de perdón, la búsqueda de justificación y coherencia con la ley, están bien representados por la expresiva imagen de las Furias persiguiendo al pecador inarrepentido. Lo constatamos en la tragedia griega, en las obras morales de los autores antiguos, en el arte y la filosofía de la Antiguedad. Es una figura que sirve al alma como preámbulo de fe, una realidad antropológica que la fe cristiana conducirá a su plenitud.
—Con el sacramento de la penitencia encontramos este poder pacificador de la conciencia ya absolutamente enriquecido por la gracia, elevado sobrenaturalmente de tal forma, que es capaz de producir la amistad con Dios, la justificación, la recuperación de la gracia santificante.
En esta bella y potente imagen de las Erinias contemplamos que a la cancelación de la culpa que, según la filosofía grecolatina, sigue la paz interior, se añade la novedad infinita que aporta Cristo, que es la gracia de una paz del corazón que rebasa la paz puramente natural, y que procede de la recuperación de la amistad con Dios mediante la confesión, como enseña Trento, ses VI.
—Pero, ¿qué le ocurre a una sociedad, a unas instituciones, a una teología, a una pastoral, a una ética, a una política en que se pretenden sistemáticamente callar la boca a las Erinias, a la acción correctiva de la conciencia, y no escucharlas, sino convivir con ellas como si no existiesen?
Esto lo ha estudiado profundamente un gran filósofo católico de nombre impronunciable, Budziszewski, en su importante libro Lo que no podemos ignorar. En sus muy amenas páginas nos explica que las sociedades modernas inmersas en la cultura de la muerte se caracterizan por un sistemático ocultamiento de la acción de la conciencia, y un institucionalizado combate contra estos mecanismos de defensa de la persona que, según hemos visto, la filosofía grecorromana simboliza con la imagen de las Erinias.
La posmodernidad occidental se caracteriza, de esta manera, por su decidido combate contra la conciencia, por su militante impostura eticista, por la cual la conciencia es sustituida por el discernimiento subjetivo al margen de la ley moral, y por la planificación ideológica de contra-mecanismos justificativos cuyo fin es desactivar los recursos con que la conciencia procura defender a la persona del mal moral, desinstalando la ley natural y masificando la anomia colectiva.
AÑADIMIENTO FILOSÓFICO
Veamos a continuación, muy brevemente, los contramecanismos con que las estructuras de pecado intentan combatir estos instrumentos de defensa contra el mal moral, literariamente llamados Erinias o Furias.
Contra la Primera Erinia, que es el remordimiento, la sociedad liberal utiliza el alcohol, la promiscuidad sexual, las drogas, el lujo, la vida cómoda y el vicio de la felicidad mundana. Narcotizado todo remordimiento, la Segunda Erinia, que es la necesidad de confesar el pecado, puede verse anestesiada por vías indirectas: por ejemplo ir a un psicólogo constructivista o gestáltico que nos “confirme” que el problema es que no tenemos autoestima, y justifique todo lo que hacemos, nos escuche pacientemente y nos aconseje perseverar en el pecado sin prejuicios, o que debemos afirmarnos asertivamente y no convivir con la culpa.
¿Cómo se calla a la Tercera Furia, la necesidad de pagar la deuda y restaurar el orden perdido? Pues volver a hacerlo otra vez, afianzarse en el mal hecho, asumirlo como lo normal, como lo habitual, y consolidarlo. Autoafirmarse en el pecado para que éste sea el nuevo orden de la vida. Y si el nuevo orden es el pecado autojustificado que no hay que expiar, así evitamos a la Cuarta Furia, la necesidad de perdón y reconciliación. Si conseguimos que se apruebe nuestro pecado, éste se verá inmerso en el orden del mal vigente, y no tendremos que reconciliarnos con la sociedad ni con la Iglesia. Pero para ello, hace falta eludir a la Quinta Furia, la urgencia de justificación. Nada mejor que hacerse apologeta del pecado que se pretende seguir cometiendo, su defensor, convertirlo en uno de los propios valores, mostrar que es justo, y promover cambios sociales que lo justifiquen, para que deje de atormentar.
Como dice Budziszewski: «Perseguido por las Cinco Furias, el ser humano se vuelve más malvado y a la vez más necio: más malvado porque su comportamiento se degrada; más necio, porque se traga más mentiras suyas”. Mentiras con las que pretende en vano acallar a las Furias. Acallar el deseo interior de arrepentirse, malintencionalizar el deseo interior de confesar su culpa; criminalizar la necesidad interior de expiar la falta; convertir en incorrección política el anhelo de reconciliarse con Dios, consigo mismo y con el prójimo; diagnosticar cual reaccionaria neurosis la sed interior de volver a ser justo.
En definitiva, la defensa legal, política, teológica, moral, propagandística, de tremendos pecados como el aborto, el adulterio, la anticoncepción, etc., no es más que un intento de acallar las Furias de la conciencia ultrajada y rendir culto idólatra a la diosa Felicidad.
Pero si quiere sobrevivir, la sociedad no debe desactivar los mecanismos con que la conciencia intenta corregir a la persona y a la sociedad misma y sanarla y defenderla del mal con la ayuda de Dios y de su iglesia. La predicación cristiana, la Nueva Evangelización, toda pastoral en general, y en especial la referida a situaciones irregulares, es decir, a situaciones de pecados intrínsecamente malos, no deben minusvalorar o callar la absoluta necesidad de la ley moral y los graves sufrimientos que proceden de su eclipse.
48 comentarios
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A.G.:
Pues sí, es un autor católico que tiene mucho que aportar. Su libro, por cierto, está publicado por Rialp.
Se lo agradezco mucho, ha sido una gran lectura.
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A.G.:
Cuánto me alegro, Oscar. Gloria a Dios.
Efectivamente, las Furias o Erinias, eran para los griegos una especie de conciencia que acababa volviendo locos a los transgresores. La misma Antígona hizo lo que hizo por miedo a ellas, ya que las Erinias castigaban duramente a aquellos que vulneraban la Ley de la Sangre-hay leyes anteriores a las leyes de los hombres-y la voz de sus ascendientes le gritaba que no dejara el cadaver de su hermano Polinices a merced de las fieras porque, de esa manera, erraría eternamente sin encontrar la paz ni el camino al Hades según sus creencias.
La voz de las Erinias no se podía apagar y exigían venganza.
Analógicamente mucho de lo que pasa hoy en día es la consecuencia de apagar esa voz, que nosotros llamamos Conciencia y que viene de Dios y que ya no es la Ley de la Sangre sino la Ley Natural.
Un ejemplo claro de ello es que nadie se atreve a decir que el aborto es bueno, no va dirigido al bien y no se puede razonar en esa línea. Cualquier intento de pretender otra cosa fracasa y, como dice Budziszewski, todo mujer que haya abortado, aunque tenga luego hijos, sabe que es una mala madre.
Quizás muchas cosas que pasan y que los psicólogos y los psiquiatras tratan como desequilibrios serían sanadas aplacando la voz de la Conciencia con un arrepentimiento sincero y una corrección de la conducta, porque si no es así algo en nuestro interior se volverá contra nosotros y aparecerá la locura, esa hibris que los griegos tanto temían.
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A.G.:
Desde luego, Palas Atenea, como bien dice "Analógicamente mucho de lo que pasa hoy en día es la consecuencia de apagar esa voz, que nosotros llamamos Conciencia".
La represión de la conciencia es distintivo de estas sociedades naturalistas y liberales que se dedican a negar la ley natural y combatir las esencias. Magia negra, que diría Budziszewski.
Respecto a lo que dice de los psicólogos, yo creo que los constructivistas/gestálticos han suplantado nefastamente el lugar del sacerdote, y la falsa sanación psicoterapéutica que ofrecen aleja radicalmente de la sanación que sólo Cristo puede ofrecer.
Como bien dice: "algo en nuestro interior se volverá contra nosotros".
Más que posmodernidad, habría que decir la retrogresiva prediluviana postura de Adán, la humanidad noáica (de Noé), la de Sodoma y Gomorra, la de Israel y luego Judá...
Es decir, el viejísimo y antiquísimo "seréis como dioses", o lo que es lo mismo: yo dicto lo que es Bien y Mal, Justo e Injusto, Moral e Inmoral.
No hay, entonces, ningún tipo de "avance" moral en este ámbito, no existe lo "postmoderno", en todo caso, sería lo "adánico hamartiológico" o la hamartía de Romanos 3: todos estamos bajo el dominio del pecado.
Nada nuevo bajo el sol.
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Para recordar nombres eslavos, el troceamiento y mnemotécnica:
Bud (cerveza)-----zis (zas)-----zew (Zeus)-----ski (sky, cielo)
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A.G.:
Pues sí, en definitiva es el Mundo Caído, aunque en grado superlativo y oponiéndose a toda posibilidad de salud.
Curioso su truco nemotéctico, gracias.
También lo trató Shakespeare en Macbeth quien, tras asesinar al Rey Duncan, oye voces en la noche que le anuncian: "Macbeth ha asesinado al sueño, nunca más volverá a dormir, ay, el sueño, el bálsamo de las almas heridas..."
Muy famosa es la escena de Lady Macbeth, que instigó al asesinato, y que se levanta sonámbula por las noches. Mientras vaga por palacio, parece lavarse la sangre de las manos y exclama: "permanece todavía aquí el hedor de la sangre. Todos los perfumes de Arabia no endulzarán esta pequeña mano".
El propio Macbeth sufre luego alucinaciones y, en medio de un banquete, se le aparece el espectro de Banquo, al que también asesinó. Macbeth le grita, aterrorizado, "fuera de aquí, espectro horrible, tus huesos están huecos, helada está tu sangre. ¡No agites contra mí tu cabellera ensangrentada!.
A mi juicio es difícil describir con más fuerza y belleza el horrible remordimiento del crimen. Aunque intentemos sofocarlo, surge inopinadamente, tal vez en sueños, tal vez en alucinaciones en un banquete o tal vez a través de terribles voces premonitarios.
Aprovecho a esta ocasión para dirigir una oración en especial por aquellas mujeres que, tras procurarse el aborto, pueden sufrir --y sufren-- los tormentos de la culpa, las noches en blanco, los recuerdos del pasado que asaltan como espectros...
Como dicen los Salmos: "Como un padre siente compasión por sus hijos, así el Señor se compadece por los que le temen" -- " Él perdona todas tus iniquidades, y sana todas tus enfermedades. Él rescata tu vida de la corrupción, y te corona con su compasión y misericordia. Él sacia de bienes tus anhelos; y renovará tu juventud como la del águila."
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A.G.:
Interesante lo que apunta de Shakespeare. Es una de mis obras preferidas, y creo que hay una película que no está del todo mal.
Compre el libro de Budziszewsky, le va a gustar y no le defraudará. Está en Rialp y cuesta unos 20 euros.
Afectuosamente
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A.G.:
Gracias María.
Creo que sí, que algo de tomista tengo, jeje
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A.G.:
Gracias Longinos.
Desde luego es un tema importantísimo. Los intentos de la sociedad actual de aplastar la conciencia no suceden vano, generan un sufrimiento considerable y una autodestructucción tremenda, que sólo el perdón y la misericordia del Señor pueden sanar.
Respecto a Budziszewsky, menudo libro tan bueno descubrimos, fue un hallazgo.
No todos , contestamos igual a los avisos que nos da.
Mi teoria es : haciendo uso de nuestra libertad, podemos hacer mas o menos caso de lo que nos indica , y eso es lo que nos define ante Dios .
Aunque El nos conozca de antemano , y sabrá en cada situacion lo que haremos .
Un misterio .
Gracias por su comentario
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A.G.:
Maribel, como enseñamos aquí en Infocatólica, sobre todo el P. Iraburu, Luis Fernando, Néstor y un servidor, la libertad es para la elección del bien, es decir, para la elección de la obra juzgada como buena por la conciencia recta y cierta.
La elección de una mala obra, que transgrede la ley, no es un acto propio de la libertad sino de esclavitud voluntaria.
Como bien dice, que Dios nos hable a través de la conciencia, y nos mueva a aplicar su ley al caso, es un misterio maravilloso, que refleja sin duda de qué manera nos protege y ama.
Eso sí, aparecen psiquiatras a punta de pala, cosa que en la novela de detectives tradicional no era necesaria porque se trataban de personas malas-con posibilidades de redención, por supuesto-no de locos.
La inflación de chiflados que aparecen por todas partes es una forma de negación colectiva de la conciencia. El mal no existe, señores, es que hay individuos que sólo pueden hacer lo que hacen porque están programados para hacerlo. Se ve perfectamente a dónde nos quieren conducir.
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A.G.:
Interesantísimo cuanto dice, Palas Atenea.
Por cierto, también hay chiflados en el cine que citan la Escritura, como el diablo lo hace. Me acordé, por ejemplo, de la espeluznante pelicula Seven, donde el asesino es un remedo diabólico de moralista.
Que el Espíritu Santo te siga iluminando.
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A.G.:
Gracias Beatriz.
Al parecer el libro se consigue fácil por internet, y de precio está aceptable.
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A.G.:
Qué bien, Albert, disfrútelo, le va a gustar. Ya me cuenta.
Hay diversos métodos, el más antiguo de Cicerón y la composición de lugar.
Para estos apellidos eslavos, se puede usar lo que le escribí y aconsejaron estos especialistas. Así, cada uno puede tener sus propios recursos de sus propias experiencias y habilidades.
El apellido polaco Budziszewski, se descompone en las partes básicas que propone este método mnemotécnico. Cada parte según lo que cada uno comprenda según su propia personalidad: números, color, sonidos, sílabas, comparaciones...
Otra manera:
Bud (cerveza)-----zis (zas)-----zews (Zeus)-----ki (gallina/kilo/Aquino)
Y se hace una frase: La cerveza Bud fue en un zis zas a Zeus y comió gallina (o entendió a Aquino; o engordó un kilo)
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A.G.:
Interesantes los trucos nemotécnicos. Hubo un jesuita, Rizzi, que llevó a China El palacio de la memoria, como un método para memorizar propio de Occidente, que en Oriente causó sensación, teniendo en cuenta el importante papel de la memoria en el lenguaje oriental.
La elección de una mala obra, que transgrede la ley, no es un acto propio de la libertad sino de esclavitud voluntaria".
Los argumentos más retorcidos del tomismo son los que hablan de la "libertad", que consiste en obedecer, la libertad en la que, entre A y B, sólo se puede elegir A, porque elegir B es "esclavitud voluntaria", libertad en la que uno hace aquello que Dios ha decidido y, a efectos prácticos, infaliblemente obligado al hombre a hacer.
Y cuando se busca el fundamento que intente hacer verdad de todas esas paradojas, resulta que todo pende de una falacia, una falacia que ni siquiera explica cómo las paradojas pueden dejar de serlo, sino que sólo explica, falazmente, que no hay contradicción formal entre, por ejemplo, libertad y determinismo.
Y, claro, para que haya "libertad" tomista, uno tiene que saber de antemano cuál de las dos posibilidades es la que le hace libre, cuál es la única que se puede elegir en "libertad", así que, con este fin, aparecen en escena, por arte de birlibirloque, la ley "natural" y la conciencia.
Y sobre esa roca imaginaria está edificado el sólido castillo que es este artículo.
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A.G.:
Es de sentido común que la elección del mal esclaviza y que el pecado no libera. Elegir el mal es siempre una insensatez.
Elegir algo malo es una insensatez, si se elige sin saber que es malo y una maldad si se elige a sabiendas, pero la libertad es la posibilidad de elegir, tanto en un caso, como en el otro, como en el caso de que se haga una elección más acertada.
Las malas elecciones no esclavizan. Lo que esclaviza son las elecciones irracionales, o irresponsables, o inconscientes, o tomadas en base a principios dogmáticos...
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A.G.:
La elección de una obra mala, de un pecado, es una acción contra la propia naturaleza, puesto que es una transgresión de la ley natural. Y dado que la libertad forma parte esencial de la naturaleza humana, es también una acción voluntaria contra la esencia misma de la libertad. Un abuso, por tanto. La elección del pecado es una elección antinatural, por tanto, contra la libertad, esencia de la naturaleza humana.
Así lo explica León XIII en la Libertas:
«Pero así como la posibilidad de errar y el error de hecho es un defecto que arguye un entendimiento imperfecto, así también adherirse a un bien engañoso y fingido, aun siendo indicio de libre albedrío, como la enfermedad es señal de la vida, constituye, sin embargo, un defecto de la libertad. De modo parecido, la voluntad, por el solo hecho de su dependencia de la razón, cuando apetece un objeto que se aparta de la recta razón, incurre en el defecto radical de corromper y abusar de la libertad. Y ésta es la causa de que Dios, infinitamente perfecto, y que por ser sumamente inteligente y bondad por esencia es sumamente libre, no pueda en modo alguno querer el mal moral; como tampoco pueden quererlo los bienaventurados del cielo, a causa de la contemplación del bien supremo. Esta era la objeción que sabiamente ponían San Agustín y otros autores contra los pelagianos. Si la posibilidad de apartarse del bien perteneciera a la esencia y a la perfección de la libertad, entonces Dios, Jesucristo, los ángeles y los bienaventurados, todos los cuales carecen de ese poder, o no serían libres o, al menos, no lo serían con la misma perfección que el hombre en estado de prueba e imperfección.
El Doctor Angélico se ha ocupado con frecuencia de esta cuestión, y de sus exposiciones se puede concluir que la posibilidad de pecar no es una libertad, sino una esclavitud. Sobre las palabras de Cristo, nuestro Señor, el que comete pecado es siervo del pecado[3], escribe con agudeza: «Todo ser es lo que le conviene ser por su propia naturaleza. Por consiguiente, cuando es movido por un agente exterior, no obra por su propia naturaleza, sino por un impulso ajeno, lo cual es propio de un esclavo. Ahora bien: el hombre, por su propia naturaleza, es un ser racional. Por tanto, cuando obra según la razón, actúa en virtud de un impulso propio y de acuerdo con su naturaleza, en lo cual consiste precisamente la libertad; pero cuando peca, obra al margen de la razón, y actúa entonces lo mismo que si fuese movido por otro y estuviese sometido al dominio ajeno; y por esto, el que comete el pecado es siervo del pecado»[4]. Es lo que había visto con bastante claridad la filosofía antigua, especialmente los que enseñaban que sólo el sabio era libre, entendiendo por sabio, como es sabido, aquel que había aprendido a vivir según la naturaleza, es decir, de acuerdo con la moral y la virtud.»
Perdon por la pregunta , pero es que me interesa mucho conocer la diferencia .
Solo somos libres para hacer el bien?
Esto puede que me aclare muchas cosas.
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A.G.:
Pues sí, Maribel, la cosa es importante. Es error que viene de la visión semipelagiana creer que la libertad es la elección tanto de un bien como de un mal moral, indiferentemente. Sin embargo, la elección de un pecado es una posibilidad de la libertad, de la que puede abusarse, pero no una capacidad propia coherente con su esencia.
La libertad tiene por objeto elegir el bien, o de entre dos bienes elegir el más conveniente. Pero la elección de la obra mala, que transgrede la ley, es un atentado de la libertad humana contra sí misma, pues ataca su propia naturaleza. Y siendo la libertad don de la naturaleza, don creatural de Dios, toda obra antinatural elegida es una obra esclavizante, enajenante, destructiva, por antinatural, aun siendo voluntaria y por ello imputable.
Precisamente estoy leyendo una novela, entre Agatha Christie y Wodehouse, en la que un psicoanalista de los años 40 del pasado siglo tenía el grave problema de que no podía encontrar el inconsciente por ninguna parte y, naturalmente, eso le dejaba fuera del psicoanálisis.
Nada de lo que haga el hombre va, pues, en contra de su naturaleza, aunque vaya en contra de una ley moral impuesta o autoimpuesta, asumida o aceptada a regañadientes.
Por lo tanto, la libertad, que, efectivamente, forma parte de la naturaleza humana, no se vé puesta en entredicho por el resultado de la elección que, en ejercicio de esa libertad haga el hombre.
Cuanto más racional y más consciente sea esa elección, más verdaderamente libre será, incluso si es equivocada y cuanto más basada en creencias dogmáticas, menos libre será, incluso si casualmente es correcta.
La medida de la libertad no es, pues, la concordancia del resultado de la decisión con una norma moral supuestamente "natural", sino el grado de racionalidad y de consciencia con el que se ha tomado esa decisión.
León XIII, el Doctor Angélico y mucha más gente quieren salvaguardar al mismo tiempo dos conceptos contradictorios: la libertad humana y la obligación de hacer "el bien", entendido como obediencia a la moral cristiana revelada. Por eso insisten es eso de que libertad es hacer el bien (hacer lo que Dios manda) y el resto es esclavitud.
En ese empeño, se ven obligados a crear de la nada la idea de la ley natural, para poder argumentar que la ley de Dios no es algo externo al hombre, sin darse cuenta de que eso convierte al hombre en un autómata, para el que el funcionamiento normal es obedecer la ley y pecar es una avería.
Pero en el mundo real, lo que es contradictorio es contradictorio, por mucho que "en sentido dividido" no lo sea.
Comprendo esa necesidad que tenéis de racionalizar vuestra fe, pero no todo se puede racionalizar.
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A.G.:
El problema de afirmaciones como ésta que ud realiza:
«Las verdaderas leyes naturales no incluyen ninguna ley moral, por lo que no existe ninguna ley natural en el sentido de norma moral. La norma moral, en buena lógica, sólo puede ser impuesta externamente (por ejemplo, por Dios), o creada por el mismo hombre. »
es que son gratuitas, no son realistas. Hasta un niño escucha esa voz en su interior que le dice que mentir es malo, y se sonroja si le pillan. O el marido que se va con otra, y es infiel a su esposa, se esconde y le es infiel en secreto, porque sabe que está mal; por ejemplo.
El hecho de que existe en el interior una voz que nos dice que tal o cual cosa son malas y no deben hacerse, es decir el fenómeno real de la conciencia, que nos dice desde niños que esto o aquello está mal, es un hecho tan real, tan evidente, tan universal, que no admite discusión, y que prueba que la ley moral no es algo externo y arbitrario o inventado o artificial, sino algo que brota de dentro, de la naturaleza, y que nos acompaña desde que tenemos uso de razón.
Si no existieran leyes morales, el ser humano no sería libre, porque no podría saber con certeza si algo es bueno o malo y sería esclavo del ciego instinto. Todo sería relativo, todo sería convencional, arbitrario y artificial, desligado de la naturaleza del ser humano. Nada sería bueno o malo en verdad. Matar, esclavizar, mentir, violar, podrían ser buenos o malos según la norma exterior acogida o impuesta, pero no en sí mismos. Sería el relativismo más absoluto.
Su afirmación tampoco es realista, en el sentido de que ignora que hay bienes que, de hecho, son buenos para el ser humano, con objetividad, y otros que son malos en sí mismos. Si ud afirma que no hay ley moral natural, afirma que no matar es una norma arbitraria, simplemente una convención. Y no una verdad objetiva. Y así podría justificarse cualquier atrocidad. Todo dependería del sistema ético escogido.
Creo que ya lo he explicado: la medida de la libertad es la racionalidad y la consciencia con la que se tome una decisión. Una decisión es más libre cuanto más racional y más consciente. Y menos libre cuanto más irracional, o irresponsable, o inconsciente, o tomada en base a principios dogmáticos.
Que la decisión sea buena o mala es otro asunto. No por ser más libre o menos libre la decisión es más o menos acertada.
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A.G.:
Si, como ud dice, la medida de la libertad es la racionalidad, es porque estima que la razón es capaz de encontrar la verdad objetiva sobre el bien a elegir. Lo cual contradice sus afirmaciones anteriores.
Veamos algunas matizaciones importantes a su comentario. Si ud niega que la libertad está regida por leyes naturales, entonces es que cree que es artificial, y si la libertad es algo artificial, ¿por qué confía tanto en ella? ¿Podría la libertad, si fuera artificial, confiar en la razón, que es natural? Y si la libertad fuera algo artificial en el ser humano, ¿no sería eso negar la humanidad misma? ¿negar la libertad?
Y si niega que exista una ley moral natural, es decir, objetiva, ¿para qué sirve entonces la razón NATURAL objetiva? Se precisaría más bien una razón artificial, más bien una mera opinión subjetiva.
Asimismo, olvida ud que esa razón en la que ud confía su libertad, está también estructurada por leyes naturales objetivas. Por eso la razón es razón natural. ¿Acaso niega ud que la razón es natural, propia de la naturaleza humana, cree que es sólo un invento, o una capacidad adquirida desde afuera? Entonces sería, como se dijo, mera opinión, un artificio mental, mero mentalismo, mero idealismo, mera ideología.
Así pues, si como ud afirma no existen leyes morales naturales, tampoco existe una razón natural capaz de discernir con objetividad , es decir, de acuerdo con leyes naturales; y tampoco existiría una libertad que no fuera un mero invento, algo artificial, arbitrario, irreal. Si no existen leyes morales naturales, no existen ni la razón ni la libertad.
Para nosotros, los cristianos, el mal no es un concepto abstracto, pero no veo la razón por la que no pueda serlo para un ateo que maneja otros conceptos igualmente abstractos, y de la misma manera que se permite calificar a las personas de inconscientes o irracionales pueda calificarlos también como buenos o malos.
Los principios dogmáticos aceptados libérrimamente son perfectamente válidos a la hora de tomar una decisión. Puede que un musulmán en Pakistán esté obligado a mirar las cosas desde principios dogmáticos porque le va la vida en ello, pero en occidente si yo me adhiero a los principios de la Iglesia Católica es porque los acepto haciendo uso de mi libre albedrío. No hay mayor enemigo de la libertad que un jacobino que disuelve un convento de monjas porque han hecho votos perpetuos y a él le parece que eso es una conculcación de la libertad, de manera que obliga a las monjas a ser libres según su concepto de libertad ("Diálogo de Carmelitas"). Y pido perdón por la reiteración de la palabra libertad, pero este concepto tiene pocos sinónimos válidos.
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A.G.:
Qué bien le han respondido, Ramontxu, tome nota.
"Si no existieran leyes morales, el ser humano... no podría saber con certeza si algo es bueno o malo"
Esa frase sólo tiene sentido si usted admite que las leyes morales son algo externo al hombre, que el hombre tiene que "saber" o "descubrir", para saber lo que es bueno y malo. Frente a eso, yo digo que no hay leyes morales externas al hombre, sino que el hombre DECIDE (no "sabe") lo que es bueno o malo. El hombre no puede "saber con certeza" si algo es bueno o malo, ni falta que hace.
Usted dice que eso convierte la moral en una cuestión subjetiva, en una opinión, pero eso es una falacia, que da por supuesto que el hombre no decide racionalmente, por razones objetivas, mientras que lo que Dios decide es lo único objetivo. Además, esa falacia echa por tierra toda su teoría sobre la ley natural, que, según usted, forma parte de la naturaleza del hombre, que le brota de su mismo ser... ¿No es esa la definición de "subjetivo"? Porque, ¿cómo sabe usted que esa ley que le brota de dentro es la misma que me brota a mí? Para mí, la ley natural es un invento pero, si existe, es lo más subjetivo que hay.
La razón no sirve para "encontrar la ley natural", sino para decidir lo que es bueno y lo que es malo, en cada circunstancia. Bueno o malo, no por referencia a una ley externa (que usted, equivocadamente, llama "objetiva"), sino por referencia a lo que es bueno o malo para el hombre y para los hombres, para su felicidad y su desarrollo humano. Ésta sí que es una cuestión objetiva, no una ley. Una cuestión objetiva a la que se puede llegar por la razón, aunque no siempre sea fácil.
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A.G.:
El ser humano no es quien decide el bien y el mal, no es quien crea lo bueno y lo malo, no puede ocupar el lugar de Dios. Y cuando lo ha hecho, los resultados han sido horrorosos, y se han justificados las atrocidades más inimaginables. No tiene ud más que recordar el nazismo. El hombre no es Dios. Cuando quiere serlo, y substituirlo, nos encontramos con que es capaz, en su soberbia, de maldades sin fin. La razón no decide lo bueno y lo malo, porque el ser humano no es Dios. Esta es la tentación diabólica por excelencia, y el origen de todos los males.
Ud dice: «Además, esa falacia echa por tierra toda su teoría sobre la ley natural, que, según usted, forma parte de la naturaleza del hombre, que le brota de su mismo ser... ¿No es esa la definición de "subjetivo"? Porque, ¿cómo sabe usted que esa ley que le brota de dentro es la misma que me brota a mí? Para mí, la ley natural es un invento pero, si existe, es lo más subjetivo que hay.»
No, no es esa la definición de subjetivo. Lo subjetivo nace de la opinión, de la mente, de la imaginación, de lo particular, y no de lo general, ni de lo universal, ni de lo objetivo, ni de lo esencial, es decir, del ser. Lo subjetivo procede de interpretaciones mentales de la realidad. Lo objetivo, del ser, de la realidad objetiva.
La ley natural no es subjetiva porque existe en la naturaleza de TODO ser humano, es por tanto universal, más allá de todas las particularidades y de todos los sujetos y de todas las individuales. Es lo que tienen en común todos los sujetos en todo tiempo y lugar.
Está ud utilizando razonamientos nominalistas (que niegan los universales). Y esta postura sólo le conducirá al relativismo y al nihilismo. Empeño de Nietzsche era afirmar la autonomía del hombre respecto a Dios, y su "derecho" a decidir qué es bueno y que es malo. Y como le he dicho antes, usurpar el papel del Legislador Divino conduce a justificar lo injustificable. Si niega la voz de la conciencia, el ser humano se convierte en victima del determinismo ciego, y ya no sabe qué es malo ni qué es bueno. Es más, defenderá y legislará como bueno lo que es horripilante.
El ser humano no puede decidir, por ejemplo, que matar a un inocente, ponerle los cuernos a la mujer, o abusar de niños, es bueno. Porque SABE que es malo. Y lo sabe por la conciencia, que le dice que es malo, y le dice que es malo porque lo sabe, lo tiene escrito (por Dios) muy dentro: no matarás, no adulterarás... ¿El ser humano sabe que matar inocentes es malo, o solamente lo decide cada cual en su mismidad, valiendo sólo para cada uno en concreto, pudiendo ser bueno para otro que haya decidido lo contrario?
Ya sé que tu aceptas libremente principios dogmáticos. Y no hay problema con ello. Pero, si lo haces, tu libertad termina ahí. Luego, cada vez que tomas una decisión concreta en base a esos principos dogmáticos estás renunciando a tomarla en base a motivos racionales.
Yo uso, efectivamente conceptos abstractos para pensar y para expresarme, como no podría ser de otra manera, pero no los absolutizo. No creo que el concepto abstracto de "bien" implique la existencia de un "Bien" en la realidad. Y lo mismo con "mal". Son sólo conceptos que usamos para organizar nuestros pensamientos y para entendernos mutuamente.
Pongamos un ejemplo: El obispo Romero creyó en conciencia que debía decir algo sobre el trato que el gobierno-militares y paramilitares-estaban dando a los campesinos de El Salvador; otros sacerdotes pensaron, también en conciencia, que decir algo podía interpretarse como una adhesión de ellos a las guerrillas que eran comunistas, y se callaron. Sólo Dios sabe, y ellos cuando se presenten a juicio, quién obró mejor.
Ya ves que la libertad de esos sacerdotes no terminó con la aceptación del dogma porque dieron distintas respuestas al mismo problema. San Maximilian Kolbe, cuya fiesta es el próximo domingo, no estaba obligado a dar su vida por otro, no hacerlo no habría sido pecado de ninguna clase porque otros sacerdotes no lo hicieron. ¿Qué clase de prejuicio hace que pienses que nuestra libertad termina por el simple hecho de ser católicos y nuestras respuestas son siempre iguales? como el perro de Paulov babea cuando oye la campanilla, así nosotros obramos cada minuto de nuestra vida dirigidos por las campanas de la iglesias. Demasiado elemental, querido Watson.
En cuanto a la ley natural y, con ella, la conciencia, que es el tema del post, su frase:
"...existe en la naturaleza de TODO ser humano, es por tanto universal, más allá de todas las particularidades y de todos los sujetos y de todas las individuales. Es lo que tienen en común todos los sujetos en todo tiempo y lugar".
No sólo es una afimación gratuita, sino evidentemente errónea. Es evidente que no todos pensamos lo mismo sobre lo que es bueno y lo que es malo y, menos aún, si añadimos "en todo tiempo y lugar". Para un musulmán, es bueno tomar una cuarta esposa, si sus posibilidades económicas se lo permiten, porque es un servicio a la sociedad. Su ley natural y su conciencia le dicen que debe hacerlo, aunque no le apetezca. ¿Le dice lo mismo a usted su conciencia? A mi tampoco.
Decir que todo el mundo SABE que es malo matar a un inocente y tratar de demostrar con ello la existencia de la ley natural es un argumento de lo más débil. En efecto, coincidir en una cosa no implica coincidir en todo y, menos aún, implica que esa coincidencia tenga su origen en una supuesta ley natural. Se puede llegar a la conclusión de que es malo matar a un inocente por medios racionales, sin necesidad de apelar a una vocecita interior que nos lo revela.
Y, además, ni siquiera eso que, a primera vista, parece tan evidente (matar inocentes es malo), se puede poner como ley universal (que sería el caso, si formara parte de una ley natural universal), sino que hay excepciones: en la guerra o en defensa propia se mata legítimamente a inocentes. De lo que se deduce que la ley natural o cualquier ley universal, tienen la misma utilidad que los conceptos abstractos: sirven para comunicarnos, para ordenar y facilitar nuestros pensamientos y razonamientos, pero en cuanto los absolutizamos y los ponemos por encima de esos pensamientos y razonamientos a los que sirven, se convierten en ídolos ridículos que estorban y esclavizan. Se convierten en enemigos de la razón y de la libertad.
Me viene a la memoria eso que repite Jesus , que guardará a cada uno de los que le entregó el Padre.
El que cree, se entrega .
No todos entienden, quien tenga ojos que vea y quien tenga oidos que oiga.
Gracias por los comentarios .
En realidad, no creo que, en la práctica, ni tu nadie haga semejante cosa. Muy fanáticos tendríais que ser. Pero eso es lo que defendéis aquí, al menos teóricamente.
En cuanto a los ejemplos que pones de cristianos razonando, lo siento pero no son muy adecuados. Si el obispo Romero, por una parte, y algunos sacerdotes, por otra, tomaron decisiones diferentes en las mismas circunstancias, uno de los dos estaba equivocado según la ley natural y obró mal y el otro obró bien. Para saber eso no es necesario usar la razón, sino consultar la ley natural. Otra cosa es que la decisión fuera difícil de tomar, porque sabían podría implicar la muerte, como así fue para Romero, pero, moralmente hablando, o la decisión correcta era meridianamente clara, o no existe la ley natural.
Por lo que se refiere al padre Kolbe, implicas que la ley natural y cristiana se limita a prohibir los pecados y que no obliga a hacer el bien. ¿Es que no están llamados los cristianos a ser santos, a ser perfectos y eso es siempre posible por la gracia de Dios?
En cualquier caso, la cuestión aquí no es saber si Kolbe estaba obligado o no a hacer lo que hizo. La cuestión es qué método empleamos para la toma de decisiones morales: si tratamos de saber lo que Dios nos dicta a través de la ley natural, de la conciencia y del catecismo o, por el contrario tratamos de concluír qué es lo mejor por nosotros mismos.
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A.G.:
Ramontxu dice ud: «Palas, si aceptas la existencia de una ley natural universal que está inscrita en el corazón de cada persona pero que está mejor y más claramente especificada en el catecismo católico, y te adhieres a ella, cuando te encuentras ante una decisión complicada no piensas, sino que consultas el catecismo. Eso es lo que implica la aceptación de una ley universal: renunciar a la razón y a la libertad. »
No es así.
La conciencia aplica la ley al caso, lo cual es PENSAR, juzgar. Razón práctica.
Ante la duda, se consulta el Magisterio de la Iglesia, por ej. el catecismo, por una razón: hay que FORMAR la conciencia para que el juicio de la razón práctica tenga fundamento y no se construya sobre nada, es decir, no devenga irracionalidad.
La aceptación de una ley universal precisamente garantiza la razón, puesto que la razón se fundamenta en verdades objetivas y universales. Una vez más, confunde ud razón con opinión.
Exacto, Maribel. Totalmente de acuerdo. Precisamente lo que yo trato de señalar aquí es que muchos cristianos y los tomistas en general, se niegan a aceptar y reconocer una cosa tan simple como esa: que, si son buenos cristianos, se rigen por su fe, no por su razón.
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A.G,.:
Dice ud Ramontxu:
«muchos cristianos y los tomistas en general, se niegan a aceptar y reconocer una cosa tan simple como esa: que, si son buenos cristianos, se rigen por su fe, no por su razón.»
Es erróneo lo que dice, solamente un tópico. Precisamente, si ha leído ud lo que le he escrito, la ley NATURAL se conoce por la RAZÓN natural. Es cognoscible por TODO ser humano,cristiano o no.
Precisamente negar la ley natural, como ud hace, es negar la razón. El cristianismo, por tanto, es el defensor de la razón por excelencia. primero porque la gracia potencia la racionalidad. Segundo, por la fe la perfecciona. El ateísmo no es más que una razón debilitada, herida por prejuicios subjetivos.
Las verdades reveladas se conocen por la fe. Pero la ley NATURAL, de la cual estamos hablando, se conoce por la razón natural, no por la fe.
El magisterio de la Iglesia lo que hace sólo es recordar la ley natural que se conoce por la razón. Y la recuerda, no porque sea sobrenatural y se necesite la fe, sino porque el pecado ofusca la razón, la vuelve subjetiva y la debilita. Lo que hace el Magisterio es fortalecer la razón. El problema de no contar con el magisterio es que la razón queda abandonada a un estado de precariedad.
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A.G.:
Dice ud. «Si te adhieres a la ley de Dios, no es necesario utilizar la razón para tomar decisiones morales.»
Esto que dice es contradictorio y no tiene sentido, porque precisamente la forma de adherirse a la ley de Dios es MEDIANTE LA RAZÓN. (La fe es para las verdades REVELADAS, no para la ley natural).
En la tesitura que se encontraron los que pudieron hacer algo por salvar judíos la razón no tenía nada que decir porque la razón pura no podía decir nada al respecto, por ser una decisión moral, y la razón práctica aconsejaba no meterse en problemas. Es decir, que la bondad, puede parecer insensata si aplicamos la razón práctica que argumenta así: " Si no eres un delator ni te aprovechas de los bienes judíos ya has hecho bastante. Salvar a un judío o dos dentro de un conflicto que afecta a millones no tiene utilidad alguna".
no debe atribuir a los católicos cosas en las que no creemos, con tal de afirmar sus tesis.
Los católicos no creemos que la ley natural sea sobrenatural o revelada, por tanto no debe afirmar que sólo pueda conocerse por la fe. Se conoce por la razón, cuyo acto propio, referido al caso, lo realiza la conciencia.
La Revelación lo que hace es recordarla. La fe fortalece e ilumina la razón, no la substituye. La fe perfecciona la razón, porque le aporta lo que ella por sí sola no puede alcanzar. La fe resuelve la incompletitud de la razón, socorriéndola precisamente con aquello que escapa a su potencialidad natural.
No tiene sentido, por otra parte, que niegue leyes naturales universales. Porque entonces niega también la estructura misma del acto libre, y la esencia propia de la razón práctica, cuyo fundamento son leyes naturales universales que garantizan su objetividad y la liberan del mundo tiránico de la ideología y del subjetivismo.
Lo que ud está defendiendo como racional es sólo opinión subjetiva, pues le niega objetividad, universalidad, incluso el fundamento de unos principios universales que la permitan sustentarse en el ser y no en la mente particular.
Siendo la razón conocimiento de las esencias, no puede ud negar las esencias sin negar al mismo tiempo la razón.
O sea, que el pensar se reduce a aplicar la ley al caso. No es es gran cosa, entonces. La ley viene dada y no hay que pensar sobre ella.
"Ante la duda, se consulta el Magisterio de la Iglesia, por ej. el catecismo, por una razón: hay que FORMAR la conciencia para que el juicio de la razón práctica tenga fundamento y no se construya sobre nada, es decir, no devenga irracionalidad"
O sea que, de nuevo, la ley, lo importante, viene dado y se acepta de manera dogmática, no racional. La razón (que es la que se ocupa meramente de los detalles) se tiene que basar sobre una base no racional. ¿Y eso dice usted que es para que "no devenga irracionalidad"? ... ¿No se da cuenta de la contradicción?
" Precisamente, si ha leído ud lo que le he escrito, la ley NATURAL se conoce por la RAZÓN natural. Es cognoscible por TODO ser humano,cristiano o no."
No sólo lo he leído, sino que ya le he contestado, diciendo que era una afirmación gratuita y claramente errónea porque, si fuera cognoscible por la razón, todos llegaríamos a la misma conclusión, cosa que es evidente que no ocurre. Creo que es usted el que no se ha leído lo que yo he escrito.
Es más: Si la ley natural es algo a lo que se puede llegar por la razón, es decir, mediante razonamientos basados en la observación de la realidad, ¿para qué es necesario que esa ley natural esté inscrita en nuestros corazones? ¿para qué es necesaria la conciencia? Si se puede llegar a ello por la razón, quiere decir que con la razón basta.
Más afirmaciones gratuitas:
- "negar la ley natural, como ud hace, es negar la razón."
- "El cristianismo, por tanto, es el defensor de la razón por excelencia"
- " el pecado ofusca la razón, la vuelve subjetiva y la debilita."
- "Lo que hace el Magisterio es fortalecer la razón."
Se empeña en afirmar que fe/cristianismo/magisterio es igual a razón. Pero fe y razón no sólo no son lo mismo sino que, son dos métodos de acercamiento a la realidad, que se mueven paralelamente el uno al otro, sin cruzarse. En algunos casos, se puede llegar a la misma conclusión por ambos métodos . Incluso la misma persona puede aplicar los dos métodos a la misma cuestión. Por ejemplo, usted puede pensar que es malo matar a inocentes porque así lo enseña la Iglesia, porque tiene fe, y también mediante razonamientos, porque es un ser racional, pero afirmar que, a más fe, más razón, es confundir totalmente los términos. La realidad es la contraria: para cuantas más cuestiones morales utilice usted la fe, menos utilizará la razón, y viceversa. El "viceversa" comenzó con la Ilustración y dudo que lo puedan parar.
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A.G.:
«O sea, que el pensar se reduce a aplicar la ley al caso»
El pensar de la razón práctica, de la conciencia, sí, es eso, de eso se trata el saber moral, del cual hablamos. Porque ud ha dicho que los católicos no pensamos en este tema...
«La ley viene dada y no hay que pensar sobre ella. »
Sí, hay que aplicarla al caso, y eso se hace pensando, mediante la RAZÓN práctica.
«O sea que, de nuevo, la ley, lo importante, viene dado y se acepta de manera dogmática, no racional.»
Nooo, lo dogmático de la fe pertenece al campo de lo revelado. Eso es por fe. Aquí se trata de la razón, de la ley natural aplicada a los casos concretos no por la fe dogmática sino por la razón práctica NATURAL, por el razonamiento de la conciencia llamado sindéresis.
«La razón (que es la que se ocupa meramente de los detalles) se tiene que basar sobre una base no racional.»
La razón capta la esencia de las cosas, no los detalles. Su "base" como ud dice no son los dogmas sino la esencia de las cosas. De hecho, la ley natural es conocida por la razón.
«si fuera cognoscible por la razón, todos llegaríamos a la misma conclusión, cosa que es evidente que no ocurre.»
En lo básico, todo el mundo sabe que matar inocentes es malo, que violar o abusar de niños es malo, que robar es malo, etc., etc. Creo que todo el mundo lo sabe. Otra cosa es que no quiera saberlo y que se rechace lo que sabe..
«Se empeña en afirmar que fe/cristianismo/magisterio es igual a razón.» No, lo que afirmo es que en todo ello hay una armonía perfecta entre fe y razón, lo que he dicho es que la fe perfecciona la razón.
«Por ejemplo, usted puede pensar que es malo matar a inocentes porque así lo enseña la Iglesia, porque tiene fe»
Nooo, eso no se sabe por la fe, se sabe por la razón, por la conciencia. Todo el mundo lo sabe, no hace falta ser cristiano para saber que matar a un inocente es malo.
Ud confunde el plano natural con el plano sobrenatural, y atribuye a la fe lo que pertenece a la razón natural, porque no entiende que lo revelado es sobrenatural, pero la naturaleza no es sobrenatural, sino natural.
Hubo momentos en que parecía que los ateos apenas se habían distinguido en esto, pero a partir de la desaparición de la URSS y sus países satélites, han aflorado bastantes que estaban ocultos porque ese tipo de acciones individualistas estaban penadas por el comunismo. Kalina murió soltero y sin hijos así que su caso fue presentado en el 2012 por los hijos de los niños a los que salvó, veinte años después de su muerte. Se pasó la vida ocultando lo que había hecho, ocupando cargos muy por debajo de su valía para que nadie reparara en él. Y eso que no tenía Catecismo.
Lo de juzgarlos ya es cosa de Dios y es seguro que a El no le podemos engañar.
La Iglesia tiene el deber y obligacion de enseñar la verdad del Evangelio.
Luego , con ayuda de la "gracia " iremos entendiendo.
Y creo en la conciencia de cada uno de nosotros
Solo a El se le puede ocurrir algo tan perfecto.
Lo ha expresado muy bien, Palas Atenea.
Esa acusación de la conciencia rechazada es lo que la filosofía grecolatina expresa bajo la figura de las Erinias.
Resulta un hecho notable que se pretenda rechazar la conciencia en nombre de la razón. Es el viejo sueño iluminista, substituir todo saber verdaderamente racional que no podemos ignorar, por la mera ideología.
El ser humano, enfermo por el pecado original, tiene problemas para darse cuenta de esto. Por esta ofuscación la Revelación recuerda lo que no podemos ignorar. La gracia habilita la voluntad para que quiera conocer lo que la naturaleza humana tiene escrito en sí misma por Dios, y que fundamenta la propia racionalidad de la moral.
De un modo “humanamente virtuoso y sensacional”, ha intentado descubrir la verdad y anhela darle sentido a su existencia, darle respuesta y sentido a sus actos y afecciones libres y deliberados incluyendo a los actos de los demás y convencernos...
Desde eso que sustenta como “razonable y libre” aspira con una “fe” bien robusta llena de un intelecto, definir y ordenar actos individuales y colectivos, es admirable!.
Pero nuestro muy respetado amigo Ramon, tiene algo que lo inquieta y es la búsqueda de la verdad que tiene la misma la búsqueda de las respuestas: Y a dónde vamos, a donde ira nuestros familiares muertos?, será cierto el infierno y El Cielo?, Que de razonable puede ser vivir creyendo en algo que nadie puede darme testimonio real? Que será si todo es cierto y nuestra cerrazón entonces sea una equivocación voluntaria sujeta a culpa? Todas estas preguntas gravitan ahí, incluso a los que solo actúan desde lo creado lo tangible. No deja de pensar en las verdades intangibles por más que las niegue y las reniegue y crea fundamentarlas y darle un valor x.
En sus 10 posts buscando sustentar la inexistencia de una “ley natural infusa” que nos garantiza los “valores y virtudes morales humanos” lo que ha hecho es afirmar “el conocimiento infuso” puesto que si usted con “razón” concluye, sin haberlo sabido entonces “existes” usted existe! Y lo que tratas, es darte respuesta a tu existencia, lo que es totalmente humano, un conocimiento infuso, tu punto de partida.
Amigo, tiene un punto de partida y el distinguido Alonso Gracián le ha dado un impulso iluminativo en su búsqueda. Yo le agradezco a Él por su tan amable comprensión y todas sus respuestas.
Solo agregaría: Recuerda, el encuentro con la verdad comienza en ti mismo, “Y entrando en sí mismo” Lc 15-17.” Y luego… el da la Paz.
En definitiva estos argumentos propios del amigo son los de AL a sustentar en el 301 lo inconcebible, pretende justificar los medios (anti morales en situación objetiva de pecado) con el fin desbordados de un subjetiva ilusión óptica y paradójica de lo que le dicta su corazón que es “ser y recibir fidelidad”.
Resume bien incluso mi postura, aunque no la valore positivamente.
Efectivamente, creo que una libertad sólo para obedecer no es tal. Por mucho que la ley sea "inherente al hombre, lo más humano que hay...", es una ley en cuya creación el hombre no ha tenido arte ni parte y, por lo tanto, una libertad propia de esclavos, que pueden elegir entre obedecer y no obedecer.
Creo también que una razón que sólo sirve para aplicar la ley al caso es una razón del nivel de un ordenador, la razón de una mente que no es dueña de sí misma, una mente que no crea, sino que sólo computa.
Y creo, por supuesto, que la ley natural y la conciencia no existen como tales sino que son sólo mecanismos psicológicos sin ningún origen sobrenatural.
Ah, y los maleficios como éste no me hacen efecto: "El ocultar la Ley Natural que quiere ver la luz en tu mente te traerá problemas graves porque permanecerá como acusación por muy oculta que esté"
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A.G.:
«es una ley en cuya creación el hombre no ha tenido arte ni parte y, por lo tanto, una libertad propia de esclavos, que pueden elegir entre obedecer y no obedecer. »
Eso es lo que defiende, el querer ser como dioses, el poder crear el bien y el mal, cada uno según su opinión, el ser independiente de Dios.
No es más que la rebelión del ser humano contra Dios, que desafía al Creador: --No te obedeceré, seré dueño del bien y del mal, yo decido lo que es bueno y lo que es malo.
Pero ya sabemos las consecuencias desastrosas de querer jugar a ser dioses y expulsar al Legislador divino. Cuando el hombre quiere ocupar el lugar de Dios, se vuelve inhumano, se hace daño a sí mismo y a los demás, es capaz de autodestruirse y de justificar todo tipo de iniquidades, etc., etc.
Su postura ha quedado más que clara, por lo cual cerramos el debate y no es preciso que la exponga más.
La gran tragedia del mundo moderno es creer que la realidad es sólo lo que se puede demostrar empíricamente y que el resto de cosas no tiene más esencia que la que cada uno quiera darle.
Y si me vas a decir que ya estaban chiflados antes de matar, a eso si que puedo contestarte que la demencia apareció después, sus biografías no indican tal cosa, excepto en casos muy particulares.
Lo he oido en la misa de hoy y viene al pelo.
Un niño no lo quiere saber todo y se fia de los que quiere.
Y eso es lo que tiene que hacer un buen creyente....fiarse aunque no lo entienda.
No parece muy racional pero esa es la manera.
Y como un niño , te fias por que le amas.
Lo del maleficio era una broma, por supuesto.
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A.G.:
No está bien negar la voz de la conciencia humana, me parece algo muy dañino. Sin conciencia el ser humano no es humano. Así que no le publico más comentarios en esta línea. Le comenté anteriormente que su postura ha quedado ya expuesta de sobra, por lo que le ruego no vuelva a la carga, porque no voy a publicarle nada más al respecto. Saludos cordiales.
Gracias Don Alonso por sus concejos los tengo bien guardados para meditar.
Ciertamente, podemos atacar lo bueno, pero eso mismo ataca nuestra libertad.
Entiendo que la libertad tiene que ver más con la perfección que con la elección.
Perdonad el ejemplo:
Yo puedo usar una lavadora para echar la basura, pero cuando se estropea me quedo con que la lavadora sólo me sirve de basurero, salvo que la arregle. Acabo de cercenar mi libertad. Si decido arreglarla, el técnico me dirá: hombre, no puedes echar la basura en la lavadora. Y yo puedo responder que hago con mi lavadora lo que me da la gana. A lo que el técnico, seguro, podrá responder muchas cosas.
Nosotros somos más importantes que una lavadora y podemos estropearnos.
Por experiencia puedo decir que el manual de instrucciones de Dios para no estropear la propia vida está en los 10 mandamientos.
Y que el manual para ser un experto en el juego de la propia vida es Dios encarnado: Jesucristo.
La Verdad nos hace libres.
Su ausencia nos hace esclavos.
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A.G.:
Trabis, le agradezco mucho su comentario, que me parece muy agudo, certero e iluminador.
Gracias.
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