(114) Que tu oficio, cristiano, es ser santo, y volar hacia lo alto
Si no iluminamos la oscuridad con la luz que se nos ha dado, ¿qué será del mundo?
Sucumbirá en su inquietud, en su movimiento sin reposo, en su sombra de muerte y su duda sin fin.
¡Hay que iluminar la oscuridad!
Por eso, cristiano, tu oficio es ser santo. Para que el Verbo ilumine a través de ti. Y orar por ello. Orar constantemente, sin detener tu vuelo hacia lo alto. No le des más vueltas. Todo lo demás te sobra.
No es preciso armar mucho alboroto para caminar en santidad. Basta un perrillo que no te haga caso —que eso es tu voluntad—, y un Dueño que lo llame, y venga, y le acaricie susurrando: —buen perro.
Ser santo —primer anhelo del que ora— no es como juego de invierno; no has de sentarte a esperar que nieve, para poder jugar.
Pero en el estanque del mundo las ranas cantan día y noche y no hay quien duerma. ¡Y pensar que hay necios que quieren desinsonorizar la Iglesia, para que no duerma nadie!
Tranquilidad. Si amenaza lluvia y el alma no quiere resfriarse, que vuele orando con la Iglesia por encima de las nubes, en el Viento Paráclito que la conduce hasta lo alto, como a las golondrinas de la cruz.
Sí, como la golondrina del Calvario, o golondrina común.
Hirundo rustica, de dorso negroazulado y buche azul marino, construye un nido abierto hacia lo alto, con ramitas y arcilla, y según leyenda de la Cristiandad, con las espinas de la corona de Nuestro Señor.
—Las golondrinas no se matan, las golondrinas son de Dios —se decía en otros tiempos.
Los hirundínidos (hirundinidae) destacan, de entre todas las aves, por su cuerpo delgado y ligero, cola bifurcada para maniobrar con plena agilidad en el aire, en un visto y no visto. Son torpes en la tierra, y aman el vuelo. Son pico al aire, como diría San Juan de la Cruz.
Y así el alma cuando ora,
«como revolotea el pájaro y vuela la golondrina» (Prov 26, 2)
Dios nos concede a veces, en la oración, que contemplemos la frente del Señor y queramos aliviarla.
Y entonces su merced nos mueve a vida en vuelo, que es la santidad, y nos orienta a su Pasión. Y pone el alma a trabajar hurtándole espinas de su santa frente, como ave ladronzuela de los sufrimientos del Amado, para construir su casa. Y así su nido es su tesoro.
“Ya bajan las golondrinas con el vuelo muy sereno,
a quitarle las espinas a Jesús el Nazareno.”
Sea tu alma como ella, que pía pidiendo, querenciosa de auxilio. Y ora:
«Pido auxilio hasta la mañana
(…) Estoy piando como una golondrina » (Is 38, 14)
Sea tu alma como ella, que vuela en silencio hacia la la Sangre. Sé de Dios sin ruido, sin disonancia, sin mundo.
Hacia la Tierra Nueva. Sobrevolando muchedumbres inmensas de santos, surcando por gracia el Nuevo Cielo de la restauración total, hacia el amanecer del mundo. Y
«entonces el tullido saltará como un ciervo
y la lengua de los mudos gritará de júbilo.
Porque brotarán aguas en el desierto
y torrentes en la estepa;
el páramo se convertirá en un estanque
y la tierra sedienta en manantiales;
la morada donde se recostaban los chacales
será un paraje de caña y papiros.
Allí habrá una senda y un camino
que se llamará “Camino de Santidad”.» (Is 35, 6-8)
AÑADIMIENTO
Hermanos, ocurre que oraba, y penetró en la Iglesia, hasta el Sagrario, Hirundo rustica. Se cobijó entre mis pies, bajo el reclinatorio. Y la tomé en las manos y la apreté de azul, un poco, y sí que palpitaba. Tras examinarla, no hallé ninguna herida, sino el desconcierto de entrar allí cuando oraba.Y es que aquella es su casa.
«Aun el gorrión halla casa, y la golondrina nido para sí, donde ponga sus polluelos en tus altares, oh Señor de los ejércitos, Rey mío, y Dios mío.» (Sal 84, 3)
11 comentarios
"Y al perro das alpiste y hueso al canario, mientras tu hija te pregunta: —papá, ¿qué te pasa?". Jajaja. Me ha encantado.
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A.G.:
Gracias, amigo Roblete.
Tienes razón, el mundo, sofisticado y artificial por su lejanía de Dios, no sabe cuánto se pierde...
Hermosisima la manera de sentirse golondrina ante el Creador.
Yo tambien quisiera poder sacar las espinas de su dolor .
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A.G.:
Seamos santos, pues, es la mejor manera de aliviar al Señor. A eso nos mueve su Espíritu.
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A.G.:
Eso, Carmen, no nos despistemos de la santidad. Estemos atentos y escribamos derechito derechito...
Bendiciones
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A.G.:
Realmente lo experimentamos, blanka, eucarísticamente, como anticipo de Tierra Nueva.
Lo es.
:)
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A.G.:
Gracias Maricruz por venir y por verificarlo, jeje
¿Es posible el cristianismo sin mística?
No queda otra; o volar alto, hasta la filiación divina, o descender hasta ser hijo del demonio. No caben medias tintas. No cabe la tibieza.
Si la obra de la santidad la hace Dios, ¿para qué vamos a rebajarla? Si admitimos rebajas, negamos que sea una obra divina.
Lo más estupendo: que esto es gratis. Que no hay que ser tan burro como para desanimarse. Que lo imposible para los hombres es posible para Dios. ¡Vaya chollo, amigo!
Vence, Señor, todas mis resistencias. Destruye cualquier resto de incredulidad que encuentres en mí. Y absuélveme de lo que se me oculta. A mí. A los míos. A todos tus elegidos.
Gracias, Señor, por demostrarme que yo no puedo, por dejarme bien clarita mi impotencia, por tirar por tierra todos mis intentos de "hacerlo". Ahí está tú para levantarme. Con tal Ayudador, ¿cómo temer ante el envite? La santidad no puede dar miedo. La santidad provoca ilusión.
Gloria a Dios.
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A.G.:
Manuel, muy bien lo has expresado, no queda otra que volar alto. Y no hay que ser tan burro como para desanimarse.
Me ha impresionado eso que dices porque es fundamental: gracias, Señor, por demostrarme que no puedo.
Qué buen principio este, Manuel, de vida espiritual. Centrarnos en Aquel que lo puede todo, porque nosotros, por nosotros, nada, sino meter la pata, o ir rebuznando por ahí. Lo cual no está nada bonito, jeje
Gracias por tan buen comentario, en tu línea, jeje.
Sentí falta de la imagen que pusiste en facebook de las golondrinas revoloteando al rededor del Crucificado.
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A.G..
A eso, amigo, nos mueve nuestro Defensor, a confirmarnos en gracia, y a no dejar de andar en santidad, aunque sea, como bellamente dices, con más tropezones que aciertos. Pero hasta en los tropezones estamos bien acompañados. Tenemos Madre.
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A.G.:
Para eso la belleza, para dar luz, aunque no de la nuestra, sino la de Jesús Nuestro Señor.
Gracias y gloria a Dios.
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A.G.:
Si Dios me lo concede, María, lo seguiré contando. Gracias y gloria a Dios, con su Mamá Inmaculada.
Es un volar compatible con la debilidad. Es más, en la línea de Santa Teresita, las debilidades son el ascensor para subir hacia la santidad.
Tener conciencia de esto tiene un efecto auténticamente regenerador de la naturaleza humana. Que hasta tus pecados, vividos como una humillación, sean una oportunidad para la gracia. Que a la caída suceda un levantarse más fuerte que antes. Que provoquen una toma de conciencia de la necesidad absoluta de la gracia. Que te convenzan de que necesitas estar colgado del Señor.
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A.G.:
Me alegra que lo menciones, Manuel: «Y es que no hay forma de subir sin bajar. "El que se humilla será enaltecido"».
Es eso.
Nuestro Defensor, de hecho, nos convence: o estas colgado del Señor, como dices, o tiene mala pinta tu vida cristiana...
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A.G.:
Claro, el pecado grave es la negacion de la gracia,el rechazo del auxilio de Dios. Todo pecado grave es un acto antiDios.
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