(112) De algunos síntomas fatales de reduccionismo

1.- En el mundo de lo eclesialmente correcto considerar que haya cosas que están mal, que van mal y que causan mal, es un indicador de mal catolicismo: hipocresía, rigidez, fariseísmo…  son descalificaciones oficialistas que forman parte de la propaganda.

 

2.- Mala cosa es caminar como cangrejos, de lado por el arcén y no por derecho. Y mucho peor deambular hacia atrás, para no llegar nunca a la meta. Remedio: Sí sí, no no. Hacia delante siempre.

 

3.- En el mundo de lo moderadamente eclesial es causa de tensiones darse cuenta y mostrar que algo va mal. Por eso es mejor huir de lo moderadamente eclesial, para no ir nosotros también mal y no darnos cuenta de ello.

 

4.- Santidad y salvación, o pecado y condenación. Ser centrista entre ambos extremos es lo eclesialmente correcto, pero no es la voluntad de Dios, que nos dice: “Sed perfectos como es perfecto vuestro Padre celestial” (Mt 5,48). 

 

5.- Reduccionismo es decadencia, crisis y liquidación. Y cristianismo reducido hasta el punto cero es el catolicismo liberal, decadente, crítico, liquidado. Dobleidentidado hasta la sangre del nasciturus y más allá.

 

6.- Síntoma de reduccionismo fatal es la renuncia a la Misión y la autorrestricción del celo por las almas, el aconfesionalismo naturalista institucionalizado y la subjetivización de la pastoral.

 

7.- Síntoma de reduccionismo, y reduccionismo que conduce a la condenación, es el descuido de la ley natural, su minusvaloración en pos de una gracia en rebajas, centrocomercializada por una falsa misericordia populista de marca blanca.

 

8.- Síntoma de reduccionismo es rebajar lo sacramental a mero funcionalismo, poniéndolo al servicio del principio de subjetividad.

 

9.- Síntoma de reduccionismo es separar letra y espíritu, como realiza el libre examen, esta vez aplicado a la doctrina de Cristo.

 

10.- Catolicismo reducido es pseudocristianismo. Peperizado, dobleidentidado, suicidamente optimista, prefiere ser avestruz en presencia del león a darse cuenta de las cosas que hay que reformar, y así sucumbe lenta y dulcemente al príncipe de este mundo, en un despliegue macabro de moralismo caído.

 
***
11.- Signo de recuperación, y bien potente y significativo, es el amor a los Padres y a la Escritura, desde la mediación de la Iglesia, y no en función de las entendederas del mundo, sino de la mente de Cristo participada por el cristiano.

12.- Signo de recuperación es el esmero en toda rúbrica, en la invisible pedagogía de cada gesto y forma; en la presencia fiel, en el detalle y en el todo, del sentido de las nígricas; en la lealtad sincera a la primera teología, que custodia siempre la Liturgia.
 

13.- Signo de recuperación es el amor por la sana doctrina, tanto en su letra como en su espíritu, inseparables unos de otros, como inseparables son cuerpo y alma en la Palabra de Dios.

 

14.- El primer signo de catolicismo compacto y consistente es la centralidad de la Santa Eucaristía dominical.

El segundo signo es la frecuencia de confesión, esa tensión positiva que guía al alma cristiana a estar siempre en estado de gracia santificante.

El tercer signo es la sensibilidad litúrgica, el amor a la belleza y el respeto desinteresado por lo sacro, la adoración de la belleza del Señor y la acción de gracias constante, el afán eclesialísimo de hacerlo todo para su mayor gloria. Lo que podemos denominar celo doxológico.

 

15.- Porque lo que hay que reformar, corregir, hacer que desaparezca en la Iglesia no es el bien, sino el mal; no la doctrina, sino la indoctrina. No la comunión en estado de gracia, sino la comunión en estado de pecado mortal; no la gracia sacramental, sino la mala voluntad; no la virtud, sino el vicio.

 

P.D.- El amor a la Iglesia. ¿Hay algo más grande para un cristiano? Es don del Defensor de la Iglesia, mirada hacia lo alto, perspectiva de lo eterno y sentido de la fe, vuelo bien alto y osado en alas del Espíritu. Es uno de los regalos más grandes de Dios, y no lo dudéis… signo de Predestinación.

18 comentarios

  
Luis Fernando
Potentísimo post. Como diría aquel... ahora vas y lo cascas, :D
__________
A.G.:
Lo que hace un buen café...
04/11/15 9:02 PM
  
Manuel Pérez
Potente, aleccionador, precioso, rezumante de amor por la Verdad, celoso por el bien de la Iglesia.

Y, aunque no menciona la evangelización, la estimula. Evangelizar a los de fuera, sí, pero también a los de dentro, que necesitamos escuchar continuamente aquello en lo que debemos creer. Íntegramente, sin rebajas naturalistas. Siempre tentados de ceder por miedo a la cruz. Necesitamos escuchar y leer la belleza de la Fe en su desnudez, sin ropajes que oculten lo más precioso de ella.

Necesitamos desenmascarar al demonio de acedia que priva de vitalidad a la vida de fe, que hace que la liturgia aburra, la oración canse y la evangelización dé miedo.

Gloria a Dios.
04/11/15 11:00 PM
  
Álex
¡Gracias! No somos relevantes, nuestra opinión es discreta, pero necesitamos respirar aire puro.
05/11/15 3:20 AM
  
caracol
Este es el verdadero camino. Aqui esta el
Espiritu de Cristo y la letra del Evangelio.
Gracias, Alonso,
nos ofreces un programa sencillo
y riquisimo de discernimiento cristiano.
Publica un libro... hara mucho bien.
05/11/15 7:53 AM
  
JUAN NADIE
Debieras explicar lo de PEPERIZADO. Me has alegrado el día con el adjetivo.

No se si los lectores extranjeros lo entenderán.

Hay otro adjetivo que tal vez podría valer, bizcochable.
05/11/15 10:39 AM
  
Joaquín
¿Y los que no creemos en la Predestinación pero amamos a la Iglesia, qué?
05/11/15 10:40 AM
  
Gabriel B.
Quizá haya que partir diciendo que es uno mismo el que debe adaptarse a Dios y a Su Iglesia, y no al revés. Mucho del reduccionismo que está mencionando parte de ahí, de querer adaptar a Dios y a la Iglesia al propio parecer, personal o grupal.
El problema es que hoy existe mucha filosofía y/o ideología y/o metodología al servicio del reduccionismo, que quiere meter un edificio en una caja: quizá pueda hacerlo pero pulverizándolo.
Saludos
05/11/15 12:51 PM
  
Maribel
Estamos muy necesitados de aclaraciones como estas , que a fuerza de ser tan evidentes , llegamos a olvidar .

De un tiempo a esta parte , nos estan apaleando dia y noche con medias mentiras , envueltas en "amor" que desconciertan y confunden a las personas de vuena voluntad.

Como " gota malaya" dia tras dia nos invaden los sentidos y solo los muy lucidos en el Señor se libran las dudas.

Solo hay una cosa que me tranquiliza : loque no es de Dios , no prospera.
Sin miedo , unidos al Señor.
05/11/15 1:39 PM
  
Ramvel
"En el mundo de lo moderadamente eclesial es causa de tensiones darse cuenta y mostrar que algo va mal. Por eso es mejor huir de lo moderadamente eclesial, para no ir nosotros también mal y no darnos cuenta de ello."

No solo es causa de tensiones, también de encontronazos... la "dictadura del realtivismo" tiene mucho que ver con la "dictadura de la conciencia", algunos tratan de autoconvencerse de lo que le gustaría ser o hacer y quieren que la Iglesia les legitime sus antojos.
El Magisterio ha perdido fuerza en el mundo católico (inclusive en la jerarquía), y no pocos piensan que tienen "derecho" a creer o no creer ciertas verdades de fe o inclusive dogmas, caricaturizando de esa manera la verdadera fe.

Ya es moneda corriente ser tildado dentro de la propia comunidad eclesial de anticuado, fundamentalista, o más cristiano que el papa...

Se ha desdifurado la fe entre los cristianos.

Señor, danos pastores que defiendan el rebaño, que no tengan miedo de tomar el látigo aunque (actualmente) sea eclesialmente incorrecto.
05/11/15 3:10 PM
  
antonio
!!!!Peperizado, dobleidentidado, suicidamente optimista, prefiere ser avestruz en presencia del león a darse cuenta de las cosas que hay que reformar, y así sucumbe lenta y dulcemente al príncipe de este mundo, en un despliegue macabro de moralismo caído.!!!!!

Benedicto XVI recorriendo Bégica, no habia vocaciones, Iglesias semivacias, y estaban Félices:::Es para descerebrados!!!

Que Dios te bendiga y lo haga con la Iglesia, me apropie de tu sonrisita Je!!!Je!!!!Ahhh y perdón siempre Muchas Gracias
06/11/15 1:00 PM
  
Manuel Pérez
Me permito responder a Joaquín, que pregunta "¿Y los que no creemos en la Predestinación pero amamos a la Iglesia, qué?"

Yo diría que ese mismo amor a la Iglesia debe estimular el conocimiento de la doctrina. En el comentario a un post anterior, he citado a Charles Journet, de quien destacaba dos afirmaciones:

- La predestinación es fe de la Iglesia. Como suena: es una cuestión de fe.
- En la palabra "predestinación", el prefijo "pre" no tiene tanto un sentido de anterioridad cronológica como de anterioridad en excelencia (esa excelencia, como aclaraba Alonso Gracián, se debe a que nace de Dios, aunque cito de memoria). Lo mismo que ocurre con términos como prelación o presciencia. Y, escribía yo, por esa razón no es un concepto fatalista.

La realidad es la que se describe en Ef 1,4-6. Hemos sido destinados, antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en el amor, para ser hijos adoptivos de Dios, en Jesucristo. Y ello, como dice el mismo texto unos versículos más adelante, "para ser alabanza de la Gloria de su gracia". Esa decisión de Dios de que seamos santos está muy por encima en excelencia de todas las demás decisiones que puedan darse en nuestra vida. ¿Podemos frustrar el plan de Dios? Pues sí, podemos. Pero la confianza en que Dios no va a dejar de enviarnos gracias para ser santos nos hace contar de antemano con la victoria final. Vivimos anticipadamente el Cielo. En la familia, en la liturgia, en la oración, en el sagrario, en la limosna, en el ayuno, en la predicación, en la apertura a la vida, en la parresía, en el gozo. Somos celestes. Y, si vemos que una persona vive así, podemos aplicarle esa expresión: signo de predestinación. Signo. Es decir, algo que tiene un significado, algo que entendemos. Ver a un cristiano es ver la belleza. Esa belleza en el vivir es signo. A nosotros nos significa el Cielo, la santidad, la filiación divina. Es decir, aquello para lo que hemos sido predestinados.

Por supuesto, estoy abierto a toda clase de correcciones, como siempre.
06/11/15 4:26 PM
  
blanca
Grande! Es como se deben decir las cosas.
06/11/15 6:08 PM
  
Manuel Pérez
Dando por bueno algún comentario, podría pensarse que el amor al prójimo y el amor a la Iglesia no tienen nada que ver.

El amor a la Iglesia es como un amor especial relacionado tanto con el que se debe a Dios como con el que se debe al prójimo y a uno mismo.

Además, eso de que el amor al prójimo fue lo único que mandó Jesús... Muy matizable, cuando menos.
__________
A.G.:
Así es, Manuel, como bien dices:

El amor a la Iglesia es como un amor especial relacionado tanto con el que se debe a Dios como con el que se debe al prójimo y a uno mismo.

El cristiano ama a la Iglesia y se entrega por ella a imagen de Cristo, que ama a su Esposa y se entrega por ella.

Por otra parte, el amor sobrenatural al prójimo es don de la gracia, por lo cual se lo debemos a la Iglesia, que es su dispensadora. Amamos a la Iglesia, porque a través de ella Dios mismo nos da el amor con que amarle a Él y al prójimo.

El verdadero amor al prójimo es fruto de haber nacido de nuevo por la gracia santificante recibida por el Bautismo, y por la confesión. La caridad es virtud teologal, que nos da la Iglesia, nuestra Madre.
06/11/15 11:54 PM
  
Horacio Castro
Sobre ¿podemos frustrar el plan de Dios?, en “Las mociones divinas” de Eudaldo Forment, Néstor Martínez hizo un un comentario recordando que: “( ) la voluntad de Dios es la causa universal de todas las cosas, es imposible que la voluntad de Dios no consiga su efecto. Por eso, lo que parece escaparse de la voluntad divina en un orden, entra dentro de ella en otro. Ejemplo: El pecador, en cuanto tal, pecando se aleja de la voluntad divina, y entra en el orden de la voluntad divina al ser castigado por su justicia. (Santo Tomás en Suma teológica I, q. 19, a. 6)”. Saludos.
07/11/15 1:17 PM
  
Alonso Gracián
Algunas definiciones para los que no entendieron casi nada de mi último post.

Peperizar: acción de aburguesar y liberalizar la fe cristiana, haciéndola tibia cual catolicismo del PP.

Dobleidentidar: fragmentar en dos la identidad del católico, proporcionándole una doble cara, una para Dios, y otra para la sociedad, con el objetivo de no ser rechazado por el mundo.

Reduccionismo: corriente ideológica, de corte antropocéntico, por el cual se vacía de contenido la fe cristiana. Dado que es un proceso, se realiza en etapas.
08/11/15 2:12 PM
  
Palas Atenea
El amor al prójimo, Modernista, es una tremenda cruz no una alegre bufonada. Una cuaresma y no un carnaval. Una vigilancia continua del ser para no caer en el pecado de soberbia ni odio. El prójimo no es un concepto abstracto, son seres concretos que, a menudo, nos hacen daño, cometen injusticias. El prójimo no es solo la abortista, también lo es el jefe que nos despide o el orgulloso que nos desprecia. A esos también debemos de amar.
08/11/15 8:42 PM
  
Palas Atenea
Fe de erratas: Aunque la sintaxis sea una imposición y no esté hecha por consenso ni por sufragio universal en mi opinión debe ser respetada, razón por la cual corrijo mi última frase cambiando: "A esos también debemos de amar" por " A esos también debemos amar".
__________
A.G.:
Lo resalto para que quede más claro.
09/11/15 12:37 PM
  
Rexjhs
Excelente Alonso. Me permito recordar un pensamiento brillante, por lo perspicaz y certero, de D. Leonardo Castellani, cuando decía que la religión falsa adulterada que triunfará y que será la que expanda el falso profeta será la religión de la "ternura" y de la "dulzura".
12/11/15 12:21 AM

Dejar un comentario



No se aceptan los comentarios ajenos al tema, sin sentido, repetidos o que contengan publicidad o spam. Tampoco comentarios insultantes, blasfemos o que inciten a la violencia, discriminación o a cualesquiera otros actos contrarios a la legislación española, así como aquéllos que contengan ataques o insultos a los otros comentaristas, a los bloggers o al Director.

Los comentarios no reflejan la opinión de InfoCatólica, sino la de los comentaristas. InfoCatólica se reserva el derecho a eliminar los comentarios que considere que no se ajusten a estas normas.