(110) La Gran Reducción I: deconstruyendo el catolicismo bíblicotradicional
Hermanos, la Cristiandad desapareció, fue deconstruida, y desde dentro de la cultura cristiana, desde las entrañas de Occidente. ¿Cómo sucedió? Lo hemos estado investigando, desde hace muchos posts.
Hemos estudiado en La Gran Impostura esta falsificación cultural de la mente católica por otra mente importada del nominalismo voluntarista. Una mente ajena a la Iglesia y su doctrina, una mente neocatólica contradicha por el Magisterio, extraña a la Tradición y a la ciencia de los santos.
Y hemos contemplado en esta Impostura algunos de los efectos de la gran falsificación:
—La substitución nominalista del pensamiento cristiano auténtico por otro falsificado, que trajo como consecuencia la disminución del papel de la gracia, de la razón natural y del sentido de la realidad, reconvertida en un Mundomatrix buenista.
Cuando esta reducción se produce hasta el vacío, hasta el punto cero, alcanzamos el nihilismo, la descristianización total. Nietzsche es el gran diagnosticador de esta llegada al punto cero. Él es el primero que lo alcanza, gritándole a Europa que Dios ha muerto.
—Esta falsificación fue, asimismo, un cambio de paradigma.
Como gusta decirse hoy día, a la manera de ese gurú del perspectivismo posmoderno que fue Kuhn; un cambio del modelo católico bíblicotradicional por el modelo católico nominalista voluntarista, como la muda del exoesqueleto de un insecto. Dentro del nuevo caparazón, sólo quedó el hombre adámico.
—Y esta impostura fue, por ello, una naturalización, que eliminó la gracia del aire de la vida cristiana, volviéndola irrespirable.
Un catolicismo natural, a la manera del soñado por Campanella (+1639) para su tecnocrática, anticoncepcionista y totalitaria Ciudad del Sol.
—Naturalización que ningunea la primacía de la gracia, y convierte la voluntad en la estrella de la película.
Se sobrevaloró la parte humana de tal manera, que la moderación se convirtió en la norma, y el católico moderado, asustadizo y blandengue, abrió la puerta al buenismo y se convirtió en enemigo de la cruz. La deconstrucción de la Europa cristiana comenzó en el momento en que se creyó que la voluntad tiene el control de la gracia y no la gracia poder soberano sobre la voluntad. Europa perdió el sentido de la Soberanía absoluta de Dios y dejó de PEDIR AUXILIO a su Señor.
Aquí comienza la Deconstrucción de la Europa cristiana.
Vamos a comenzar a estudiar en varios posts uno de los efectos demoledores de todo ello.
Es lo que denomino: LA GRAN REDUCCIÓN
¿Qué es exactamente una reducción? Veamos que significa reducir según la RAE:
2. tr. Disminuir o aminorar.
4. tr. Mudar algo en otra cosa equivalente.
17. tr. Quím. Eliminar el oxígeno de un compuesto.
20. prnl. Moderarse (…)
He seleccionado algunas acepciones que nos interesan para comprender en qué sentido hablo de reducción, en cuanto efecto de reducir algo.
La Gran Reducción es ante todo la disminución, que tiende hacia el punto cero, del sentido de lo doctrinal.
Esta reducción se hace por dos vías:
Una, explícita: el sentido de lo doctrinal es impugnado negando su principio, es decir: rechazando la autoridad de la Iglesia. Es el libre examen luterano. Incompatible completamente con la fe católica.
Otra, implícita: el sentido de lo doctrinal es difuminado en el espíritu privado, es decir: subordinándolo a la opinión propia. Es el principio de subjetividad exigido por la mente privada. Es el elemento disolvente que ha corrompido una parte de la cultura católica desde el fin de la Edad Media hasta la actualidad. Es el nuevo modelo de catolicismo que ha suplantado al bíblico tradicional.
De este principio de subjetividad surgen diversos agentes de compensación: dado que se desestima la enseñanza objetiva de la iglesia, se repara la falta de referencias importando contenidos extraños: sean pitagorismos, platonismos, orientalismos, protestantismos, ideologismos, socialismo, comunismo, liberalismo, arqueologismos, etc, etc.
Es un hambre sincrética voraz e insaciable cuyo objetivo insano es saciar la necesidad de autoridad a base de sucedáneos.
Lo hemos comprobado analizando en diversos posts, por ejemplo, la irresistible atracción del humanismo renacentista por la magia, la Cábala, el esoterismo oriental y sus cosmicismos cuasipanteístas, etc., etc.
Incluso la sed de islamismo que encontramos en la Ilustración y el Romanticismo, en autores como Lessing y el progresismo postilustrado en general.
Toda una necia y presuntuosa cultura pseudocatólica se construyó sobre esa impostura.
El hombre todopoderoso, uno y trino, de Carlos Bovillus (+1553) ha demostrado no poder substituir a Dios en la redención de todo lo creado. No sólo no es su centro, ni siquiera es su agente sin Dios. No es nada.
Tampoco, por ejemplo, se pudo renovar la vida cristiana a base de pitagorismos y orientalismos, como pretendía Francisco Patrizi (+1597). Su panpsiquismo cósmico, al igual que el pansensismo de Campanella, anticipan los ensueños de Nueva Era de muchos católicos pasmados por el cambio de paradigma, indefensos ante cualquier viento de doctrina, y entregados a cualquier deleite artificial de novedades.
En fin, todas las ambiciones del antropocentrismo renacentista han quedado en nada, y han dejado el Occidente cristiano rendido de vacío.
Mientras tanto, vendrá tal vez el mundo islámico a dar un empujoncito a la Europa deconstruida, para que se arroje al foso de la muerte bañada en sangre de nasciturus y apostasía.
Porque Europa, contra Cristo, se ha convertido en una trituradora de vida nonata.
Y se ha convertido en el filón del buenismo autodestructivo, cuna de dobles identidades, de esquizofrenias en el sentido de lo doctrinal, con su separación positivista de disciplina y doctrina, de doctrina y pastoral. Y tantos disparates más.
Todo forma parte del proceso de reducción hasta el punto cero. Que vamos a analizar.
Deconstrucción, descristianización, también dentro de la Iglesia. Porque, ¿acaso plantearse, como se está haciendo, que el que vive en adulterio comulgue, no es una opción que sólo se atreve a plantear una mente católica en crisis, decadente y merengosa de inconsciencia y mediocridad?
Es la Gran Reducción del sentido de lo doctrinal, que inutiliza toda pastoral, y es fatalmente operada sobre la mente católica por el virus descatolizador del nominalismo voluntarista.
La expresión sentido de lo doctrinal se la debo a Maricruz. Y le doy las gracias por ello.
Como es un tema complejo, vamos a proceder con pequeñas dosis.
Por eso, lo dejamos aquí, prometiendo continuar próximamente, si Dios lo concede.
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
10 comentarios
No creo en otra pastoral.
Gracias, Alonso Gracián
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A.G.:
Querido amigo, es que no hay otra pastoral.
La necesidad de la mística para la vida cristiana es una verdad como un puño.
Gracias Pedro
Esto es algo que veo aumentado hace tiempo y del que que varias personas están advirtiendo. Oro para que el Señor nos de la fortaleza de rechazar estas corrientes.
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A.G.:
Así es, Luis, porque hay que reformar santamente la Iglesia volviendo al catolicismo bíblicotradicional.
Paz y bien
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A.G.:
Gracias Francisco. Viene de lejos, en efecto.
Es un hecho notable que la deconstrucción cultural del catolicismo bíblicotradicional para montar un nuevo catolicismo, que es falso, y contradicho por las enseñanzas de la Iglesia y la experiencia de los santos, coincida con la deconstrucción de esa entidad histórica y cultural, que es la Cristiandad. Es para meditarlo. Y eso haremos.
Bien apunta ud la solución: gracia, oración, sacramentos... y no olvidemos la sana doctrina, volviendo al Angélico y su realismo transfigurado.
Gloria a Dios.
Muchos siguen con esa imagen de Dios que tenían de pequeñitos -y de la que se burlan los ateos-, y no son capaces de imaginar que Dios es más grande de lo que ellos puedan ser capaces de pensar, ni tampoco imaginan que Jesucristo y el Espíritu Santo están más cerca de lo que creen.
Fe; sólo el que cree sin condiciones verá.
No me lean en tono de reproche, si lo digo claramente es porque sufro por las personas, me apena que anden como pollos sin cabeza y me gustaría despertar las conciencias de los creyentes en este tipo de asuntos y que se preguntaran a ellos mismos, '¿En qué creo?' y '¿Me lo creo?'; '¿Qué hago aquí?'; ...
¡Un saludo y bendiciones para todos!
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A.G.:
Tiene miga su comentario.
Creo que los conversos se dan cuenta antes de la cosas, porque, recién convertidos, se encontraron con el Misterio de la Iglesia, y recién convertidos, descubrieron todo lo que hay que reformar, siempre desde la obediencia y el amor al Cuerpo de Cristo.
Ahora está saliendo plenamente a la luz cuántas interferencias del siglo han deformado la mente católica, que ha de purgarse, ha de sanar, ha de ser restaurada. Reforma o apostasía.
Gracias, y gloria a Dios y a su Madre.
Pero, respecto al comentario de Pedro Luis, una puntualización: la mística es imprescindible, y no digamos los sacramentos, sin los cuales es imposible la santidad. Y los santos tienen virtud heroica.
Esa virtud heroica ha de valer, entre otras cosas, para llevar el evangelio a "las periferias". Junto a la pastoral de sacramentalización, la pastoral de evangelización. Porque es el medio elegido por Cristo para que esa santidad llegue a los alejados. De pueblo en pueblo y desde los terrados; como sea. Como hicieron los apóstoles hasta perder la vida.
Y comento esto por la afirmación de Pedro de que no cree en otra pastoral. El anuncio explícito del evangelio no es renunciable, porque está mandado por Cristo.
Entiendo que Pedro, con su afirmación, no ha querido negar esto.
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A.G.:
Jeje obviamente, Manuel, Pedro no quería negar la pastoral en cuanto Evangelización, se refería a esa otra pastoral extraña a la bíblicotradicional, que procede de imposturas y reducciones, tal y como comento en el post, y que relativiza la oración, la confesión, la Eucaristia, etc.
Como bien dices, Manuel, la mística es indispensable para la santidad, como bien apunta Pedro, y como enseñan los tomistas, pertenece al desarrollo normal de la gracia en la vida cristiana, consistiendo ante todo en la acción habitual de los dones del Espíritu Santo al modo divino, como diría Royo Marín.
De la Biblia, aprendo alta teología en forma muy asequible. Porque el Espíritu Santo es un maestro admirable. Y me alegra comprobar, con vosotros, que mis intuiciones coinciden con la sana doctrina de la Santa Iglesia Católica.
Me he ido por donde no esperaba.
En otro momento comento el post, si Dios quiere.
Por cierto, Alonso: igual podríamos compartir café con Pedro, que nos coge cerquita.
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A.G.:
Manuel, te confieso que recopilar sistemáticamente textos de la Escritura que muestren la doctrina tomista de la gracia es una de mis tareas pendientes, así que me alegra que lo estés haciendo tú, sabiendo además que conoces bien la Escritura y te mueves en ella con soltura.
Lo que apuntas de la Escritura es muy cierto. Los dones del Espíritu Santo abren los ojos para encontrar en los pasajes bíblicos la doctrina de la iglesia y profundizar en ella. Y si se hace con espíritu de oración y de obediencia, como no podía ser menos, coinciden nuestras apreciaciones con la doctrina de la iglesia, porque para eso está el sensus fidei, nuestro sentido de la fe. Aunque siempre hay estar vigilantes, con el auxilio de la gracia y del Magisterio.
jeje, ya tenemos pendiente un café con Luis Fernando y otro con Pedro. Cuando Dios quiera.
Gracias amigo.
Kiko Argüello habla del cristianismo descafeinado. Creo que entiende algo parecido al cristianismo deconstruido. Sería, para Kiko, el de aquel señor que, aún con cierta práctica católica, la vive al modo religioso natural, sin contar para nada con la vida de la gracia, pensando ante cualquier dificultad ”yo no soy un santo". Es decir, mirándose a sí mismo y contando con sus solas fuerzas. Eso le ocasiona un desánimo que le hace vivir en la tibieza y en el cumplimiento "por si acaso", sin dejarse curar de nada por el Señor. Va a misa, se confiesa al menos una vez al año, bautiza a sus hijos, etc., pero vive en un paganismo de facto. Cristianismo reducido, deconstruido, descafeinado. Simple religiosidad natural en la que el culto es algo exclusivo del espacio sagrado. Le dice a sus hijos que estudien y ganen dinero, pero no los pone frente al Señor.
Espero el siguiente capítulo, Alonso.
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A.G.:
Pues creo que Kiko Argüello habla de lo mismo que yo, jeje. En efecto ese catolicismo naturalizado, descafeinado, light, que decía el padre Loring, coincide con esa impostura de la que hablo en el post.
Este catolicismo falso se resume en las palabras que atinadamente mencionas: "mirándose a sí mismo y contando con sus solas fuerzas, y "sin contar para nada con la vida de la gracia".
En eso se resume el voluntarismo.
Le agradezco esta sistematización que ha estado realizando, de seguro con ayuda de la Gracia. Era necesario, como decimos en Chile, desgranar el choclo (maíz) de las diferentes distorsiones que sufre nuestra fe: las de doctrina, como la Gran Impostura que ha desarrollado varias veces; las de praxis, como son los abusos litúrgicos o devociones ajenas a la fe; las del corazón, como el fariseísmo que puede verse fiel u ortodoxo pero esconde falsedades y abusos.
Saludos y bendiciones.
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A.G.:
Gracias Gabriel. Hay que desgranar el choclo. Me gustó mucho la imagen. Nos va mucho en juego, porque necesitamos entender, para que nuestro Defensor suscite vientos de santa Reforma, en el amor a la Iglesia.
Estas distorsiones deformaron todo aquello que es preciso reformar, con la ayuda de de Dios, y desde la fidelidad a la Iglesia y su Magisterio apostólico.
Algunos están optando por la "solución" de relajar las normas para hacerlas más "vivibles". Como decía San Pablo a los Romanos, por la Ley tenemos conciencia que existe el pecado, pero por nuestra fragilidad humana, pecamos en vez de cumplir la Ley. Cristo y Su Gracia es solución a este dilema, pero otros prefieren ablandar u ocultar la Ley para hacer menos visible el pecado.
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A.G.:
Cristo y Su Gracia es solución a este dilema, pero otros prefieren ablandar u ocultar la Ley para hacer menos visible el pecado.
Justo eso, Gabriel.
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