(70) Tiembla, arriano
“En aquel tiempo, los judíos agarraron piedras para apedrear a Jesús. Él les replicó: “Os he hecho ver muchas obras buenas por encargo de mi Padre: ¿por cuál de ellas me apedreáis?” Los judíos le contestaron: “No te apedreamos por una obra buena, sino por una blasfemia: porque tú, siendo un hombre, te haces Dios.” (Juan 10,31-33)
***
1.- Secreteábanse el odio unos a otros, cuchicheándose la muerte que querían infligirle por declararse Hijo de Dios, recontemplando con gula de demonio el momento del apedreamiento, la lluvia de rigores ancestrales, mortalmente duros como su corazón.
2.- El Hijo de Dios. Que contemplaran sus obras, les pedía, para reconocer que el Padre estaba en Él, y Él en el Padre. Y se les revolvían los cerebros en los puños, ardiendo de rabia. ¡Blasfemia! Este se declara Hijo de Dios y nos escupe que viene a salvarnos, ¡a nosotros! —Matémosle— dirían—, que no queremos salvación ajena a nuestra Ley.
Y se retorcían de asco imaginando que Cristo era Dios y les juzgaba. —¡Apedreemos al blasfemo!!!:
“Jesús les dijo: En verdad, en verdad os digo: antes que Abraham naciera, yo soy.” (Juan 8, 58)
3.- Tiembla, arriano. Contempla cómo Jesús se declara Dios, y asiste a su acusación de blasfemia. ¿Debajo de qué piedra vas a esconder tu infidelidad? No hay ninguna. Porque todas las piedras del mundo van a ser levantadas en alto por los malvados, para apedrear al que se declara Hijo de Dios.
4.- Tiembla, arriano. Que Jesús es Dios y Señor. Y para ocultarlo bajo los escombros del mundo, y preferir la muerte de la autosalvación, fue condenado.
***
“En aquel tiempo, muchos judíos que habían venido a casa de María, al ver lo que había hecho Jesús, creyeron en él. Pero algunos acudieron a los fariseos y les contaron lo que había hecho Jesús. Los sumos sacerdotes y los fariseos convocaron el Sanedrín y dijeron: “¿Qué hacemos? Este hombre hace muchos signos. Si lo dejamos seguir, todos creerán en él, y vendrán los romanos y nos destruirán el lugar santo y la nación.” Uno de ellos, Caifás, que era sumo sacerdote aquel año, les dijo: “Vosotros no entendéis ni palabra; no comprendéis que os conviene que uno muera por el pueblo, y que no perezca la nación entera.” (…) Y aquel día decidieron darle muerte. (…) Los sumos sacerdotes y fariseos habían mandado que el que se enterase de dónde estaba les avisara para prenderlo.” (Juan 11, 45-57)
5.- Pretendían saciar a la multitud con el prendimiento del Redentor, para que la furia autorredentiva de la muchedumbre no hallara objeto de su ira en ellos.
6.- El Hijo de Dios, odiado, les miraba esplendorosamente, y se retorcían como gusanos de aborrecimiento al contemplar en sus ojos las obras que realizaba. Y les quemaba en el pecho la convicción de su muerte: era preciso fuera sacrificado, para sobrevivir a costa suya. Y con esta saliva de profecía se humedecían los labios, con el sabor de la condena a muerte de Dios:
—¡Matémosle!
7.- El agobio de las tinieblas vomita contra Jesús la sentencia de muerte. —Matémosle —ruge el Sanedrín y el fariseo—. Y dieron aviso de prenderle, no fuera que hubiera una luz en el mundo que les hiciera sombra, o pudiera esclarecer lo que la Ley Antigua no podía esclarecer. Matémosle, se dirían, no sea que crean en Él , y se levante una Nueva Alianza.
***
“Cristo, a pesar de su condición divina, no hizo alarde de su categoría de Dios; al contrario, se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, pasando por uno de tantos. Y así, actuando como un hombre cualquiera, se rebajó hasta someterse incluso a la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo levantó sobre todo y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»; de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra, en el abismo, y toda lengua proclame: Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.” (Filipenses 2, 6-11)
8.- Tiembla, arriano, ante el Nombre del Santo Señor Jesús, y reconoce que es Dios y Señor. Contempla cómo se despoja de lo más y abraza lo menos, cómo renuncia a su rango y se somete voluntariamente.
***
“En cuanto amaneció, los sumos sacerdotes se reunieron en Consejo con los ancianos, los escribas y todo el Sanedrín. Y después de atar a Jesús, lo llevaron y lo entregaron a Pilato. “(Marcos 15, 1)
9.- Todas las aguas del mundo se revolvían inquietas en la claridad del día, recién amanecido. Se quebrantaba el corazón de los sedientos, anhelando el Agua de Vida. Pero los sumos sacerdotes reunidos en Consejo, con los ancianos y los escribas y todo el Sanedrín, se regustaban y pasmaban en la sequedad de sus entrañas. Y prendieron y ataron a Aquel que pedirá de beber, y le dieron vinagre.
10.- Pilato se lavó las manos sobre el silencio del Mundo Caído, para que Aquel que no tuvo culpa de nada fuera derribado por las culpas de todos. ¡Ecce Homo! Y sobre las losas cuajadas de sangre se pronunció el Sacrificio: ¡Crucificadle!
8 comentarios
__________
A.G.:
milton, me hizo pensar en la tremenda imagen de la película La Pasión. Ahí queda reflejado con gran expresividad el sufrimiento del Señor. Un amor a los seres humanos de esa índole resulta inconcebible al mundo.
__________
A.G.:
Así es, Roblete, el mundo odia a Cristo porque es Dios. Perfecto Hombre, Perfecto Dios, fue obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.
Celebremos juntos la Semana Santa en el recogimiento. Que Él esté en vosotros y vosotros en Él. Amén.
__________
A.G.:
Eso es, Palas Atenea, rememoremos el sufrimiento del Señor. En Él y en su gracia ponemos toda nuestra esperanza. Sólo a través de Él se va al Padre.
Como enseña el Catecismo:
465 Las primeras herejías negaron menos la divinidad de Jesucristo que su humanidad verdadera (docetismo gnóstico). Desde la época apostólica la fe cristiana insistió en la verdadera encarnación del Hijo de Dios, "venido en la carne" (cf. 1 Jn 4, 2-3; 2 Jn 7). Pero desde el siglo III, la Iglesia tuvo que afirmar frente a Pablo de Samosata, en un Concilio reunido en Antioquía, que Jesucristo es Hijo de Dios por naturaleza y no por adopción. El primer Concilio Ecuménico de Nicea, en el año 325, confesó en su Credo que el Hijo de Dios es «engendrado, no creado, "de la misma substancia" [en griego homousion] que el Padre» y condenó a Arrio que afirmaba que "el Hijo de Dios salió de la nada" (Concilio de Nicea I: DS 130) y que sería "de una substancia distinta de la del Padre"
Y no olvidemos que hay muchos neoarrianos de éxito, difundiéndose en parroquias y en ambientes varios. Confesemos ante ellos nuestra fe, siempre, para que se conviertan, y refutemos sus errores, orando por su conversión.
La sangre y el sudor que el Ecce Homo dejó en el pretorio y que regaron todo Jerusalén hasta el Calvario eran verdadera sangre y verdadero sudor humano del Hijo de María de Nazareth, engendrado en ella por el Espíritu Santo. Así lo creo, así lo afirmo. Y creo también que es una sola Persona, con dos naturalezas distintas.
Siempre que rezo el credo lo hago con plena consciencia, sin perder una sílaba, afirmando con todo mi corazón y mi mente cada una de sus palabras. Yo creo.
__________
A.G.:
Sí, verdad, yo quería decir infligirle. Corregido.
Mil gracias.
En está película, es nada mas, ni nada menos que la Resantisima Misa, el actor que hace de Juan Evangelista, los contempla en sus dolores, y recuerda la ultima cena.
Eso realmente es la Santisma Misa, sólo que los interpretes, desde hace 2014 años, son los mismos actores, es decir DIOS NUESTRO SEÑOR,la Santisima Virgén Maria, etc de ese amor infinito surge la EUCARISTIA, pan Vivo que une la tierra con el cielo.
Su Sacrificio ,unido a todo el Cuerpo Mistico, desde monseñor Shi, hasta los de Irak.
La Cruz sigue, el mundo gira, San Bruno, la Santisima Misa, que algun punto del globo se esta celebrando.
Es de una BELLEZA, sin igual!!!!!!
Dejar un comentario