(34) De pirronismos varios, y la elaboración de un Bestiario
1 “Somos los únicos en defender el poder de la razón”.
Afirmaba el beato Pablo VI. Eran tiempos difíciles, y también lo son ahora. Y es que la Iglesia y sus miembros vivos han de proclamar a los cuatro puntos cardinales el poder de la razón humana iluminada por la fe y auxiliada por la gracia.
2 ¿Por qué? Nos lo explica Benedicto XVI en “Jesús de Nazaret” P.P., cap.6:
“Sólo la fe en el Dios único libera y racionaliza realmente el mundo. Donde, en cambio, desaparece, el mundo es más racional sólo en apariencia. “
Y más adelante dice algo muy sorprendente, que no tiene desperdicio, y nos proporciona algunas claves para saber qué hemos de hacer en estos momentos:
ILUMINAR Y EXORCIZAR
3 Dice Benedicto XVI a continuación:
“Exorcizar, iluminar el mundo con la luz de la ratio que procede de la eterna Razón creadora, así como de su bondad salvadora: ésa es una tarea central y permanente de los mensajeros de Cristo Jesús”
Exorcizar con la luz de la razón ¡¡!! Porque el diablo existe, y devora verdades y vomita errores. Adora la irracionalidad, disfruta tentando con la negación de una razón que se sustente siempre en la naturaleza de las cosas. El diablo es pirronista.
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4 Los mensajeros de Cristo somos embajadores, pues, también de la razón, que en Nombre de Cristo libera al mundo con el poder de la gracia.
Porque como enseña Juan 1, 17:
“La gracia y la verdad nos vienen por Jesucristo”
Así que si el mundo está entero bajo el poder del maligno, como enseña el Espíritu Santo en 1 Juan 5, 19 , por eso hemos de
ELABORAR UN BESTIARIO
5 Para saber reconocer a la Bestia centrocomercialista de hoy, con su cara de espá y su disfraz eticista, biotécnico, orientalista, yóguico-mágico, que niega la razón para dominar mejor, y convierte la irracionalidad en franquicia. Es importante que el cristiano sepa en qué momento de la historia vive, y reconozca las señales de estar siendo influido de alguna manera por el espíritu de la Bestia.
Veamos algunas de sus características zoológicas.
6 La Postmodernidad es Bestia Pirrónica. Bestia por liberal y apocalíptica; pirrónica, porque niega la razón. Y atención: su sombra se puede colar por debajo de ambientes eclesiales. Hasta ayer no enviaba orcos a atacar la Ciudad Blanca. Ahora cuenta con trolls de indoctrina capaces de derribar algunas puertas.
Por eso, como ya mencionamos, afirmaba con precisión el beato Pablo VI:
“Somos los únicos en defender el poder de la razón” (OR, 2 junio 1972)
7 La Postmodernidad es Bestia Tecnocrática. No te sorprenda que diga esto. Sí, la postmodernidad es irracionalmente tecnológica. Emparentada figurativamente con el mundo caníbal de los insectos, tal y como ha demostrado Ernst Jünger, idolatra el cálculo técnico pero niega la razón y se autoprotege con el exoesqueleto de la tecnología, robotizando la voluntad.
Por eso afirma el beato Pablo VI que:
“la Iglesia sabe que contribuye a la instauración de una civilización verdaderamente humana; ella compromete al hombre a no abdicar la propia responsabilidad para someterse a los medios técnicos” (Humanae vitae, 18)
8 La Postmodernidad es Bestia Cruel, sedienta de sangre. Por ello mantiene inexplícito su mandato secular: cristiani non sint: Que no haya cristianos. Y lo extiende, aún más allá: que no haya inocentes: que no haya nasciturus. Su Cultura es Muerte, separación y división.
Por eso afirma con precisión el beato Pablo VI:
“La vida humana es sagrada —recordaba Juan XXIII—; desde su comienzo, compromete directamente la acción creadora de Dios” (Humanae vitae, 13)
9 La Postmodernidad es Bestia Lujuriosa, lasciva y promiscua. Por eso desprecia el esplendor de la castidad, y la fustiga en lo que tiene de sacramental: odiando el celibato y la castidad conyugal. Que para ello promueve la anticoncepción, antesala del aborto.
Por eso afirma con precisión el beato Pablo VI:
“El celibato sacerdotal, que la Iglesia custodia desde hace siglos como perla preciosa, conserva todo su valor también en nuestro tiempo” (Sacerdotalis caelibatus, 1)
Y por eso mismo reafirma también:
“la inseparable conexión que Dios ha querido y que el hombre no puede romper por propia iniciativa, entre los dos significados del acto conyugal: el significado unitivo y el significado procreador.” (Humanae vitae, 12)
Y sobre la castidad conyugal enseña que es:
“propia de la pureza de los esposos, lejos de perjudicar el amor conyugal, le confiere un valor humano más sublime” (Humanae vitae, 21)
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DAR SANA DOCTRINA CON PRECISIÓN Y CLARIDAD
10 Y es que por todo lo que hemos dicho acerca de las lindezas de la bestia irreligiosa, consideramos que es una ingenuidad tremenda alabar la indoctrina. El desprecio de la doctrina sana, sacrificada en el altar de la misericordia, es un embrujo goético. La Bestia Liberal escupe injusticias y devora sufrimiento humano. Y lo hace oscureciendo la verdad, como en un ataque de hormigas, o de votos, difundiendo la niebla pirrónica.
11 Es necesaria una doctrina consistente. ¡Huye de todo relativismo! La mala doctrina deja al entendimiento cual rey desnudo expuesto a la voluntad. Mira que el Diablo ataca a la yugular de los esclavizados voluntariamente por una mala, mala filosofía. La doctrina mitigada es vino agriado y ácido para las almas. Una gran mole de cemento gris es su líder, el nominalismo voluntarista, repintado con la acrílica de género.
12 Es una tontería mayúscula considerar la Postmodernidad como una época de idolatría de la razón. No. Los tiempos que nos acucian poseen ante todo un afán deconstructivo, negador de toda verdad objetiva y universal, de toda naturaleza. Y este afán deconstructivo, como venimos viendo en anteriores post, parasita la ciencia para elaborar la técnica goética. Lo que se idolatra en la Postmodernidad es el cálculo.
13 Es muy post-postmoderno considerar irrelevante la verdad. No sólo irrelevante, sino pesada como una losa. Que la sana doctrina sea considerada una gran piedra que aplasta al ser humano anhelante de deseos de felicidad, es una perversión de la conciencia, que sólo puede diagnosticarse como falta de fe y deterioro radical de la razón. Es preocupante la difusión que está alcanzando, como por impregnación de las mentes, la idea de que preocuparse por la doctrina es superfluo, que lo importante la misericordia. Es una visión radicalmente positivista de la razón y de la fe.
14 No olvidemos nunca, por tanto, que, como dice el Papa Francisco en la Lumen Fidei, 27:
“el hombre moderno cree que la cuestión del amor tiene poco que ver con la verdad”. (…) pero “Amor y verdad no se pueden separar”
RESALTANDO SIEMPRE LA PRIMACÍA DE LA GRACIA
15 Para el catòlico semipelagiano su voluntad es como la ventanilla de un cine, siempre con una cola de gracias esperando para comprar la entrada. Y esto acarrea graves consecuencias, una de las cuales es sobrevalorar la propia opinión y minusvalorar la razón.
16 El Espíritu Santo te mueve a dejarte desollar por Cristo, si es necesario, antes que negar su Santo Nombre. Por eso hay que estar atento a la gracia. Para nunca negar al Señor. El cristiano no se sienta a la mesa de los mofadores de la ley divina ni aunque le corten la piel a tiras. Por eso hay que estar atento a la gracia, que nos mueve a una doctrina consistente, y no a disparates irracionales.
17 La primacía de la gracia es un camino señalado para hoy mismo por S Juan Pablo II en la “Novo millennio ineunte” 38:
“En la programación que nos espera, trabajar con mayor confianza en una pastoral que dé prioridad a la oración, personal y comunitaria, significa respetar un principio esencial de la visión cristiana de la vida: la primacía de la gracia. Hay una tentación que insidia siempre todo camino espiritual y la acción pastoral misma: pensar que los resultados dependen de nuestra capacidad.”
“La oración nos hace vivir precisamente en esta verdad. Nos recuerda constantemente la primacía de Cristo y, en relación con él, la primacía de la vida interior y de la santidad. Cuando no se respeta este principio, ¿ha de sorprender que los proyectos pastorales lleven al fracaso y dejen en el alma un humillante sentimiento de frustración? Hagamos, pues, la experiencia de los discípulos en el episodio evangélico de la pesca milagrosa: « Maestro, hemos estado bregando toda la noche y no hemos pescado nada » (Lc 5,5). Este es el momento de la fe”
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VOLVIENDO A TOMÁS
18 Sí, hay que volver al Angélico, para liberar de las malas filosofías que han confundido muchas mentes. Llevamos ya demasiado tiempo así. Para ello, la filosofía realista de Santo Tomás es un instrumento de primer orden.
Como afirma el beato Pablo VI:
“La Iglesia, para decirlo brevemente, convalida con su autoridad la doctrina del Doctor Angélico y la utiliza como instrumento magnífico, extendiendo de esta manera los rayos de su Magisterio al Aquinate, tanto y más que a otro insignes Doctores suyos. Lo reconoció nuestro predecesor Pío XI, al escribir en la Encíclica Studiorum Ducem: “A todo el mundo cristiano interesa que esta conmemoración centenaria se celebre dignamente, porque honrando a Santo Tomás no sólo se manifiesta estima hacia él, sino que se reconoce también la autoridad de la Iglesia docente” (Lumen ecclesiae)
“¡Id a Tomás!. Buscad y leed las obras de Santo Tomás —repetimos con gusto— no sólo para encontrar alimento espiritual seguro en aquellos opulentos tesoros, sino también y ante todo, para daros cuenta personalmente de la incomparable profundidad, riqueza e importancia de la doctrina que contienen.” (Lumen ecclesiae)
PARA QUE DESAPAREZCA EL ANILLO
19 Tenemos una misión, amigos: quebrantar el antropocentrismo moderno, redivivo hoy, también, bajo las formas del cosmocentrismo postmoderno y novaeriano. Este antropocentrismo, nominalista, voluntarista, maneja a la perfección la mala doctrina y la mala praxis, y las funde en un solo anillo de poder mágico, cuyo objeto es atacar la naturaleza de las cosas, fundamento de la razón.
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20 He escrito este post mientras escuchaba la bella banda sonora de El Señor de los Anillos, contemplando al buen y alegre Frodo recorrer tierras tenebrosas para destruir el anillo.
El anillo de poder es hoy el que conforman heteropraxis y heterodoxia en una unidad de poder y técnica al servicio del mundo. Gollum nos ronda siempre, como una tentación, para impedir que desaparezca este anillo. Pero con la ayuda de Sam, auxilio actual, eficaz y permanente de Frodo, lo vamos a conseguir.
La Iglesia, aun teniendo apariencia, en ocasiones, de un pequeño hobbit, siempre vence, y los poderes de Sauron no podrán dañarla jamás. ¿No os dais cuenta? La victoria es siempre de Cristo y de sus elegidos en Él. Permanezcamos alegres, con el auxilio que nunca nos falta, y caminemos hacia el Monte del Destino. Y si en alguna ocasión se nos escapa algún que otro lamento,
caminemos en paz y serenos con el Señor, amando a la Iglesia, y recordando las palabras de Gandalf:
“¡Id en paz! No os diré: no lloréis, porque no todas las lágrimas son malas”
Alonso Gracián
LAUS DEO VIRGINIQUE MATRI
10 comentarios
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A.G.- Se dicen tantas cosas....nadie se libra, ni los papas, de meter la pata por sí mismos
"Lo veraz es sólo de Dios y es necesariamente sobrenatural" (Romano Amerio)
Y, sorprendentemente, se han perdido las pasiones. "El mundo está lleno de eternas pasiones" decía mi padre, y cuando leía "Otelo", "Madame Bovary", "Crimen y Castigo" o "Anna Karenina" yo pensaba: "He aquí las pasiones de las que habla mi padre".
Pero ahora que la Ley Natural ya no se escucha resulta que Otelo sufrió un ataque de cuernos, Madame Bovary es la vecina de al lado, Raskolnikov un psicópata y el adulterio de Anna Karenina es tan vulgar que no se explica una por qué invirtió Tolstoi tanta tinta en escribirla.
Suma y sigue: Con la Fe se fueron la razón, la literatura, el arte...
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A.G.- Bien dicho, la razón no aguanta la pérdida de la fe. El rigor del razonamiento brilla por su ausencia, por eso hemos de ayudar a pensar a los demás, especialmente a nuestros hermanos.
Sabio, su sr. padre.
Muy ciertamente, con la pérdida de la fe, se va la belleza también.
Gracias
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Y si el poder de la razón no ha lugar; ¿Cabe emplear la razón del poder?
O donde si la razón de la fuerza no convence; Cabe emplear la fuerza de la razón?
El fin no justifica los medios dicen algunos; Y conviene precisar: siempre y cuando el fin esté justificado.
Por lo que mejor sea dicho: El fin se justifica en sus medios siempre y cuando y en la media que éste, esté justificado.
Entonces el amo de la casa irritado dijo a su siervo:... sal a los caminos y a los cercados, y obliga a entrar, para que se llene mi casa. (Lc.14,22)
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A.G.- El poder de la razón se refiere a su capacidad para aprehender el ser de las cosas y la esencia de las cuestiones.
Sin duda, el fin bueno no justifica medios malos nunca.
Saludos cordiales
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A.G.- Así es, sin ninguna duda. La verdad de lo que afirma Chesterton la comprobamos a diario. Con el desmorone de la fe se desmorona la razón, como fichas de dominó.
Como bien dices, Luis Fernando, el caos abismal comienza, y comienza a absorberlo todo, como el agujero negro que decías el otro día. Y la cosa es que ese caos abismal, en la postmodernidad, a menudo cobra apariencia de orden, como de vida de insectos.
No estamos todavía en ese punto, pero nos acercamos a él peligrosamente. Hay gracia más que suficiente para librarnos, y en todo caso siempre habrá un remanente, un resto santo, que permanecerá fuera del caos. Quiera Dios que, si estamos ante esa situación, nos cuente entre sus elegidos.
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A.G.- En efecto, hace tiempo que empezó, la crisis viene de lejos, el deterioro ya es vetusto.
Que ahora hay una aceleración, es idea que tengo en la mente desde hace tiempo. Es la imagen del maelstrom, del remolino, del agujero negro. Cuanto más cerca, mayor aceleración.
Señor, cuéntanos entre tus elegidos!
Un problema creciente de la predicación de muchos clérigos es que Evangelio es igual a felicidad. Sin embargo, ES una especie de engaño. Si se lee el Evangelio bien puede verse cómo los que "disfrutan" y ríen en esta vida no son los que salvan, sino que son los que sufren, lloran, etc. Es decir, la vida cristiana conlleva negación, cruz, etc no placer ni comodidad. La vida fuera de Cristo es más fácil y cómoda. La vida cristiana supone un retribución de la felicidad principalmente fuera de esta vida terrena: una retribución diferida frente a la comodidad y el placer de las vías mundanas. En ningún lugar de la Biblia, Cristo predica para ser feliz en este mundo. Eso es parte del lenguaje moderno.
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A.G.-Desde luego la vida cristiana no produce una felicidad mundana o meramente terrenal.
La felicidad sobrenatural sí que nos espera, como una retribución gratuita y diferida, pero con ciertos anticipos en esta vida, especialmente en la Santa Eucaristía. Porque el desarrollo de la gracia produce la santidad, que es participación de la santidad de Dios. Con el desarrollo de la gracia, disfrutamos de los maravillosos frutos del Espíritu Santo, entre ellos el gozo, la alegría, la paz...que iluminan con el Amor de Cristo los momentos de tribulación.
Si un día ese perro renunciara a su hominización, y dejando un lado la guía de la razón, pretendiera guiarse por su instinto, ciertamente sería un perro muy especialmente tonto: ya el instinto no tendría la habilidad de antes, no encontraría la casa de su dueño, se perdería... Abandonó la razón, y se quedó tonto, con un instinto medio atrofiado.
Una hipótesis muy real. Cuando a un hombre Dios le comunica por la fe y el bautismo el Espíritu Santo, lo diviniza: le da un alma cristiana, nueva, que ha de regirse por la fe. No por eso se deteriora la razón, todo lo contrario; pero "el justo vive de la fe" (Rm 1,17: más Hab 2,4; Gál 3,11; Heb 10,38).
Si un día abandona la fe, si cae en la apostasía, se queda, en comparación con los paganos, especialmente tonto. Resulta que abandonando la fe, casi casi pierde el uso de razón. Esto lo vemos hoy, concretamente, en el nivel mental de los teólogos heterodoxos. Dan pena. ¡Qué argumentos dan para sus tesis falsas!... No tienen fe ni uso de razón. Se han quedado completamente tontos.
Por razones obvias, no pongo ejemplos.
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A.G.- Muy cierto, Don José María. Como bien dice: "Resulta que abandonando la fe, casi casi pierde el uso de razón." Es verdad, lo vemos en los heterodoxos. Su pensamiento ha quedado muy deteriorado, parece que no captan la esencia de las cosas, se han vuelto mediociegos para aprehender la verdad.
Es uno de los efectos de la apostasía, porque quien ya no confiesa al Logos, pierde su propio logos. De alguna manera, es lo que ocurrió a Adan tras perder la gracia por la Caída original. Quedó inmundo a ojos de Dios, todos quedamos inmundos, como dice Trento, aunque no totalmente depravados, como enseña el calvinismo.
Muy gráfico el ejemplo del perro. Como dice: "ya el instinto no tendría la habilidad de antes". Eso es lo que pasa con la razón.
Muchas gracias, P. Iraburu, un abrazo en el Señor.
Pero cuando se mira el proceso al revés la cosa cambia. Una vez de que se conoce la verdad de la Fe su abandono para apoyarse sólo en la razón no da resultados.
Podemos entender que la razón pudo preceder a la Revelación pero no puede sucederla abandonando ésta. Ya sé que me pueden hablar de cantidad de filósofos que han seguido este camino pero creo que han sido intentos fallidos. Cuando las ideas de esos filósofos se han divulgado el resultado ha sido pérdida paulatina de la razón. La masa no ha tomado de ellos más que su contenido más irracional. No han servido para gran cosa, la verdad sea dicha.
Hegel está en la base de los dos movimientos más autoritarios del siglo XX y Rousseau en la sensiblería descerebrada de la new age,
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A.G.- Lo explica muy bien el Catecismo:
"(37) «A pesar de que la razón humana, sencillamente hablando, pueda verdaderamente por sus fuerzas y su luz naturales, llegar a un conocimiento verdadero y cierto de un Dios personal, que protege y gobierna el mundo por su providencia, así como de una ley natural puesta por el Creador en nuestras almas, sin embargo hay muchos obstáculos que impiden a esta misma razón usar eficazmente y con fruto su poder natural; porque las verdades que se refieren a Dios y a los hombres sobrepasan absolutamente el orden de las cosas sensibles, y cuando deben traducirse en actos y proyectarse en la vida exigen que el hombre se entregue y renuncie a sí mismo. El espíritu humano, para adquirir semejantes verdades, padece dificultad por parte de los sentidos y de la imaginación, así como de los malos deseos nacidos del pecado original. De ahí procede que en semejantes materias los hombres se persuadan de que son falsas, o al menos dudosas, las cosas que no quisieran que fuesen verdaderas (Pío XII, enc. Humani generis: DS 3875).
38 Por esto el hombre necesita ser iluminado por la revelación de Dios, no solamente acerca de lo que supera su entendimiento, sino también sobre "las verdades religiosas y morales que de suyo no son inaccesibles a la razón, a fin de que puedan ser, en el estado actual del género humano, conocidas de todos sin dificultad, con una certeza firme y sin mezcla de error" (ibid., DS 3876; cf. Concilio Vaticano I: DS 3005; DV 6; santo Tomás de Aquino, S.Th. 1, q. 1 a. 1, c.).
Por cierto, relacionar, como ha hecho, a Rousseau, con la Nueva Era, me parece una muy buena observación. Optimismo pelagiano, base del pensamiento novaeriano.
Saludos cordiales
Saludos cordiales.
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A.G.- Gracias, Néstor.
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