20.03.21

La Palabra para el Domingo - 21 de marzo de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 21 sino sábado, 20 de marzo de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.  

 

  

 

 

Jn 12, 20-33

“20 Había algunos griegos de los que subían a adorar en la fiesta. 21 Estos se dirigieron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le rogaron: ‘Señor, queremos ver a Jesús.’  22 Felipe fue a decírselo a Andrés; Andrés y Felipe fueron a decírselo a Jesús. 23 Jesús les respondió: ‘Ha llegado la hora de que sea glorificado el Hijo de hombre. 24 En verdad, en verdad os digo: si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto. 25 El que ama su vida, la pierde;  y el que odia su vida en este mundo, la guardará para una vida eterna. 26  Si alguno me sirve, que me siga, y donde yo esté, allí estará también mi servidor. Si alguno me sirve, el Padre le honrará. 27 Ahora mi alma está turbada. Y ¿qué voy a decir? ¡Padre, líbrame de esta hora! Pero ¡si he llegado a esta hora para esto! 28 Padre, glorifica tu Nombre.’ Vino entonces una voz del cielo: ‘Le he glorificado y de nuevo le glorificaré.’  29 La gente que estaba allí y lo oyó decía que había sido un trueno. Otros decían: ‘Le ha hablado un ángel.’ 30 Jesús respondió: ‘No ha venido esta voz por mí, sino por vosotros.  31 Ahora es el juicio de este mundo; ahora el Príncipe de este mundo será echado fuera.  32 y yo cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.’ 33 Decía esto para significar de qué muerte iba a morir.”

 

COMENTARIO

Lo que promete Cristo

Como en tantas otras ocasiones, Jesús y sus discípulos van a Jerusalén para celebrar una de las fiestas judías. Aquí, Juan no dice cuál es, pero quizá esto sea lo de menos. Si vemos, con esto, que el Mesías no evitaba ni huía de todo lo que fuera la religión a la que pertenecía y a la que había venido a dar verdadero cumplimiento. El caso es que entre los que acuden allí también hay, como es lógico, personas de nación griega. 

Piden, demandan, ver a Jesús. Seguramente, llevados por el conocimiento que de los prodigios del Mesías podían tener, querían tener, un contacto con aquella persona de la que tantas cosas se dirían. 

EXCURSUS

 

Y nosotros también, bien cuando exista desconocimiento de la persona y figura de Jesús, podemos acudir en su busca, bien sea deseando saber algo más de quien tanto se dice, bien queriendo experimentar, mejor, lo que ya conocemos. 

Es la libertad de la que gozamos la que nos hace escoger esta posibilidad, y en ella podemos tener un buen instrumento de conformación de nuestra personalidad como cristianos pues, de seguro, que del encuentro con Jesús ha de derivar una conciencia clara de pertenencia a una familia grande, universal, nuestra. 

Y Jesús también tiene sus intermediarios por si, ante su persona, gigante del amor, no sabemos cómo dirigirnos a Él. Basta acudir a la Iglesia, tesoro dejado por su presente, para que, en su seno, seamos capaces de comprenderlo o, al menos, tratar de hacerlo. Así, de esta forma digamos, indirecta, y no es que Cristo no se muestre directamente a nosotros si así lo queremos, el encuentro con el Enviado es posible si sentimos temor al comparar nuestra persona con la suya.

 

FIN DEL EXCURSUS 

Jesús, ante esa voluntad expresada de alguien que quiere conocerlo, no opta por dejar que, simplemente, se agreguen a su grupo sin darle más explicación, como quien espera una adhesión ciega, sostenida, tan sólo, en la importancia de su persona. Todo lo contrario. Por medio de sus ejemplos sacados de la vida cotidiana, trata de hacer comprender qué es lo que pretende decir, qué es lo que quiere que sea entendido, qué es lo que ha venido a hacer. 

Y ¿qué es lo que quiere que entiendan, en este caso? Bien podemos dividir, para mejor comprender, ésta parte del texto, hasta la intervención de Dios, en dos partes.

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18.03.21

Tolkien y San José, como tema, es posible

Sí, es cierto que es mañana cuando celebramos el día de San José. También es cierto que el artículo que publicamos el jueves es el que corresponde a la serie que llamamos “Ventana a la Tierra Media” y que, claro, tiene que ver con J.R.R. Tolkien. Por tanto, ¿nos hemos equivocado o algo así? 

La verdad es que, en un principio, el que esto escribe tenía la intención de no publicar artículo alguno sobre la serie Ventana a la Tierra Media porque cuando es un día especialmente señalado desde el punto de vista espiritual católico como es el caso (el de San José) el artículo de tal día se dedica al que sea el mismo. Por eso tenía intención de publicar mañana viernes y dedicarlo al padre adoptivo del Hijo de Dios, a aquel que aceptó el mensaje del Todopoderoso y tomó a María como esposa a pesar de sus iniciales dudas que es lo mismo que decir que acabó prevaleciendo en su vida la fe sobre cualquier otro tipo de consideración, digamos, más personal o egoísta… O sea, para acabar pronto, a San José, de la tribu de David. 

Sin embargo (sin duda aquí tiene que ver un sin embargo para que esto tenga algo de sentido) nos hemos dado cuenta de que podemos hacer las dos cosas en una o, lo que es lo mismo, escribir sobre Tolkien padre y sobre San José, también padre, de una tacada que es como decir que podíamos matar, con perdón, dos pájaros de un tiro aunque mejor sería decir, si hablamos de pájaros, que sean aves del Paraíso, así con mayúscula, pues a ambos los consideramos aptos para gozar de lo mejor que Dios sea capaz de hacer que es el Cielo. 

Bueno. Pues sí, que creemos que lo mejor es tratar ambas personalidades (decir personajes a lo mejor quedaría demasiado frívolo) espirituales a la vez y en el mismo sitio pues son, aunque pudiera no parecerlo, más que parecidas… y creemos, de verdad, que merecen atención especial por lo que fueron ambos que no es otra cosa que padres pero cada uno según y cómo… Y si somos capaces de hacerlo aquí, en este artículo, y ahora, creeremos, sin duda y como siempre, en los milagros aunque sean pequeños… como éste. 

En efecto, San José y Tolkien, ambos, fueron padres y ejercieron un tan digno papel de una forma más que provechosa para todo aquel que los conozca. 

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16.03.21

Un amigo de Lolo: P. Rafael Higueras Álamo

Manuel Lozano Garrido, Lolo, según el P. Rafael Higueras, su postuladorComo cualquiera puede ver, hoy martes, que es día que dedicamos a la figura de Manuel Lozano Garrido, Lolo, a la sazón Beato de la Iglesia católica, no hemos traído sus palabras porque hoy es un día, digamos, especial. 

Esto lo decimos porque hemos preparado una entrevista a distancia (propia de la situación en la que ahora estamos) al P. Rafael Higueras Álamo (en la imagen, junto a Lolo y a Lucy, hermana del Beato), gran amigo de Manuel Lozano Garrido, Lolo, Beato del que fue Postulador de su Causa y, ahora, de la de Canonización del Linarense Universal. 

Y creemos que lo mejor es pasar, sin mayor dilación, a la misma. 

InfoCatólica: ¿Quién es el P. Rafael Higueras Álamo? 

P. Rafael Higueras Álamo: soy un sacerdote de la diócesis de Jaén. Nací en Santisteban del Puerto, un precioso pueblo al Norte de la Provincia de Jaén. Desde pequeño recibí una educación cristiana de parte de mis padres. En mi familia había dos sacerdotes, gemelos, hermanos de mi madre; y desde niño sentía el deseo de irme al seminario. A los 10 años ingresé, y a los 22 años fui ordenado sacerdote, en 1961.

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15.03.21

Serie tradición y conservadurismo – El falso progresismo

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

De progreso en progreso hasta el abismo final”; “No se mira hacia atrás ni para coger carrerilla… todo debe ser progreso”.

Las frases anteriores muestran, exactamente, lo que está pasando desde hace ya demasiados años en el mundo que nos tocado vivir.

Es sabido que el diccionario es muy sufrido y lo mismo vale para decir las cosas por su nombre como para hacer uso de las palabras que contiene para tergiversar su sentido y darle uno último que no sea más que fachada y encubridor.

A este respecto, cualquiera puede sostener que progresar, lo que se dice progresar, la humanidad lo ha hecho desde que el ser humano salió despedido del Paraíso por querer, precisamente, “progresar” más de la cuenta. Y eso es cierto, lo primero decimos, pero, como suele decirse, una cosa es una cosa y otra… pues es otra.

Se supone que uno progresa o, en general, que una sociedad progresa cuando avanza. Pero avanzar, sin duda, se puede hacer para un sitio o para otro. Es decir, podemos avanzar hacia el bien y podemos hacerlo hacia el mal. Y podemos decir, sin temor a ser exagerados, que el progreso en cuando avance que se propone desde el Nuevo Orden Mundial y sus múltiples servidores, no es de la primera clase sino de la segunda.

Progreso, necesario, sí; progreso retrógrado, no. Y esa es la posición que aquí defendemos. Y veamos porqué.

Arriba hemos aludido al diccionario. Pues bien, de la entrada “Progreso” dice esto:

1. Mejora o avance que experimente una persona o una cosa hacia un estado mejor, más avanzado o desarrollado.

2. Desarrollo continuo, gradual y generalizado de una sociedad en los aspectos económico, social, moral, científico, cultural, etc.

A su vez, porque esto ayuda siempre y mucho, palabras que se asimilan a “progreso” son, por ejemplo: avance, adelanto, perfeccionamiento, desarrollo, adelantamiento, proceso, prosperidad, aumento o mejora.

En fin, podemos ver que, en general, la idea de progresar no es mala cosa porque supone, en general, una mejoría bien personal, bien de la sociedad en la que se incardina el ser humano.

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13.03.21

La Palabra para el Domingo - 14 de marzo de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 14 sino sábado, 13 de marzo de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.  

 

 

 

Jn 3, 14-21

 

“14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea tenga por él vida eterna. 16 Porque tanto amó Dios al mundo  que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna. 17 Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. 18    El que cree en él, no es juzgado; pero el que no cree, ya está juzgado, porque no ha creído en el Nombre del Hijo único de Dios. 19 Y el juicio está en que vino la luz al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. 20 Pues todo el que obra el mal aborrece la luz y no va a la luz,  para que no sean censuradas sus obras. 21 Pero el que obra la verdad, va a la luz, para que quede de manifiesto  que sus obras están hechas según Dios.”

 

COMENTARIO

Lo que nunca deberíamos olvidar

El texto de hoy corresponde a una conversación que Jesús mantiene con Nicodemo y en la que se plantean realidades espirituales que este insigne judío no llega a entender: salvación, agua, Espíritu, nacer de nuevo… quizá demasiado para él. Sin embargo, quiere conocer, quiere aprender, quiere llegar a saber lo que es importante aprender, conocer y saber. 

En este nacer de nuevo se encuentra la clave de toda la predicación del Mesías. Para alcanzar el Reino de Dios, que ha había llegado a ellos, era preciso acabar con el hombre viejo, dejar atrás esas prácticas que hasta entonces habían llevado a cabo y ser, así, una raíz nueva que arraigase en la tierra que Dios dio a su pueblo. Pero esto no era entendido por Nicodemo. Y la verdad, es que no es de extrañar. ¿Cómo puede uno nacer siendo viejo? (Jn 3, 4), pregunta el importante miembro de la comunidad. Otra vez, como tantas otras veces, se impone la humana visión sobre las cosas. Claro está que el Enviado no se refería, en sentido estricto, a volver al seno materno sino a ser otro hombre, a tener otra naturaleza, otra actitud ante las cosas de la vida. Al fin y al cabo, lo que pretendía Jesús era hacer comprender a Nicodemo era que el discurso escatológico, es decir que lo era referido al más allá, se podía aplicar al ahora, a su ahora, a su ya, a su misma persona. 

Y es en este contexto cuando Jesús explica como cabe la salvación, como se puede ver la luz y, siguiéndola, conocer el Reino de Dios. 

En el capítulo 21 de Números, concretamente entre sus versículos 8 al 9, se narra el hecho que es causa de que Jesús explique a Nicodemo. Dios encomendó a Moisés la labor de hacer una serpiente para que, el levantarla, fuera mirada por los que podían resultar afectados por enfermedad y, así, ser curados y, en cierto modo, salvados. Y dijo Yahveh a Moisés “hazte un Abrasador y ponlo sobre un mástil. Todo el que haya sido mordido y lo mire, vivirá.” Hizo Moisés una serpiente de bronce y la puso en un mástil. Y si una serpiente mordía a un hombre y éste miraba la serpiente de bronce, quedaba con vida, pues, según dice este texto del Antiguo Testamento, Dios, viendo la falta de fe que tenía su pueblo, le envió serpientes para someterles a una prueba. 

Cabe pensar que el Mesías se refiere, con su levantamiento, por una parte, a la parte física de su Pasión, levantado en la cruz, pero, sobre todo, entendemos, a la parte espiritual: Jesús asciende a los cielos. Así, con esto, el que cree, aunque se con aquella terrible prueba y con este gozoso hecho (la ascensión) y necesitado, como siempre, de pruebas de esa divinidad, podrá salvarse, alcanzará la vida eterna. Pero era necesario éste, y así se lo indica a Nicodemo para que entienda. 

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11.03.21

J.R.R. Tolkien - Entre Bloemfontein y Bournemouth- Capítulo 10 – La segunda parte de El Hobbit

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Podemos imaginar al autor de El Hobbit la mar de feliz y gozoso de ver que su obra, aquella que había nacido sin saber exactamente las razones por las que le apareció aquel “en un agujero…”, estaba teniendo un notable éxito por mucho que sus colegas de profesión (a lo mejor algo envidiosillos o algo así) no tuvieran muy claro si aquello había surgido fruto de las subvenciones que recibía su autor para trabajar o qué… 

De todas formas, había alguien que, sin duda, se frotaba, legítimamente, las manos y se tentaba el bolsillo y no era otra persona que su editor, Unwin. Y es que aquella obra, que parecía en principio para niños según el leal saber y entender de su “consejero”, Rayner (su propio hijo) y que, tras leer aquella obra, recomendó, digamos, su publicación, se vendía como (haciendo uso de pitanza propia de aquella isla inglesa) fish and chips por no decir eso de “como churros” que no viene demasiado bien al lugar donde todo eso se produjo… 

Y bien, después de esta pequeña broma, digamos que sí, que aquel hombre, editor de renombre, se dio cuenta de que lo que quería el público lector era más aventuras de los Hobbits, aquellos medianos que vivían en agujeros que no eran unos agujeros cualquiera. Y así se lo pidió al profesor que tanto tino había tenido con aquellas que lo habían sido de Bilbo Bolsón, los enanos y el Smaug, el dragón acaparador y, ciertamente, avaricioso, de oro que, por otra parte, ya me dirán ustedes para qué quería aquel extraño botín un ser como aquel. Y es que estamos más que seguros que le debieron llegar muchas cartas (entonces aún se escribían cartas) diciéndole eso, que ellos lo que querían era saber más cosas de los Hobbits y, si era posible, que batallaran más o caminaran más por la Tierra Media

EL HOBBIT - J.R.R. TOLKIEN | Alibrate

Sin embargo, estaba más que claro que eso no lo podía hacer su autor. Bueno, no lo podía hacer, así, como si nada, porque, primero, no debió pensar que aquello pudiera tener, digamos, una continuación y, por eso mismo, termina El Hobbit como termina que es lo mismo que decir, por ejemplo, “hasta aquí llegó la historia”. Y tuvo que discurrir otra cosa que, por cierto, le llevaría unos cuantos años producir, digamos, parir, si ustedes nos entienden, con un parto con no poco dolor y sufrimiento… 

Esto lo decimos porque cuando, al final de El Hobbit están hablando Bilbo y Gandalf, a uno se le pasan por la cabeza dos cosas:  

1. Le gustaría que acabara la conversación o, al menos, que siguiera

-”¡Gracias al cielo! -dijo Bilbo riendo, y le pasó el pote de tabaco-”  

Y así, pues, termina esta obra y algo debería decirnos el que se titule, tal parte, “La última jornada”.

2. Ciertamente, así termina porque la aventura completa ha sido finiquitada y, al parecer, nada más puede pasar y aquí se quedan los dos amigos hablando y fumando… Y sí, no podemos negar que se nos deja con la miel en los labios de saber, saber, saber pero, al fin y al cabo, hasta ahí llegó la historia, debió pensar Tolkien padre. 

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9.03.21

Angelita Gómez y el Amor

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

“ A mí, el Amor me lo endulza todo”

Angelita Gómez

  

Cuando cumplió trece años, recién diagnosticada su enfermedad, escribió Angelita esto:

 

 “ Ahora me ha venido todo el recuerdo de un día muy feliz, con una Comunión muy dulce, en la que yo dije “sí”. Teniendo por testigo a mi Madre del Cielo. Hoy he querido ir a ratificar ese “Sí”, después de trece años. Mas una palabra no es la razón suficiente de una vida; el Amor si: ¿acaso sabia yo vivir sin Jesús?”

  

Pero, ¿Quién era Angelita Gómez? 

Como bien sabemos, el Beato Manuel Lozano Garrido fundó una Obra de nombre “Sinaí” que consistía en que la oración de determinados monasterios o centros, digamos, de carácter religioso, se ofreciera por los medios de comunicación católicos. Esto dio lugar, luego, a la aparición de una Circular que debía poner en contacto a todas aquella personas que, por decirlo así, quisieran formar parte de tal Obra espiritual y que terminó siendo la revista “Sinaí”. Obra, que, por cierto, sigue vigente hoy mismo, en pleno siglo XXI.

  Lourdes-“Sinaí”-Lolo: desde entonces hasta hoy (XIII)

 

Pues bien, en un primer momento (corría el año 1959) una persona que impulsó todo aquello fue Lola Güell y en un momento determinado puso en contacto a cuatro enfermos entre los que se encontraban Manuel Lozano Garrido y, precisamente, Angelita Gómez con la buena intención de que se iniciara aquello que acabaría llamándose “Sinaí”. Y en aquella primer circular aparece el nombre de Angelita, entre los otros tres, como decimos. 

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8.03.21

Serie tradición y conservadurismo – ¿El feminismo radical en el poder?

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

NOTA: Por ser un día muy señalado para el feminismo radical y aberrante, el 8 de marzo manipulado a su gusto, les pongo el artículo del libro que, si seguimos su orden, no corresponde pero que creo vale la pena recordar ciertas verdades para que piquen todo lo que tengan que picar y con su pan se lo coman.

 

Resulta curioso, pero cuando uno va a guardar el título de este artículo en la memoria, por ejemplo, en el ordenador, no le deja el sistema ponerle los signos de interrogación por algún tipo de imposibilidad técnica que nunca hemos entendido. Y resulta curioso porque de algo que se quiere preguntar resulta una afirmación. Así, pasamos de querer saber si el feminismo radical tiene el poder a afirmar, que sí, que lo tiene. Y es que, a veces, las cosas que pasan son así de reales.

En realidad, esto debe ser una, digamos, manifestación del subconsciente que acaba diciendo lo que en verdad se cree aunque, para eso, colabore una máquina… Y es que esto dicho arriba no es una ocurrencia y, ni siquiera, una broma es.  Y es que, en verdad, pareciera que el feminismo más radical tiene el poder cogido por donde se puede coger el poder: por lo políticamente correcto y por la cobardía de muchos y la conveniencia de otros muchos…

Al parecer, el ser humano de sexo masculino (nada de género, que es una manipulación propia de la ignorancia con intenciones torcidas, antinaturales y malsanas. Y aplíquese esto todo aquel que eso crea, sea quien sea quien lo crea…) ni vale nada ni nada bueno se puede esperar de un mundo donde, al parecer, la mujer (cierto tipo de mujer, digamos, roja) cree que ha llegado su momento de no sabemos qué y se ha “empoderado”, como ahora suele decirse, que es lo mismo que pretender ser lo que no se puede ser por mucho esfuerzo que se ponga en el intento y mucho poder que se tenga para procurarlo y, en fin, obligarlo por norma.

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6.03.21

La Palabra para el Domingo - 6 de marzo de 2021

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 Como es obvio, hoy no es domingo 7 sino sábado, 6 de marzo de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.  

 

 

Jn 2, 13-25

 

“13 Se acercaba la Pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. 14 Y encontró en el Templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas en sus puestos. 15 Haciendo un látigo con cuerdas, echó a todos fuera del Templo, con las ovejas y los bueyes; desparramó el dinero  de los cambistas y les volcó las mesas; 16 y dijo a los que vendían palomas: ‘Quitad esto de aquí. No hagáis de la Casa de mi Padre una casa de mercado.’ 17 Sus discípulos se acordaron de que estaba escrito: = El celo por tu Casa me devorará. = 18 Los judíos entonces le replicaron diciéndole: ‘Qué señal nos muestras para obrar así?’ 19 Jesús les respondió: ‘Destruid este Santuario y en tres días lo levantaré.’ 20 Los judíos le contestaron: ‘Cuarenta y seis años se han tardado en construir este Santuario, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?’ 21 Pero él hablaba del Santuario de su cuerpo. 22 Cuando resucitó, pues, de entre los muertos, se acordaron sus discípulos de que había dicho eso, y creyeron en la Escritura y en las palabras que había dicho Jesús. 23       Mientras estuvo en Jerusalén, por la fiesta de la Pascua, creyeron muchos en su nombre al ver las señales que realizaba. 24 Pero Jesús no se confiaba a ellos porque los conocía a todos  25 y no tenía necesidad de que se le diera testimonio acerca de los hombres, pues él conocía lo que hay en el hombre.”

 

 

COMENTARIO

 

Porque Cristo es Dios hecho hombre

  

Cumpliendo con la Ley, como siempre hiciera, Jesús acude a Jerusalén para celebrar la Pascua, fiesta fundamental de la religión judía y en lo que se llevaban a cabo todas las ceremonias correspondientes en recuerdo de hechos históricos y en la que la presencia de Dios se pretendía esencial. 

Sin embargo, y como también dijera Él mismo, su relación con la Ley era de algo más que mero cumplimiento, había venido para darle que la norma de Dios se ejerciera de forma efectiva, es decir, como Abbe creía que debía ser y para lo que la había establecido. 

El Templo era lugar de culto, y como tal, tenía delimitadas zonas para diversos tipos de personas, fueran judíos o fueran gentiles. Y era en el patio de estos últimos donde se habían establecido los negociantes que, con sus puestos, llenaba sus bolsillos con las economías de los que acudía a ese lugar sagrado. 

Sin embargo, el hecho de que el Mesías la emprendiera a golpes, cosa tan poco usual en Él, con algo, era debido, por una parte, a la circunstancia del lugar donde se llevaba a cabo aquella labor y por otra, y sobre todo por otra, ya que el acento lo ponía en el porqué de aquel negocio, es en lo que habían convertido al Templo. 

En cuanto a lugar, está claro que la ocupación del lugar destinado a los gentiles privaba, a estos, de la posibilidad de acudir a ese espacio e, incluso, de  acercarse a la Ley de Dios. El caso es que el mismo hecho de no permitir aquello era lo que a Jesús le sacaba de su tranquilo juicio. Él, que había encontrado, muchas veces, en los gentiles mayor fe que en los propios israelitas (Mt 8, 10-13, que es el caso del centurión que pidió curación para un criado suyo, a cuya petición, y en la forma como la hizo respondió Jesús que as aseguro que en Israel no he encontrado en nadie una fe tan grande) no podía permitir que se dispusiese, de esa forma, de ese lugar en la casa de Dios. 

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4.03.21

Eucatástrofe y Tierra Media

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Esperemos ser perdonados porque hacemos un pequeño alto, de un solo día, en la biografía sobre J.R.R. Tolkien. Y no es que no vayamos a escribir sobre nuestro autor preferido sino que, eso, no lo hacemos de su vida en cuanto a desarrollo más o menos lineal sino que lo hacemos sobre un tema que surge, claro, de su devenir como escritor. Y es que siempre surgen cosas así al tratar con una persona como fue, y es (en cuanto recuerdo-presente), el profesor de Oxford.

El caso es que no es nada difícil imaginar a Tolkien, profesor y escritor, inventando palabras. De hecho, hizo eso con lenguas y lenguas y no es de extrañar que hiciera lo propio con simples vocablos. E hizo eso con una que es un descubrimiento gozoso además de la explicación íntima al devenir de la vida y existencia de muchos de sus personajes. Y nos referimos a la palabra “eucatástrofe” que, así dicho y a primera vista, parece un palabro que nos recuerda otros términos de lengua griega. Sin embargo, nuestro autor sabía más que bien (como es fácil imaginar) lo que quería decir.

A tal respecto, en una de sus cartas, en concreto una dirigida a su hijo Christopher, a primeros de noviembre de 1944, decía esto el maestro (1):

“Pues acuñé el término ‘eucatástrofe’: el súbito giro feliz en una historia que lo atraviesa a uno con tal alegría que le hace saltar las lágrimas (lo cual, argüía, es la más alta función que cumple un cuento de hadas). Y llegué a la conclusión de que produce su peculiar efecto porque es un súbito atisbo de la Verdad, la entera naturaleza de uno adherida a la cadena material de causa y efecto, la cadena de la muerte, siente un súbito alivio como si un miembro fundamental dislocado hubiera vuelto de pronto a su lugar. Percibe —si la historia tiene ‘verdad’ literaria en el segundo plano (para lo cual debe verse el ensayo)— que así es como las cosas realmente funcionan en el Gran Mundo para el cual está hecha nuestra naturaleza. Y concluía diciendo que la Resurrección era la mayor ‘eucatástrofe’ posible en el mayor Cuento de Hadas, y produce esa emoción esencial: la alegría cristiana que provoca lágrimas porque es cualitativamente equivalente al dolor, porque proviene de los lugares donde la Alegría y el Dolor son lo mismo, reconciliados al perderse en el Amor el egoísmo y el altruismo.”

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