Para hoy miércoles, 24 de septiembre de 2008, tenía previsto escribir un artículo, y dedicar tal espacio, a Leonardo Boff porque en una entrevista había dicho algunas inexactitudes sobre la Iglesia católica y sobre el Santo Padre, Benedicto XVI, que merecían un espacio y un tiempo.
Pero eso será mañana porque tales cosas no pueden dejarse pasar como si nada.
Sin embargo, como el laicismo rampante y salvaje se manifiesta muchas veces de la manera más insospechada, llegado el día de ayer y habiéndose sabido el nombre de la persona que será elegida Presidente del Consejo General del Poder Judicial y, por eso mismo, Presidente del Tribunal Supremo, las cabezas pensantes de la carcunda de PRISA urdieron algo así como un alegato contra tal persona, Carlos Dívar Blanco.
Podríamos preguntarnos si es que tal persona había sido sorprendida cometiendo, por ejemplo, algún delito de prevaricación; si es que se había manifestado, acaso, a favor de ETA en alguna declaración; si, por otra parte, había sido condenado por algún delito de narcotráfico, etc. porque, en verdad, poner por escrito tales consideraciones sólo podía deberse a alguna grave tara con la que llegaba tal persona al CGPJ.
Pero no. El caso es que Carlos Dívar es una persona… muy religiosa. Y como resulta que no es una persona que profese la fe musulmana (ni siquiera budista) sino católica pues ya tienen una gran diana contra la que disparar su irreligiosidad y su faz puramente dictatorial.
Pero ayer mismo, el diario laicista El País manifestó, con claridad, de dos formas distintas, cómo se puede llegar a ser ruin y, en el fondo, como no se conoce lo que es la democracia ni la libertad de pensamiento. O sea, una forma clarificadora de manifestar un fascismo claro y real.
Por ejemplo, en la misma portada titulaba “Zapatero sitúa a un magistrado muy religioso al frente del Poder Judicial” para luego, en el interior del diario laicista, en un artículo de Fernando Garea y José Hernández dan cuenta de su evidente pensamiento lúgubre. Incluso parece que había un “Conato de rebelión de los vocales del PSOE contra el pacto Zapatero-Rajoy” porque no les debe haber parecido lo muy progresista (como querrían que fuera quien presidiera tales instituciones) el Sr. Dívar.
Parece que “Zapatero ha optado por un juez muy religioso y así se lo comunicó en julio a Rajoy, que aceptó encantado”
Lo que aquí molesta es que se llegue a criticar a una persona por ser muy religiosa como si las convicciones morales sólo tuvieran que tenerse en cuenta, en negativo, si el elegido no es de los llamados “progresistas”. En tal caso no habría molestado nada la elección porque, como sabemos, el progresismo, entendido a la española, nada tiene que ver con la difusión del aborto, del divorcio exprés, de la Educación para la Ciudadanía ni nada por el estilo. O sea, que sí.
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