7.04.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Una buena pista para amar al prójimo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Una buena pista para amar al prójimo

Pienso que lo que da grandeza a un hombre no es la altura de su pedestal, sino todas esas líneas que se le tienden desde el corazón y lo unen a las demás criaturas con una retícula de cordialidad.” (Beato Lolo, de su libro Las estrellas se ven de noche)

Es cierto y verdad que los cristianos tenemos, por encima de cualquier norma espiritual o, digamos, sobre cualquier creencia, dos de ellas que se ponen en primer lugar y que el mismo Jesucristo, en alguna que otra ocasión, puso sobre la mesa: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos.

También es cierto y verdad que no en pocas ocasiones solemos hacer caso omiso tanto al Primer Mandamiento como al otro y eso, como es de esperar, nos debería pesar mucho en el alma.

Pues bien, sabemos de primera mano (por sus conocidos y, en fin, por lo que fue su vida) que Manuel Lozano Garrido, Lolo, atendió muy bien en su vida lo dicho arriba y, sí, amó a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a sí mismo.

Nosotros, hoy, nos vamos a dedicar a hablar (aunque sea en escritura) del segundo de los Mandamientos, digamos que a nivel general, y como dijera Cristo, definen a la Ley y a los Profetas: el amor al prójimo.

Pues bien. Podemos imaginar a Lolo en uno de sus días, digamos, ordinarios. El hombre, que tenía muchas cosas que hacer y que, con la ayuda, por ejemplo, de su hermana Lucy andaba dictando alguno de sus artículos o de parte de alguno de sus libros, escucha el timbre de su casa y sabe, de inmediato, que alguien va a visitarlo.

El caso es que se trata de un amigo, pongamos Antonio, que tiene quiere que Lolo le ayude en determinado tema porque no sabe por dónde tirar. Y Lolo, estamos tan seguros de eso como si lo estuviéramos viendo ahora mismo, deja todo lo que está haciendo y trata de echar una mano a su amigo que, está seguro, necesita su ayuda.

Algo como eso debió pasarle muchas veces porque Lolo era una persona a la que acudían otras muchas en busca de consejo y auxilio (espiritual o no podemos suponer pero con preeminencia del primero) y, por eso, no es de extrañar que cuando murió su fama de santidad se hubiera acrecentado partiendo de ser “el vecino enfermo” hasta el “buen consejero, amigo y más que amigo”.

Ciertamente, Lolo entendió más que bien eso de amar al prójimo como a sí mismo e, incluso creemos, que amaba más al prójimo que a sí mismo pues, de otra manera, de haber sido lo contrario, en no pocas ocasiones hubiera despachado a sus visitas con alguna que otra excusa. Sin embargo, lo que no podemos imaginar es a Lolo haciendo, precisamente, eso sino justamente al contrario: recibiendo ¡con una sonrisa! (dadas sus circunstancias dice mucho de su amor al prójimo) y poniéndose a la labor, primero, de escuchar y, luego, de hablar…

Amar al prójimo no es, siempre, dar, digamos, limosna o echar una mano en asuntos económicos. También lo es, claro, pero el amor al prójimo de Lolo no podía ser de tal clase sino de otra que es bastante más importante: el de acudir al alma y restañar alguna herida o dar salida a determinada duda o tantas y tantas cosas a las que alguien como Manuel Lozano Garrido (experto en sufrimiento y en gozo) podía dar salida.

Amar al prójimo, para Lolo, creemos que tenía el pleno sentido de comprender lo que significa que el prójimo haya necesidad de auxilio porque puede sentirse atormentado por algo que le pasa o busca consejo de alguien que sabe que, por su experiencia de vida, es capaz de ofrecérselo y, quien lo pide, seguirlo. Y por eso nuestro amigo era experto en el amor a quien iba a visitarlo e, incluso, en aquella persona que se dirigía a la suya mediante la carta cuando aún se escribían misivas en papel… Y es de eso, precisamente, uno de sus libros de título “Cartas con la señal de la Cruz” habla y habla mucho y bien. Amor al prójimo a distancia, podríamos decir…

Lolo y el sentido que tenía Manuel Lozano Garrido del amor al prójimo es, verdaderamente, un ejemplo sano y gozoso de saber qué es lo que quiere Dios de sus hijos y qué es lo que alguno de ellos como el Beato de Linares (Jaén, España) supo hacer a lo largo de su vida.

Podemos decir, por eso mismo dicho arriba, que cuando Lolo diceesas líneas que se le tienden desde el corazón y lo unen a las demás criaturas con una retícula de cordialidad” es porque las conocía más que bien y muchas veces las seguía hasta el corazón de su prójimo y, ahora mismo, hasta el de sus muchos amigos.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (110)

¿Qué es lo que, a juicio del hombre, menos valor tiene?:¿un grano de arena?, ¿una pella de barro?, ¿un copo de nieve? Pues venga a decir un sabio que los contempla cada día a través del microscopio, si no guardan dentro todo un maravilloso mundo de vida, gracia y armonía

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

6.04.25

La Palabra del Domingo – Domingo, 6 de abril de 2025

Resultado de imagen de SAnta Biblia

V Domingo de Cuaresma

Jn 8, 1-11         
 
 

1       Mas Jesús se fue al monte de los Olivos.

2       Pero de madrugada se presentó otra vez en el Templo, y todo el pueblo acudía a él. Entonces se sentó y se puso a enseñarles.

3       Los escribas y fariseos le llevan una mujer sorprendida en adulterio, la ponen en medio

4       y le dicen: ‘Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio.

5       Moisés nos mandó en la Ley apedrear a estas mujeres. ¿Tú qué dices?’

6       Esto lo decían para tentarle, para tener de qué acusarle. Pero Jesús, inclinándose, se puso a escribir con el dedo en la tierra.

7       Pero, como ellos insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: ‘Aquel de vosotros que esté sin pecado, que le arroje la primera piedra.’

8       E inclinándose de nuevo, escribía en la tierra.

9       Ellos, al oír estas palabras, se iban retirando uno tras otro, comenzando por los más viejos; y se quedó solo Jesús con la mujer, que seguía en medio.

10     Incorporándose Jesús le dijo: ‘Mujer, ¿dónde están? ¿Nadie te ha condenado?’

11     Ella respondió: ‘Nadie, Señor.’ Jesús le dijo: ‘Tampoco yo te condeno. Vete, y en adelante no peques más.’”

 

COMENTARIO

 

Una lección de amor y justicia de parte de Cristo

 

Hay que reconocer que el Mal es perseverante. Es decir que las intenciones que tiene de provocar en los hijos de Dios daño que sea irreparable no cesan con nada. Siempre está al acecho para ver si nos hace caer en sus trampas y, así, atraernos a su redil. 

A Jesús, como podemos imaginar, le tenía mucha inquina el Maligno. Y se adueñaba de los corazones de aquellos que no lo querían nada de nada. Y si eso no era suficiente, les ponía en bandeja casos como, por ejemplo, el de aquella mujer sorprendida en adulterio. 

Aquí no se nos dice que Jesús diga que aquella mujer no fuera adúltera. No. La realidad era la que era pero, por encima de la misma, había algo más: Dios, su misericordia, el amor y el perdón. Y todo eso era, seguramente, demasiado para según qué tercos y duros corazones. 

De todas formas, podemos imaginar los pensamientos de aquellos que habían llevado ante el Maestro a la mujer a la que había cogido, por decirlo así, in fraganti, cometiendo adulterio. En su mente sólo había una acción: apedreamiento. Y es que no lo decían por ellos sino que otro, Moisés, ya había establecido tal pena para tal acción. Y ellos, ¡hala!, a aplicar la ley y aquí paz y allá gloria. 

 ¡Qué obtusos eran!, debió pensar Jesucristo. Aunque, a lo mejor, bastaría con mostrarles sus propios corazones. No como ellos se veían sino como, en realidad, eran. Sí, eso debía bastar para solventar una situación que era verdaderamente difícil de sacar adelante. 

Todo lo que pasa a continuación es muestra de hasta dónde es capaz Jesús de entender la situación por la que está pasando aquella mujer. A ellos, a sus acusadores, debía hacerles ver que no era la realidad como ellos la pintaban: sí la de la adúltera por el pecado cometido pero no con respecto a ellos mismos. 

Jesús misericordioso. Jesús defiende a una mujer acusada por… | by Mario  Fernández | Medium

Ellos tenían piedras. A punto de ser lanzadas sobre aquella mujer. Pero Jesús consiguió que se las lanzasen, interiormente, contra ellos mismos. Y es que es más que cierto que ellos, que tan íntegros se tenían como para acusar a aquella mujer de cometer un grave pecado, parecía no darse cuenta de aquellos en los que ellos míos caían, a lo mejor, diariamente. Y cuando se dan cuenta, cuando Jesús les dice aquello de tirar la primera piedra quien no tenga pecado, pasa lo más sorprendente: todo se van. 

Sin embargo, no queda ahí la cosa. Se van primero los más viejos porque era más que seguro que hubieran tenido más años para pecar… ¡y lo hubiera hecho! 

Entonces, quedaron solos la mujer y Cristo. 

Podemos imaginar que aquella mujer que acababa de librarse una muerte segura estaría muy agradecida a Jesús. Pero no iba a desaprovechar Cristo la ocasión para dejar de enseñar. 

Muchas veces se dice que, en efecto, Jesús perdonó a la pecadora. Y ahí queda la cosa. Lo que pasa es que no quedó ahí sino que hubo algo más, mucho más. 

Jesús, sí, la perdona, pero le dice que no peque más. Es decir, no es suficiente, con ser importante, con perdonarla sino que le encomienda que no siga por aquel camino y, en general, por el que lo es del pecado. Le dice que todo queda perdonado pero que “en adelante” no debe pecar.

No podemos negar que si alguno de los allí presentes miró hacia atrás tras irse y vio cómo se alejaba aquella mujer debió pensar que aquello había sido una buena lección de amor y justicia de parte de Cristo.

  

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que se creen mejores que los demás.

 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no son capaces de perdonar.

 

Roguemos al Señor. 

 

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a saber perdonar a quien nos haya ofendido.

 

  

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a no alejarnos nunca de Ti. 

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto. 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán 

                                                                                                                       

……………………..

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Es seguro que no podemos tirar piedra alguna…

…………………………….


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

31.03.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Esfuerzo y perseverancia por el Cielo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Esfuerzo y perseverancia por el Cielo

El destino tendrá que ser la obra personal de cada hombre o el fruto de sus esfuerzos, porque ¿qué sabor dulce puede tener una conquista, si es de regalo?” (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre)

No debemos engañarnos con esto: el Cielo no es gratis, así de simple.

Es casi seguro que hay muchas personas creyentes que tienen por verdad (porque lo es) que es Dios es Bueno y Misericordioso. Sin embargo, a lo mejor les conviene olvidar que también es justo y eso, se diga lo que se diga, es posible que no sea plato que guste siempre…

También es verdad que a nadie le amargaría el dulce de alcanzar el Cielo, el definitivo Reino de Dios, si el Todopoderoso se lo regalara sin más esfuerzo por su parte. Y, sin embargo, como aquí nos dice el Beato Lolo (Linares, Jaén, España) las cosas no van por ahí precisamente.

De todas formas nos conviene y muy mucho que nos conviene tener todo esto muy claro porque, de otra forma, es seguro que metemos la pata hasta donde no deberíamos meterla en lo referido a nuestra salvación personal. Y aquí está Manuel Lozano Garrido para que no nos perdamos por el camino hacia el Cielo.

Antes de proseguir debemos decir que aquí entendemos que Dios (que es quien, al fin al cabo, habla desde “la cumbre”) se refiere a nuestro destino final o, lo que es lo mismo, al Cielo pues otra cosa no creemos que tenga por destino la vida de un hijo de Dios: un puerto donde llevar la barca de la vida que nos conduce hasta allí.

Bueno, pues una vez sentada la premisa mayor en todo esto (nuestro destino celestial) está bien decir algo sobre lo que nosotros debemos hacer que, como podemos imaginar, no será poca cosa.

Y aunque esto pueda parecer autobombo, está bien referir ahora mismo un extracto del libro publicado por el que esto escribe de título “El Bien, Jesucristo, el Cielo” (aquí está https://www.lulu.com/spotlight/eleuterio63) pues, al fin y al cabo las cosas del espíritu están relacionadas unas con otras y nos viene la mar de bien para abundar en esto de nuestro destino personal y particular…

A este respecto, tenemos, pues, una pista: al Cielo se va teniendo un corazón tierno, de carne y haciendo real aquello dicho por Dios acerca de que (Ez 11, 19-20):

Yo les daré un solo corazón y pondré en ellos un espíritu nuevo: quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne, para que caminen según mis preceptos observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios.”

Aquí lo vemos todo con bastante claridad: quiere Dios que el hombre camine según su Ley, según sus normas y, no sólo eso, sino que las practique y no las guarde debajo de ningún celemín. Es más, sólo así, los hijos de Dios que eso hagan podrán ser considerados parte del pueblo del Creador y, en fin, podrán alcanzar su Casa, el Cielo.

Nuestro hacer o, lo que es lo mismo, nuestro ser o cómo somos, es lo que determinará, tras nuestro Juicio particular, si somos merecedores, si hemos merecido, que se nos abran las puertas del Cielo o, por el contrario, sean las del Infierno o las del Purgatorio-Purificatorio las que prevalezcan. Y para nosotros, los hijos de Dios conscientes de serlo, sólo pueden haber unas puertas que nos interesen: las del Cielo, al que se va, según decimos, por hacer y no por no hacer.

También es cierto que, como dijo Jesucristo (Jn 17, 14: “Yo les he dado tu Palabra, y el mundo los ha odiado, porque no son del mundo, como yo no soy del mundo”) nosotros, aunque estemos en el mundo, no somos del mundo. Pero eso, sostener eso y, acto seguido, nada hacer a la hora de poner en práctica nuestra fe católica y la Ley de Dios, es hacernos no un flaco favor sino un flaquísimo y nigérrimo favor que sólo puede terminar en algo más que malo para nosotros.

Debemos, pues, hacer. Por ejemplo:

1. Mirar a Dios con todo amor para ver qué quiere de nosotros.

2. Tener por bueno y mejor lo dicho por Jesucristo y recogido en las Sagradas Escrituras.

3. No despreciar al Padre y a sus santos Mandamientos.

4. No olvidar nunca que debemos creer: “El que crea y sea bautizado, se salvará” (Mc 16, 16).

5. Buscar siempre la limpieza de nuestra alma.

6. Acumular para la vida eterna y no hacer lo propio para este mundo que perecerá para nosotros.

7. No olvidar nunca esto recogido por San Pablo en la Epístola a los Gálatas (6,7):

No os engañéis; de Dios nadie se burla. Pues lo que uno siembre, eso cosechará”.

En realidad, unas palabras tan escasas (en cuanto a número no son un gran discurso, podríamos decir) deberíamos clavarlas a sangre y fuego (la de Cristo y el del Espíritu Santo) en nuestro corazón. Y tal es así porque resumen más que bien todo esto de lo que aquí hablamos al enmarcar dos principios espirituales de primer orden:

1º Dios todo lo sabe de nosotros y de nuestros quehaceres o no quehaceres.

2º Nunca se va a recoger lo que no se haya sembrado.

Esto segundo, lo dicho en segundo lugar de esta muy escueta relación, tiene una importancia tal que nadie debería llevarse a engaño si, llegado su particular Juicio: quien no siembre-haga-actúe-entienda-sea piadoso-de de sí mismo, etc. que no espere recoger nada. Ni aquí ni, lo que es peor, en el Cielo donde, a lo mejor, tarda mucho tiempo en llegar en caso de que tenga que hacer una parada en el Purgatorio-Purificatorio. Imaginemos qué le pasará si donde le ha llevado su falta de actuar-sembrar-hacer-actuar-entender-no ser piadoso, etc., es el Infierno.

Hagamos, pues; actuemos, pues, según quiere Dios de nosotros, sus hijos que es lo que hizo Lolo, ni más ni menos porque, como aquí nos dice nuestro amigo Manuel el destino, el nuestro, ha de seguir, sólo puede seguir, nuestros pasos. Y, además, ya sabemos eso de “A Dios rogando…” Pues eso.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (109)

Las estrellas y planetas jamás cometen una falta de tráfico

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

30.03.25

La Palabra del Domingo – Domingo, 30 de marzo de 2025

Resultado de imagen de SAnta Biblia

IV DOMINGO DE CUARESMA

 

Lc 15, 1-3. 11-32
 

1Todos los publicanos y los pecadores se acercaban a él para oírle, 2 y los fariseos y los escribas murmuraban, diciendo: ‘Este acoge a los pecadores y come con ellos.’3 Entonces les dijo esta parábola.11         Dijo: ‘Un hombre tenía dos hijos; 12 y el menor de ellos dijo al padre: “Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde.” Y él les repartió  la hacienda. 13 Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino. 14 ‘Cuando hubo gastado todo, sobrevino un hambre extrema en aquel país, y comenzó a pasar necesidad. 15 Entonces, fue y se ajustó con uno de los ciudadanos de aquel país, que le envió a sus fincas a apacentar puercos. 16 Y deseaba llenar su vientre con las algarrobas que comían los puercos, pero nadie se las daba.17 Y entrando en sí mismo, dijo: “¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, mientras que yo aquí me  muero de hambre! 18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: Padre, pequé contra el cielo y ante ti.

 19 Ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros.” 20 Y, levantándose, partió hacia su padre. ‘Estando él todavía lejos, le vio su padre y, conmovido, corrió, se echó a su cuello y le besó efusivamente. 21 El hijo le dijo: “Padre, pequé contra el cielo y ante ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo.” 22 Pero el padre dijo a sus siervos: “Traed aprisa el mejor vestido y vestidle, ponedle un anillo en su mano y unas  sandalias en los pies. 23 Traed el novillo cebado, matadlo, y comamos y celebremos una fiesta, 24 porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado.” Y comenzaron la fiesta. 25’Su hijo mayor estaba en el campo y, al volver, cuando se acercó a la casa, oyó la música y las danzas;26 y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. 27 El le dijo: “Ha vuelto tu hermano y tu padre ha matado el novillo cebado, porque le ha recobrado sano.” 28 El se irritó y no quería entrar. Salió su padre, y le suplicaba. 29 Pero él replicó a su padre: “Hace tantos años que te sirvo, y jamás dejé de cumplir una orden tuya, pero nunca  me has dado un cabrito para tener una fiesta con mis amigos; 30 y ¡ahora que ha venido ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas, has matado para él el novillo  cebado!” 31 ‘Pero él le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo, y todo lo mío es tuyo; 32 pero convenía celebrar una fiesta y alegrarse, porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba  perdido, y ha sido hallado.’”

 

 

COMENTARIO

 

El exacto amor de Dios

 

Sabemos que Jesús, cuando predicaba y hacía uso de las parábolas, lo hacía porque sabía que era una forma muy conocida de explicar aquello que podía resultar más difícil de entender y porque sabía, además, que muchas veces era la única forma de mínimamente entendido. 

El caso es que  podemos decir que las compañías de Jesús, aquellos con los que hablaba y con los que tenía una relación muy cercana, no eran, según determinadas conciencias, lo mejor de cada casa (y entiéndase esto, por favor). Y es que si había venido a salvar lo que estaba perdido ¡qué mejor que estar con lo que está perdido! 

Queremos decir que Cristo Jesús se juntaba con personas que, a tenor del pensamiento de los sabios oficiales, no eran muy recomendables: pobres, publicanos, ciegos, paralíticos, enfermos en general o, en fin, leprosos o mujeres y niños… 

Todo aquello había que le tuviesen cierta inquina los que eran considerados conductores del pueblo judío o, lo que es lo mismo, fariseos et alii. 

Pero Jesús sabía cuál era la misión que tenía encomendada y la cumplía a rajatabla y sin pararse en comportamientos políticamente correctos o pegados al qué dirán o respeto humano. Es más, algunos de los considerados sabios le dijeron en una ocasión (que sepamos) que sabían que era así. 

Pues bien, Jesús se ve en la obligación de explicar con toda claridad cómo es Dios. Lo hace a través de la muy conocida parábola del hijo pródigo que bien podríamos titularla “La parábola del amor de Dios por sus hijos perdidos”. 

Lo que cuenta Jesús es más que conocido: un hijo se va de la casa del padre con el dinero procedente de la parte de la herencia que le corresponde; su hermano se queda con el padre y vive allí todo el tiempo que su hermano pequeño pasa por ahí malgastando el dinero hasta que llega un momento en el que, sin una sola moneda, se ve en la obligación de volver a su casa paterna y pedir perdón. 

Evangelio del día: «Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; no merezco  ser llamado hijo tuyo» - Mi vida en Xto

Aquí hay varias actitudes que están más que bien definidas. Y es que siendo una parábola, todo aquello encerrada una enseñanza o muchas.

Son varios, pues, los personajes aquí: el padre que espera siempre la vuelta de su hijo.  Este hombre bien puede representar a Dios que siempre espera, en efecto, el regreso de sus díscolos hijos. 

Pero aquí hay dos hermanos. En realidad, lo que hay son dos actitudes antes la vida y ante la fe. 

Un hermano, el que se va, lo hace porque ama más al mundo que a su padre. Pero cuando se da cuenta del error cometido (y del hambre que tiene) decide volver de donde nunca se debía haber marchado. Lo hace, ciertamente, por egoísmo, pero no escondiendo el arrepentimiento que se muestra en este texto. 

El otro hermano, el mayor, se queda con el padre. Suponemos que llevando sus negocios y trabajando en la tierra, cuidando el ganado, etc. Se cree mejor que quien se ha ido a dilapidar, con prostitutas, el dinero de la herencia. Y odia. Tiene un odio grande por aquel que, ahora que vuelve, recoge el amor nunca perdido de su padre. No sabe, al parecer, que su hermano ha sido recuperado para el bien porque había sido tomado por el Mal. Pero él se siente fuerte en su situación porque se ha quedado con el padre pero, como podemos ver, con menos amor y demasiado materialismo… 

Y luego nos queda el padre que había esperado pero no había perdido la esperanza. Por eso hacía lo que hacía cada día… 

Aquel hombre amaba a sus dos hijos. Eso no se puede negar. Sin embargo, como es de esperar, añora a quien se ha ido porque a quien tiene a su lado lo tiene a su lado. Por eso podemos imaginar al buen hombre salir de su casa cada tarde a mirar si veía, a lo lejos, la figura de aquel hijo que se había marchado de su lado. Y no nos extraña, para nada que, cuando lo ve venir, se alegre mucho y goce mucho con aquel momento. Él esperaba el regreso de quien se había ido y, cuando lo ve volver, no puede hacer otra cosa que manifestar alegría. Y lo agasaja con lo mejor que tiene. 

Ha vuelto un hijo que parecía estar muerto. Y hay mucha alegría en el Cielo por eso. 

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren darse cuenta de lo que importa no alejarse de Dios. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que son capaces de reconocer sus pecados. 

Roguemos al Señor.

  

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a no alejarnos nunca de Ti. 

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto. 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán 

                                                                                                                       

……………………..

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

……………………………


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

24.03.25

Amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Ser templos de Dios

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).PRESENTACIÓN


Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Ser templos de Dios

Os voy a decir algo importante, sin ningún regateo: vuestro corazón es el niño privilegiado de la Obra del Universo, porque verdaderamente ha nacido para ser relicario del mío” (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre)

No exageramos si decimos que las palabras que Manuel Lozano Garrido pone en boca de Dios Padre son verdaderamente iluminadoras y nos llevan por el buen camino hacia su definitivo Reino. Y es lo que pasa en este su libro de título “Reportajes desde la cumbre” que no es otra, seguro, que el Cielo mismo.

Como tantas otras veces hemos hecho al traer textos de este luminoso libro del Beato de Linares (Jaén, España) no es poco cierto que nos vienen la mar de bien porque nos hacen comprender aspectos bien determinados de nuestra fe católica. Y el de hoy es, exactamente, eso lo que nos hace comprender mejor si es que podríamos albergar alguna duda sobre el tema que toca.

Sobre el mismo podemos decir que desde nuestra creencia cristiana tenemos muy claro que cuando decimos que somos templo del Espíritu Santo es que creemos que lo somos y, para empezar, deberíamos cuidar muy mucho nuestro sólo, y nada más y nada menos, que por eso.

Pero por si no tenemos muy claro lo que eso supone para nosotros aquí pone Lolo palabras de Dios que, desde su cumbre, pone blanco sobre negro para todo se vea más que bien.

Ya sabemos que cuando Dios creó al hombre lo hizo a su imagen y semejanza. Por eso podemos estar seguros que tal creación fue a la que más cercana se sentía Quien la creó pues no es lo mismo ser semejanza Suya que no serlo…

Esto lo decimos porque cuando el linarense universal atribuye a Dios eso de que nuestro “corazón es el niño privilegiado de la Obra del Universo” es porque, ciertamente, lo es. Pero no lo por algo que no sea razonable ni nada por el estilo sino, justamente, por lo contrario: es, de suyo, lo que ha de ser y nada más.

Es lo que sigue algo de lo más importante que aquí hemos traído. Y es que Dios mismo nos dice para qué ha nacido nuestro corazón. Y sí, ya sabemos que tiene una función orgánica sin la cual, sencillamente, no podríamos vivir. Pero si hablamos de lo espiritual, de lo que eso supone en la vida del creyente, es tan cierto como que hay vida y hay muerte, que tiene una función primordial, básica, radical.

Nosotros o, mejor, nuestro corazón, es un relicario.

Ya sabemos, ciertamente, qué es un relicario y no ha lugar a dudas que es un espacio más que importante porque alberga aquello que podemos considerar crucial para nuestra fe y que nos sirve de apoyo espiritual.

Nuestro corazón, en definitiva, es relicario del corazón de Dios. Esto, por decirlo pronto, ha de querer decir que albergamos una parte de nuestro Creador que es fundamental para nosotros y que, por eso mismo, debemos cuidarlo lo mejor posible para que no de la impresión de que despreciamos que sea, en efecto, nuestro corazón relicario del del de Dios mismo. Y es que, como nos dice el Todopoderoso, ha nacido precisamente para eso. Ni más ni menos.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (108)

El orden y la belleza son pistas con que rastrear el paso firme del autor del Universo

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

23.03.25

La Palabra del Domingo – Domingo, 23 de marzo de 2025

Resultado de imagen de SAnta BibliaIII Domingo de Cuaresma
 
Lc 13, 1-9

En aquel mismo momento llegaron algunos que le contaron lo de los galileos, cuya sangre había mezclado Pilato con la de sus sacrificios. Les respondió Jesús: ‘Pensáis que esos galileos eran más pecadores que todos los demás galileos, porque han padecido estas cosas? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo. O aquellos dieciocho sobre los que se desplomó la torre de Siloé matándolos, ¿pensáis que eran más culpables que los demás hombres que habitaban en Jerusalén? No, os lo aseguro; y si no os convertís, todos pereceréis del mismo modo.’  Les dijo esta parábola: ‘Un hombre tenía plantada una higuera en su viña, y fue a buscar fruto en ella y no lo  encontró. Dijo entonces al viñador: ‘Ya hace tres años que vengo a buscar fruto en esta higuera, y no lo encuentro; córtala; ¿para qué va a cansar la tierra?’ Pero él le respondió: ‘Señor, déjala por este año todavía y mientras tanto cavaré a su alrededor y echaré abono, por si da fruto en adelante; y si no da, la cortas.’”

 

COMENTARIO         

 

La importancia de la conversión

Dios tiene mucha paciencia con sus hijos, los hombres. Queremos decir que por mucho que caigamos en las tentaciones que nos pone el Maligno siempre espera que regresemos a Su seno y, así, nos perdona.

A este respecto, es bien cierto que en tiempos de Cristo, cuando vino por primera vez al mundo el Hijo de Dios, la visión que se tenía de determinadas realidades espirituales era propia de aquel pueblo en el que el Creador depositó su esperanza.

Cierto es que las cosas estaban así. Por eso Jesús se ve en la obligación de poner las cartas sobre la mesa. No dulcifica la situación por la que pasaban sus hermanos los hombres sino que les dice, con toda claridad, lo que tienen que hacer.

Los ejemplos que, primero, le ponen los demás y, luego, los que Él mismo les pone, son los apropiados para que comprendan algo en lo que andaban equivocados: hay algo más que relación entre el presunto pecado y lo que le pasa al hombre.

Es cierto que podía parecer que aquellos galileos que Pilato mató y aquellos sobre los que se desplomo la torre de Siloé, que serían pecadores, habían pagado por sus pecados con aquellas terribles muertes. Y así lo pensaban muchos estableciendo una relación directa entre lo que se comete contra Dios y el castigo divino del Todopoderoso.

Los frutos de la higuera

Lo que Jesús les dice es que aquellos que así murieron no eran más pecadores que el resto de galileos sino que, por lo general, también lo eran los otros, los que no habían muerto en aquellas circunstancias.  Es que el Hijo de Dios quería hacerles ver que una cosa es lo que se hace y otra, las consecuencias de lo que se hace.

De todas formas, lo que le importaba a Jesús  era que comprendiesen algo muy importante y que era crucial para su vida eterna. Nos referimos a la necesidad de conversión.

Para no endulzar la situación de cada cual, Jesucristo pone en el mismo plano dos realidades espirituales: no conversión y perecimiento.

En efecto, quien no se convierta y venga a ser una persona nueva con un corazón nuevo y quien no se aleje del hombre viejo con corazón de piedra… no se salvará.

¡No se salvará! No es que Cristo les diga que, bueno, se podrá salvar aunque sea más tarde. No. Aquí no hay posibilidad, siquiera, de Purgatorio o Purificatorio, no, sino que, quien no se convierta perecerá…

Cristo utiliza una palabra terrible por el significado que tiene: perecer. Y es terrible no porque suponga, así dicho, la muerte terrena sino porque supone la peor de todas las muertes: la eterna. Y es que es más que cierto que si sólo supusiera la muerte terrena pero luego cupiese la vida eterna… ¡qué problema había en no cambiar el corazón! Pero no, Cristo dice claramente que quien no se convierta morirá… a la vida eterna.

Cabe, sin embargo, ser persevante. Es decir, no basta con creer que no es posible cambiar el corazón porque muchas veces caigamos en las tentaciones que se nos tienden. No. Y es que como aquel hombre que quiso que la higuera diese fruto y le dio una oportunidad más, lo mismo hace Dios con nosotros: nos da muchas oportunidades para que cambiemos el corazón… a cambio de que no abandonemos en tal intención.

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar a Cristo.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren cambiar el corazón.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a mudar nuestro corazón por uno de carne y misericordioso.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán 

                                                                                                                       

……………………..

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

La confesión de fe es siempre necesaria.

…………………………….


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

17.03.25

Un amigo de Lolo – Lolo y el P. Martín Descalzo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).No es nada extraño que el Beato de Linares (Jaén, España) mantuviera relación con personas importantes de su tiempo. Así, tanto escritores como pintores o periodistas se encontraban entre sus amigos con los que mantenía frecuentes conversaciones o, también, a través de cartas cuando aún eso se hacía…

Pues bien, aquí traemos un pequeño texto que dice mucho de eso que arriba sostenemos:

Aquella mañana de domingo yo había ido a su pueblo, Linares, a dar una conferencia. Dije misa en su casa. En la diminuta habitación en que pasaba toda su existencia. Apenas cabía la mesa de altar entre su cama y su sillón de ruedas.”

Estas palabras son del P. José Luis Martín Descalzo, sacerdote español ya fallecido (11 de junio de 1991) y que, en su día, alcanzó gran fama espiritual por un programa que Televisión Española dedicaba a los menesteres del alma y que se titulaba “Pueblo de Dios”, además de ser gran escritor y conferenciante.

Cuando Martín Descalzo escribió a Dios: y 9 – Un final bien feliz

El caso es que aquel buen sacerdote mantuvo una relación notable con nuestro amigo Lolo. Y no sólo por eso que aquí hemos traído y de lo que ahora traeremos sino que, a lo largo de la celebración del Concilio Vaticano II mantuvo informado “al día” de lo que pasaba en Roma. Y es que Lolo estaba muy interesado en todo aquello que, para él, suponía algo así como el resurgir de la Iglesia católica y, más aún, si en aquellas reuniones se trataba, que sí, el tema de los medios de comunicación en los que Manuel Lozano Garrido estaba tan presente.

Todo lo que Martín Descalzo dice en el mismo texto que hemos traído supra tiene todo que ver con cómo era Lolo y, en fin, cómo era visto por aquellos que lo visitaban. Y es que, con relación a la Santa Misa que dijo Descalzo en la mesa camilla de Manuel Lozano Garrido, en un momento determinado vemos cómo Lolo era en verdad con relación a tal momento espiritual. Y es que nos dice el sacerdote esto que sigue:

Él estaba ante mí convertido ya en un esqueleto (poner la mano en su hombre era tocar sus huesos). Y respondía a mis palabras litúrgicas con el júbilo de un joven seminarista. Y sentí vergüenza de ser yo quien celebraba cuanto Manolo perecía mucho más sacerdote que yo, mucho más víctima sobre todo.”

Y termina esta parte así:

Pensé que aquella misa había dos altares y dos víctimas. Cristo estaba en el pan que yo acababa de consagrar. Estaba también en aquel cuerpo degollado por treinta años de sufrimiento feliz.”

Sufrimiento feliz”. Esto, así dicho pudiera parecer una contradicción pues ¿puede ser feliz quien sufre?, y, es más, ¿puede ser feliz quien sufre tanto como llevaba ya sufrido entonces Lolo?

Sabemos, de estas dos preguntas pero, sobre todo, a la segunda, la respuesta: sí, es posible sufrir y ser feliz pero, para eso hay que tener un alma muy elevada a Dios y, también, sentada en la tierra.

El P. José Luis Martín Descalzo, cuando supo de la muerte de Lolo y de la subida a la Casa del Padre de su amigo, tuvo que escribir que “Para ti morir no era otra cosa que adelantarse al encuentro del Padre.”

Y bien que lo hizo, vaya que sí.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (107)

El ‘más difícil todavía’ de todos los juegos circenses es el de querer encajar la palabra ‘casualidad’ en la obra de la Creación

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

16.03.25

La Palabra del Domingo – Domingo, 16 de marzo de 2025

Resultado de imagen de SAnta Biblia

II Domingo de Cuaresma
 
Lc 9, 28b-36

Tomó consigo a Pedro, Juan y Santiago, y subió al monte a orar. 29 Y sucedió que, mientras oraba, el aspecto de su rostro se mudó, y sus vestidos eran de una blancura fulgurante, 30   y he aquí que conversaban con él dos hombres, que eran Moisés y Elías; 31 los cuales aparecían en gloria, y hablaban de su partida, que iba a cumplir en Jerusalén.32 Pedro y sus compañeros estaban cargados de sueño, pero permanecían despiertos, y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él. 33 Y sucedió que, al separarse ellos de él, dijo Pedro a Jesús: ‘Maestro, bueno es estarnos aquí. Vamos a hacer tres tiendas, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías’, sin saber lo que decía. 34 Estaba diciendo estas cosas cuando se formó una nube y los cubrió con su sombra; y al entrar en la nube, se llenaron de temor. 35 Y vino una voz desde la nube, que decía: ‘Este es mi Hijo, mi Elegido; escuchadle.’ 36 Y cuando la voz hubo sonado, se encontró Jesús solo. Ellos callaron y, por aquellos días, no dijeron a nadie nada de lo que habían visto”.

                              

COMENTARIO 

Un claro mensaje de parte de Dios

En esta ocasión Jesús escoge a tres de sus más allegados discípulos. Sabemos que no será la única ocasión en la que muestre una preferencia tan clara. El caso es que Pedro, Santiago y Juan van con él al monte.

El monte es un lugar al que Jesús gusta de acercarse. Lo hace, casi siempre, para estar tranquilo y poder orar al Padre, a su Padre Dios Todopoderoso. Y ahora lo hace por algo muy especial que deberíamos tener muy en cuenta. Pero en aquel monte iba a suceder algo. Fue algo que impresionó mucho los discípulos. Incluso podríamos decir que manifestó, por ejemplo, cómo era Pedro, humanamente hablando.

El caso es que Jesús, en aquel momento, recibe la visita espiritual de dos personajes muy importantes de la historia de la salvación: Moisés y Elías. Ambos profetas y cruciales en la comprensión de lo que Dios quiere de sus hijos.

Lo que hablan entre ellos Jesús, Moisés y Elías tiene mucha importancia: hablan de la muerte que va a sufrir el Hijo de Dios; también, dónde va a producirse la misma que no es otro lugar que en la Ciudad Santa de Jerusalén.

Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió” - La reposteria de las  monjas

Podemos imaginar qué estaría pasando por el corazón de Pedro, de Santiago y de Juan. Seguramente estaban más que sorprendidos con la transfiguración de Cristo. Por eso Pedro acude a su ser hombre y sólo piensa en quedarse allí. Sin embargo aún no ha escuchado lo mejor y que viene de parte de Dios.

El Creador, lo mismo que hizo cuando Jesús salió del río Jordán y envió a su Espíritu en forma de Paloma para que supiéramos que Aquel era su hijo amado, se presenta en aquel monte para decir dos cosas muy importantes: Aquel es su Hijo, el Elegido. Pero también dice otra: debemos escucharle.

Dios quiere, con eso, que sepamos a qué debemos atenernos. Aquel hombre que allí se había transfigurado era mucho más que un hombre: era el Hijo de Dios. Pero no sólo eso. Debemos hacer algo más que reconocer que es su Hijo: debemos escuchar lo que nos dice y, acto seguido, hacerlo. Y, aunque no siempre sea fácil no por eso vamos a olvidar  lo dicho por Dios en aquel momento.

Resulta curioso que si los discípulos ahora estaban cargados de sueño, como nos dice el texto bíblico, no se durmieran y sí lo hicieran en otra ocasión como fue la del Huerto de los Olivos cuando Jesús padecía el comienzo de su Pasión. También resulta curioso que san Lucas quiera disculpar a Pedro cuando dice que no sabía “lo que decía” cuando lo de las tiendas que quería allí construir. Y es que, en verdad, era un comportamiento más humano que espiritual porque, en realidad, aun no estaba preparado para comprender todo lo que le estaba pasando. 

 

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar a Dios.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren seguir al Hijo de Dios y hacer según dice.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a escuchar la voz de Cristo y a tenerla en cuenta en nuestras vidas.

  

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

Eleuterio Fernández Guzmán 

                                                                                                                       …………………

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Aquellos tres Apóstoles, en verdad, vieron el Cielo en la Tierra.

…………………………….


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

 

10.03.25

Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Es una fructífera Cruz para todos

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

PRESENTACIÓN

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.


El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.


Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.

Frases que bien valen la pena –Es una fructífera Cruz para todos

Entre lo mucho bueno de la Cruz, está su gloria de bienes comunales. Lo estupendo es que sea tan nuestra como suya y que cada uno se nutra de su fruto y de su gloria.” (Beato Lolo, de su libro Dios habla todos los días)

Es verdad que cuando pensamos en la Cruz, así con mayúscula, lo hacemos con gran reverencia porque sabemos que el allí donde el Hijo de Dios entregó su vida por todos aquellos que lo aceptaban como Mesías pues, como podemos pensar, para los demás… poco supuso.

Sin embargo, sí que supuso mucho y supone para todos aquellos creyentes cristianos, aquí católicos, que tenemos muy claro qué es la Cruz y nos alegramos más que mucho de saber eso.

La Cruz es… Bueno, sobre el, digamos, “contenido” de la palabra Cruz se ha escrito mucho y se seguirá escribiendo por personas mucho más preparadas que el esto escribe. Sin embargo, para los creyentes ordinarios o de a pie o, en fin, de los muchos que somos (seguro que mayoría absoluta), para nosotros, como decimos, la Cruz también es crucial, nunca mejor dicho.

Estamos más que seguros que para personas muy desavisadas o alejadas de la fe decir, como dice Lolo, que la cruz tiene “mucho de bueno” es como pedir peras al olmo o a cualquier otro árbol que no dé tal fruta. Pero los discípulos de Cristo sí sabemos que la Cruz tiene mucho de bueno. Y el Beato de Linares (Jaén, España) lo dice muy claramente para que nadie se lleve a engaño.

En primer lugar, que los bienes que se derivan de la Cruz son, en esencia, para todos. Y por eso los llama “comunales” porque, siendo para cada uno de nosotros, así hablando individualmente (por ser Dios uno que lo es personal) no por eso deja de ser verdad que tienen un sentido universal y de ahí lo de que son para el común. Ahora bien, también sabemos que para sus efectos caigan en el corazón de quien sea tal quien sea debe aceptar la premisa fundamental según la cual Jesucristo es Dios hecho hombre, que es el Mesías y, en fin, todo lo que eso supone.

Pero no es suficiente con que sepamos que los bienes de la Cruz tienen el sentido dicho arriba sino que es cierto que la misma da fruto y que, además, es pura y exacta gloria.

Digamos que el mayor y el más evidente fruto de la Cruz es el Amor, así escrito con mayúscula. Pero es que para nosotros lo mismo debemos aplicarnos porque si es cierto que no vamos a ser mayores que el Maestro al menos deberíamos procurar igualarlo en Amor aunque bien sabemos que no siempre vamos a estar dispuestos a perdonar a los que nos están machacando como era su caso.

Otro fruto de la Cruz es el valor que la entrega al prójimo tiene en este caso. Y es que no ha habido mayor entrega a sus semejantes que dar su vida por ellos como hizo Jesucristo en aquel momento. Y aunque bien sepamos que muchos de nosotros no vamos a ser capaces de llegar a tal “extremo”… bueno, al menos, ¿qué de dar la mano a quien la necesita?, ¿qué de acompañar a quien se encuentre solo?, o también ¿qué de escuchar con paciencia a quien te turba la tranquilidad?

Vemos, por tanto, que algo seguramente sí podemos hacer a tal respecto.

Pero es que, además, la Cruz es gloria y de ella también podemos “lucrarnos” nosotros porque para eso la soportó nuestro hermano Jesucristo. Y “nutrirse” (alimentarse espiritualmente hablando) también es posible, nos es posible porque la Cruz, se mire por donde se mire y según nos la describe Manuel Lozano Garrido, es mucho más que dos maderos cruzados. Al menos aquella, la que vio morir al Hijo de Dios tiene un alcance imposible de limitar.

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (106)

Una espiga es la más estupenda fórmula de arquitectura con que poder hacer un rascacielos

……………………………

Para leer Fe y Obras.


Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (Con nuevos artículos sobre Lolo)

9.03.25

La Palabra del Domingo -Domingo, 9 de marzo de 2025

Resultado de imagen de SAnta BibliaLc 4, 1-13                    
 

1 Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, 2 durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre. 3 Entonces el diablo le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.’    4 Jesús le respondió: ‘Esta escrito: = No sólo de pan vive el hombre.’ = 5 Llevándole a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra; 6 y le dijo el diablo: ‘Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero. 7 Si, pues, me adoras, toda será tuya.’ 8 Jesús le respondió: ‘Esta escrito: = Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.’ = 9 Le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el alero del Templo, y le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; 10 porque está escrito: = A sus ángeles te encomendará  para que te guarden. = 11 Y: = En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna.’ = 12 Jesús le respondió: ‘Está dicho: = No tentarás al Señor tu Dios.’ = 13 Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno.”

                                      

COMENTARIO 

Ser  tentado y (no) dejarse tentar

 

El Ángel caído por antonomasia, aquel que odia a Dios más que nadie y que busca hacer daño a su descendencia, no podía hacer otra cosa que tratar de que el Hijo del Todopoderoso cayera en sus tentaciones. Era, además, una forma de manifestar un poder que, si bien se le había dado para ser Príncipe del mundo no así, como aquí se ve, parar poder ejercerlo sobre Quien, precisamente, era Enviado del Creador y no iba a consentir según qué cosas. 

Jesús, desde que fue bautizado, se deja conducir por el Espíritu Santo lo cual, por otra parte, no es nada extraño por ser Dios quien eso hacía. Sin embargo, es de notar que en cuanto sale del Jordán sabe que debe ir, nada más y nada menos, que al inhóspito desierto. 

El desierto, por mucho que se diga, es un lugar no demasiado apto para llevar una vida, siquiera, medianamente admisible. Y es que debe ser duro encontrarse donde no hay, siquiera, agua que lo mantenga vivo a uno. Pero Jesús iba allí, primero, porque así lo determinaba Dios mismo y, luego, porque era un momento muy oportuno para enfrentarse a quien quería hacerle mucho daño. 

Este texto habla del diablo, del Mal o, en fin, de quien quiere que el hombre se pierda y sea pasto de la fosa de la que tanto habla el salmista. Sabe tal maléfico ser Quién es Jesús, como no puede ser de otra forma. Sin embargo, como es el gran Tentador, no puede ni quiere dejar de plantearle una serie de propuestas. Y es que si cuela, a lo mejor, se lo lleva a su terreno… 

Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan"

Jesús, sin embargo, tiene las cosas más que claras. No piensa, siquiera piensa, en debatir sobre eso, Quién es Dios y Quién es Él mismo. Y es que cuando entramos en debate con la tentación tenemos los números más altos de caer en su trampa. Y eso no le iba a pasar a Quien había venido al mundo, precisamente (y entre otras cosas) a vencer a la antigua serpiente, a Satanás mismo. 

Una a una, sin embargo, se le van planteando las tentaciones a Jesús. Y no son producto de la casualidad o, por decirlo así, de lo primero que se le ocurriera al Enemigo. No. Están más que pensadas y repensadas para hacer caer bajo, muy bajo, al Hijo de Dios que es, precisamente, lo que hace con cualquiera de nosotros siempre que puede. 

A Jesús se le propone todo lo que un ser humano mundano puede aceptar como bueno y mejor para su vida. La intención, pues, del Maligno, es hacer caer al Hijo de Dios, en la trampa para rebajarlo al nivel de un simple humano con estrechez de miras espirituales.

Jesús, sin embargo, no cae en las tentaciones. Es decir, ni acepta someterse a lo únicamente humano de la manutención física porque sabe que la Palabra de Dios alimenta el alma que es la parte inmortal del ser humano; ni acepta el poder del mundo porque, si eso supone no adorar a Quien no sea Dios, no vale la pena y está fuera de lugar. Pero tampoco quiere tentar a Dios como hicieron los antepasados judíos porque supondría una gran desconfianza hacia el Padre. 

Vemos, pues, que Jesús sabe más que bien que es posible ser tentado por el Maligno pero que no hay que caer en tales tentaciones. Y lo intenta hasta en tres ocasiones aquel que quiere su mal. Jesús, sin embargo, sabe Quién es y no da un solo paso atrás. Es más, consigue que el Diablo se marche y que espere, como nos dice el texto bíblico, a mejor ocasión… 

Y, como sabemos, la tuvo, al menos, en Gethsemaní… 

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan la llamada de Dios para huir de las tentaciones. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que se dejan vencer  por las tentaciones del Maligno. 

Roguemos al Señor. 

 

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a enfrentar las tentaciones y hacerlo con éxito. 

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto. 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

Eleuterio Fernández Guzmán 

                                                                                                                       

……………………..

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

…………………………….


Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.