7.05.12

Meditaciones sobre El Credo.- 2.- Creo en Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Explicación de la serie

El Credo

El Credo representa para un católico algo más que una oración. Con el mismo se expresa el contenido esencial de nuestra fe y con él nos confesamos hijos de Dios y manifestamos nuestra creencia de una forma muy concreta y exacta.

Proclamar el Credo es afirmar lo que somos y que tenemos muy presentes en nuestra vida espiritual y material a las personas que constituyen la Santísima Trinidad y que, en la Iglesia católica esperamos el día en el que Cristo vuelva en su Parusía y resuciten los muertos para ser juzgados, unos lo serán para una vida eterna y otros para una condenación eterna.

El Credo, meditar sobre el mismo, no es algo que no merezca la pena sino que, al contrario, puede servirnos para profundizar en lo que decimos que somos y, sobre todo, en lo que querríamos ser de ser totalmente fieles a nuestra creencia.

La división que hemos seguido para meditar sobre esta crucial y esencial oración católica es la que siguió Santo Tomás de Aquino, en su predicación en Nápoles, en 1273, un año antes de subir a la Casa del Padre. Los dominicos que escuchaban a la vez que el pueblo aquella predicación, lo pusieron en latín para que quedara para siempre fijado en la lengua de la Iglesia católica. Excuso decir que no nos hemos servido de la original sino de una traducción al castellano pero también decimos que las meditaciones no son reproducción de lo dicho entonces por el Aquinate sino que le hemos tomado prestada, tan sólo, la división que, para predicar sobre el Credo, quiso hacer el mismo.

2.- Creo en Jesucristo, su Hijo, nuestro Señor

Jesucristo

Siguiendo con la meditación sobre el Credo, es muy cierto que afirmar que Cristo es Hijo de Dios y que, además, es Señor nuestro, es sostener lo que, en verdad, llena nuestra vida de descendencia divina.

Decimos, en el Credo Niceno-Constantinopolitano, que Jesús fue “engendrado” y no creado por Dios. Por eso tenemos por cierto que el Emmanuel es Hijo Único del Creador en cuanto tal relación establecida entre estas dos personas de la Santísima Trinidad y no porque creamos que el ser humano no tenga tal filiación divina.

Pero Jesús, antes de aparecer entre nosotros con una realidad humana débil y mortal ya estaba en la eternidad en el seno del Padre. Y esto lo describe el evangelista Juan cuando dice (Jn 1, 1) que “En el principio existía la Palabra y la Palabra estaba con Dios, y la Palabra era Dios”. O un poco después (1,4) cuando se establece entre nosotros: “Y la Palabra se hizo carne, y puso su Morada entre nosotros, y hemos contemplado su gloria, gloria que recibe del Padre como Hijo único, lleno de gracia y de verdad”, para certificar algo que es fundamental tener como verdad y siempre presente (1, 18) y que es que“ A Dios nadie le ha visto jamás: el Hijo único, que está en el seno del Padre, él lo ha contado”.

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6.05.12

La Palabra del Domingo .- 6 de mayo de 2012

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Jn 15, 1-8

Biblia

1’ Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. 2 Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. 3 Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. 4 Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí. 5 Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada.
6 Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden. 7 Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis. 8 La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.

COMENTARIO

Vid y sarmientos

Quizá lo que propone Jesús, en esta parte del Evangelio de Juan, sea una de las imágenes más clarificadoras de las que mostró a lo largo de su corta, pero profunda, predicación: la vid y el viñador, los sarmientos y el fuego que los quema, el seguimiento a la vid y el fruto que podemos obtener y dar de ese seguir al Enviado.

Como en tantas otras ocasiones, el Mesías ofrece un ejemplo cercano, una forma, simple a primera vista, y en el fondo, honda, de hacerse comprender. Todo lo relacionado con la tierra, con sus frutos, su cultura y el resultado de ese proceso, identifica, perfectamente, lo que Cristo pretendía que entendieran, entonces, los que le seguían y, ahora, los que detrás de aquella estela y luminaria, optamos, y optan, por mirar sus huellas por el mundo dejadas y reconocemos, en ellas, el único camino bueno que seguir, ávidos de una vida eterna que, con Él, ya podemos disfrutar en este momento, en este ahora que es nuestra vida.

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5.05.12

Serie Pensamientos de vida sobrenatural .- 3.- Escrúpulos y respeto humano

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Presentación de la serie

Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

3 .- Escrúpulos y respeto humano

Seguramente es difícil vivir, para un creyente, en una sociedad descreída. También es seguro que no ha de resultar nada fácil demostrar que se cree en Dios y que, sobre todo, se le tiene en cuenta en el devenir diario.

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4.05.12

Eppur si muove .- ¿Qué daño hace la Iglesia católica?

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Cualquiera sabe que la Iglesia católica es zaherida por una cosa o por la otra y se busca lo que sea para causar malestar como intentando que caiga sobre ella, de forma continua, la espada del famoso Damocles que debe estar algo cansado de esperar para ver sobre quién cae. En este caso tiene poco que esperar porque algunos con gusto le sueltan la mano para que caiga sobre la Esposa de Cristo.

Últimamente han venido los llamados ateos, especie de fauna urbana que da en decir que Dios no existe y viven aislados de la verdad en su mundo de negación, a manifestarse aludiendo, como suele ser su costumbre de forma grosera, a zaherir a obispos, sacerdotes, jerarquía eclesiástica y a todo el que se le ha puesto por delante.

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3.05.12

En proceso .- Beato Juan Pablo II

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A la categoría “En proceso” se traen aquellos casos de fieles católicos que se encuentren, precisamente, en proceso de beatificación o canonización. Más que nada para que se conozcan y sean gozadas sus virtudes.

Beato Juan Pablo II

Beato Juan Pablo II

Hace dos días, el pasado 1 de mayo, se cumplió un año de aquel momento histórico en el que se levantaba la tela que cubría la imagen sonriente de un Papa. Quien vino del otro lado del telón de acero y supo, con su ser y con su hacer, entregar su vida al servicio de los hijos de Dios, subía a los altares que la Iglesia católica tiene como propios. Desde entonces, Karol Wojtyla, que nació el 18 de mayo de 1920 en Wadowice, Polonia, y subió a la Casa del Padre el 2 de abril de 2005 es tenido por la Esposa de Cristo y por sus fieles como Beato.

Son las palabras escritas por el apóstol de los gentiles en su Epístola a los Colosenses (1, 24) “Completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, en favor de su cuerpo que es la Iglesia” las que mejor definen al propio Beato Juan Pablo II. Así, dando ejemplo de cómo comprende una persona el dolor y cómo puede llegar a tenerlo como gozoso (por mucho que eso pueda ser locura para algunos o necedad para otros) el caminar por este valle de lágrimas de aquel polaco libre de las ataduras del mundo sembró la semilla del Evangelio porque todo era Buena Noticia.

Por eso se reunieron, la noche anterior, 30 de abril pasado, en una Vigilia, los jóvenes que fueron atraídos por el Beato Juan Pablo II a lo largo de su papado. Fue en Tor Vergata (Roma) donde se celebró la Jornada Mundial de la Juventud en el año 2000 el lugar escogido para la celebración de tan gran momento espiritual.

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2.05.12

Ad pedem litterae-Hermanos en la red .- P. Pablo Cabellos Llorente

Al pie de la letra es, digamos, una forma, de seguir lo que alguien dice sin desviarse ni siquiera un ápice.

En “Ad pedem litterae - Hermanos en la red” son reproducidos aquellos artículos de católicos que hacen su labor en la red de redes y que suponen, por eso mismo, un encarar la creencia en un sentido claro y bien definido.

Ad pedem litterae - P. Pablo Cabellos Llorente

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Presentación del artículo del P. Pablo Cabellos .

Se suele decir o, en realidad, mantener, que el progresismo es, en sí mismo, un bien para la humanidad y que sólo acercándose al mismo se puede sostener una evolución adecuada y correcta del ser humano.

El autor del artículo, basándose en antecedentes como, por el ejemplo, el famoso mayo francés de 1968, defiende que las aportaciones del mismo como “haz el amor y no la guerra” y otras posiciones relativistas que todo lo facilitaban, son una parte muy importante de la crisis que, ahora mismo, estamos sufriendo. Somos, por así decirlo, herederos de una forma de pensamiento débil que, teniéndose por progresista, ha anclado a la humanidad, al menos a la occidental, en un camino que no tiene ni retorno ni salida hacia delante.

El hombre, por otra parte, tenido por el cristianismo como caído pero redimido pasó a ser considerado como esencialmente bueno pero echado a perder por unas bases sostenidas sobre la nada.

Y, ya para terminar, no es poco cierto que la sociedad procedente de tal progresismo ha procedido a sustituir “conciencia por subjetividad y Dios por mayorías parlamentarias”. Y esto, como bien sabemos, no ha dado el resultado esperado.

Y, ahora, el artículo del P. Pablo Cabellos Llorente.

Progresismo abierto

Pablo Cabellos Llorente

“A primera vista, las dos palabras del título parecen tautológicas porque, a priori, entendemos que todo progresismo es abierto. Indudablemente progreso es algo que avanza. Pero le pueden surgir al paso dos enemigos: su mal empleo o un etiquetado de lo regresivo como adelanto.

En febrero, mi amigo Pedro Ortiz entrevistaba para LP a mi también amigo Jesús Ballesteros, catedrático de Filosofía del Derecho de la UV. En el diálogo -que versaba sobre la crisis actual-, el profesor mostraba dos sucesos aparentemente distantes -el mayo francés y la ingeniería financiera- como partes causales importantes de nuestra crisis. ¿Qué tienen en común esos dos hechos tan distintos? Adelantemos que la creación de un ambiente en el que no se practica algo tan elemental como el “trata a los demás como quisieras que te traten a ti", justamente su amoralidad.

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1.05.12

San José y la santidad de la vida ordinaria

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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San Josemaría, en “Es Cristo que pasa” (50), escribe lo siguiente:

San José Obrero

“Para comportarse así, para santificar la profesión, hace falta ante todo trabajar bien, con seriedad humana y sobrenatural. Quiero recordar ahora, por contraste, lo que cuenta uno de esos antiguos relatos de los evangelios apócrifos: El padre de Jesús, que era carpintero, hacía arados y yugos. Una vez —continúa la narración— le fue encargado un lecho, por cierta persona de buena posición. Pero resultó que uno de los varales era más corto que el otro, por lo que José no sabía qué hacerse. Entonces el Niño Jesús dijo a su padre: pon en tierra los dos palos e iguálalos por un extremo. Así lo hizo José. Jesús se puso a la otra parte, tomó el varal más corto y lo estiró, dejándolo tan largo como el otro. José, su padre, se llenó de admiración al ver el prodigio, y colmó al Niño de abrazos y de besos, diciendo: dichoso de mí, porque Dios me ha dado este Niño.

José no daría gracias a Dios por estos motivos; su trabajo no podía ser de ese modo. San José no es el hombre de las soluciones fáciles y milagreras, sino el hombre de la perseverancia, del esfuerzo y —cuando hace falta— del ingenio. El cristiano sabe que Dios hace milagros: que los realizó hace siglos, que los continuó haciendo después y que los sigue haciendo ahora, porque non est abbreviata manus Domini, no ha disminuido el poder de Dios.

Pero los milagros son una manifestación de la omnipotencia salvadora de Dios, y no un expediente para resolver las consecuencias de la ineptitud o para facilitar nuestra comodidad. El milagro que os pide el Señor es la perseverancia en vuestra vocación cristiana y divina, la santificación del trabajo de cada día: el milagro de convertir la prosa diaria en endecasílabos, en verso heroico, por el amor que ponéis en vuestra ocupación habitual. Ahí os espera Dios, de tal manera que seáis almas con sentido de responsabilidad, con afán apostólico, con competencia profesional.

Por eso, como lema para vuestro trabajo, os puedo indicar éste: para servir, servir. Porque, en primer lugar, para realizar las cosas, hay que saber terminarlas. No creo en la rectitud de intención de quien no se esfuerza en lograr la competencia necesaria, con el fin de cumplir debidamente las tareas que tiene encomendadas. No basta querer hacer el bien, sino que hay que saber hacerlo. Y, si realmente queremos, ese deseo se traducirá en el empeño por poner los medios adecuados para dejar las cosas acabadas, con humana perfección”

San José Obrero

En realidad, San José, aquel judío que Dios escogió para padre adoptivo de Jesús y fiel esposo, pese a sus iniciales dudas, de María, la Madre de Dios, es el prototipo de santo que, en lo ordinario y común de su vida, manifiesta una acrisolada santidad.

De aquel hombre justo, además, se sabe poco. En las Sagradas Escrituras no se nos dice mucho de su persona sino que, en todo caso, se comportó como Dios quería que se comportara. Por eso llevó una vida de trabajador de la madera y tal oficio enseñó a Jesús.

En cuanto a lo ordinario que tiene la vida de San José y a que no debe extrañarnos que así sea porque la santidad no requiere, de por sí, de hechos extraordinarios, sino de un comportar acorde a la voluntad de Dios y de un someterse a la misma, San Josemaría, en la misma obra citada arriba pero, ahora, en el número 40, nos dice que

José era efectivamente un hombre corriente, en el que Dios se confió para obrar cosas grandes. Supo vivir, tal y como el Señor quería, todos y cada uno de los acontecimientos que compusieron su vida. Por eso, la Escritura Santa alaba a José, afirmando que era justo (Cfr. Mt I, 19.). Y, en el lenguaje hebreo, justo quiere decir piadoso, servidor irreprochable de Dios, cumplidor de la voluntad divina (Cfr. Gen VII, 1; XVIII, 23–32; Ez XVIII, 5 ss; Prv XII, 10.); otras veces significa bueno y caritativo con el prójimo (Cfr. Tob VII, 5; IX, 9.). En una palabra, el justo es el que ama a Dios y demuestra ese amor, cumpliendo sus mandamientos y orientando toda su vida en servicio de sus hermanos, los demás hombres.

Por eso, ser perseverante, ser bueno y tener en cuenta las necesidades de los demás es manifestar un comportamiento que, quizá, pueda parecer vulgar pero, en verdad, es expresión de naturaleza completamente cercana a Dios. En todo caso, San José cumplió con creces todo esto y mucho más y eso debería más que suficiente para no olvidar nunca que, muchas veces, lo que Dios quiere de nosotros es lo que somos sin florituras o añadidos que sólo perturban nuestra común tendencia a la santidad.

San José Obrero, ruega por nosotros.

Eleuterio Fernández Guzmán

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30.04.12

Serie Meditaciones sobre el Credo .- 1.- Creo en un solo Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Presentación de la serie

El Credo

El Credo representa para un católico algo más que una oración. Con el mismo se expresa el contenido esencial de nuestra fe y con él nos confesamos hijos de Dios y manifestamos nuestra creencia de una forma muy concreta y exacta.

Proclamar el Credo es afirmar lo que somos y que tenemos muy presentes en nuestra vida espiritual y material a las personas que constituyen la Santísima Trinidad y que, en la Iglesia católica esperamos el día en el que Cristo vuelva en su Parusía y resuciten los muertos para ser juzgados, unos lo serán para una vida eterna y otros para una condenación eterna.

El Credo, meditar sobre el mismo, no es algo que no merezca la pena sino que, al contrario, puede servirnos para profundizar en lo que decimos que somos y, sobre todo, en lo que querríamos ser de ser totalmente fieles a nuestra creencia.

La división que hemos seguido para meditar sobre esta crucial y esencial oración católica es la que siguió Santo Tomás de Aquino, en su predicación en Nápoles, en 1273, un año antes de subir a la Casa del Padre. Los dominicos que escuchaban a la vez que el pueblo aquella predicación, lo pusieron en latín para que quedara para siempre fijada en la lengua de la Iglesia católica. Excuso decir que no nos hemos servido de la original sino de una traducción al castellano pero también decimos que las meditaciones no son reproducción de lo dicho entonces por el Aquinate sino que le hemos tomado prestada, tan sólo, la división que para predicar sobre el Credo quiso hacer el mismo.

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29.04.12

La Palabra del Domingo .- 29 de abril de 2012

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Jn 10, 11-18

Biblia

11 Yo soy el buen pastor. El buen pastor da su vida por las ovejas. 12 Pero el asalariado, que no es pastor, a quien no pertenecen las ovejas, ve venir al lobo, abandona las ovejas y huye, y el lobo hace presa en ellas y las dispersa, 13 porque es asalariado y no le importan nada las ovejas. 14 Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas y las mías me conocen a mí, 15 como me conoce el Padre y yo conozco a mi Padre y doy mi vida por las ovejas. 16 También tengo otras ovejas, que no son de este redil; también a ésas las tengo que conducir y escucharán mi voz; y habrá un solo rebaño, un solo pastor. 17 Por eso me ama el Padre, porque doy mi vida, para recobrarla de nuevo.18 Nadie me la quita; yo la doy voluntariamente. Tengo poder para darla y poder para recobrarla de nuevo; esa es la orden que he recibido de mi Padre.»

COMENTARIO

Siendo, el pueblo hebreo, esencialmente pueblo de pastores, Jesús utiliza esta imagen para dar a conocer su persona ya que, de esa forma, iba a ser entendido por aquellos que le escuchaban. Paralelamente traza una relación entre él y el Padre identificándose de tal forma, que no cabe duda alguna de que el amor que Dios tiene por su persona es justificado: siendo Él mismo, está en su Hijo en su totalidad. Jesús insiste en que Él es el buen pastor, contraponiendo, para demostrar esto, su figura a la de aquel que, siendo pastor, por apacentar ovejas (creyentes), huye ante el embate del maligno, dejando de lado a aquellos que debían ser sus custodiados, hecho que aprovecha, el maligno, para dispersarlos, dividiendo al pueblo de Dios entre aquellos que le siguen y aquellos que han huido. Y esto porque “el asalariado”, aquel que trabaja en cumplimiento, por una parte, de la Ley en sentido estricto y, por otra, para otra persona, no tiene en cuenta lo que debería ser su verdadera labor. Atento, exclusivamente, al apacentamiento pasivo, no inquiere sobre la verdadera Verdad, ni da el sentido adecuado a lo que la Ley dice sino que, vendido a la costumbre y a la tradición, en este caso equivocada como demuestra Jesús, no va más allá.

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28.04.12

Serie Pensamientos de vida sobrenatural - 2.- El propósito de ser cristianos

Por la libertad de Asia Bibi y Youcef Nadarkhani.

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Pensamientos de vida sobrenatural

Tomás de Kempis, dice refiriéndose a Jesús que “’El que me sigue no va a oscuras’, dice el Señor. Estas palabras son de Cristo y con ellas nos enseña a imitar su vida y sus virtudes si queremos gozar de la luz verdadera, y librarnos de la ceguera del alma”.

No puede ser mejor explicado, en esencia, el comportamiento que debe expresar, con su vida, un discípulo del Hijo de Dios y resulta difícil, por eso mismo, decir más cosas con menos palabras.

Tal forma de demostrar que la Fe puede ser difundida, evangelizando con ella, es la que también siguió S. Josemaría en libros suyos como Camino, Forja o Surco que representan, para un creyente en el Dios Único y Omnipotente, una forma de demostrar que se cree porque se sabe lo que se cree.

El aforismo, por eso, es una fórmula comprimida de definir pensamientos, en este caso religiosos, que cada cual llevamos dentro y que, saliendo al exterior desde el corazón, puede servir para encauzar más de una situación que damos por perdida por las asechanzas del mundo o, simplemente, por nuestra mala cabeza mundana.

Por eso mismo, cuando manifestamos por escrito lo que tenemos como cierto para nuestro interior y, así, para nuestro corazón, no hacemos más que tratar de hacer ver que si del mismo habla la boca es de desear que hable bien del lugar donde, por tradición, se ha considerado que actúa el Espíritu de Dios y donde está su Templo.

Lo que podemos decir en pocas palabras a lo mejor es preferible que no se diga de forma extensa. Se entiende mejor lo que se pretende transmitir si no hay exceso de sílabas que, en muchas ocasiones, deforman una verdad espiritual y, en cierta manera, pervierten en esencial sentido que le queríamos dar.

Es, por otra parte, lo que de nuestra vida sobrenatural, llevaba y traída por el deambular de la existencia y conciencia que nos conducen hacia el definitivo reino de Dios, extraemos lo que nos ofrece unas frases que pretenden hacer real la voluntad de quien siente que su fidelidad a Dios puede ser imitada, puesta en práctica particular, como máxima expresión de una comunión vital y de fe.

Así, los “Pensamientos de vida sobrenatural” son una aproximación a la vivencia de la fe y un intento de plasmar, por la vía del mensaje escueto, lo que un alma puede sentir y expresar para obviar la tribulación por la que esté pasando o, a lo mejor, creyendo que pasa.

Cada cual, por supuesto, puede hacer con ellos lo que tenga por conveniente y, si eso surge, añadir los que crea oportunos porque, es bien cierto, que si Dios lo es personal para cada uno de nosotros, no está mal, de vez en cuando, compartir lo que su Espíritu nos ha sugerido. De todas formas, bien sabemos que no podemos ocultar la luz, aunque sea escasa, bajo el celemín.

2 .- El propósito de ser cristianos

Ciertamente ser cristiano no es nada fácil. Sin embargo, quien se dice hijo de Dios ha de procurar llevar a cabo una vida de la que pueda decirse que, en efecto, lo es. Existen muchas atracciones del mundo que hacen que la existencia como cristianos se dificulte hasta grados difíciles soportar las mismas y no dejarse caer en la fosa. Sin embargo, querer cumplir con la voluntad de Dios y llevarla a cabo en nuestras vidas es algo que merece la pena porque nos impele a ser mejores.

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