San Josemaría, el Opus Dei y Belloch, Alcalde
El pasado día 12, publicaba el diario “Público” una noticia que deja a muchas personas en el lugar que les corresponde: unas en su sectarismo y otras en uno que, en principio, no les correspondería.
Resulta que el Alcalde de Zaragoza quiere que a una de las calles de su ciudad se le ponga el nombre, ¡prepárense!, de San Josemaría, fundador del Opus Dei. Y esto a algunas personas les debe parecer algún tipo de afrenta a no sé qué.
Partidos políticos como la Chunta Aragonesista (CHA) e Izquierda Unida se oponen, con sus escasas fuerzas morales, a que se le rinda homenaje (que no otra cosa es dedicar una calle a alguien) a una persona que, como Josemaría Escrivá de Balaguer, luego San Josemaría tiene más de una virtud que regalar al mundo.
Así lo reconoce el propio Alcalde de Zaragoza cuando dice que “A un hombre no se le pone por consenso una calle, sino por méritos, y un santo tiene méritos, nada menos que eso, ser santo“
A este respecto, el Decreto sobre las virtudes heroicas firmado por el Prefecto para Congregación para las Causas de los Santos dice más de una cosa que alguna persona debería leer antes de exponer su absoluta ignorancia y sus claros prejuicios sobre San Josemaría.
Es bien cierto que se puede decir, con toda facilidad y seguridad en la verdad que se dice, que de personas pertenecientes a partidos tan extremosos como lo son los que se oponen a la propuesta de Juan Alberto Belloch, no se puede esperar otra cosa y que, en realidad, están cumpliendo, a la perfección, su papel de laicistas redomados, enemigos a muerte de la Iglesia católica y, al fin y al cabo, incapaces de reconocer lo bueno que hay en las personas que no sean de su cuerda.
Todo eso es cierto pero es de esperar que algún tipo de ilustración tengan adquirida a lo largo de su vida y que la misma debiera hacerles pensar las cosas dos veces antes de decir lo que dicen.
En realidad, para ellos oír las palabras “Opus Dei” es como oír nombrar a la bicha o, por decirlo de otra forma, como oír nombrar lo peor de lo peor del mundo espiritual (del cual, por cierto, tienen noticia lejana de su existencia) porque, en realidad, vienen a tener unas miras algo cortas y, además, alejadas de la realidad y de los sentimientos de los ciudadanos a los que, se supone, sirven.
Por eso, nada de esto extraña.
Sin embargo, podría servirles de ejemplo esto dicho en el Decreto de virtudes heroicas citado arriba porque dice mucho bueno sembrado por San Josemaría a lo largo de su vida.
Y es lo que sigue:
“Este mensaje de santificación en y desde las realidades terrenas se muestra providencialmente actual en la situación espiritual de nuestra época, tan solícita en la exaltación de los valores humanos, pero tan proclive también a ceder a una visión inmanentista que entiende el mundo como separado de Dios”
Pero, claro, a determinadas personas, hedonistas y relativistas, les ha de resultar difícil esquivar la mundanidad, el tener sobre el ser, la visión materialista de las cosas, etc. Por eso, en realidad, no son capaces de entender que si se le dedica una calle a San Josemaría lo único que se hace es beneficiar a una sociedad que ha tenido, en su persona y trabajo, el ejemplo más claro de reconocer que en la vida ordinaria, en la labor que cada cual tenemos que llevar a cabo, se encuentra el germen de santidad que muchos se niegan a aceptar.
Y eso, se diga lo que se diga y se pretenda hacer pasar por bueno lo que es, sólo, fruto de la sinrazón y el analfabetismo religioso, es, más que nada, ejemplo de una falta de sentido de la convivencia muy propio de ciertas ideologías que, no por estar pasadas, carcas y podridas, dejan de dar malestar y, en fin, de dejar claro hasta dónde se puede negar estando, simplemente, ciego voluntario.
A ninguna parte. Se llega, exactamente, a ninguna parte que es donde están los partidos políticos contrarios a que se le reconozca a San Josemaría lo que en derecho humano y divino merece.
11 comentarios
La verdad es que no quiero que se entienda que, al haber escrito este artículo, diga que la labor de Alcalde del que fuera Ministro de Justicia, Interior, etc. sea mejor.
Sin embargo, sí que reconozco, y no entiendo la razón de tal forma de actuar en un socialista, es que (ya he visto esto en otra ocasión) con la figura de San Josemaría, el Alcalde de Zaragoza tiene una actuación, digamos, normal.
Ya me gustaría a mí que esto le sirviera de conversión.
Las tiene. Y no pocas.
Si hace lo que hace, siempre es por algo. Y ese algo no es su devoción a San José María Escrivá de Balaguer. Es por algo que, mucho me temo, ojalá me equivoque, no creo que sea del todo del agrado de Nuestra Señora.
Es posible que espere obtener, cuando menos, el silencio de la estructura local de Opus Dei en algún asunto municipal.
De quien pagó a Francisco Paesa, a quien llamó capitán Tan en una rueda de prensa como biministro, para que localizara y entregara al Director General de la Guardia Civil, no se puede pensar menos.
Y ahí está su antigua Secretaria de Interior, María Teresa Fernández de la Vega, para recordarnos todos los días por qué fue elegida por Belloch.
Juan Alberto Belloch Julbe, nacido en Mora de Rubielos el 3 de febrero de 1950, siempre está rodeado de misterios.
Éste es uno más.
Me alegro de que la capital maña tenga una calle dedicada a San José María Escribá de Balaguer.
Me entristece que los aragoneses en general y los zaragozanos en particular tengan esa querencia por políticos con complejo de catalanes de segunda.
Por políticos que quieren establecer el catalán como lengua co-oficial en Aragón.
Por políticos que, siguiendo el modelo dels Països Catalans, comarcalizan toda la geografía para extender la red de corruptelas hasta el último rincón. Ahora los aragoneses también pueden decir: Aquí no n'hi ha un pam de net! (¡Aquí no hay ni un palmo limpio!).
Por políticos que odian y desprecian la fe. Unos en público. Otros en privado. Otros...
Otros... son Juan Alberto Belloch Julbe.
Me congratulo por la noticia.
Cuidado.
La verdad es que mis dudas con respecto a las "buenas intenciones" del señor Belloch no se disipan. Este es el individuo que en los últimos meses se ha convertido en adalilz de los creyentes, no eliminando el crucifijo de la sala de plenos del ayuntamiento de Zaragoza o apoyando a la empresa municipal de autobuses en su negativa a portar la publicidad atea.
Sin embargo, y al hilo de uno de tus posts de la semana pasada, sigo sin creerme que un cristiano pueda ser socialista. Y no puedo evitar ver intereses "oscuros" en su modo de actuar. Tal vez pretenda adormilar muchas mentes de votantes católicos, pues no olvidemos el buen manejo que los sociatas hacen de la comunicación.
Aún así, me sorprende la actitud de partidos como el de el tio de la mochila, Labordeta. Igual prefieren que se pongan calles a Castro, Chávez u otros dictadores más o menos afines a sus ideas sectarias. En mi ciudad se decidió poner el nombre de una rotonda a Sanjosemaría, con busto del santo incluido, con el máximo consenso político. No en vano, más allá de las consideraciones relligiosas, no se puede obviar el bien que este sacerdote hizo por sus semejantes y que, todavía hoy, perdura en la Obra de Dios.
+ CREDO IN UNUM DEUM
Bien sabemos que, seguramente, no es la fe lo que mueve al Alcalde de Zaragoza para hacer lo que hace.
Sin embargo, como es tiene merecido, más que de sobra, San Josemaría, tener tal calle, pues yo me alegro.
Yo creo que no nos ha de extrañar nada de nada la actitud de ciertos partidos, en este particular caso, de la izquierda más izquierda. Son así y lo suyo, creo yo, no tiene remedio.
Yo sigo creyendo que tampoco se puede ser socialista y cristiano porque es evidente que muchas de las ideas que tienen nada tienen que ver con el cristianismo.
San José María se merece el nombre de una calle. Y mucho más. Por eso me alegro de que le dediquen una calle.
Lo que me malicio es que el hecho de que le den una calle, por ser quien es quien se la da, pueda tener un precio. Cuál pueda ser ese precio, quién lo haya podido haber pagado y qué consecuencias pueda tener es lo que me preocupa.
Zaragoza no es una ciudad muy grande. La gente se conoce bastante bien. Seguro que nos acabaremos enterando de lo que hay detrás del asunto.
Por supuesto, es una preocupación personal. Nadie tiene por qué compartirla.
Sólo estaba pensando de forma escrita.
ADVENIAT REGNVM TVVM
No te preocupes por lo escrito. Yo también creo que, es muy posible que haya gato encerrado.
Sólo el tiempo, que todo lo cura y, sobre todo, aclara, dejará a cada cual en su lugar aunque a algunos ya los ha dejado (y me refiero a los opositores a que el nombre del Fundador del Opus Dei tenga una calle)
Está claro lo que hay detrás del asunto: distraer al personal. Todos y sada uno de los socialistas le dan al majín todos los días con el mismo fin; y a esperar y "ganar tiempo" que no es otra cosa que hacerselo perder a los demás.
Seguro que nada le añade a la santidad de San Josemaría lo que aquí se pueda decir. Al menos sí queda constancia de la posición de cada cual, para que nadie pueda llevarse a engaño.
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