Mientras Eluana muere, Masiá es poco integro con su propia fe
Para hoy, martes, 10 de febrero de 2009, había escrito el siguiente artículo referido a la terrible situación de Eluana Englaro y a las ideas que algunas personas suelen manifestar sobre la situación de la joven italiana en coma.
“Mientras Eluana Englaro está a punto de morir, por la actuación cómplice de muchas personas, el sacerdote jesuita Juan Masiá se dedica a dar lecciones de moral para las que, seguro, está preparado.
Y eso es, exactamente, lo malo.
Ya sabemos lo que, en esta materia, cree, entiende y defiende Juan Masiá. Por lo tanto, no nos puede extrañar lo que, ahora, ha añadido a su análisis.
Resulta que la dignidad de la persona contiene acabar con la vida de quien ostenta tal dignidad.
Y esto aquí dicho no es, ni mucho menos, exagerado.
El artículo referenciado arriba dice, por ejemplo, que, si bien la Congregación para la Doctrina de la Fe (CDF) se muestra, digamos, preocupada por el hecho de que se deje de cuidar a una persona que pasa por una situación, por ejemplo, como por la que pasa Eluana Englaro, no hay que llevar las cosas hasta comportarse de una forma integrista.
Dada la peligrosa tendencia que muestra Juan Masiá a congeniar y admitir muchas doctrinas que no son, precisamente, católicas, se ve en la obligación (para no desdecirse de su habitual comportamiento) de retorcer la cosa hasta adaptarla a su conveniencia.
Por eso, precisamente por eso dice que, teniendo en cuenta lo dicho por la CDF sobre cuidados a la persona en dificultades físicas importantes, no hay que ser tan, como he dicho antes, integrista. Así, de tal afirmación “no se sigue que la nutrición artificial sea ordinaria y desproporcionada sin excepciones. Si se suprime en el caso de Eluana, no es por considerarla sin dignidad, sino precisamente para salvaguardar su dignidad”.
De ahí que podamos deducir que, para Juan Masiá, la dignidad de la persona tiene grados y que, según convenga a nuestra conveniente más conveniente… pues podemos dejarla de lado, incluso, para sostener el asesinato que, recordemos, es la acción tendente a acabar con la vida de una persona sin que la misma pueda defenderse y, por tanto, presentar alguna acción contraria a tal intento.
Parece que no acaba de comprender (¡y qué difícil se hace entender esto!) lo que significa la dignidad.
Sabemos que la dignidad cualifica a una persona por lo que es y que, por eso mismo, no es entendible que se pueda atacar ese valor y, lo que es más importante, lo que representa para el ser humano, sin que se pueda menoscabar la propia naturaleza humana.
Por tanto, resulta de todo punto esencial comprender que la misma dignidad no puede verse sometida a criterios oportunistas ni llevados por progresías eclesiales o políticamente convenientes. Ni, sobre todo, puede arrimarse el ascua a la sardina de uno mismo para no perder el bocado de la modernidad.
Juan Masía, tan desnortado en tantas cosas que escribe pero que, seguramente, ha de ser un católico con una fe arraiga y profunda, no puede seguir manteniendo ideas tan extrañas como la que dice que es posible, moralmente, desconectar a Eluana Englaro (como ya se ha hecho) porque su dignidad no tiene, ahora, la importancia que sí le corresponde tener: toda y completa.
Y esto tiene explicación doctrinal y, así, moral.
El número 1700 del Catecismo de la Iglesia católica dice que “La dignidad de la persona humana está enraizada en su creación a imagen y semejanza de Dios”
Por eso no es posible sostener que la dignidad de Eluana pueda obviarse como si, ahora, pudiese no tener importancia. Ni es posible tal cosa ni es admisible tal supuesto ni, sobre todo, puede ser sostenido por quien ha de saber que por ser creación de Dios si nuestra vida no es nuestra… mucho menos la de los demás".
Pues bien, visto lo sucedido ayer noche (20:10) bien podemos decir que, al fin y al cabo, han triunfado las tesis de, entre otros, Juan Masiá.
Y, ante esto sólo me queda por decir: !Enhorabuena Masiá, se cumplió su bárbaro deseo! Puede estar contento por ello pero creo que va a tener que explicar muchas cosas ante Dios Nuestro Señor.
…
Hoy, 10 de febrero de 2009, sigue ejerciendo el sacerdocio y la docencia, aun, el autor de este artículo, el padre Juan Masiá, sj. Y, ahora mismo, esto es más importante que nunca.
Hoy, 10 de febrero de 2009, sigue tergiversando la doctrina católica, aun, el autor de este artículo, el padre Juan Masiá, sj. Y, ahora mismo, esto es más importante que nunca.
Hoy, 10 de febrero de 2009, aun no ha sido llamado al orden católico el autor de este artículo, el padre Juan Masiá, sj. Y, ahora mismo, esto es más importante que nunca.
Hoy, 10 de febrero de 2009, aun sigue difundiendo sus malignas ideas el autor de este artículo, el padre Juan Masiá, sj. Y, ahora mismo, esto es más importante que nunca.
Hoy, 10 de febrero de 2009, aun sigue sembrando cizaña en el seno de la Iglesia católica el autor de este artículo, el padre Juan Masiá, sj. Y, ahora mismo, esto es más importante que nunca.
Hoy, 10 de febrero de 2009, persiste en la aberración consentidora del asesinato el autor de este artículo,el padre Juan Masiá, sj. Y, ahora mismo, esto es más importante que nunca.
12 comentarios
Efectivamente, dice cosas no muy presentables pero el caso de Eluana Englaro ha sido, por decirlo así, la tal gota que hace desbordar el recipiente de la paciencia.
Bueno... a lo mejor puede parecer exagerado que se le otorgue demasiada importancia al caso particular de Eluana Englaro y a Juan Masiá.
Sin embargo, yo creo que la vida es demasiado importante como para permitir ciertas interpretaciones.
Y eso de los quince años, ¿cómo lo has determinado? ¿no podrían ser catorce y once meses?
A ver, no se debe prolongar una vida vegetativa más allá de quince años, dices, ¿con algún fundamento médico, ético, moral… o porque te ha sido revelado?
Sí, claro, normal en ti: puedes deducir lo que te dé la gana, pero no es así.
Mientras Eluana es víctima de fanatismos diversos, Eleuterio la toma con Masiá: muy proporcionado.
2. No recuerdo que estos defensores de la vida hayan dicho algo de los miles de niños muertos en la guerra de Irak, cuyo principal impulsor fue recibido con honores por Ratzinger.
3. ¿cuál es el criterio para defender la vida que tienen? Aclaren porque, desde afuera, son impresentables.
!Cuánto me alegro el volver a leerte!
Masiá, en lo suyo, también es fanático.
Y lo vuelvo a decir: me alegro, Yolanda, de volver a leer tus críticas.
Yo ya he dicho en el artículo de ayer (por el día 10) que Juan Masiá "ha de ser un católico con una fe arraiga y profunda". Por lo tanto, sobre eso no tengo duda alguna.
El problema es que, cuando se utiliza la fe de la forma que él la utiliza, eso hay que decirlo.
Yo ya dejo a Eluana Englaro descansar en paz. El problema es que otros (culpables y cómplices) han sido responsables de que, ahora, descanse en paz. Y ha sido una muerte, seguramente, asesina.
Si Juan Masiá hubiera vivido en la Edad Media seguramente no hablaría así.
Por otra parte, estoy en contra de cualquier tipo de muerte provocada con consentimiento de matar de parte de quien mata.
Por tanto, el criterio para defender la vida es claro: siempre hay que defenderla.
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