La Palabra del Domingo - 30 de noviembre de 2008

Santa Biblia

Mc 13,33-37

33 Tengan cuidado y estén prevenidos, porque no saben cuándo llegará el momento.

34 Será como un hombre que se va de viaje, deja su casa al cuidado de sus servidores, asigna a cada uno su tarea, y recomienda al portero que permanezca en vela.

35 Estén prevenidos, entonces, porque no saben cuándo llegará el dueño de casa, si al atardecer, a medianoche, al canto del gallo o por la mañana.

36 No sea que llegue de improviso y los encuentre dormidos.

37 Y esto que les digo a ustedes, lo digo a todos: ¡Estén prevenidos!.

COMENTARIO

Estar, siempre, preparados

1.-Los cristianos creemos que existe una vida eterna y también creemos, confiamos, en que Cristo ha de volver (en la llamada Parusía) en un momento (que ignoramos) para juzgar a los vivos y a los muertos.

2.-Tal convencimiento nos ha de hacer ver que nuestro comportamiento en este tiempo en el que peregrinamos hacia el definitivo Reino de Dios, no ha de ser de cualquier forma ni, tampoco, adecuado a nuestros específicos gustos egoístas.

3.-Para que comprendieren sus oyentes (y nosotros ahora) lo que con eso se quería decir, Jesús desarrolla un hecho en el que un hombre, que “se va de viaje” (pensemos en Él mismo ascendiendo a los cielos) da, a cada persona de su casa, una labor realizar y, también, alguna que otra misión que cumplir.

4.-Es de suponer que tal hombre (pensemos en Jesús mismo) tiene que volver a su casa y espera que las personas que había dejado encargadas de llevar a cabo algunas tareas hayan cumplido con lo encomendado porque es lo que se espera de ellas.

5.-Podemos pensar que Dios no nos ha dado ninguna tarea para realizar porque no nos lo ha dicho personalmente. Sin embargo, tal manera de ver las cosas peca, bastante, de ser ciega y sorda porque, en realidad, sabemos lo que cada cual somos capaces de hacer y, sobre todo, que tenemos algo esencial que cumplir: amar a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos.

6.-Pues bien, en tales tareas (2) a llevar a cabo, se encierra todo el bien, o el mal, que podemos hacer porque, por ejemplo, amando a Dios se cumple su voluntad que es, sobre todo, además de amarlo a Él, mostrar amor por los demás, que son, por si no fuera poco ser el prójimo, también, hijos de Dios.

7.-Vemos, por lo tanto, que sí que tenemos algo que llevar a cabo. Por eso hemos de estar prevenidos porque, como dice Jesús, no sabemos “cuando llegará el dueño de la casa”.

8.-Por tanto, a sabiendas de que ignoramos, de forma absoluta, el momento en que regresará Cristo a estar, de nuevo, entre sus hermanos y semejantes, sólo podemos hacer una cosa: estar prevenidos.

9.-Pero, ¿Cómo podemos manifestar tal forma de actuar que nos evite una reprimenda notable cuando vuelva Jesucristo?

No resulta fácil establecer una digamos, lista de tareas a realizar porque, en realidad, basta con que nos demos cuenta que Dios está en nuestro corazón y lo llena todo. De tal manera, no ignorando la realidad espiritual que nos corresponde como hijos suyos, llevaremos a cabo lo que nos corresponde y, sobre todo, no nos quedaremos dormidos en los laureles de la filiación divina.

10.-Ser hijos de Dios, darse cuenta de lo que eso supone, nos impele a velar, a permanecer bien despiertos (corazón de carne siempre; corazón que perdona y ama) para que, cumpliendo nuestras tareas (todos tenemos, al menos, las citadas en el punto 5 de las que se derivan el resto de nuestros comportamientos y quehaceres) no se pueda decir de nosotros que, como los discípulos en Getsemaní, nos quedamos dormidos mientras el Maestro oraba.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a no dormir en el olvido de Ti y a no hacer imposible que, a Tu regreso, podamos presentar una labor bien hecha, un permanecer en vela del que pueda decirse que es tu voluntad.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado del Servicio de Biblia de www.catholic.net

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