La Palabra del Domingo - 10 de mayo de 2009 - Permanecer en Cristo y Él en nosotros.
Jn 15,1-8. El que permanece en mí y yo en él, ése da fruto abundante.
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto.
Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado. Permaneced en mí, como yo en vosotros. Lo mismo que el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid; así tampoco vosotros si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid; vosotros los sarmientos. El que permanece en mí y yo en él, ése da mucho fruto; porque separados de mí no podéis hacer nada. Si alguno no permanece en mí, es arrojado fuera, como el sarmiento, se seca; luego los recogen, los echan al fuego y arden.
Si permanecéis en mí, mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que queráis y lo conseguiréis.
La gloria de mi Padre está en que deis mucho fruto, y seáis mis discípulos.”
COMENTARIO
Jesús es viña de Dios
1.-Quizá lo que propone Jesús, en esta parte del Evangelio de Juan, sea una de las imágenes más clarificadoras de las que mostró a lo largo de su corta, pero profunda, predicación: la vid y el viñador, los sarmientos y el fuego que los quema, el seguimiento a la vid y el fruto que podemos obtener y dar de ese seguir al Enviado.
2.-Como en tantas otras ocasiones, el Mesías ofrece un ejemplo cercano, una forma, simple a primera vista, y en el fondo, honda, de hacerse comprender. Todo lo relacionado con la tierra, con sus frutos, su cultura y el resultado de ese proceso, identifica, perfectamente, lo que Cristo pretendía que entendieran, entonces, los que le seguían y, ahora, los que detrás de aquella estela y luminaria, optamos, y optan, por mirar sus huellas por el mundo dejadas y reconocemos, en ellas, el único camino bueno que seguir, ávidos de una vida eterna que, con Él, ya podemos disfrutar en este momento, en este ahora que es nuestra vida.
3.-¿Qué es una viña sino un arraigar en la tierra para, desde ella, tomar el alimento que da forma y fondo al fruto que nos endulza la vida? Pues bien, si nos ponemos a dilucidar si esto tiene relación con nuestra vida y a tratar de entrever el resultado de esa imagen, vemos hasta dónde somos fruto, desde dónde tomamos el alimento.
4.-Y Dios, según nos dice Cristo, limpia de pecado a quien sigue a su Hijo, a quien guarda su Palabra. Su Palabra. Sólo así podemos dar, ser fruto, para el Padre. Al hacer lo que en su predicación, dice Jesús, somos sarmientos sanos y no hay necesidad de ser cortados. Pero si, por mor de esas circunstancias en las que nuestro existir como hombre, caemos en el pecado, cosa propia de nuestra naturaleza, podemos “ser podados”, eliminados esos pecados, así, y tras el correspondiente resarcimiento y ejercicio de penitencia, poder continuar siendo renuevos, imágenes del Hijo, sus discípulos.
5.-Cabe, pues, permanecer en Jesús. Y permanecer en Él supone seguir su doctrina, como tantas veces he dejado escrito en estos comentarios o meditaciones. A veces, hay que reconocerlo, esto resulta difícil, casi imposible. Pienso que cuanto mayor ser la dificultad, tanto mayor ha de ser el esfuerzo, pues el objetivo, esa permanencia en Cristo, es aquello que hemos de ansiar, seguir, de que la vida eterna es un destino al cual estamos destinados.
6.-De otra forma, “separados de mi”, de Él, dice el texto, en palabras de Jesús, no podemos hacer nada; nada bueno, se entiende, nada que pueda agradar a Dios, pues en su Enviado, Él mismo, tiene puesta su esperanza, en su sacrificio, ese fruto.
7.-Podemos escoger entre ser rama seca que se corta y se quema (¡imagen terrible, si lo pensamos!) o ser, por otra parte, ese fruto que, tras enriquecerse con la savia de la Palabra, glorifica a Dios, conformando, por así decirlo, el cuerpo de Cristo; siendo, por eso, verdaderos hijos suyos.
ORACIÓN
Padre Dios; ayúdanos a permanecer en la viña que Tú enviaste al mundo para salvarlo.
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
El texto bíblico ha sido tomado del Servicio de Biblia de www.catholic.net
8 comentarios
El caso es que aquí se habla demasiado y a boca llena de moral, cuando lo cierto es que hay demasiada gente que carece por completo de ella. El director del portal y al menos tres de sus bloggers ni siquiera lo disimulan como algún otro se esmera en hacerlo, aunque con sopesado cálculo y estrategia, pero con inteligencia al menos.
Y es obvio que todos quieren seguir colaborando con esta canallada, y ya entiendo que no hay forma de impedírselo. Me he esforzado en algo más de un año en creer que entre los varios malvados que circulan en la blogosfera tristemente autodenominada “católica” habría gente ingenua y buena (y es cierto que he visto dos o tres); muchos engañados, muchos incapaces de ver más allá de sus narices (y no, no son muchos, apenas un puñado), mucha ultraderecha camuflada de religiosidad (y no es tanta, qué va, apenas uno o dos), y mucho fanático.
Y eso sí: individuos que han renunciado a su raciocinio y hasta a su libertad para ponerse al servicio de un fin perverso y ajeno a la religión en realidad, y para el que cualquier medio les vale: incluso anteponer sus obsesiones a las personas, hasta unos extremos de calaña moral nauseabunda que, a veces, rozan lo delictivo. Eso es lo que es un fanático. Y eso es lo que manda aquí. Cuanto más huyen de donde los van echando, más se radicaliza el fanatismo y peores medios emplean.
No, ya no creo que en el fondo sean buenos. Me he empeñado en pensar que, en el fondo, hasta ellos son buenos. Y no. No lo son los que declaradamente son malvados sin sonrojo, con descaro, con sonrisa indisimulada y fríamente malévola. Pero tampoco los que utilizan el “rezaré por ti” como arma arrojadiza. Y tampoco los que envuelven calculadamente en melaza pringosa su hipocresía.Quedaos rebozándoos en vuestra mentira, en vuestro fanatismo y, sobre todo en vuestra maldad químicamente pura.
Saludos y despedida de corazón a los tres o cuatro que sois buena gente, de limpia mirada y limpísima intención, y si estáis aquí es por la misma ingenuidad en la que yo he caído de vez en cuando o por ser víctimas de… de demasiadas cosas.
Y a los otros, cada uno de ellos sabe a quién hablo, ojalá dejaseis la Iglesia en paz, ojalá dejaseis de mancillar los nombres y virtudes más sagradas con vuestras indignas plumas. Pero como no lo vais a hacer, y con solo un voto de confianza que os hubiera dado (y fueron muchos), ya habría sido uno de más, no lo reintentaré más.
LF, sigue cubriéndote de gloria por doquier con la basura que llevas de un lado a otro sin encontrar acomodo, pero dejando el maloliente rastro de tu paso en todos los lugares en los que siembras cizaña, deslealtades a puñados e innumerables daños a personas y cosas sagradísimas. Tú y los ególatras fanáticos que te adulan sois , por encima de todas los demás vicios morales que os enfangan, sencillamente, MALOS.
Y que aún haya quién se pregunte por qué se vacían las iglesias...
La verdad es que, en nuestras habituales decisiones, tomamos, muchas veces,las equivocadas. Sin embargo, las personas que nos consideramos hijos de Dios sabemos que podemos renovar nuestra vida y nuestro espíritu acudiendo a la Palabra de Dios que nos renueva.
Por eso, bien sabemos que no lo tenemos todo perdido.
La verdad, no sé la razón por la que has escrito este comentario en el que yo he hecho al Evangelio de hoy domingo.
Es muy posible que te sientas dolida por algún comportamiento que, a lo mejor, tú entiendes que no es cristiano.
Sabes, sin embargo, que hasta ahora he apreciado tus comentarios siempre que los has hecho en mis artículos aunque, casi siempre, hayas opinado en contra de lo que yo he escrito.
No sé en qué grupo de los que has definido en tu comentario me incluyes. De todas formas, creo que estás muy equivocada en lo que escribes y que, a lo mejor, lo haces por algún tipo de resentimiento que no sé de dónde viene pero sí sé a dónde va: a ninguna parte.
Si, de verdad, de despides de entrar en InfoCatolica lo siento, francamente, por ti. Creo que te pierdes una oportunidad muy buena de abrir tu corazón y, de d paso, de disentir de las personas que aquí escribimos.
Sin embargo, espero que te vaya todo bien allí donde vayas y recale tu opinión.
Que Dios te bendiga.
Si los sacerdotes no se han acordado, hoy, de San Juan de Ávila, de nombrarlo en las homilías, espero que lo hayan hecho en su corazón.
Eso sí que es verdad. Además, a veces, es lo único que nos queda ante lo que pasa.
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