Kiko Argüello no se equivoca

El pasado lunes, 22 de diciembre, publicaba Religión en Libertad una entrevista con Kiko Argüello (que venía de ABC) en la que venía a referirse al tema de la familia y a la necesidad de acudir a la Plaza de Colón el próximo domingo, 28.

Y, la verdad, es que Kiko no se equivoca ni lo más mínimo por mucho que quieran tergiversar lo que dice unos de los fundadores del Camino Neocatecumenal.

Las tergiversaciones que introduce el Maligno sobre la actuación, en particular, de Argüello no vienen, como podría pensarse, de la parte no religiosa sino, sobre todo, de aquellos que, con su actuación, tratan de sembrar cizaña para ver si se hace algo de daño a la convocatoria de Rouco Varela.

“La familia cristiana transmite la fe a los hijos y les acepta como un don de Dios. Los bienes de la familia son sin duda inmensos y eso lo sabe muy bien el demonio, que intenta por todos los medios destruirla con la cultura que nos rodea, que va contra la familia cuyo amor al centro es indisoluble y eterno”.

Es en el seno de la familia donde la fe se hace importante, porque en ella se comprende lo que es el amor (no se quiere por lo que se tiene sino por lo que se es) y donde se alcanza a entender el verdadero sentido de la ayuda al otro (nos ayudamos porque, al fin y al cabo, todos somos hijos de Dios) Seguramente por eso se pretende disolver la familia con la introducción de modelos falsos donde prima el hedonismo y el gusto por lo singular y lo caprichoso.

“Porque si se destruye y se cambia la familia se destruye y se cambia la sociedad. Así pues, destruyendo la familia la sociedad queda a la deriva, sobre todo los jóvenes quedan a la deriva de sí mismos”

La labor de ingeniería social que se está llevando a cabo desde el Ejecutivo socialista de Rodríguez Zapatero (ayudado por algunos sectores de la misma Iglesia católica) necesita, sobre todo, que la familia, como tal, deje de ser como es. Lo que se pretende con eso es que la sociedad, cuyo origen se encuentra en el grupo que constituye la familia como origen primero de la convivencia, sea, simplemente, otra, constituida por personas afectas al poder establecido y dejadas, por eso mismo, al arbitrio del mismo.

Es muy posible que por eso se intente acabar con la familia.

“Que hay que acudir para apoyar a la familia porque nos jugamos el futuro de una sociedad mejor, para los jóvenes, para nuestros hijos, para los ancianos. Una sociedad donde ya no hay familia es una sociedad de gente sola”.

Quizá por eso el obispo auxiliar de Madrid César Franco, en la presentación de la Eucaristía del 28-D ha dicho que “La institución familiar sufre muchas amenazas”. Y no se equivoca porque a la vista están.

Aquellas personas, de tendencia izquierdosa e, incluso, que, desde dentro de la misma Iglesia católica, apoyan fórmulas, digamos, familiares, “alternativas” deberían saber que la familia no es una institución más sino, muy al contrario, la que, sobre todo, da sentido a la sociedad. Quizá por eso quieren destruirla.

Al fin y al cabo, “Se ha pensado en celebrar una Eucaristía para pedir a la Sagrada Familia de Nazaret que ayude a España, también para rezar por todas las familias. Porque no se trata solamente de una acción política o social, sino que hay que pedirle a Dios, todos juntos, que ayude a la familia, ya que nos jugamos el futuro de España, el futuro de Europa y el futuro de la humanidad”

Por eso resulta conveniente acudir a Colón el domingo 28: porque nos va la vida en ello; por eso Kiko Argüello tiene razón y no se equivoca ni lo más mínimo.

Por eso.