¿El Corte Inglés se apunta al laicismo?
Quizá haya cosas más importantes (seguro que las hay) pero pequeños detalles como el que ahora se va a mencionar también tienen su importancia.
Hay negocios que, a lo largo de su historia, se han hecho muy queridos en España porque han demostrado, tradicionalmente, saber lo que hacen y, en general, no se han apartado de las creencias de la sociedad española.
Tal ha sido el caso, hasta ahora, de El Corte Inglés.
Gracias a Ignacio Arsuaga hemos podido comprobar que, en determinadas ocasiones, las cosas no son como, en realidad, parecen. En tal artículo puede apreciarse una evolución, al menos, curiosa.
El negocio, sin duda, es el negocio. Sin embargo, cuando se cambian ciertas cosas, algo más tiene que haber detrás de tales cambios.
A veces, hay evoluciones que son, al contrario, perfectas involuciones porque suponen mirar hacia atrás a una época de paganismo donde lo religioso cristiano ni existía ni, a lo mejor, se le esperaba salvo en los corazones de los verdaderos creyentes en Dios y en el Enviado de Dios.
Por eso, cuando se puede comprobar (fácilmente) que los centros que El Corte Inglés tiene en España (que suelen tener, todos ellos, grandes fachadas que se utilizan, además, como espacio publicitario del mismo negocio) se han adherido, por así decirlo, unas estrellas de nieve… uno no se deja de preguntar qué es lo que ha pasado para que tal cosa sea posible.
Si algo ha caracterizado a El Corte Inglés es que en Navidad siempre ha sido Navidad (como la primavera siempre ha sido primavera). Por tanto, en la decoración, al menos la exterior, siempre ha tenido importancia la Sagrada Familia o algún que otro motivo de carácter cristiano. Vamos, algo que identificara el tiempo especial que ahora estamos a punto de vivir.
Pero las cosas han cambiado, al parecer, porque han desaparecido, como por ensalmo, los motivos navideños cristianos.
Yo no sé si, con motivo de los Reyes Magos, las personas que hacen las campañas de publicidad para el Corte Inglés tienen pensado hacer uso de la imagen de aquellas personas llegadas de oriente que seguían una estrella que les llevó a una gruta en un poblado llamado Belén. Me refiero a Melchor, Gaspar, Baltasar, los camellos, etc. Aunque, según lo visto, seguramente no harán tal cosa porque sería faltar al laicismo.
Lo que sí sé es que, de seguir por el camino que están siguiendo y, habiendo perdido el verdadero sentido de la Navidad (con sus correspondientes imágenes) lo único que van a acabar celebrando el, por ejemplo, el solsticio de invierno que es algo muy pagano, políticamente correcto y perfectamente hedonista.
A mí, el Corte Inglés me ha enviado una postal, como todos los años, representando, la de 2008, un “Nacimiento de Cristo con la adoración de los ángeles", del Maestro de Sigena (obra, simplemente, maravillosa) Como es lógico, la tal postal viene firmada y rubricada por don Isidoro Álvarez, Presidente de tal, como se dice, gran almacén (a quien, por otra parte, agradezco el tradicional detalle)
Entonces, yo me pregunto cómo es posible que, de cara a la intimidad de las personas se siga manteniendo tal tradición postal y, de cara a la sociedad, al público en general, se haya caído en tal forma de laicismo ocultando el verdadero espíritu de la Navidad para sustituirlo por algo anodino, amorfo, vacío.
No me gustaría concluir que se trata de una actuación en la que sólo se ha tenido en cuenta el puro negocio al que se ha añadido la tendencia laicista del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero (verdadero enemigo de la Navidad, de la Iglesia católica y de todo lo que parezca cristiano) como, digamos, por quedar bien…
Esto sería bastante triste.
Y yo voy a acabar exactamente igual que el artículo de Ignacio Arsuaga:
Ya no es Navidad en El Corte Inglés
:’(
NOTA: francamente, me gustaría que, en contestación a este artículo, alguna persona responsable de El Corte Inglés pudiera aportar alguna prueba de que estoy equivocado. Mil veces estaría agradecido. Pero no lo estaría por mí, sino por ellos mismos.
Y es que, al fin y al cabo, se trata de una cuestión de fe. Ni más ni menos.
28 comentarios
De hecho, cuando las ví, pensé lo mismo Eleuterio, que la laicidad había llegado hasta el Corte Inglés, qy eso que era como el último reducto que quedaba con un poco de sabor a Navidad (a pesar del consumismo que representa).
Qué pena!!
Me sorprende que le sorprendan ciertos comportamientos, a tenor de lo que está sucediendo en nuestra sociedad. Alentada desde el gobierno, la deriva laicista de nuestra sociedad llega a niveles insospechados de incongruencia, hasta el punto de que en estos días cientos de miles de personas celebran no se sabe qué, olvidandose de que la verdadera Navidad es celebrar el cumpleaños de Cristo.
Lo que relata es lo mismo que ha sucedido en el edificio de la fiscalía, cuando los secuaces del filomasón PSOE--ETA descubrieron un portal de Belén en dichas instalaciones.
Como bien dices son pequeños detalles, pero grandes en su contenido pues retratan a la perfección cuán podrida está la sociedad.
+ Que Dios le bendiga.
Trabajo junto al Corte Inglés de Serrano, en Madrid. Todos los años, en la explanada que hay junto al edificio, ponen una caseta de madera donde venden los objetos navideños (figuras de Belén, adornos, etc.). En la parte de fuera, solían poner un Belén que era muy bonito y era muy admirado. Pues bien, este año el Belén ha desaparecido (salvo que yo no lo haya visto) y en su lugar han puesto figuras de Papá Noel y muñecos representando cocineros (¿¿??). Además, si entras en la caseta, la oferta de figuras de Belén es llamativamente escasa. Como dice MER, ¡qué pena!.
Un abrazo,
Pero un gran Nacimiento ocupa casi todo el escaparate de la Plaza de Felipe II.
El Corte Ingles, siempre ha tenido, y tendrá una aureola de bonísima empresa debido a que gasta miles de millones en publicidad en todos los medios de comunicación desde la cadena de televisión más cara hasta el periódico de provincia más modesto.
Pero por encima de todo es una empresa con ánimo de obtener beneficios a cualquier precio, en ese sentido sería bueno hablar con sus empleados y conocer el trato que reciben. Por tanto no es extraño que se apunten a la moda, y ahora toca laicismo, mañana puede ser islamismo y se apuntaran con sus mayores esfuerzos.
Tambien a mi me gustaria que alguien de esa empresa me pudiera desmentir con argumentos suficientes.
No. Si no es que me sorprendan es que, la verdad, me dan bastante pena.
Sobre lo del portal de Belén de la Fiscalía escribiré el próximo lunes.
Eso que Ud. dice abunda en lo dicho por mí. Parece que es una tendencia bastante nefasta y que, casi estoy seguro de ello, continuará.
Perdón pero como no vivo en Madrid no sé si en la tal plaza hay un centro de El Corte Inglés.
Si así es, yo me alegro pero deberían cuidarse tal esquizofrenia y, si es posible, a favor de la verdadera Navidad.
La verdad es que me gustaría decir que soy ingenuo. Sin embargo, aún espero que corrijan el error de la forma que sea aunque, es cierto, el negocio, por desgracia, y la moda, otra vez por desgracia, pueden demasiado...
Ya lo he dicho yo en el artículo. A mí también me lo han enviado. Y eso yo lo agradezco.
Por eso mismo les tengo que afear la conducta.
Pues también me alegro de lo dicho por Ud.
A lo mejor El Corte Inglés deja el laicismo para las ciudades de millones de habitantes.
Felicidades, pues, al encargado de El Corte Inglés de León pues lo bien hecho bien hecho está.
Antes las fiestas empezaban en Nochebuena y terminaban en Reyes. Ahora los niñitos se han acostumbrado a recibir regalos en Navidad y en Reyes y los padrecitos y madrecitas se han acostumbrado a comprar por duplicado la felicidad de los niñitos y las niñitas que cogen el regalo y se van corriendo a la juerga discotequera nocturna a gastárselo en drogas, semidrogas y pseudodrogas de donde sacan una falsa alegría, sin esas sustancias no habría esa falsa y forzada alegría. Otra cuestión es la de si aún es posible la felicidad sin sustancias o sólo hay felicidad sin sustancia pero con sustancias. La sustancia de la felicidad es un viejo problema que no se arregla bien. El caso es que los comercios no han dejado pasar la ocasión para vender doble como los borrachos ven doble y han doblado las fechas. Es un puro nerviosismo por gastar como si se fuesen a perder algo de lo que hay en las estanterías. ¿Será el lacisimo o será otra manía?.
Antes la gente se reunía en familia y festejaba en Navidad sin regalos especiales que quedaban para Reyes. Lo del aguinaldo era una cosa entre particulares o entre empresas. Ahora hay sobrecarga de fechas y regalos y de ahí los trompicones de los comercios y los grandes comercios. Pues me da igual. Me dan igual los millones de bombillas que pongan y la forma que tengan. Nunca regalaré nada en Navidad. Hay que mirar a la cara y no de reojo a los paquetes de regalos y el reloj de la juerga.
Feliz Navidad.
(por si ando en otra parte cuando llegue, de verdad, la Navidad)
Es cierto que muchas de las realidades espirituales que la Navidad tiene (y trae cada año, aunque no deberíamos circunscribirlas a tales fechas) se han desvirtuado.
Es cierto que existe un exceso de ansia por adquirir cosas, por tener antes que por ser.
Es cierto que muchas personas fuerzan una alegría que no sienten porque no comprenden, ni entienden, que lo que se celebra es algo muy importante para la humanidad toda.
Es cierto que debería ser de otra forma y que resulta muy difícil cambiar la situación por la que está pasando la Navidad y todos nosotros.
Sin embargo, yo prefiero pensar que el niño que va a nacer, el Emmanuel que se quedó, para siempre con nosotros, cambiará los corazones de piedra por otros de carne y que, al fin y al cabo, la luz que trajo acabará brillando dentro de cada uno (cada cual como sea capaz de entender esto)
Feliz Navidad, también, para ti.
De cara a la fachada pondrán lo que quieran. Dentro tienen a muchos empleados con titulación universitaria que en la época de bonanza les pagaban 12.000 € al año y trabajando los fines de semana.
Lo de pagar salarios justos, parece que no va con ellos. Lo de la fachada sin belén era cuestión de tiempo.
No sé yo la política de empleados que lleva El Corte Inglés pero ya es el segundo comentario que abunda en tal tema.
A lo mejor una cosa va ligada con la otra.
Sí que resulta extraño lo que pasa aquí porque es cierto que en unos centros actúan de una forma y en otros de otra.
Sin embargo, la tendencia es a que abunde más la decoración no navideña sino claramente pagana y eso sí es novedad.
¿Han pensado en mandar e-mails y cartas advirtiendo a los dueños de los grandes almacenes?
Siendo El Corte Inglés un templo al consumismo y el hedonismo que tanto critican ¿Realmente les importa la presencia o no de simbología religiosa?
¿Y creen que dicha presencia tiene que ver con la piedad de los jerifaltes de la empresa o es algo más material?
¿Y hasta cierto punto no es mejor dejar de mezclar sombología religiosa con un negocio puro y duro?
PD: Medio en broma medio en serio, España 2050, si por hacer dinero se trata "Ya es Ramadán en el Corte Inglés".
En el artículo de Ignacio Arsuaga al que hago referencia en el mío, viene indicada una dirección de El Corte Inglés para, digamos, quejarse.
Yo creo que El Corte Ingles es una institución que, en sí misma, ofrece unos servicios que podemos o no podemos aceptar. El consumismo puede ser propuesto pero, sobre todo, puede ser no aceptado. Exactamente igual pasa con el hedonismo. Esto lo digo porque, en realidad, sí que tiene importancia que en tales grandes almacenes (como suele decirse) den ejemplo de respeto por las tradiciones cristianas, independientemente de lo que se proponga desde tales grandes almacenes.
Yo creo que la simbología religiosa puede suavizar, un poco, el negocio puro y duro, como Ud. dice, porque nos ayuda a comprender lo que, en verdad, importa. Por eso nunca sobra en ninguna parte y, sobre todo, allí donde no pueda parecer importante que esté.
Y eso que dice Ud sobre "Ya es Ramadán en el Corte Inglés", estoy seguro que también tales grande almacenes serían una víctima de tal situación que, con tantas ganas, parece que algunos propician.
Yo no le daría más importancia, como muy bien habeis dicho, el objetivo del Corte Inglés es vender, y si para eso tiene que celebrar la fiesta del Cordero o el Hanucah, pues lo hará.
¿Todo eso de la Paz, el Amor, la Esperanza; con la corbata hortera, la colonia y el disco de Operación Triunfo VII?
Lo digo, que igual parezco ingenuo o un moñas, ¿Pero, no es mejor disfrutar de un belén familiar o en el cole de los niños, que de uno que a fin de cuentas es el adorno de un templo de mercaderes? ¿O también de ésto hay que hacer una batalla del laicismo?
De veras me gustaría saber vuestra opinión.
La verdad es eso de las prisas y de la situación en la que, muchas veces caemos, incluso los católicos (por supuesto) no nos puede ocultar lo que de Verdad hay en esto que aquí se está diciendo.
Lo que, en verdad, importa es el respeto por las tradiciones españolas de las que las imágenes de Navidad no se puede decir que no sea importante.
Yo ya sé que el consumismo es muy grande en Navidad pero eso no quita para que comprendamos que detrás de tal consumismo, o mejor, escondido detrás de tal ansia de tener, está la verdadera voluntad de ser. Si, por lo tanto, se esconde la voluntad de ser escondiendo las imágenes navideñas, sólo nos queda la voluntad de tener, el puro consumismo. Yo también compro cosas en Navidad (aunque muy pocas, la verdad) pero no por eso sé lo que soy ni creo que deban olvidarlo los demás que también se dicen católicos.
Y por supuesto que se puede disfrutar de un belén familiar o en el colo de los niños, como Ud. dice. Sin embargo, reducir la Navidad a lo íntimo o particular es, exactamente, lo que quiere hacer el laicismo: la religión, en casa o en la Sacristía cuando, en realidad, bien sabemos que lo religioso lo impregna todo por mucho que se pretenda ocultar.
Sin embargo, su opinión me parece bastante razonable.
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