Es que Masiá es demasié o el miedo a llamar a las cosas por su nombre
De las muchas cosas que el Jesuita y Profesor de Ética en la Universidad Sophia (Tokyo) Juan Masiá Clavel ha escrito últimamente, resulta, de todo punto interesante (por decir algo caritativo) el que haya dado cabida al libro de Carlos Alonso Bedate (integrante del Comité de Bioética de España) titulado “El estatuto ético del embrión humano”.
Desde que se acuñara el término pre-embrión un poco de la dignidad de la persona se ha intentado dejar atrás porque se han creído, ciertas instancias científicas y, como podemos ver, teológicas (Masiá, por ejemplo) que pueden establecer el momento en el que un ser humano es persona y, sobre todo, desde cuándo no lo es.
Así, se ha dicho que, hasta los 14 días desde el momento de la fecundación, sólo somos un conglomerado de células y, por lo tanto, algo desdeñable, manipulable y, sobre todo, negociable.
Más que nada, se trata de una cuestión económica. O sea, por el puro y vil negocio.
Pues bien, el poco ínclito Masiá, azote de la ética católica y acogedor de las más peregrinas ideas, ha admitido (es de suponer que como buena) otra tergiversación de la realidad humana.
Ahora, al parecer, tenemos que admitir un nuevo término que vendría a sustituir al citado “pre-embrión”: “para-embrión”.
Y tal forma de definir al ser humano es, como poco, inadmisible y, como mucho, vergonzosa.
Sabemos que el prefijo “para” significa algunas cosas que, unidas a la palabra que sea, la especifican como algo que está al margen o, incluso, contra tal palabra.
Pues bien, cuando se dice que hay un momento en el que, tras la fecundación, el resultado de la misma, es “para”, es que se quiere ir más allá de la minusvaloración que el término pre-embrión supone.
Una cosa es que se diga que antes de ser embrión se es un conjunto de “algo” pero que no se llega a ser persona y otra, muy distinta, es que se pretenda hacer pasar como verdadera la especie según la cual tales días (al parecer 14) el resultado de la fecundación es algo que está “al margen” de la persona o, también, “contra” la persona.
Yo creo que, con esto, lo que se quiere es acabar, definitivamente, con la idea que defiende la doctrina católica según la cual el ser humano lo es desde el mismo momento de la fecundación porque el resultado de la unión del óvulo y el espermatozoide ha de ser, lógicamente, un ser humano distinto. Y no hace falta que pasen ni 14 días ni 7 ni 3 para que, entonces y a partir de tal momento, podamos decir que la persona ya es persona.
La prueba de que lo que aquí se dice en defensa de la persona es cierto es que ni el mismo autor del libro que defiende Masiá está seguro de lo que dice: “tiene características genéticas y biológicas de lo humano”. Y dice esto refiriéndose al pre-embrión o al para-embrión.
Pues resulta algo extraño que quien tenga algunas características de ser humano no lo sea sino que sea, digamos, algo distinto o, simplemente, una cosa fácilmente utilizable como material de experimento y ganancia.
Y esto es algo repugnante porque supone, sobre todo, sostener que, en determinadas ocasiones, al ser humano se le puede quitar la vida que es suya (derecho fundamental) porque, científica y políticamente conviene que así sea.
Yo creo que eso es pura eutanasia del nasciturus. Así de simple y así de claro.
Por otra parte, se pregunta Masiá, pues así simula algo de condescendencia con la maldad, si es conveniente utilizar el término pre-embrión o para-embrión.
Pues la respuesta es bien sencilla y él la debería entender a la perfección: ninguno de los dos.
Simplemente, llámele persona, Sr. Masiá y, entonces, obre en consecuencia.
6 comentarios
La verdad es que en el tema que tratas en tu post de hoy soy bastante profano en lo relativo a los aspectos médicos.
Sin embargo, si que, como creyente, conozco la doctrina de la Iglesia Católica en lo referente a qué debe ser considerado persona. La Iglesia enseña que, desde el momento de la concepción, se produce la vida de un ser humano diferente a cualquier otro, y, por tanto, desde ese mismo momento se inicia el caminar de esa persona por el mundo terreno.
No quiero parecer reiterativo, pero lo de los jesuitas, digamos, disidentes con el magisterio de la Iglesia es ya de juzgado de guardia, y creo que requiere de la intervención de la autoridad eclesiastica competente para poner orden en la compañía de Jesus, otrora defensora de la ortodoxia, y hoy en día fuente de múltiples conflictos doctrinales.
+Que Dios te bendiga.
Efectivamente, aquí se trata de un comportamiento reiterado y reiterativo. Y no es el único que, dentro de la Compañía de Jesús, hace cosas similares.
Sí que sería conveniente que se hiciese algo.
Hoy mismo, en Religión en Libertad puede leerse lo siguiente:
"El Vaticano confirma la prohibición de publicar y enseñar al teólogo jesuita Roger Haight".
En fin... esperemos que, aunque sea algo tarde, se solucione tal situación que tanto daño puede hacer.
Nosotros, en el budismo, no creemos que con confesarnos se borre una falta. Pensamos que esa falta crea un karma, y que ese karma se expande, y sus consecuencias se multiplican dia tras dia, año tras año, vida tras vida. Pero pensamos que se pueden crear karmas positivos que contribuyan a equilibrar la balanza karmica final cuando morimos. Una mujer que aborta, puede tambien realizar karmas que equilibren la balanza, y si la decision de abortar ya ha sido tomada, creemos que no es tan malo abortar cuando el embrion tiene una semana que cuando tiene tres meses, por poner un caso.
Lo que ese jesuita Masia, que tanto critican, da a entender es algo que tiene su explicacion en el budismo tambien. Un embrion de solo dos semanas apenas ha desarrollado su sistema nervioso y no puede sufrir igual que un feto de tres meses. Por ello, el karma no es tan malo. Se que esto puede sonar a sus oidos como una justificacion del aborto, pero no es asi. Es unicamente poner las cosas en su sitio, aceptando que dentro de lo malo hay grados. No podemos reducir el espectro de la luz visible a solo dos colores: blanco y negro.
Masia parece querer dar un paso hacia las mujeres que han abortado y que se sienten separadas de la IC, a causa de su anatemizacion de toda persona que ha pasado por ello. La pildora del dia despues, por ejemplo, no puede causar tan malas consecuencias karmicas como el aborto realizado con operaciones destructivas de seres que ya tienen capacidad de experimentar dolor.
Nosotros por ejemplo, consideramos que la vida de los animales es igualmente sagrada, pero no podemos evitar causarles daño. Podemos ser vegetarianos, pero aun asi, cada grano de arroz supone la muerte de insectos, o microbios. Sin embargo, estos karmas quedan compensados con las acciones positivas que se realizan a lo largo de la vida. Y esas acciones positivas puede realizarlas tambien una mujer que ha abortado, y no deberia contribuirse a su hundimiento desde una insititucion tan poderosa como la de ustedes.
Las mujeres que abortan sienten muchas veces un dolor infinito cuando lo hacen. Nosotros no podemos juzgarlas, y mucho menos, condenarlas. Podemos sentir por ellas una justa compasion. Ya es bastante duro pasar por ello, dejemos que sanen sus sentimientos de culpa, no contribuyan a hacerlas sentir peor con sus ataques permanentes a su persona.
Todo lo que Ud. dice, que, al parecer, es budista, a mí me parece que, dentro de sus creencias, puede estar muy bien.
Sin embargo, Masiá es católico y, por eso, ha de tener en cuenta una doctrina que es válida para toda persona que se diga católica.
Por tanto, aquí no vale estar mezclando religiones.
A lo mejor es que Masiá ha tenido demasiado contacto con oriente. Será eso.
Por otra parte, yo no creo que el Maligno pueda tener grados de tal manera que, en algún sentido, pueda ser bueno. El Maligno, y el mal, es Maligno y es mal. Y, frente a uno y otro está el Bien, con mayúsculas que, por cierto, tampoco creo yo que pueda tener grados porque una persona actúa bien o lo hace mal.
Comprender, por eso, que lo malo pueda no ser tan malo porque pueda acercarse a lo bueno es estar bastante equivocado. Aunque, claro, yo no soy budista y tengo entendido que Masía tampoco.
Lo que venia a decir es que el padre Masia tiene un foro muy bueno y lo he conocido gracias a este blog. Ese señor tiene valor para seguir en la linea que sigue. Y, si, efectivamente, se nota su larga estancia en extremo oriente, suele suceder a muchos misioneros de su iglesia (padre Lassalla, padre Willigis etc) van alli a convertir a los budistas y resulta que son los budistas los que les convierten a ellos. Lo que prueba aparentemente, que el budismo es superior a lo de ustedes. Pero no nos quedemos en las apariencias, tampoco es superior es lo msimo, lo que ocurre es que ellos van a la esencia, y ustedes se quedan en las ramas, o sea, las creencias, el credo, de ahi se nota que no pasan.
Y otra cosa respecto notable respecto al blog de Masia, es la cantidad de gente de estos sitios que van alli a hacerle la guerra. Algunos tienen la misma firma que aqui, deben ser los mismos, y hay que ver que lenguaje, que lindezas le dedican. Y pensaran que asi hacen meritos para ir al cielo, y todo.
Se aprende mucho en estos sitios, y no todo bueno.
Ya decía que tenían que ser los años vividos en oriente lo que ha le habían hecho tergiversar la doctrina católica.
Por lo demás, Juan Masiá Clavel puede escribir lo que le parezca bien. Será seguido por unas personas y no por otras pero, la verdad, es que en cuanto a la religión católica a la que pertenece, mucho de lo que dice no está de acuerdo con ella.
Así de simple.
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