El Vaticano acelera el ecumenismo
No cabe la menor duda que si algo era de esperar de parte de Benedicto XVI cuando fue elegido para suceder a Juan Pablo II Magno es que imprimiera un sello personal en lo tocante a la unión entre los cristianos separados y que, por decirlo así, su pontificado se caracterizara, entre otras importantes realizaciones, por ser ejemplo de voluntad de hacer que aquel “Para que sean uno” manifestado por Cristo (Jn 17: 21) se hiciera efectivo.
Por tanto, nada de lo que ahora se va a decir, debería extrañar y, sobre todo, molestar, a nadie.
Recoge La Buhardilla de Jerónimo un hecho a tener en cuenta que habla, a la perfección, del sentido que el Vaticano (y, por tanto, Benedicto XVI; o, más bien, al revés) quiere darle al ecumenismo.
Cuando el anglicanismo aceptó la ordenación de mujeres, muchos de sus fieles llegaron a la conclusión de que aquella no era, en realidad, su religión. Tal fue la cosa que hasta un número de 400.000 decidieron “emigrar” de la, hasta entonces, su fe y a la que, en realidad, era la misma: la católica.
Pues bien, el Vaticano ha debido entender que no se puede dejar, a aquellos miles de creyentes que han tomado el camino del catolicismo, olvidados en un limbo espiritual.
Por eso, la Congregación para la Doctrina de la Fe ha recomendado, al parecer, al Santo Padre, que cree, para tal grupo de católicos, una Prelatura personal (al estilo del Opus Dei) para que, estando dentro de la Iglesia, desarrollen su específica espiritualidad sin, por ello, romper la comunión católica.
Y esto, piénsese lo que se pueda pensar de la situación del anglicanismo, no es, sino, algo que se debe aceptar como intrínsecamente bueno, aceptable y fruto, sin duda, de la acción del Espíritu Santo sobre muchos corazones vaticanos.
Pero, además, y continuando con las fructíferas noticias sobre la Fraternidad Sacerdotal San Pío X, en entrevista aparecida en Religión en Libertad el Cardenal Castrillón Hoyos, presidente de la Comisión Ecclesia Dei, viene a decir que Monseñor Bernard Fellay, Superior General de la FSSPX reconoce teológicamente el Concilio Vaticano II que, como sabemos, era uno de los escollos (entre otros) con los que se topaba la comunión total con Roma.
En tal entrevista se puede deducir que la voluntad de Benedicto XVI es dar solución, efectiva, a la situación creada entre la FSSPX y Roma y que, en realidad, la tendencia a la comunión está bastante bien trazada en el corazón del Santo Padre.
Por otra parte, tras la elección del Metropolita Kirill como nuevo Patriarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa, parecen que las relaciones entre Roma y la Iglesia Ortodoxa Rusia puede tomar un nuevo rumbo. Seguramente, por eso, la persona que acudirá a la ceremonia de entronización de Kirill será el cardenal Walter Kasper , a la sazón Presidente del Pontificio Consejo para la Unidad de los Cristianos porque es sabido que el ahora nuevo Patriarca ruso es más partidario del ecumenismo que el que lo fuera anteriormente, Alexis II, fallecido el 5 de diciembre de 2008. eso decimos que, en lo referido al ecumenismo, el Vaticano (y, muy especialmente y sobre todo) Benedicto XVI ha puesto una marcha más en los temas que tanto duelen a la Iglesia fundada por Cristo.
Y eso, hay que agradecerlo, como poco, con más de una oración de gracias a Dios.
11 comentarios
Cuando Benedicto XVI accedió al papado, quedó bastante a las claras su intencón por recuperar para la Santa Madre Iglesia Católica a los "hermanos" descarriados. Pero eso no implica que deje de poner a las claras qué suponen otro tipo de religiones (como hizo en Ratisbona) o que deje de orar porque nuestros padres en la fe, los judios, vean en Cristo al verdadero Mesías (oración del Viernes Santo).
El Papa Ratzinger, manteniendo la Palabra, el Magisterio y la tradición, es decir, la única VERDAD, está haciendo verdaderos esfuerzos por que, por ejemplo, los miembros de la FSSPX retornen a la comunión plena.
Pero eso no significa que haya que variar ni un ápice de lo que la Iglesia viene manteniendo desde hace 2000 años. Por ello, todos los que quieren retornar a Roma saben a qué atenerse, como los de la Comunión Tradicional Anglicana.
Lo que más me está gustando de los derroteros que está tomando el ecumenismo, es que tipos como Boff y compañía han quedado al descubierto. Ellos son los que sobran dentro de la esposa de Cristo, y nadie les echará de menos si se van pues, de esa forma, la verdadera doctrina y fe será una sola y verdadera.
+ CREDO IN UNUM DEUM
Totalmente de acuerdo contigo.
Y aunque pueda molestar a tales (Boff et alii) personas lo que haga Benedicto XVI, a la gran mayoría de la Iglesia católica sí nos gusta.
Rezo por ello.
Es que, precisamente, lo de la Iglesia anglicana es muy importante porque lo que supuso tal ruptura.
Por eso creo yo que hemos de esperar que todo siga por el buen camino.
Seguro que sus oraciones serán bien recibidas donde corresponda.
Sobre Kiril,tengo mis reservas,pero también la confianza,sus primeros actos darán pistas.
¡Ah!,dejemos en paz a Küng y Boff,que en esto no pintan nada.
Eso es lo que, creo yo, debemos hacer: dejar que el Espíritu de Dios haga lo que tenga que hacer en cada uno de los corazones de las personas que aquí se ven afectadas por todos estos cambios, a mejor, que se producen en el seno de la Iglesia católica.
Esperemos, por ejemplo, que con Kirill las relaciones entre Roma y Moscú, por así decirlo, vayan por mejor camino que el que, hasta ahora, seguían.
Por cierto, yo dejo tranquilo a Leonardo Boff... !hasta mañana¡
Qué le vamos a hacer... hay personas que siempre vuelven por sus fueros.
Se ha de entender que los textos católicos no van destinados, sólo, a las personas que son creyentes.
En cuanto a lo del hombre que Ud. dice, la verdad es que el ser humano tiene un sentido, digamos, trascendente, que le une a Dios. En eso se puede decir que es "sobre-humano" pero no entendido esto como ser superior a nadie sino, muy al contrario, a total equiparación entre los seres humanos que estamos dotados, todos, de igual dignidad.
Evidentemente, a los primeros mártires se les podría juzgar de ateísmo. Sin embargo la acusación estaba equivocada porque, para que así fuese, deberían haber existido dioses (paganos)sobre los que no creer.
Pero sabemos que Dios sólo hay uno y aquellas era imágenes que los seres humanos hacían de sí mismos y a las que se les prestaba adoración pero, en realidad, ni eran Dios ni dioses.
Por eso, aunque la acusación que se infería sobre los primeros cristianos fuera de "ateísmo" lo era porque los supuestos creyentes paganos creían que sus dioses eran verdaderos, cuando sabemos que no es así.
Sin embargo, los mártires cristianos (los de entonces y todos los que han ido sufriendo la palma del martirio a lo largo de la historia) lo son, a sabiendas de que perdonaron en nombre de un Dios personal, de un Dios Creador, de un Dios Padre.
Por eso digo que, en realidad, ser mártir, entonces o ahora, se es si se es consciente (y lo eran y lo son, claro) de servir, con su actuación, al bien de la humanidad y la consideración que, de ellos, hayan hecho sus verdugos, poco importa ante la Verdad que sabían defender.
Pero, efectivamente, yo creo que bien podemos decir que si, en principio, la doctrina cristiana (y, aquí, católica) está dirigida, en primer lugar a los creyentes, no es menos cierto que si hay un acercamiento a ella por parte de las personas que se dicen "ateas" es más que probable que acaben de dejar de serlo.
Eso, al menos, es lo que quiere todo cristiano de bien y que se sabe hijo de Dios.
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