Comentarios de Precepto - Inmaculada Concepción de María
Los textos a los que hace referencia el Calendario Litúrgico, para este día, son
Gn 3,9-15.20
Sal 97
Ef 1,3-6.11-12
Lc 1, 26-38
Gn 3,9-15.20
9 Pero el Señor Dios llamó al hombre y le dijo: “¿Dónde estás?".
10 “Oí tus pasos por el jardín, respondió él, y tuve miedo porque estaba desnudo. Por eso me escondí". 11 Él replicó: “¿Y quién te dijo que estabas desnudo? ¿Acaso has comido del árbol que yo te prohibí?".
12 El hombre respondió: “La mujer que pusiste a mi lado me dio el fruto y yo comí de él". 13 El Señor Dios dijo a la mujer: “¿Cómo hiciste semejante cosa?". La mujer respondió: “La serpiente me sedujo y comí".
14 Y el Señor Dios dijo a la serpiente:
“Por haber hecho esto maldita seas entre todos los animales domésticos
y entre todos los animales del campo
.Te arrastrarás sobre tu vientre,
y comerás polvo todos los días de tu vida.
15 Pondré enemistad entre ti y la mujer,
entre tu linaje y el suyo.
Él te aplastará la cabeza
y tú le acecharás el talón".
…
20 El hombre dio a su mujer el nombre de Eva, por ser ella la madre de todos los vivientes. 21 El Señor Dios hizo al hombre y a su mujer unas túnicas de pieles y los vistió.
Sal 97
1 Salmo.
Canten al Señor un canto nuevo,
porque él hizo maravillas:
su mano derecha y su santo brazo
le obtuvieron la victoria.
2 El Señor manifestó su victoria,
reveló su justicia a los ojos de las naciones:
3 se acordó de su amor y su fidelidad
en favor del pueblo de Israel.
Los confines de la tierra han contemplado
el triunfo de nuestro Dios.
4 Aclame al Señor toda la tierra,
prorrumpan en cantos jubilosos.
5 Canten al Señor con el arpa
y al son de instrumentos musicales;
6 con clarines y sonidos de trompeta
aclamen al Señor, que es Rey.
7 Resuene el mar y todo lo que hay en él,
el mundo y todos sus habitantes;
8 aplaudan las corrientes del océano,
griten de gozo las montañas al unísono.
9 Griten de gozo delante del Señor,
porque él viene a gobernar la tierra:
él gobernará al mundo con justicia,
y a los pueblos con rectitud.
Ef 1,3-6.11-12
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los cielos, en Cristo;
4 por cuanto nos ha elegido en él antes de la fundación del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;
5 eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad,
6 para alabanza de la gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado.
…
11 A él, por quien entramos en herencia, elegidos de antemano según el previo designio del que realiza todo conforme a la decisión de su voluntad,
12 para ser nosotros alabanza de su gloria, los que ya antes esperábamos en Cristo.
Lc 1, 26-38
26 Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret,
27 a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María.
28 Y entrando, le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.”
29 Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo.
30 El ángel le dijo: “No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios;
31 vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.
32 El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre;
33 reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.”
34 María respondió al ángel: “¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?”
35 El ángel le respondió: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios.
36 Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril,
37 porque ninguna cosa es imposible para Dios.”
38 Dijo María: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.” Y el ángel dejándola se fue.
COMENTARIO
Sin pecado
1.- Fue en 1854 cuando Pío IX, mediante la Bula “Inneffabilis Deus” estableció, el 8 de diciembre de aquel año, como dogma, la denominada Inmaculada Concepción de María. Con eso no impuso nada, ni estableció una obligación para que los creyentes asintieran sin más. Aquel Pontífice, mediado el siglo XIX, lo que hizo fue fijar, en una Bula, lo que desde hacía muchos siglos ya se tenía bastante claro por parte de los creyentes, de la jerarquía y por todo aquel que tuviera conocimiento de la realidad de la Madre de Dios. Es ésta la fiesta que celebramos hoy, éste el sentido primero de esta celebración gozosa.
2.- Por una mujer, según la Tradición y lo escrito en el Génesis, entró el pecado en el mundo y, aunque esto no quiera decir, en sí, nada en contra de esta parte de la creación de Dios, sí sirve de causa de explicación del papel de María, de lo que con el paso de los siglos sería la aceptación, por parte de esta joven de Nazaret, de la proposición que le haría Gabriel, el ángel del Señor.
3.- Dice el Salmo 97 que el “Señor viene a gobernar la tierra”. Además, teniendo en cuenta que la fidelidad de Dios a lo largo de la historia de su criatura le hace, de forma continua, intervenir a favor de nosotros y acordarse de su amor por el pueblo de Israel, esto le hace buscar, entre sus hijas, una con una especial personalidad, con una humildad probada y una pureza total donde reposara, en su seno, la vida de Su Hijo. Por eso, Dios, encomendó a Gabriel la misión de intervenir en la vida de aquella virgen para que esta manifestara si aceptaba, a pesar de no entenderlo, el ofrecimiento de Dios. Sin embargo, como no podía ser de otra forma, la mujer que debía concebir para traer al mundo al Rey del mundo, no es que no pudiera haber incurrido en pecado es que, además, no podía incurrir después. De aquí que fuera fraguando, en su corazón, la realidad misma de la Inmaculada Concepción de María para la cual requería, sin duda, esa especial conformidad de la que era destinada a ese misterioso don.
4.-Antes he dicho que cuando Pío IX estableció el misterio del que tratamos hoy, como dogma, lo único que hizo fue proclamar lo que ya estaba previsto en la mente de Dios. Por decirlo de otra forma, fue “descubierto” por el hombre para transmitirlo a los otros hombres, hermanos suyos por ser hijos de Dios, con la misma fe, en principio. Todo esto al igual que ya había establecido que en Jesucristo, el hijo de la Inmaculada, seríamos santos y, con ella, inmaculados en cuanto aceptáramos su amor y tratáramos, al menos tratarlo con perseverancia, ser puros y humildes como lo fue María; por lo que de una manera o de otra, nuestra realidad está unida, inseparablemente a la de Su Madre que, por eso mismo, es la nuestra.
5.- Donde podemos conocer el significado de lo que esta misterio quiere decir para nosotros es en el relato, ya muy repetido pero, por eso, más necesario que nunca, del evangelista Lucas, esa encarnación que tanto nos dice y de la que tanto fruto podemos sacar, porque la Inmaculada tiene su reflejo en una actitud, en una forma de comportarse sin mancha, que es la que le lleva a manifestar ese consentimiento que le demandaba Gabriel.
Al contrario que Zacarías, padre de Juan el Bautista, que cuando el ángel del Señor se le aparece muestra cierta duda, lo que era una mancha en la fe frente a Dios (y que, por otra parte, no era, sino, el comportamiento de los miembros, de muchos de ellos, de la Antigua Alianza), María no duda, se ofrece ante lo que le dice el ángel, que la llama llena de gracia lo cual, por otra parte, tiene que turbarla, borra cualquier mancha que pudiera dificultarnos el camino hacia Dios porque María, haciendo eso que hizo, tan sólo confirmó el amor que el Creador había puesto en ella. En este sentido, no le falló.
Pero es que, además, no duda en el nombre que ha de ponerle al que va a nacer, Jesús, y guardaría en su corazón, como tantas cosas a lo largo de su vida y de la del Mesías, todo lo que le dirá Gabriel: que Dios le daría el trono de David, que sería Rey, etc. María manifiesta asentimiento a todo, muestra humildad y pureza y, por eso, su Fiat, su hágase, resulta tan especial, porque había confirmado, como he dicho antes, el conocimiento que Dios tenía de ella, posibilitando, así, la posterior salvación y justificación de todos aquellos nosotros, de todos los presentes y de todos los futuros nosotros, semejantes suyos. María confió en el enviado del Creador, fue fiel aunque no supiera ni lo que le pasaba ni lo que le iba a pasar. Ante esto, ¿cómo no iba Dios a hacer posible eso que no entendemos como es la Inmaculada Concepción de María porque es un misterio?
Esa “singular gracia y privilegio de Dios omnipotente en prevención de los méritos de Cristo Jesús” que recoge la Bula de Pío IX (ID, 4), debería explicar, para los que dudan (pienso ahora en los hermanos separados y en los que no lo son que alberguen, en su corazón, alguna) la razón de ese dogma que, como tal, sólo confirma lo que nuestros corazones tenían como seguro y cierto y que ella, desde la eternidad, contempla y agradece con gozo.
Amén.
Sirva esta oración final para agradecer a Dios la merced que tuvo para con nosotros, a través de María, para que, con ella, con su Inmaculada Concepción, nos transmitiese, al aceptarla, algo de su piedad y de su amor.
Oración a la Inmaculada Virgen María
Santísima Virgen, yo creo y confieso vuestra Santa e
Inmaculada Concepción pura y sin mancha.
¡Oh Purísima Virgen!,
por vuestra pureza virginal,
vuestra Inmaculada Concepción y
vuestra gloriosa cualidad de Madre de Dios,
alcanzadme de vuestro amado Hijo la humildad,
la caridad, una gran pureza de corazón,
de cuerpo y de espíritu,
una santa perseverancia en el bien,
el don de oración,
una buena vida y una santa muerte.
Amén
Gracias, Señor, por poder transmitir esto
Los textos bíblicos han sido tomados del servicio de Biblia de www.catholic.net y la imagen y la oración, de www.corazones.org.
6 comentarios
"una buena vida"...eso, como la que tuvo Jesus, el cordero despreciado y torturado hasta la muerte, amen
yo sí creo que fue una buena vida pero no, quizá, por cómo acabó sino por lo que significó para muchas personas. Aunque, por supuesto, hay muchas formas de decirlo.
Si lo que quiere decir Ud. es materialmente, en nada. A mí no me cambia en nada mi vida material saber que la Virgen María no tiene mancha.
Sin embargo, para la fe es muy importante reconocer que sobre quien iba a traer a Dios al mundo no había mancha alguna.
Ahora bien, si no se cree en eso ninguna discusión al respecto tiene mayor sentido aunque, claro, se puede pensar lo que se quiera, claro. En cuanto a mí, estoy seguro que lo que dice el dogma sobre la Inmaculada Concepción de María es así.
Eleuterio:totalmente de acuerdo en el dogma de la Inmaculada, espero que haya pasado un feliz dia de la Inmaculada
Lo que pasa es que si no se tiene fe lo que puede ser dolor y sufrimiento no se tiene como bueno sino como algo malo de lo que hay que huir. En una sociedad hedonista como la actual, no parece de buena persona decir que Jesús sufrió y que tal sufrimiento valía la pena. Eso no se puede decir porque no es políticamente correcto.
En cuando a lo del día, efectivamente, lo he pasado muy bien porque un día como éste no se puede dejar pasar como si nada sin recordar quién es nuestra Madre y la naturaleza de la misma.
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