Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Así se camina hacia el Cielo
PRESENTACIÓN
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro “Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
Frases que bien valen la pena –Así se camina hacia el Cielo
“Caminar es, así, verdaderamente, ahondar en la claridad, iluminarse. El sol, metido dentro de nosotros, un milagro; el amor, ensanchándonos por todos los confines, un prodigio; el corazón nuestro, que se hace pedacitos y se siembra en ellos, un portento: Dios, en todo, alma de las cosas, espíritu y vida y resurrección de los hombres, ¡qué gran suceso!” (Beato Lolo, de su libro Las golondrinas nunca saben la hora)
No podemos negar que, en algunas ocasiones, podemos preguntarnos (como hizo aquel joven rico haciendo lo propio al Hijo de Dios para ganar la salvación - cf. Mc 10,17) qué debemos hacer (es decir, poner en la balanza de nuestro Juicio particular nuestras obras) para alcanzar el Cielo. Es cierto que tal es una ansia de cualquier discípulo de Cristo porque bien sabemos que nos está preparando allí un lugar, como bien se dice en Jn 14, 2.
Es verdad que nosotros mismos nos ponemos muchos obstáculos para arribar, cuando eso sea voluntad de Dios, a las puertas del Reino Eterno pero también es cierto que aquí mismo nuestro buen amigo Manuel Lozano Garrido nos da algunas pistas (como tantas veces hace) al respecto de eso. Y es seguro que nos ha de venir la mar de bien.
Caminar hacia el definitivo Reino de Dios es algo propio de quien cree, primero, que existe un tal lugar y, luego, que puede ir hacia él. Y se camina, se ha de caminar, sabiendo dónde se pisa para no salirse del camino llevados por las muchas atracciones que el mundo y la carne nos ponen, algo así, como palos en las ruedas de una bicicleta…
Nosotros queremos pisar con firmeza. Es decir que, con Lolo, queremos dar paso a paso, sí (aquí no vale correr ni querer pasar por la puerta ancha, como bien dice Nuestro Señor y recoge Mateo en su Evangelio en 7, 13) para que se nos abran las puertas del Cielo. Y, para eso debemos tener en cuenta todo eso que nos dice el Beato de Linares (Jaén, España)
Nos dice, por ejemplo, eso, lo del mismo camino del que hemos hablado arriba; nos dice, también, que el amor es algo tan esencial que sin él, decimos nosotros y seguro apoyaría Lolo, de nada nos sirve lo demás como el Apóstol de los gentiles explica más que bien en su más que conocido capítulo 13 de su Primera Epístola a los Corintios; también que el corazón, nuestro corazón, es aquí muy importante porque, como bien sabemos, del corazón salen las obras que es algo que ya se escribió en Proverbios 4, 23 y que el Hijo de Dios concretó en Mt 15, 19 cuando dijo “Porque del corazón salen las intenciones malas, asesinatos, fornicaciones, robos, falsos testimonios, injurias“. Y, claro, también lo bueno inspirado por Dios.
Por tanto, no podemos negar que algo más que bueno nos dice Lolo y que, siguiéndolo, es más que seguro que vamos caminando por buen camino hacia el definitivo Reino de Dios llamado Cielo.
Pero, claro, no podemos dejar de prestar atención a lo último de lo que habla Lolo o, mejor, a Quien refiere en último lugar que, como bien sabemos, es el lugar exacto para ser los primeros. Y nos referimos a Dios mismo.
Es, ciertamente, un gran suceso que Dios esté en todo. Aunque, a este respecto debemos olvidar que todo sea Dios pues eso es puro panteísmo y los discípulos de Cristo no pueden estar de acuerdo eso y, claro, no lo estamos. Que Dios está en todo es algo sencillo de entender y estar de acuerdo porque todo lo Creó y, por tanto, todo lo mantiene.
¿Dónde, pues, está Dios en todo esto?
Es sencillo, y lo bien lo dice el bueno y santo de Manuel: “en todo, alma de las cosas, espíritu y vida y resurrección de los hombres“. Ahí es nada donde está nuestro Creador pues es en todo, sencillamente en todo…
Sólo debemos comprender lo que significa que Dios esté en el alma, en nuestra alma; que esté en el espíritu y en la vida y, como no puede ser menos, en el exacto y maravilloso prodigio de la resurrección que ha de ser como una nueva creación por un nuevo venir a ser como éramos…
¿Tenemos, o no, formas de ir al Cielo o, mejor, pistas para eso? Y aquí mismo es gracias a Lolo.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Entender el sufrimiento es un bien más que importante.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (97)
“En el relato de la Creación no hay ni una sola palabra que venga con espinas. Se habla del sol y las estrellas, del agua y los pájaros, del hombre y las plantas, pero nunca de un Dios que hubiera modelado el sufrimiento con el afán de sus manos.”
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (¡Con nuevos artículos sobre Lolo!)