Novedad editorial: ¡Libro inédito del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo! Apúrense y a por él.
Esto no suele pasar muy a menudo. Quiero decir que de una persona que ha subido a los altares y hubiera dado a la luz sus pensamientos espirituales a través de escritos conocidos aparezca, al cabo de los años de su marcha a la Casa del Padre, un libro que no hubiera publicado nunca, no es muy habitual.
Pues eso ha pasado con el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, de quien ayer mismo, 3 de noviembre, celebramos su Dies natalis.
El caso es que cuando falleció su hermana Luci que fue sus manos y sus ojos durante muchos años, en eso de revisar los documentos que tenía, apareció el original de un libro de Lolo. ¡Sí!, un texto que no había visto la luz pública vaya usted a saber las razones o el por qué pero a finales de diciembre de 1960 el Beato Lolo firmó aquel libro que, gracias a Dios y para bien de todos los que lo lean, va a ver la luz pronto.
El título es bien significativo y está en la línea, tan buena y tan exacta, de los que solía poner Lolo: “Las siete vidas del hombre de la calle” y tiene relación directa, número y sentido, con los Sacramentos, también siete.
Lo deja todo bien explicado al principio del libro:
“La santidad la tenemos, así, en todas las horas cruciales, tan utilizable como la cuchara, el paraguas o la gabardina:
- En el moisés, un fruto natural de vida se hace hijo de Dios por la purificación que el agua cumple en el Bautismo.
- En el uso de razón, Dios modela y asegura la santidad inicial por el aceite de la Confirmación.
- El hombre que vuelve al barro e hinca la rodilla en el delito, restaura su destino por la palabra consoladora que le perdona en la Confesión.
- A la infinita sed de trascendencia y al hombre de eternidad que nos gritan desde las células, los sacia radicalmente el pan y el vino que se hace Carne y Sangre suyas en la Comunión.
- Cuando unos muchachos piensan en carpintero y otros en abogado, Él hace su leva y unas manos proveen, en el Orden Sacerdotal, los depositarios de las siete fuentes, que así tendremos siempre a nuestro servicio.
- Esa ternura que germina y se ramifica en hombre y mujer juntos y la fuerza poderosa de la vida, se coronan de gracia en las palabras de donación que es la materia del Matrimonio.
- El hombre físicamente a la deriva, la nave que hace agua, tiene el gran recurso para la salud que es la oración común, y el aceite santificado o, cuando menos, el indulto y el buen pasaporte para el reino feliz que es la Extremaunción” (aquí hay una nota del Editor explicando que, por fidelidad al texto original no se ha sustituido el término “Extremaunción” por el de “Unción de enfermos”)
Es más, antes de dar comienzo el primero de los Sacramentos, el Bautismo, escribe esto: “Ni sensacionalismo ni trabalenguas: lo que puede un Sacramento”. Y eso es explicación más que eficaz de lo que ha de leer quien quiera obtener gran fruto espiritual de este libro.