¿Y Bernat Soria lo llama Estrategia Reproductiva?
En muchas ocasiones, el comportamiento de las personas determina, a la perfección, el sentido que, de la moral, se tiene.
Por eso, quizá era demasiado esperar de una persona como Bernat Soria, el dizque Ministro de Sanidad, que actuara de otra forma como, ahora, ahora también, ha actuado.
Al encargado de la cosa sanitaria del Ejecutivo de Rodríguez Zapatero, tiene especial preferencia por no preservar la vida, en todas sus formas.
Pero, ahora, se ha retratado como equivocado y, esencial aunque presuntamente, vicioso.
Informaba Religión en Libertad de algo que es, sencillamente, repugnante y que, en manos del poder socialista establecido se convierte, directamente, en un ejemplo de ingeniería social bastante claro.
Pero, además, también se trata de hacer explícita la llamada ingeniería de almas porque se manipula al joven ofreciéndole, casi regalado, el instrumento propicio para que el hedonismo y el culto al cuerpo se apoderen de su mente.
Al parecer, la nueva campaña de Sanidad (¿?) tiene tres podridos ejes que, son, a saber: los precios asequibles, los envases con pocas unidades y, por último, la disponibilidad.
Pero lo que más (escasa) gracia tiene, es que venga referida, tal campaña, en la denominada Estrategia Integral de Salud Sexual y Reproductiva.
¿Reproductiva?
¿Es que puede haber algo más en contra de la reproducción que tratar de evitar que la misma se lleve a cabo?
Y es que, además, todo esto es una absoluta tomadura de pelo por parte de una persona errada donde las haya, por parte de un Ministerio que se dedica a fomentar la promiscuidad entre los jóvenes con el ánimo disolver la conciencia que, de la castidad, deberían tener y, por último, de un Ejecutivo, vergonzosamente desvergonzado que hace de lo presuntamente progre un arma social aberrante.
Sin embargo, aún quedan conciencias limpias dentro de un entramado social que tiende a la comodidad y a la molicie.
Por eso, la CONCAPA cree conveniente la retirada de la campaña que, sobre, los preservativos.
Sí, aquella de “yo pongo” a ritmo de hip-hop.
Es que, claro, hay formas distintas de ver las cosas: la del Ministro es la impresentable; la de CONCAPA, la razonable.
Ahora bien… pedir algo de razón a Bernat Soria es pedir, quizá, demasiado porque, al fin y al cabo, no se destaca, el valenciano, por preservar la vida sino por todo lo contrario. Y no sólo en este caso, no sólo.
Es, simplemente, Bernat, el Condonator.
8 comentarios
¿Qué vamos a esperar de un gobierno donde el "puterío" (acepteseme la expresión) está en su propia esencia? ¿Qué podemos esperar de un ministro que más que de sanidad parece del aborto, la eutanasia, la selección genética o la fornicación?
Las recientes campañas de este individuo no hacen sino, por un lado, fomentar los instintos más primarios del ser humano, vanalizando las relaciones sexuales, permitiendo embarazos no deseados y aumentando las enfermedades de transmisión sexual. Por otro, al igual que hacían los nazis, se busca, mediante la selección genética que él promueve, humanos perfectos, o, más bien, a imagen y semejanza de lo que la masoneria busca.
En fin, que, al igual que la CONCAPA, sigamos alzando la voz contra este desmadre moral y falta de ética y principios. Pues, no en vano, el futuro de la sociedad está en peligro.
+ Que Dios te bendiga.
Seguramente podemos esperar poco. Sin embargo, no estaría mal algo de decoro y de disimulo sobre su visión de la vida.
Y por alzar la voz que no quede, pues tal comportamiento, en las actuales circunstancias de España, nunca sobra.
Y yo me pregunto: Se llevan las manos a la cabeza ahora. Pero ¿es que en toda su vida no se preocuparon de darles una educación cristiana en casa, de hacer que leyeran el Evangelio cada día, de hablarles de lo que se puede y no se puede hacer, de lo que agrada a Dios y de lo que en verdad le ofende, en definitiva, de alimentarles no sólo el cuerpo sino también el alma?
Esos padres que se llevan las manos a la cabeza cuando aparece el ser más indefenso del mundo en escena, pueden decir con total honestidad que no sospechaban al menos que sus hijos o hijas hacen lo que les da la gana?
¿Católicos y practicantes? ¡Venga ya!
Es cierto que, muchas veces, ser cristiano no es fácil. Por eso hay, o existe, una diferencia muy grande entre lo que se dice que es y lo que, en realidad, se es.
Digo esto porque ser católico no consiste, sólo, en recibir unos sacramentos sino en hacer efectiva la fe que se tiene.
Si los padres a los que Ud. hace referencia han tenido conciencia de lo que significa ser católico, deben hacer algo muy distinto antes de que se produzcan casos como los citados en su comentario.
Ahora bien... sabemos que ser consecuente con la fe hoy día no es nada fácil.
No sé yo quién habrá tapado qué casos pero, lo que es por mi parte, si tuviera conocimiento de uno de ellos no lo taparía, en absoluto.
Por otra parte, yo creo que a la Iglesia le interesa la persona, en general y no hace discriminación según se mire de cintura para abajo.
La Palabra de Dios en las casas es fundamental. Incluso en la calle puede ser oportuna.
Recuerdo cómo una vez, en la época en que me encontraba más alejada de Dios y de la Iglesia, surgió el tema de San Pablo entre unos conocidos, que sí lo leían y lo admiraban. Al no ser demasiado conocida de ellos, el tema se disipó nada más tocarse. Pero yo tenía sed de la Palabra de Dios, y me dio la impresión de que se habían guardado para sí algo que es valioso para todos.
Quisiera concluir diciendo que en el tema que toca el post, como en tantos otros, los católicos de hoy necesitamos tener las ideas muy claras.
Es bien cierto lo que Ud. dice sobre el vacío de la Palabra de Dios en las casas de muchos católicos.
Seguramente, el devenir del siglo, con su relativismo y todo lo malo que eso conlleva, ha hecho que, al fin y al cabo, el que se diga católico venga a ser, muchas veces, sólo de apariencia.
Y también es cierto que solemos guardarnos lo bueno de la fe para nosotros y olvidamos aquello que dijo Jesús sobre que la luz no hay que guardarla debajo del celemín sino pornerla para que haga lo que le corresonde: dar luz.
Solo de tal manera podremos llegar a saber que la fe que tenemos tiene consecuencias en nuestras vidas. Al menos, debería tenerla.
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