Antes de que lleguen los autobúses ateos

Creo que va a ser el día 12 del presente mes de enero cuando por las calles de Barcelona se van a pasear una serie de frases urdidas por un grupo de ateos incitando a no creer en Dios.

Pero, por ahora, es, sólo un proyecto. Ahora bien, teniendo en cuenta la clase de gobierno municipal que hay en Barcelona seguramente tendrán toda serie de facilidades para que la propaganda atea circule, con amplitud, por las calles de la capital de Cataluña.

Sin embargo, antes de que llegue tan curioso día sería conveniente decir algo al respecto.

Dicen, los organizadores que “el objetivo de sensibilizar a los ciudadanos ateos, no creyentes y librepensadores en general sobre la necesidad de ‘hacerse visibles’, de sentirse orgullosos de sus convicciones y de reivindicar para ellos los mismos derechos y libertades que se reconocen a otros ciudadanos por el mero hecho de poseer o manifestar unas creencias religiosas”.

Parece que quieren salir del armario ateo y manifestarse a la vecindad para que se sepa que existen porque, de otra forma, difícilmente alguien podría pensar que se puede existir sin el reconocimiento de Dios en nuestras vidas (y en las suyas) y existir como si fueran dueños de todo lo que les rodea y sin ninguna conexión con Aquel que los ha creado.

Y esto es algo ilusorio pero de lo que, algunos, viven.

En realidad, han de sentir un gran complejo de inferioridad porque se deben creer ausentes en un mundo esencialmente religioso (el sentido de unión que el ser humano tiene con Dios es, digamos, generalizado) y quieren, como dicen “sentirse orgullosos de sus convicciones“.

Pues a mí eso me parece muy bien porque también han de tener derecho a decir que no creen en Dios.

Sin embargo, no parecen tenerlo tan claro (¿En realidad, se puede ser ateo?) porque la campaña lleva una frase central que dice “Probablemente Dios no existe” y eso supone una forma de manifestarse no muy contundente.

Si, en verdad, son ateos, deberían decir, “Dios no existe” y sería más que suficiente. Sin embargo, ni siquiera son capaces de argumentar de forma clara porque han de saber que Dios sí que existe y lo único que pretenden es sembrar una especie de cizaña que haga que alguna persona puede preguntarse si, en verdad, existe o no existe el Creador.

Por otra parte, quieren ostentar los derechos, dicen, que tenemos las personas que aceptamos la existencia de Dios.

Sin embargo, no existen tales derechos que se invocan como ajenos porque la creencia en Dios consiste en un convencimiento personal que se sostiene en pruebas evidentes de tal existencia. Por eso no podemos decir que eso sea un derecho que nos arrogamos los creyentes sino que, yendo más allá de la mera tenencia de algo nuestro, lo que sí se trata es de una manifestación de la Ley de Dios en nuestros corazones. De nada más pero, de nada menos que eso.

Por eso, los ateos ya tienen el derecho de no creer en Dios. Lo que les pasa es que, haciendo uso de su relativismo, lo que quieren es hacer obligatorio el ateísmo y que todos sigan sus consignas porque, de otra forma, no se entiende el hecho mismo de publicitar que, a lo mejor, Dios no existe. Pero sólo a lo mejor.

Parece que tienen la intención de que también se paseen por Madrid y Valencia los lemas de tal campaña. En concreto, por la capital de la Comunidad Valenciana por el mes de marzo, en plenas fallas.

Pues están, de verdad, para quemarlos, en efigie, en algunas de las más de 700 que se plantan por tales fechas.

Por ridículos y exhibicionistas.