Acoso y derribo de Religión católica, asignatura
“Nuestro precioso mundo. El amor de Dios. El Adviento. Un mensaje de amor. Crecemos en familia. La Buena Noticia. Elegir el bien. La vida que da fruto. Una fuerza especial. La familia de la Iglesia. La vida de los cristianos y, para finalizar, La gran fiesta”
Esto que acaban de leer son los títulos de un libro de texto de Religión Católica de 3er curso de Primaria y se enmarca dentro del denominado Proyecto Ruah (que en hebreo quiere decir, esto último, Espíritu, pues bien dice el Génesis (Gn 1:2) que mientras Dios Creada el mundo “Ruah Elohim”, el Espíritu de Dios, sobrevolaba las aguas)
Es, sólo, un ejemplo, de la “maldad” intrínseca que parece encerrar tal asignatura. Lo digo por lo que hacen con ella quienes tienen ciertos poderes en nuestra nación.
Últimamente me están llegando informaciones sobre la situación por la que pasa la asignatura de Religión Católica en España.
La plataforma Hazteoir informa que, por ejemplo, en Asturias está aumentando el acoso a la Asignatura de Religión católica por parte de las autoridades de aquella Comunidad Autónoma.
Por si no fuera suficiente con lo dicho, en el País Vasco donde se planteaba, allá por el mes de marzo pasado, la voluntad de que los hijos de los padres vascos, tuvieran la posibilidad de escoger tal asignatura. Sin embargo, a día de hoy, la situación de la misma es bastante difícil porque se ha optado, en muchas ocasiones, por situarla en un horario, digamos, no muy recomendable para los alumnos (fuera del que lo es, por ejemplo, de recogida de alumnos de los medios de transporte, con lo cual se dificulta el retorno de los mismos a sus casas)
Por otra parte, también se suelen atacar los derechos de los propios docentes de Religión Católica. Por ir al otro extremo de España, informa Religión Digital que profesores de religión católica de la provincia de Jaén, han denunciado prácticas, digamos, poco presentables, por parte de la Junta de Andalucía, al respecto de aquellos.
Pues ante estos casos y otros que, de igual forma y manera, se están dando, hay que acudir (como nación civilizada y bajo el imperio de la ley) a la normativa que está, hoy día, en vigor:
1.-El artículo 16.3 de la Constitución Española (tantas citado por el que esto escribe porque parece que no se recuerda lo suficiente) dice que “Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Por tanto, hay que actuar en consecuencia con una norma superior que, aún, está en vigor.
2.-El “Acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre Enseñanza y Asunto Culturales” (firmado en la Ciudad del Vaticano el 3 de enero de 1979) dice, en su Artículo 2 que “Los planes educativos en los niveles de Educación Preescolar, de Educación General Básica y de Bachillerato Unificado Polivalente (BUP) y Grados de Formación Profesional correspondientes a los alumnos de las mismas edades incluirán la enseñanza de la religión católica en todos los Centros de educación, en condiciones equiparables a las demás disciplinas fundamentales”.
Que yo sepa tal acuerdo que, como tratado internacional (en cuanto “ajuste o conclusión de un negocio o materia, después de haberse conferido y hablado sobre ella” y llevarse a cabo entre organizaciones de ámbito internacional, España y el Vaticano), cumple los requisitos que la Constitución Española recoge en su artículo 96.1 (“Los Tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno. Sus disposiciones solo podrán ser derogadas, modificadas o suspendidas en la forma prevista en los propios Tratados o de acuerdo con las normas generales del Derecho Internacional”) sobre validez del mismo dentro del ordenamiento Español, no ha sido denunciado por ninguna de las partes y, por lo tanto, sigue en vigor.
Entonces, si es bien cierto que la asignatura de Religión católica no está equiparada a las “demás disciplinas fundamentales” (porque yo no veo que las matemáticas o la lengua se establezcan fueran del horario lectivo, por ejemplo) y si, además, se hace lo posible para dificultar que los alumnos la puedan cursar, ¿Cómo es posible que los ejecutivos de diversas Comunidades Autónomas hagan lo que hacen con tal asignatura y el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero permita que se haga? ¿Hasta dónde se va a permitir que siga tal actuación claramente delictiva, pues se incumple, como poco, un Acuerdo internacional?
Pues, seguramente, hasta que la asignatura de Religión católica deje de ser una “maría” (denominación claramente despectiva de la misma) para ser, sólo, un recuerdo de lo que otrora fue.
Y es que, además, cuando, por otra parte, se obliga a cursar Educación para la Ciudadanía (típico engendro totalitario y totalitarista) también podemos preguntarnos hasta cuándo se seguirá abusando de la paciencia de unos y de otros.
2 comentarios
La verdad es que da la impresión de que, a pesar de que la intención es la misma en muchos lugares de España (hacer de menos a la asignatura de Religión Católica) existen diversas formas de hacerla de menos.
No podemos negar que en esto están todos de acuerdo.
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