30.07.19

Un amigo de Lolo – Amor de Dios

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Un amigo de Lolo – Amor de Dios

 

Amor de Dios, “ritornello” en la única y maravillosa sinfonía de su tarea creadora; amor que aflora apuradamente sobre un cúmulo de estropicios para recoser con ardor el tesoro de la ilusión, de la belleza, del amor universal, que se remontan en la gloria de la felicidad.” (El sillón de ruedas, p. 100)

 

Creemos que la expresión musical “ritornello” viene a querer decir la repetición de una determinada sección en una pieza musical. Vendría a ser, claro, como un volver a escuchar lo mismo o, en término generales, un recordar lo que ha sido antes interpretado.

El Beato Manuel Lozano Garrido, a la sazón Lolo, hace un uso más que conveniente de tal término para hablarnos del Amor de Dios porque, en efecto, cierta forma de ser del mismo se repite, por según cómo somos, muchas y más que muchas veces.

El caso es que si hablamos de aquella obra creadora de Dios, la Creación, así, con mayúscula, no podemos decir ni sostener que una vez llevada a cabo el Todopoderoso se olvidó de ella y la dejó, por así decirlo, sola y a sus anchas. No. Lo contrario es la verdad: creó, sí, Dios pero hasta hoy mismo nunca ha dejado sola ni sin su compañía a la Creación. Es decir, que hoy mismo (y mañana y siempre) la mantiene.

Decir eso supone mucho. Supone, por ejemplo, que sea la que haya sido a lo largo de la historia de la humanidad la actuación de su semejanza, nuestro Creador siempre ha salido en su defensa y auxilio. Y baste, por ejemplo, el caso de Noé y el diluvio universal o de la salvación del esclavizado pueblo judío en Egipto, etc.

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27.07.19

La Palabra del Domingo - 28 de julio de 2019

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Lc 11,1-13

 

“1 Y sucedió que, estando él orando en cierto lugar, cuando terminó, le dijo uno de sus discípulos: ‘Señor, enséñanos a orar, como enseñó Juan a sus discípulos.’

2 Él les dijo: ‘Cuando oréis, decid: Padre, santificado sea tu Nombre, venga tu Reino, 3 danos cada día nuestro pan cotidiano, 4 y perdónanos nuestros pecados porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe, y no nos dejes caer en tentación.’ 5 Les dijo también: ‘Si uno de vosotros tiene un amigo y, acudiendo a él a medianoche, le dice: ‘Amigo, préstame tres panes, 6 porque ha llegado de viaje a mi casa un amigo mío y no tengo qué ofrecerle’, 7 y aquél, desde dentro, le responde: ‘No me molestes; la puerta ya está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados; no puedo levantarme a dártelos’, 8 os aseguro, que si no se levanta a dárselos por ser su amigo, al menos se levantará por su importunidad, y le dará cuanto necesite.’ 9 Yo os digo: ‘Pedid y se os dará; buscad y hallaréis; llamad y se os abrirá. 10 Porque todo el que pide, recibe; el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. 11 ¿Qué padre hay entre vosotros que, si su hijo le pide un pez, en lugar de un pez le da una culebra; 12 o, si pide un huevo, le da un escorpión? 13 Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!’

COMENTARIO

 

Oportunidad e inoportunidad en la fe

Que los discípulos más allegados de Jesús le pidiesen que les enseñase a orar no era nada extraño. Ellos veían, aquellos doce hombres contemplaban, cómo el Maestro pasaba muchos momentos dedicados a hablar con su Padre Dios. No podían, por eso, más que ansiar conocer, al menos conocer, cómo se podía hacer eso. 

Sin duda que Cristo era ejemplo para ellos. En esto, además, era el mejor ejemplo porque su oración ellos veían que era profunda (¿Qué pensaron cuando, en su momento, en el Gethsemaní lo vieron orando de aquella forma?) y, siquiera pensar que podían hacer lo mismo les debía producir gran gozo. 

Y Jesús no lo duda.

Ya podemos imaginar que la oración que les iba a enseñar la tenían más que aprendida. Conocido por sí que era Dios hecho hombre, nada mejor para Él que saber cómo debían dirigirse a su persona para pedir y, también, para dar las merecidas gracias al Creador. 

Aquella oración, el Padre Nuestro, es, desde entonces, la que ha llevado al pueblo elegido por Dios al puerto de la salvación eterna a través de la posterior muerte de Su Hijo. Y es con ella con la que el ser humano creyente cristiano ha sido capaz de entablar gozosos encuentros con el Todopoderoso. 

Pero este texto del Evangelio San Lucas contiene mucho más y es muy rico en cuanto a riqueza espiritual. 

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26.07.19

J.R.R. Tolkien – Ventana a la Tierra Media. Tolkien, algo de su vida en su obra

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Es bien cierto que, a la hora de escribir, hay autores que se basan, únicamente, en lo que su mente, a través de la imaginación, puedan proporcionarles.

Hay, sin embargo, quien es capaz de hacer valer su propia vida, las experiencias habidas a lo largo de la misma así como todo aquello que le pueda haber pasado, hacer valer, decimos, todo eso (y mucho más que cada cual sabe y conoce mejor que nadie) para que quede reflejado en su obra.

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que nuestro autor, el profesor de Oxford J.R.R. Tolkien, es uno de los autores citados arriba y da muestras, más que suficientes, a lo largo de su obra.

A esto bien lo podemos llamar, por tanto, “huellas de vida en su obra” porque son eso: reflejos de lo que le pasó en lo que, luego, sucedió a sus personajes.

Como es lógico, aquí no vamos a hacer una relación tan exhaustiva de lo que decimos que no haya nada más que decir. Y es que ni entra eso en nuestra capacidad (otros habrá y hay que conozcan mucho mejor que quien esto escribe la obra de Tolkien) ni podemos hacerlo porque, a lo mejor, esto resultaría interminable. Sin embargo, sí vamos a poner algunos casos que de memoria recordamos y que puedan apoyarnos en lo que aquí decimos que, es seguro, otros mucho más preparados habrán dicho antes.

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23.07.19

Un amigo de Lolo – Confianza en Dios

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Un amigo de Lolo – Confianza en Dios

“La misma ocultación desconcertante de Dios hay que valorarla dentro de su generosidad. Si en ella se reitera el fango y la humillación suyos, el Señor sólo nos pide que colaboremos con la simple aprobación del Misterio e insiste en que no nos importe, ya que a nosotros nos queda, junto a la lima, la garlopa o las teclas de máquina, cierta intimidad divina que recrea en cada latido la futura dicha, que algún día hemos de paladear sin cortapisas.” (El sillón de ruedas, p. 107)

Confianza.

Esta palabra, que dice más que mucho de quien la pone en práctica, es un buen hilo de unión entre Dios y su semejanza y, aquí entendemos, de aquella que cree que el Creador es el Único Dios existente, que todo lo ha creado y mantiene y que es inmensamente Bueno y Misericordioso.

Así dicho, en general, nosotros manifestamos confianza cuando nos entregamos en manos, por así decirlo, de alguna persona. Y eso es lo que debemos hacer con Dios.

El Beato Manuel Lozano Garrido, que sabe muy bien que confiar en Dios no es sólo importante sino más que conveniente para sus hijos, reconoce muchas veces que Dios, que nos perdona siempre, nos espera, también siempre, cerca de su corazón. Y por eso nos pide lo que aquí y hoy nos pide.

Sí. Es más que cierto que hay muchas realidades espirituales que son un verdadero misterio para nosotros. Y así, el Misterio, con mayúsculas, que puede ser el destino que Dios nos tiene preparado, hacia dónde vamos si seguimos su santa Voluntad es, eso, un gran Misterio.

¿Qué hacer, pues, en tal caso?

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20.07.19

La Palabra del Domingo - 21 de julio de 2019

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Lc 10, 38-42

 “38 Yendo ellos de camino, entró en un pueblo; y una mujer, llamada Marta, le recibió en su casa. 39 Tenía ella una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su Palabra, 40 mientras Marta estaba atareada en muchos quehaceres. Acercándose, pues, dijo: ‘Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola en el trabajo? Dile, pues, que me ayude.’ 41 Le respondió el Señor: ‘Marta, Marta, te preocupas y te agitas por muchas cosas; 42 y hay necesidad de pocas, o mejor, de una sola. María ha elegido la parte buena, que no le será quitada.”

  

COMENTARIO

Los amigos de Jesús

En cuanto hombre que era, el Hijo de Dios también tenía amigos. No nos referimos a los apóstoles que, por supuesto, eran amigos suyos sino a los que habían compartido su infancia y su amistad llegaba hasta ahora mismo, cuando había empezado su predicación entre el pueblo elegido por Dios. 

No podemos negar que aquellos amigos eran muy especiales. Y es que Marta, María y Lázaro se cuentan entre los que son importantes en la vida del Maestro. Y así como ahora lo vemos visitarlos, es más que seguro que muchas otras veces, no recogidas en los Evangelios, hizo lo mismo pues gustaba y gozaba con su compañía. 

Cada uno de ellos era como era. Es decir, tanto Marta, María como Lázaro tenían su forma de ser particular y en este texto del Evangelio de San Lucas, muestran, precisamente, eso.

 

Diversas actitudes ante la fe 

Ciertamente Marta estaba preocupada por atender lo mejor posible a la visita. Es decir, nos la podemos imaginar atareada de un lado para otro aunque, en realidad, no hace falta ni eso porque este texto bíblico ya nos lo dice: andaba atareada

Aquello, lógicamente, no era mala cosa porque quien recibe a alguien en su casa espera atenderlo lo mejor posible y que no pueda pensar que no lo tiene en cuenta como amigo. 

Marta, pues, dirige todo aquel movimiento que, esto sí podemos imaginárnoslo porque no se nos dice, que sería grande porque no es posible ni pensable que Jesús acudiera solo a visitar a sus amigos. Por lo menos, como poco, irían con él sus apóstoles que eran doce y no podemos dar por imposible que no fueran otros más.

Pensemos, por ejemplo que fuese Jesús con sus apóstoles. Entonces eran 13 personas que, de golpe y porrazo en una casa pueden causar un estrago grande en cuanto a circunstancias. Y eso era lo que estaba atendiendo Marta de la mejor manera posible que sería, seguramente, bastante buena. Y es que es casi seguro que tuvieran servidumbre y no vivieran ellos solos. 

 

Lo que verdaderamente importa

 

Que Marta le plantease a Jesús aquella situación (ella trabajando sin parar, María allí sentada sin hacer más que escuchar al Maestro) no es nada extraño. Sentía, es posible, hasta un poco de rabia por no poder sentarse a escuchar lo que decía su amigo a quien tan bien conocía desde hacía tantos años. 

Pero Cristo, como es de esperar, sale por otro lado que Marta no espera. 

Jesús había venido al mundo a enseñar lo importante y a desdeñar lo que era superfluo. Y eso era lo que procuraba que llegara a los corazones de aquellos que le escuchaban. Y eso era lo que hacía ahora con su amiga Marta que tan preocupada estaba con el hecho de que su hermana María no le echara una mano en la tarea de atender a la visita. 

Aunque Cristo no quisiera que aquello pudiera parecer una reprimenda lo era en toda regla. Marta debía comprender que sólo había una cosa importante: escucharlo a Él y, sobre todo, llevar a la práctica lo que enseñaba. Y no podía negar la hermana de María que esta estaba en mejor posición que la protestona y algo llorica Marta. 

 

PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que creen que las cosas del mundo son más importantes que las de Dios.

Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren escuchar al Maestro.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a querer escuchar la Palabra en boca de Cristo.

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

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18.07.19

J.R.R. Tolkien – Ventana a la Tierra Media – Seres subcreados para otro mundo

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A lo mejor parece muy simplista y sencillo pero las cosas son como son: existe el Bien y el Mal y aquí ya lo hemos dicho en artículo publicado hace algunas semanas.

Por eso, en el mundo de Tolkien hay seres buenos y otros que son malos o, como se dice hoy día, lo siguiente…

Es bien cierto, francamente lo decimos, que esto puede parecer demasiado simple pero es, ciertamente, la verdad.

Es evidente que, para quien haya leído nuestro autor, los malos y los buenos están perfectamente definidos. Sin embargo, no ha de estar mal poner a cada uno en su sitio. Así, por ejemplo, tenemos:

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17.07.19

Un amigo de Lolo – El gran poder de Dios

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Un amigo de Lolo – El gran poder de Dios

 

“Entre los milagros, me quedo con este pasmo de la fórmula de la Redención.” (El sillón de ruedas, p. 103)

 

Para la salvación del ser humano que creía en Dios Todopoderoso hacía falta algo más que una simple solución. Y Dios, que siempre está a la altura de las circunstancias, sabía qué debía hacer.

Es bien cierto que el Creador, a través de sí mismo, como Primera Persona de la Santísima Trinidad o bien como Segunda, el Hijo, Jesucristo, el Mesías enviado al mundo para que el mundo se salve, ha llevado a cabo aquello que llamamos actos extraordinarios o, más popularmente, milagros.

No fue poco milagro, por ejemplo, sacar al pueblo elegido, el judío, de las garras de aquel Faraón amante de los esclavos y esclavizador de un pueblo como aquel que Dios había querido para sí. Y no fue poco milagro aquel que permitió que Moisés abriera las aguas para que el pueblo que conducía se salvase de la ira de un hombre egipcio lleno de odio y de rabia por haber dejado escapar a tan buen número de esclavos.

Así, a lo largo de la historia de la humanidad que ha creído, precisamente y no por casualidad, en el poder inmenso e infinito de Dios, han sido muchos los casos que a través del poder del Todopoderoso, por ejemplo, seres humanos comunes pero tocados por la mano del Creador, han sido capaces de resucitar muertos, curar enfermedades, solventar problemas de hambre de aquellos que estaban necesitados, etc.

Con todo esto queremos decir que el milagro, el hecho extraordinario (porque lo ha sido y lo es) que se ha ido produciendo a lo largo de la historia de la salvación ha sido posible porque Dios ha podido hacerlo o porque su poder ha permitido que el ser humano lo haga o, por fin, porque Él, hecho hombre, lo ha llevado a cabo sin problema alguno…

Pues bien, el Beato Manuel Lozano Garrido sabe que hay un milagro por encima de todos que ha de ser muy tenido en cuenta. Y es que desde él y por medio de él, nosotros, pecadores como somos, hemos podido alcanzar, digamos, el estatus de “salvables para la vida eterna”.

Es más que acertado y simpático que Lolo nos diga eso de que le produce pasmo o, vamos, que se queda pasmado, ante el milagro de la Redención, así escrita, con mayúscula.

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13.07.19

La Palabra del Domingo - 14 de julio de 2019

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Lc 10, 25-37

 

“25 Se levantó un legista, y dijo para ponerle a prueba: ‘Maestro, ¿que he de hacer para tener en herencia vida eterna?’ 26 Él le dijo: ‘¿Qué está escrito en la Ley? ¿Cómo lees?’ 27 Respondió:  ‘Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo.’ 28 Díjole entonces: ‘Bien has respondido. Haz eso y vivirás.’ 29 Pero él, queriendo justificarse, dijo a Jesús: ‘Y ¿quién es mi prójimo?’ 30 Jesús respondió: ‘Bajaba un hombre de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de salteadores, que, después de despojarle y golpearle, se fueron dejándole medio muerto. 31 Casualmente, bajaba por aquel camino un sacerdote y, al verle, dio un rodeo. 32    De igual modo, un levita que pasaba por aquel sitio le vio y dio un rodeo. 33 Pero un samaritano que iba de camino llegó junto a él, y al verle tuvo compasión; 34 y, acercándose, vendó sus heridas, echando en ellas aceite y vino; y montándole sobre su propia cabalgadura, le llevó a una posada y cuidó de él. 35 Al día siguiente, sacando dos denarios, se los dio al posadero y dijo: “Cuida de él y, si gastas algo más, te lo pagaré cuando vuelva."  36 ¿Quién de estos tres te parece que fue prójimo del que cayó en manos de los salteadores?’ 37 Él dijo: ‘El que practicó la misericordia con él.’ Díjole Jesús: ‘Vete y haz tú lo mismo.’”

  

 

COMENTARIO

 

El prójimo; tu prójimo

 

Cuando, en tiempos de Cristo y ahora mismo, se habla o se utiliza la palabra “amor” suenan todas las campañillas del mundo y, en el acto, imaginamos el mejor de los mundos con sus más diversos colores cálidos y dulces.

En el Romanticismo, el amor se llevaba hasta las últimas consecuencias y bien podemos decir, por decirlo pronto y para que se entienda, que tenían, del amor, un sentido algo exagerado. Más que amor, seguramente, abundaba la sensualidad y el sentimentalismo.

PeroCristo pone las cosas en su sitio. Y es que amar, el amor, supone mucho más que verlo todo de color de rosa.

Como suele ser normal en la persona del Hijo de Dios, las cosas las explica con ejemplos. Y es que era la única forma de que pudiesen entender, aquellos a los que se dirigía, algo de todo lo que quería decirles.

Aquel hombre, el legista, quería tener la vida eterna, quería heredarla que era como decir que la quería para sí, como herencia de Dios.

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11.07.19

Serie Un amigo de Lolo – Las cosas son como son…

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Las cosas son como son…

 

Mas el desliz del Paraíso no puede ser alineado junto a una querella de velador. Si vamos a él con toga y lente de Derecho, también habríamos de desempolvar la altura de un delito de deicidio.” (El sillón de ruedas, p. 95)

 

El título del artículo de hoy tiene que ver, eso, con las cosas y circunstancias porque, a veces, son como son y no podemos vestirlas de una forma distinta a cómo son.

El Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, sabe que ante determinadas circunstancias, es más que posible que tratemos de disimular. Y qué decir del pecado original…

Es bien cierto que, con el paso de los siglos desde que aquello sucedió, sabemos más que mucho de la intención de nuestros Primeros Padres. Y que no había nada bueno en aquella su intención y, aunque también que fueron vilmente engañados por el Maligno, no es poco cierto que cayeron con gozo (digamos eso) en aquel primer pecado.

¿Acaso el ser humano, creado por Dios, tenía derecho a algo?

En realidad, es verdad que tenía los derechos que el Creador, el Padre del Cielo, le había dado a Adán y a Eva. Sin embargo, la cosa no podía más allá. Es más, no podía pasar de aquella línea roja que trazó, para ellos, el Todopoderoso.

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6.07.19

La Palabra del domingo - 7 de julio de 2019

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Lc 10, 1-12.17-20

 

“1 Después de esto, designó el Señor a otros 72, y los envió de dos en dos delante de sí, a todas las ciudades y sitios a donde él había de ir. 2 Y les dijo: ‘La mies es mucha, y los obreros pocos. Rogad, pues, al Dueño de la mies que envíe obreros a su mies. 3 Id; mirad que os envío como corderos en medio de lobos. 4 No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias. Y no saludéis a nadie en el camino. 5       En la casa en que entréis, decid primero: ‘Paz a esta casa.’ 6 Y si hubiere allí un hijo de paz, vuestra paz reposará sobre él; si no, se volverá a vosotros. 7 Permaneced en la misma casa, comiendo y bebiendo lo que tengan, porque el obrero merece su salario. No vayáis de casa en casa. 8                    En la ciudad en que entréis y os reciban, comed lo que os pongan; 9 curad los enfermos que haya en ella, y decidles: ‘El Reino de Dios está cerca de vosotros.’ 10 En la ciudad en que entréis y no os reciban, salid a sus plazas y decid: 11 ‘Hasta el polvo de vuestra ciudad que se nos ha pegado a los pies, os lo sacudimos. Pero sabed, con todo, que el Reino de Dios está cerca.’ 12 Os digo que en aquel Día habrá menos rigor para Sodoma que para aquella ciudad

 

17 Regresaron los 72 alegres, diciendo: ‘Señor, hasta los demonios se nos someten en tu nombre.’ 18          El les dijo: ‘Yo veía a Satanás caer del cielo como un rayo.19 Mirad, os he dado el poder de pisar sobre serpientes y escorpiones, y sobre todo poder del enemigo, y nada os podrá hacer daño; 20 pero no os alegréis de que los espíritus se os sometan; alegraos de que vuestros nombres estén escritos en los  cielos.’”

 

COMENTARIO

 

La verdadera alegría

 

Creer en Dios y tener por bueno y mejor que el Creador es Padre de la humanidad era una verdad que Jesús quería proponer. Es decir, no tenía intención de ir por el mundo obligando a creer. Ahora bien, avisaba muchas veces de lo que suponía no creer. Y esto, lo que quería decir era que el hombre era libre para aceptar o no lo que proponía el Maestro. 

Exactamente igual tenía Cristo por verdad que eso hicieran aquellos a los que había enviado. En este texto se nos dice que fueron 72 los que quiso que fueran por el mundo a transmitir la Buena Noticia y que el Reino de  Dios estaba cerca. 

Lo que dice Jesús es bien claro: son pocos los que evangelizan y hay que pedir a Dios para que envíe a muchos que cumplan con tal labor. 

Pero también les dice algo que valía para entonces y vale para ahora mismo: los envía a padecer porque sólo puede entenderse tal cosa cuando trata a sus enviados como ovejas y a otros, como lobos. Sin embargo, ellos debían mantener la esperanza siempre intacta y la confianza en Dios porque en muchos lugares los recibirían con alegría. 

En otros, sin embargo, la cosa no se daría bien ni nada por el estilo. Es decir, en muchos lugares no querrían saber nada de ellos. Bien fuera por ignorancia de la Verdad o, simplemente, por ir a pueblos enemigos del pueblo judío… el caso es que en más de un lugar al que debieron ir aquellos 72 enviados nos lo debieron recibir de buen gusto. Y es casi seguro que los echaran con cajas destempladas. 

¿Qué, entonces? 

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