9.10.19

Un amigo de Lolo – “Lolo, libro a libro” - Todo tiene relación

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Todo tiene relación

“Los que amamos al agua, la luz y la curva de la montaña por su eje de sencillez, brindamos un homenaje a la quintaesencia de las fórmulas elementales: la Redención.” (El sillón de ruedas, p. 104)

Lo más sencillo, para Dios, es que su corazón de carne y misericordioso se manifieste en toda su magnanimidad. Y eso es lo que hoy nos dice nuestro hermano Manuel Lozano Garrido, a la sazón Beato de la Santísima Iglesia católica. Y es que tiene más razón que un santo, como es.

Pues bien, el caso es que nosotros sabemos y reconocemos que el Todopoderoso creó lo que existe. Y sabemos que lo creó de la nada porque antes nada, salvo Él, existía. Y eso nos alegra porque nosotros formamos parte, excelsa y muy amada por el Creador, de tal Creación. Es más, estamos creados a Su imagen y semejanza y ello debería llenar nuestro corazón de gozo y nuestra alma de una legítima esperanza en la vida eterna.

La vida eterna es, por decirlo pronto y bien, el anhelo de todo aquel que reconoce que existe Dios, que lo ha creado y que, como se diría en tiempos antiguos, lo quiere cabe sí (cerca de sí). Y eso ha de formar parte de nuestro ser mismo de hijos de Dios.

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6.10.19

La Palabra del Domingo - 6 de octubre de 2019

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Lc 17, 5-10

 

“5 Dijeron los apóstoles al Señor; ‘Auméntanos la fe.’ 6      El Señor dijo: ‘Si tuvierais fe como un grano de mostaza, habríais dicho a este sicómoro: “Arráncate y plántate  en el mar", y os habría obedecido.’ 7 ‘¿Quién de vosotros tiene un siervo arando o pastoreando y, cuando regresa del campo, le dice: ‘Pasa al momento y ponte a la mesa?’ 8   ¿No le dirá más bien: ‘Prepárame algo para cenar, y cíñete para servirme hasta que haya comido y bebido, y después comerás y beberás tú?’ 9 ¿Acaso tiene que agradecer al siervo porque hizo lo que le fue mandado? 10 De igual modo vosotros, cuando hayáis hecho todo lo que os fue mandado, decid: Somos siervos inútiles; hemos hecho  lo que debíamos hacer.’”

 

COMENTARIO

 

Saber que somos siervos inútiles

 

Jesús había venido a enseñar. Y lo que tenía que enseñar era lo básico de la fe en Dios Todopoderoso y el respeto a la Ley del Creador. 

Jesús, por tanto, sabía que debía transmitir una serie de verdades que, simplemente, se habían olvidado o se habían dejado escondidas debajo de muchos celemines. 

Pero en algunas ocasiones eran los mismos que había elegido el Mesías quienes le preguntaban. Así, por ejemplo, en una ocasión, le pidieron que les enseñar a orar. Jesús, entonces, les enseñó el Padre Nuestro que, desde entonces, es la oración con la que los hijos de Dios se acercan a su Padre. 

Ahora le piden, le ruegan, que les aumenten la fe. Es decir, ellos quieren estar más cerca de Dios pero como no saben cómo hacerlo. Por eso se dirigen a su Maestro porque saben que Él está muy cerca del Todopoderoso. 

Jesús, para eso, parte de cómo son ellos, aquellos que le ruegan una cosa así. 

El Maestro utiliza una palabra que, dicha como la dice, es verdaderamente terrible: “si”. Y es que tal “si”, condicional, supone que, para empezar, no cree que tengan mucha fe aquellos que eso le piden. Por eso utiliza tal palabra como diciendo que, de tener fe, ellos podrían decir a un sicómoro que se moviera del sitio en el que estaba plantado. 

Es más, habla Jesús de un grano de mostaza. Es decir, que la fe debería ser, al menos, tan pequeña como un grano de mostaza que, como sabemos, no es muy grande. 

Ellos, sin embargo, han de escuchar aquello con no poca vergüenza pero, a la vez, con ganas de aprender y comprender lo que les está diciendo el Hijo de Dios. 

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4.10.19

J.R.R. Tolkien – Ventana a la Tierra Media - Teoría y práctica del camino

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Esperamos que no se nos tilde de exagerados si decimos que aquí todo es caminotampoco que nos llame ignorantes (aunque un poco sí, a decir verdad, somos) si hay quien ha escrito, mejor seguro, del tema que traemos hoy al blog porque cada uno hace lo que buenamente puede. Buena intención, eso es seguro, sí hay en lo nuestro.

Cuando decimos que todo es camino estamos más que seguros de que acertamos en esto. Y es que (en El Hobbit también) en El Señor de los Anillos cada paso que se da se da dentro de un camino y el mismo tiene mucho que decir en el fondo del asunto y del tema que trata tal obra literaria.

De todas formas, aunque sea en la segunda obra literaria en la que el camino se manifiesta con toda su crudeza, dureza y esperanza, ya en El Hobbit se percibe el mismo como algo importante. Es decir, desde que Bilbo Bolsón recibe a los enanos en su casa y, luego, al día siguiente, sale corriendo sin saber exactamente dónde ni qué va a pasar, el camino se abre ante nuestro buen amigo mediano como algo inesperado pero, también, gozoso.

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2.10.19

Un día como hoy San Josemaría vio el/al Opus Dei

 

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 Ha habido momentos, a lo largo de la historia de la Iglesia llamada católica, que han sido importantes. Unos más que otros, claro está. Sin embargo, el que hoy traemos aquí no es poco importante porque supuso mucho.

Aquel cura era un joven cura. Se encontraba en Madrid, en plenos ejercicios espirituales en la Residencia de los misioneros de San Vicente de Paul. Algo o, mejor, Alguien, se le cruzó en el camino: Dios. Y, desde aquel momento su Camino fue el que fue y, por muchos que critique a su Obra no es poco cierto que fruto ha dado y da más que mucho.

De todas formas, ya sabemos que envidia hay mucha, también, en el seno de la Esposa de Cristo…

En fin…

Pues bien, un día como hoy, 2 de octubre, aquel joven cura tuvo una revelación, digamos, particular, e hizo lo que la misma le dictó…

A muchas personas les hubiera gustado que cuando aquel 2 de octubre de 1928  el joven sacerdote Josemaría Escrivá recibió, estando en Madrid, como decimos, la inspiración del Espíritu Santo y supo qué hacer con su vida de hombre de Dios, se hubiera ido a la cama y que, al día siguiente, hubiera continuado con su vida de sacerdote y que ahí hubiera quedado la cosa.

Esto lo dice el mismo joven cura, luego San Josemaría. Y lo hace en una anotación en sus Apuntes íntimos (en noviembre de 1933):

“Recibí la iluminación sobre toda la Obra, mientras leía aquellos papeles. Conmovido me arrodillé -estaba solo en mi cuarto, entre plática y plática- di gracias al Señor y recuerdo con emoción el tocar de las campanas de Nuestra Señora de los Ángeles (…) recopilé con alguna unidad las notas sueltas que hasta entonces venía tomando. (…) Desde aquel día el borrico sarnoso se dio cuenta de la hermosa y pesada carga en el Señor, en su bondad inexplicable, había puesto sobre sus espaldas. Ese día el Señor fundó su Obra.”

Sin embargo, no quedó ahí la cosa sino que, como sabemos, fundó la Obra de Dios, más conocida por su nombre en latín Opus Dei y, desde aquel mismo momento, podemos decir que no paró ni un segundo en continuar con aquello que él había entendido como un mandato de Dios a través de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.

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29.09.19

La Palabra del Domingo - 29 de septiembre de 2019

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Lc 16, 19-31

 

“19 ‘Era un hombre rico que vestía de púrpura y lino, y celebraba todos los días espléndidas fiestas. 20 Y uno pobre, llamado Lázaro, que, echado junto a su portal, cubierto de llagas, 21 deseaba hartarse de lo que caía de la mesa del rico… pero hasta los perros venían y le lamían las llagas. 22 Sucedió, pues, que murió el pobre y fue llevado por los ángeles al seno de Abraham. Murió también el rico y fue  sepultado. 23 ‘Estando en el Hades entre tormentos, levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham, y a Lázaro en su seno. 24 Y, gritando, dijo: ‘Padre Abraham, ten compasión de mí y envía a Lázaro a que moje en agua la punta de su dedo  y refresque mi lengua, porque estoy atormentado en esta llama.’ 25 Pero Abraham le dijo: ‘"Hijo, recuerda que recibiste tus bienes durante tu vida y Lázaro, al contrario, sus males; ahora, pues, él es aquí consolado y tú atormentado. 26 Y además, entre nosotros y vosotros se interpone un gran abismo, de modo que los que quieran pasar de aquí a vosotros, no puedan; ni de ahí puedan pasar donde nosotros.’ 27 ‘Replicó: ‘Con todo, te ruego, padre, que le envíes a la casa de mi padre, 28 porque tengo cinco hermanos, para que les dé testimonio, y no vengan también ellos a este lugar de tormento.’ 29 Díjole Abraham: ‘Tienen a Moisés y a los profetas; que les oigan.’ 30 El dijo: ‘No, padre Abraham; sino que si alguno de entre los muertos va donde ellos, se convertirán.’ 31      Le contestó: ‘Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán, aunque un muerto resucite.’”

 

 

COMENTARIO

 

Lázaro y Epulón como ejemplo

  

Este texto evangélico que escribió el médico San Lucas es muy conocido. En realidad, como suele suceder, ha sido leído muchas veces en la Santa Misa, ha sido escuchado otras tantas veces por aquellos hermanos en la fe que han acudido a ellas y, como es de esperar, muchas otras veces será leído y escuchado. Lo que puede pasar es que, a lo mejor, no es entendido del todo. 

Aquí hay algo muy sencillo: hay un hombre rico y hay un hombre pobre, muy pobre. Y la Santa Biblia, como para dejar las cosas claras (y teniendo en cuenta la importancia que el pueblo judío da al nombre) al hombre rico ni siquiera le pone nombre. Y, teniendo en cuenta que es Cristo mismo quien da constancia de tal texto… podemos imaginar lo que quería decir con eso. 

De todas formas, como el hombre quiere manejar datos palpables, se le ha dado el nombre de Epulón a tal rico porque el significado de tal palabra tiene que ver con el hombre que come mucho o disfruta comiendo y Cristo dice que era uno que todos los días daba espléndidas fiestas donde se hartaba de comer… 

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27.09.19

J.R.R. Tolkien – Ventana a la Tierra Media – Cumpleaños feliz a los Bolsón de toda la vida

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Lamentablemente, nosotros no vamos a preparar ninguna fiesta ni vamos a invitar a los hobbits de los alrededorestampoco vamos a hacernos con todas las provisiones en comida que pueda haber desde aquí a varios kilómetros a la redonda; y, por fin, tampoco vamos a dar ningún discurso que muchos ni siquiera quisieran escuchar estando a las viandas como iban a estar… En realidad, ni queremos marchar a ningún sitio ni tenemos Anillo alguno para desaparecer ni para hacer que desaparezca…

En fin. Nosotros, pues, no preparamos fiesta alguna pero no podemos dejar de decir que hace unos cuantos días, dos de nuestros más queridos personajes, Bilbo y Frodo, de los Bolsón de toda la vida de La Comarca, cumplieron años. A más señas, el pasado 22 del presente mes de septiembre. Y eso sí lo vamos a celebrar… ¡faltaría más!

Es bien cierto que entre ellos, tío (padre adoptivo, luego, podemos decir a tenor de las circunstancias) y sobrino había unos decenios de por medio pero no puede ser casualidad (la misma no existe sino, en todo caso, la Voluntad de Eru/Ilúvatar) que nacieran el mismo día del mismo mes. Vamos, no en el mismo año, claro está, pero sí en aquel 22 del mes, para nosotros, de septiembre.

Podemos decir, para felicitar a nuestros buenos amigos medianos, que ambos tienen algo muy importante que celebrar. Los portadores del Anillo (cada uno a tu tiempo, claro está) unen, de tal manera, sus existencias por eso tan sutil que, al fin y al cabo, es el día del nacimiento. ¿Quién no se ha dado cuenta de que, por ejemplo, ha nacido el mismo día que otra persona y eso, en cierta manera, lo ha unido a ella?

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Bueno. Pues dicho esto, felicitamos a nuestros buenos amigos (al fin y al cabo lo son por mucho que se encuentren incorporados a las letras de un libro) por muchas buenas razones o, al menos, eso a nosotros nos parece:

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25.09.19

Un amigo de Lolo – ”Lolo, libro a libro” – Gracias, Dios

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Gracias, Dios

“Junto a la naturaleza infecciosa del pecado y su repercusión colectiva, el ciclo del Nazareno pone sobre la palestra la nueva realidad contagiosa del Bien, la potencia de choque de un acto bondadoso, capaz de fulminar una conquista masiva del Mal.” (El sillón de ruedas, 105)

 

No podemos negar que entre una realidad y la otra hay muchos siglos de por medio. Y es bueno saber cuáles y cómo.

Esto lo decimos porque cuando Adán y Eva pecaron por primera vez lo que pasó es conocido por todos: en primer lugar, fueron expulsados del Paraíso (¡Ay, el Paraíso!) pero, en segundo lugar, propiciaron que aquel Pecado llamado original porque fue, eso, el primero de los que luego vinieron, han venido y vendrán, tuviera repercusión en cada uno de los seres humanos nacidos luego a excepción, como sabemos, del Hijo de Dios y su Madre, María.

Ya tenemos, pues, planteada la situación: hay quien quiso ser igual que Dios (a lo mejor creyeron que hasta más que Quien los había creado) y Quien salvó de aquello.

Nuestros Primeros Padres, causantes de la mayor iniquidad que ha habido en el mundo desde que es mundo (es la mayor porque fue la que introdujo el pecado y la muerte en el mundo y luego… todo ha sido continuar aquello) produjeron algo que en el corazón de Dios, a lo mejor, estaba contenido. Es decir, es posible que Dios creyese en la inocencia del ser humano pero también sabía que, dada la libertad que le había otorgado… a lo mejor se torcía. Y ser torció de la peor manera: desobedeciéndole.

Aquello, como nos dice el Beato Manuel Lozano Garrido fue una infección, toda una infección. Y es que pasó a afectar, a toda la especie humana, con sus hombres y mujeres. A toda, pues, afectó aquello. Y sigue afectando, seguirá, hasta que el Hijo de Dios vuelva a mundo a juzgar a vivos y a muertos. Entonces, por decirlo así, todo quedará claro y bien claro…

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22.09.19

La Palabra del domingo – 22 de septiembre de 2019

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Lc 16, 1-13

 

“1 Decía también a sus discípulos: ‘Era un hombre rico que tenía un administrador a quien acusaron ante él de malbaratar su hacienda; 2 le llamó y le dijo: ‘¿Qué oigo decir de ti? Dame cuenta de tu administración, porque ya no podrás seguir administrando.’ 3 Se dijo a sí mismo el administrador: ‘¿Qué haré, pues mi señor me quita la administración? Cavar, no puedo; mendigar, me da vergüenza. 4 Ya sé lo que voy a hacer, para que cuando sea removido de la administración me reciban en sus casas.’ 5 ‘Y convocando uno por uno a los deudores de su señor, dijo al primero: ‘¿Cuánto debes a mi señor?’ 6 Respondió: ‘Cien medidas de aceite.’ Él le dijo: ‘Toma tu recibo, siéntate en seguida y escribe cincuenta.’ 7 Después dijo a otro: ‘Tú, ¿cuánto debes?’ Contestó: ‘Cien cargas de trigo. ‘Dícele: ‘Toma tu recibo y escribe ochenta.’ 8 ‘El señor alabó al administrador injusto porque había obrado astutamente, pues los hijos de este mundo son más astutos con los de su generación que los hijos de la luz. 9 ‘Yo os digo: Haceos amigos con el Dinero injusto, para que, cuando llegue a faltar, os reciban en las eternas moradas. 10 El que es fiel en lo mínimo, lo es también en lo mucho; y el que es injusto en lo mínimo, también lo es en lo mucho. 11 Si, pues, no fuisteis fieles en el Dinero injusto, ¿quién os confiará lo verdadero? 12 Y si no fuisteis fieles con lo ajeno, ¿quién os dará lo vuestro? 13 ‘Ningún criado puede servir a dos señores, porque aborrecerá a uno y amará al otro; o bien se entregará a uno y despreciará al otro. No podéis servir a Dios y al Dinero.”

 

COMENTARIO

Saber a quién debemos servir

El Hijo de Dios sabe muy bien que su misión, aquella que consiste en evangelizar y predicar la Buena Noticia acerca de la llegada el mundo del Reino de Dios, no ha de ser fácil.

Conoce muy bien Jesucristo el corazón de muchos de aquellos que se le han entregado para que salve. Por eso habla en parábolas. Y es que la forma más directa de ser entendido y, en fin, de enseñar. Y eso hace muchas veces. Ahora también.

El caso de aquel trabajador era el propio de un pillo que quiere salvarse a costa de lo que sea. Y si lo que es el menoscabar los bienes a los que tiene derecho su señor pues le da exactamente igual. Quiere salvar su pellejo y a para eso pone todo su coraje e imaginación en tal empeño. Y suponemos que lo consigue porque su antiguo señor se da cuenta alaba aquella situación diciéndose que, a lo mejor, era mejor cobrar algo de lo que se le decía que no cobrar nada.

Sin embargo, por muy importante que sea la lección que podamos sacar de este caso particular, aquí hay dos cosas que Jesucristo nos dice que debemos tener muy en cuenta.

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20.09.19

J.R.R. Tolkien – Ventana a la Tierra Media – Un ecologista de verdad

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“Si realmente quieren saber en qué se inspira la Tierra Media, es aquello que me asombra y maravilla de nuestra tierra, en especial, de la naturaleza.”

 (J.R.R. Tolkien)

  

Es bien cierto y verdad que si hay un aspecto que distinga muy especialmente la obra de un autor como es J.R.R. Tolkien es la naturaleza y, en concreto, el amor que muestra el profesor de Oxford por tal realidad de la Tierra Media. Y tal cosa sólo puede ser porque nuestro autor, en verdad, tenía un amor muy particular por ella.

Podemos decir, sin temor a equivocarnos, que Tolkien padre era, por decirlo así, ecologista. Pero ¡ojo!, era ecologista de verdad y no como aquellos que, hoy mismo, posan como tal haciendo bandera política de la naturaleza. Vamos, que se aprovechan de ella todo lo que pueden y sabe…

En realidad, nada de esto debe extrañarnos porque el profesor, al ser católico convencido de lo que eso significa, sabía que Dios todo lo había dejado para el hombre pero para que su semejanza lo cuidara de verdad. Y era consecuente con eso, claro está y eso quedaba reflejado en su obra escrita donde la naturaleza tiene una importancia más que vital.

Sobre esto, nada mejor que repetirse las palabras que encabezan este artículo. Y es que las mismas muestra a qué nos referimos pero, sobre todo, a qué se refería nuestro gran autor. 

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18.09.19

Serie Un amigo de Lolo – Lolo, libro a libro – Cristo siempre salva

Presentación

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Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

 

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Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “El sillón de ruedas”.

Cristo siempre salva

 

“Cristo, siempre, aún en lo humanamente desconcertante, está agavillando el fruto que un día ha de trenzarse sobre nuestras frentes reconocidas.” (El sillón de ruedas, p. 106)

 

Cristo, “siempre”.

Esta palabra entrecomillada, que es una sola y no tiene demasiadas sílabas es, sin embargo, el quicio sobre el que se debe apoyar nuestra fe y confianza en Dios Todopoderoso y, por supuesto, en su Hijo Jesucristo.

Es bien cierto que nosotros sabemos que eso es así. Bueno, en realidad, es parte esencial de nuestra fe católica reconocer que la Segunda Persona de la Santísima Trinidad nunca nos da de lado ni se olvida de nosotros. Y es que, claro está, siendo Dios hecho hombre otra cosa ni podemos esperar ni pasa. No. Jesucristo siempre está a nuestro lado y si me apuran… en nosotros mismos al estar, Su Espíritu, en nuestro corazón como Su templo.

Esto es más que verdad. Y el Beato Manuel Lozano Garrido, tan cerca de Cristo como quisiéramos nosotros (al menos, la mitad de cerca… con eso nos podríamos hasta conformar) sabe que sí, que siempre está su hermano y Dios. Y lo deja bien dicho en este corto texto de su libro “El Sillón de ruedas” donde expresa, por primera vez (fue el primer libro que publicó este nuestro Beato) lo que pasa por su corazón.

Pues bien. Sí, Cristo está siempre. Pero esto, al parecer, no es suficiente. Y es que está, también, en aquellos momentos en los a nosotros todo nos puede parecer más extraño, donde lo estamos pasando más que mal y nos preguntamos si es que, acaso, Dios nos ha abandonado… 

Las dudas, en materia de fe, no nos son nada extrañas, por otra parte. Pero esto tiene un claro remedio: confiar en Cristo y en su presencia junto y en nosotros.

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