J.R.R. Tolkien - Ventana a la Tierra Media – La Comarca de Tolkien – Microrrelatos IV
Como es bueno ser perseverante en lo que consideramos bueno y mejor, estamos aquí de nuevo para aportar una nueva serie de microrrelatos después de que, como es fácil deducir del número del título del artículo, lo hayamos hecho en tres ocasiones. Y es que la cosa da para esto y para mucho más.
De nuevo, rogamos sepan disculpar los amables lectores los fallos que pudiera haber en ellos porque, al fin y al cabo, cada cual da lo que puede y sabe…
- En el principio era Eru; durante, también era Eru; al final, será Eru.
- Del corazón de Eru salió todo lo bueno incluso, lo que se corrompió porque, en el principio, era bueno.
- Ilúvatar fue tan generoso y bueno que hizo creer a los Ainu que todo salía de su música. Y ellos, felices, sub-sub crearon.
- Sam era el jardinero que supo podar, en Frodo, aquello que podía hacerle daño. Y caminando hacia el Monte del Destino regó y cuidó aquella amistad.
- Como escudero fiel de su amo, Sam, alanceó muchas veces a Gollum. Bueno, al menos, quiso hacerlo las mismas veces.
- Cuando Sam volvió a su Comarca sin su Frodo, su corazón no había vuelto completo. Estaba roto, en cierta manera, pero compuesto por recuerdos y esperanzas.
- Seguramente, al principio, eran amigos, pero con el tiempo el ansia de poder supo hacerse con el corazón de Saruman. Y Gandalf, seguramente, se entristeció.
- El Concilio quiso que Saruman lo presidiera porque era sabio. Y Gandalf obedeció hasta que supo que la oscuridad se había hecho con su corazón.
- Al parecer, Saruman creía que su poder sería total. No supo, hasta que fue tarde, que Gandalf había sido destinado a metas más altas que la suya.
- Frodo debió ver en Boromir a un hombre valiente. Y el caso es que lo era pero también tenía la ambición propia de esa raza mortal.
- Cuando Frodo se dio cuenta de que Boromir ansiaba el Anillo Único seguro que no sintió más miedo que tristeza. Y es que lo tenía por un amigo… y lo era, pero equivocado.
- Boromir, como compañero de la Compañía del Anillo debió sentir por Frodo el amor que se siente por quien tiene tu vida en sus manos; pequeñas, pero manos.
- Un desayuno, dos desayunos y hasta tres, si es posible y conveniente. Y es los hobbits eran, como sabemos, de estómago agradecido… pero en el buen sentido.
- Aquel conejo sin papas de Sam asqueó a Gollum. Seguro que Gamyi pensó eso de “uno menos y una ración más”, como buen hobbit.
- Ante una mesa bien servida no hay hobbit que pueda resistirse ni dejarse vencer por la molicie. ¡Aún sin hambre son capaces de su segunda merienda!
Aquella raza fuerte, esforzada y valiente lleva en su sangre el ansia de aventura. Y es que no hay nada mejor que un pescuezo de orco para sacar a pasear el hacha.
- Se dice que los enanos no son buenos en el llano. Y, sin embargo, en muchos llanos han ganado buenas batallas, por enanía de bien.
- Gimli se hizo buen amigo del Elfo Legolas. Al fin y al cabo, se diga lo que se diga, el primero apareció antes que el segundo. Vamos, sus razas.
- Todos los caminos de la Tierra Media llevan al mismo sitio y lugar llamado aventura, destino, fin, esperanza, lucha, esfuerzo, lágrimas.
- Incluso en la oscuridad y la tiniebla supieron encontrar el camino a Mordor. Y sí, tiraría el Anillo pero también la necesidad y el Bien.
- Todos los mapas de la Tierra Media han mostrado, a lo largo de las edades, muchos caminos. Pero ninguno de ellos ha quedado sin transitar, incluso hoy, por ansiadores de aventuras.
Eleuterio Fernández Guzmán - Erkenbrand de Edhellond
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Hay mundos que, sin duda alguna, nos llevan más lejos del que vivimos, nos movemos y existimos.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.