29.06.21

Un amigo de Lolo– "Lolo, libro a libro"- Cristo Médico – y 7

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Con la ayuda de Dios vamos a dar cabida en este blog y, en concreto, en el lugar donde le corresponde que no es otro que el que se refiere al #beatoLolo, lo mismo que hicimos en lo referido a Lolo, periodista, a lo refiere el capítulo de su “Mesa redonda con Dios” de título “El Médico”. 

Y no, no se trata de que en sus ratos libres Lolo fuera médico sino que el susodicho capítulo viene referido a Jesucristo como Médico, donde el alma tanto va a tener que ver. 

Con la ayuda de Dios estamos dando cabida en este blog y, en concreto, en el lugar donde le corresponde que no es otro que el que se refiere al Beato Manuel Lozano Garrido, lo mismo que hicimos en lo referido a Lolo, periodista, a lo que refiere el capítulo de su “Mesa redonda con Dios” de título “El Médico”. 

Y no, no se trata de que en sus ratos libres Lolo fuera médico sino que el susodicho capítulo viene referido a Jesucristo como Médico, donde el alma tanto va a tener que ver.

Cristo Médico – y 7

 

“Tiro alegremente de tu fuente de paternidad y me doy a tu Providencia, porque quiero vivir avaramente el ansia de ser útil a los demás.” (Mesa redonda con Dios, p. 7)

 

Es cierto y verdad que el ser humano tiene cierta tendencia a creerse que por sí mismo todo lo puede hacer y que, en realidad, Dios tampoco le va a solucionar determinado problema. A eso, claro está, podemos llamar soberbia pero, con relación a Quien todo esto se refiere… más bien podemos llamar ceguera voluntaria

Al parecer, eso no es no más conveniente y, como se nos dice en este texto del capítulo “El Médico”, más bien deberíamos algo que está, aunque a veces pensemos que no, más cerca de nosotros de lo que creemos: Dios mismo.

 Nos dice Lolo, o pone en boca de su Médico que sí, que debemos darnos con alegría a lo que supone que Dios existe y, sobre todo, que es nuestro Padre. Y Jesucristo bien que lo demostró a lo largo de la vida que conocemos de su existencia: orando a Dios, dirigiéndose a su Padre del Cielo para dar gracias o para determinada determinado don y, claro, también gracia. En fin… que no dudó ni por un instante que la mano del Todopoderoso iba a echársela cuando fuera necesario hacerlo

¿Qué quiere decir eso? 

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27.06.21

¿Indultará Dios a los traidores?

Entendiendo la Justicia de Dios | salvos-por-gracia

Hace tiempo que el que esto escribe no lo hace de temas, digamos, “institucionales”, sea de la institución que sea. Por tanto, también hace tiempo que no ha mostrado indignación alguna como ante muchas de las cosas que salen del Vaticano o de España mismo. Sin embargo, llega un momento en el que a uno se le hinchan las narices y ha de saltar por alguna parte.

Tengo que decir, que no siento para nada que esto que voy a escribir pueda molestar a alguien pues sólo faltaría que además de ser … tengamos que poner la cama.

Y sí, también sé seguro que se me va a decir que aquí no hay caridad cristiana en lo que voy a decir y que hay que tener cuidado con las palabras y todo eso pero, qué le vamos a hacer, al fin al cabo, el que esto escribe es escritor, como se dice, de brocha gorda aunque la mayoría de las veces coja la fina para escribir y me dedique a cosas, digamos, más espirituales. Pero es que a veces, las terrenas también nos afectan a los creyentes católicos a no ser que queramos mirar para otro lado o esconder la cabeza cual avestruz.

A mí todo esto que ha pasado y está pasando con el tema de los indultos a los condenados, por delincuentes de varios delitos, me parece, si hablamos a nivel de Iglesia católica, una pura vergüenza, un asco grande y unas ganas terribles de mandar a esparragar a más de uno o, si es mejor, a dedicar sus vidas a cosas para las que, al parecer, no tienen lo que deben de tener para dedicarse a las suyas.

Con franqueza tengo que decir que era más que sabida la situación de la Iglesia católica en Cataluña: prácticamente perdida toda ella y vendida al separatismo pues han de tener la ilusión de tener, en su día, algo así como una Conferencia Episcopal Catalana en su sueño independentista sueño que, por cierto, no es más que una pesadilla surgida de haber empinado el codo demasiadas veces a base de cava.

No me dirán ustedes que ponerse a favor de unos indultos tan desvergonzados y tan poco oportunos como los que han puesto en la calle sin arrepentimiento alguno y sin propósito de enmienda a una serie de malcarados individuos es poca cosa. No. Es más y más que mucha cosa.

No me dirán ustedes que ponerse a favor de unos indultos que causan separación en la sociedad es cosa a no tener en cuenta y que no podemos considerar cómplices de lo cometido a quien a favor se pone de los que cometieron los delitos.

No me dirán ustedes que hacer uso de la prostituida palabra “diálogo” para arrimar el ascua a su sardina con unas personas que dicen y mantienen que van a volver a cometer los delitos por los que fueron “condenados” no es, hacer uso de tal palabra, tomar a todo el mundo por imbécil y no tomarse a sí mismo por verdaderos necios por colaborar de tal manera con el Mal.

No me dirán ustedes que presentar un espíritu de santurrón para vender una posición impresentable no convierte a tales personas en verdaderos tontos útiles de unos partidos de izquierdas e izquierdistas partidarios del “arderéis como en el 36” y que tardarían  menos que en lo que se chupa un espárrago en volver a hacer lo mismo.

Bueno… a lo mejor la cosa va teniendo explicación si tenemos en cuenta que los mismos que ahora apoyan a los obispos de Cataluña, cobardes y vendidos del todo a lo que ya sabemos, no hicieron mucho cuando el Ejecutivo (nunca mejor nombre) de España acabó profanando la tumba de Francisco Franco Bahamonde que fue el mismo que permitió, con su cruzada, que ahora haya señores que puedan hacer lo que hacen y quedarse tan tranquilos.

La cosa es que, como hemos dicho arriba, da verdadero asco y no estamos seguros si quienes han apoyado eso lo han hecho tapándose la nariz para no oler el nauseabundo olor que debió salir de la habitación donde el Maligno había plantado la semilla de la discordia.

De todas formas, y con ser esto un desahogo que se queda más que corto, el que esto escribe sabe perfectamente que aquí no va a pasar nada. Bueno, no va a pasar nada hasta que pase y, entonces, a más de uno se le va caer la cara de vergüenza.

Y otro de todas formas: vean que no he citado a nadie en concreto ni he arremetido contra personas que deben creerse honorables por el cargo que ocupan porque no deben darse cuenta de que el honor no va aparejado al sillón sino, en todo caso, a la persona y, en fin, vamos, como que no es el caso en todas las personas que ocupan ciertos sillones eclesiales…

Pero ¿saben ustedes lo mejor de todo? Pues lo mejor es que hacemos la pregunta que titula este artículo en la seguridad de que Dios será bueno pero, ¡Ay!, justo. ¿Creen aún en eso?

Por cierto, deberían tener en cuenta las ruedas de molino: primero, para no obligarnos a comulgar con algunas de ellas y, segundo, para no tener que colgárselas al cuello por el escándalo causado…

Amén. 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos. 

Panecillo de hoy: 

Agradar al mundo nunca ha sido cosa de los hijos de Dios.

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.  

26.06.21

La Palabra para el Domingo - 27 de junio de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 27 sino sábado, 26 de junio de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

                                                                      

 

Mc 5, 21-30. 33-43

 

“21 Jesús pasó de nuevo en la barca a la otra orilla y se aglomeró junto a él mucha gente; él estaba a la orilla del mar. 22   Llega uno de los jefes de la sinagoga, llamado Jairo, y al verle, cae a sus pies, 23 y le suplica con insistencia diciendo: ‘Mi hija está a punto de morir; ven, impón tus manos sobre ella, para que se salve y viva. 24       Y se fue con él. Le seguía un gran gentío que le oprimía. 25 Entonces, una mujer que padecía flujo de sangre desde hacía doce años, 26 y que había sufrido mucho con muchos médicos y había gastado todos sus bienes sin provecho alguno, antes bien, yendo a peor, 27 habiendo oído lo que se decía de Jesús, se acercó por detrás entre la gente y tocó su manto.

28 Pues decía: ‘Si logro tocar aunque sólo sea sus vestidos, me salvaré.’ 29 Inmediatamente se le secó la fuente de sangre y sintió en su cuerpo que quedaba sana del mal. 30 Al instante, Jesús, dándose cuenta de la fuerza que había salido de él, se volvió entre la gente y decía: ‘¿Quién me ha tocado los vestidos?’ 33 Entonces, la mujer, viendo lo que le había sucedido, se acercó atemorizada y temblorosa, se postró ante él y le  contó toda la verdad. 34 El le dijo: ‘Hija, tu fe te ha salvado; vete en paz y queda curada de tu enfermedad.’35 Mientras estaba hablando llegan de la casa del jefe de la sinagoga unos diciendo: ‘Tu hija ha muerto; ¿a qué molestar ya al Maestro?’ 36 Jesús que oyó lo que habían dicho, dice al jefe de la sinagoga: ‘No temas; solamente ten fe.’ 37      Y no permitió que nadie le acompañara, a no ser Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago.38 Llegan a la casa del jefe de la sinagoga y observa el alboroto, unos que lloraban y otros que daban grandes alaridos.39 Entra y les dice: ‘¿Por qué alborotáis y lloráis? La niña no ha muerto; está dormida.’ 40 Y se burlaban de él. Pero él después de echar fuera a todos, toma consigo al padre de la niña, a la madre y a los  suyos, y entra donde estaba la niña. 41    Y tomando la mano de la niña, le dice: ‘= Talitá kum =‘, que quiere decir: ‘Muchacha, a ti te digo, levántate.’ 42 La muchacha se levantó al instante y se puso a andar, pues tenía doce años. Quedaron fuera de sí, llenos de estupor. 43   Y es insistió mucho en que nadie lo supiera; y les dijo que le dieran a ella de comer.”

 

 

COMENTARIO

 

Evangelio de la confianza

 

La labor evangelizadora de Jesús suponía que, en determinadas ocasiones, se tuviese que servir de actos llamados extraordinarios para enseñar. También así enseñaba qué es la voluntad de Dios y, sobre todo, para qué había venido Él al mundo. 

Aquí vemos, o contemplamos como si estuviéramos como espectadores, dos casos distintos, muy distintos: Jairo, jefe, entre otros, de la sinagoga, poderoso entonces, necesita, porque ha confiado en Él, la intervención del Maestro y acude a demandarlo; la hemorroísa, pobre, apartada de la sociedad, también necesita, aunque para ella misma, la mano salvadora y obradora de maravillas de Jesús. Ambos, como sujetos pasivos, que para recibir, creen que la única, y última, posibilidad de salvación, la tienen en aquella persona que camina llevando, en su camino, a tanta gente que confía en su amor, en su entrega, en su don. 

Entre el planteamiento del caso de Jairo y su resultado, entre la desesperación y la alegría, por la enfermedad y muerte y su curación, la hemorroísa, sufridora de flujos de sangre que la imposibilitan para vivir con igualdad entre sus semejantes (debido a la concepción que, entre los judíos, se tenía de la sangre y el manar de la misma) es un caso de especial importancia. No sólo la incorpora a la sociedad sino que, además, lo hace como lo hace con aquel paralítico llevado a su presencia por aquellos amigos grandes en esperanza: primero tiene fe y, por lo tanto, Jesús le perdona sus “pecados” (según la concepción judía) y, luego, su enfermedad se cura. ¡Qué prueba para la fe tan significativa! 

También podemos darnos cuenta de que ambas personas, Jairo y la hemorroisa, a pesar de que Jesús sabía lo que querían y quiénes eran, espera a que ambas personas se identifiquen mediante la manifestación de fe que les impele a demandar su intervención. Es aquí, también, donde el Enviado nos da a entender lo que ya recoge la oración del Padre nuestro e indica; es decir, que hemos de ser nosotros los que demostremos, ante una necesidad, la intervención de quien sabemos que será seguro salvador, sanador, liberador de pecados y enfermedades. Sin embargo, creo yo que esto no debe de hacernos pensar que Dios es un instrumento, alguien  del que podemos hacer uso y luego, tras conseguir lo que queremos, lo olvidamos y seguimos con nuestra vida. Esto no puede ser así pues una cosa es la misericordia de Dios, que es inacabable, y otra el abuso que podemos hacer de ella, y nuestro pensamiento, corazón y conciencia han de hacernos ver que esto es una grave tergiversación de la posibilidad que Dios nos da de actuar en nuestra vida diaria. 

Los casos de Jairo, tan conmovedor (por pedir por una hija, por una niña) y de la hemorroísa, tan de práctico entender (por incorporar a la persona afectada por los flujos de sangre a la sociedad que la tenía olvidada, como si se tratase de una persona apestada) son dos ejemplos, a cada cual más maravilloso, para darnos a entender  la inmensa bondad de nuestro hermano, y Dios, Jesús

Que seamos, nosotros, como Jairo, que pide para otra persona, o como la hemorroísa, que pide para sí misma por algo que es algo más que una enfermedad, es caso de cada cual. Sin embargo, sí que tenemos que tener en cuenta el elemento común a ambos casos que nos debe faltar: la fe. 

 

PRECES

 

Por todos aquellos que no tienen fe como para encomendarse a Dios. 

Roguemos al Señor.

 

Por todos aquellos que no confían en el poder del Creador. 

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a confiar en el poder inmenso de tu sabiduría y su misericordia.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

  

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos. 

Panecillo de hoy: 

Palabra de Dios; la Palabra 

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.  

24.06.21

Ventana a la Tierra Media - El Bien de verdad y el Mal de solemnidad, en J.R.R. Tolkien

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Cualquier lector habitual de J.R.R. Tolkien, en versión propia o en la que ha transmitido su hijo Cristopher de la obra de su padre (al que, por cierto, estamos más que agradecidos y queremos en el Cielo pues falleció este año, el pasado 16 de enero), sabe que si hay un tema que es básico en la obra del profesor de Oxford es el de la existencia del Bien y el Mal o, lo que es lo mismo, que existe uno y otro y que no es lo mismo adherirse a uno que a otro. Y eso ni en la Tierra Media ni en el planeta Tierra pues, como se podría decir, monta tanto y tanto monta la primera como el segundo.

En este común tema del Bien y del Mal no deja de reflejar sus creencias cristianas, aquí católicas, y es de recibo reconocer que lo hace la mar de bien porque queda muy claro quién es el primero y quién el segundo y a qué debemos atenernos con uno y con otro porque aquí, como en la vida misma, no vale que sea sí donde es no pero, sobre todo, no puede ser no donde es sí, si ustedes nos entienden, como diría Sam Sagaz.

Sostenemos, al respecto del Bien y del Mal que existe, en la obra del profesor de Oxford: el primero que lo es de verdad y el segundo que lo es, además de cierto y real, de pura solemnidad en cuanto pompa y aparato malvados de los que hace uso aquel que, pudiendo haber sido bueno prefirió, llevado del odio y de la envidia, oponerse a Eru y adentrarse en las más horribles de las tinieblas para que los más posibles hicieran lo mismo bajo su bota nigérrima.

Todo aquí, como en la vida misma, tiene importancia. Es decir, que el Bien se comporte como le corresponde y que el Mal haga lo que pueda para demostrar que lo es no es cosa que quede como si eso no tuviera importancia sino que tiene sus consecuencias que pueden verse muy bien en la letra de lo escrito por Tolkien padre. Es más, creemos que toda la obra de nuestro autor está relacionada, precisamente y no por casualidad, con esto y creemos que era lo que quería quien todo esto escribió: que al Mal saliese perdedor de su simpar lucha contra el Bien para que lo bueno se enseñorease del mundo y, en lo sucesivo, no tuviera que verse obligado a huir, esconderse o, lo que es peor, morir a manos o instrumentos del primero.

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22.06.21

Un amigo de Lolo – "Lolo, libro a libro" - Cristo Médico – 6

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Con la ayuda de Dios vamos a dar cabida en este blog y, en concreto, en el lugar donde le corresponde que no es otro que el que se refiere al #beatoLolo, lo mismo que hicimos en lo referido a Lolo, periodista, a lo refiere el capítulo de su “Mesa redonda con Dios” de título “El Médico”. 

Y no, no se trata de que en sus ratos libres Lolo fuera médico sino que el susodicho capítulo viene referido a Jesucristo como Médico, donde el alma tanto va a tener que ver. 

Con la ayuda de Dios estamos dando cabida en este blog y, en concreto, en el lugar donde le corresponde que no es otro que el que se refiere al Beato Manuel Lozano Garrido, lo mismo que hicimos en lo referido a Lolo, periodista, a lo que refiere el capítulo de su “Mesa redonda con Dios” de título “El Médico”. 

Y no, no se trata de que en sus ratos libres Lolo fuera médico sino que el susodicho capítulo viene referido a Jesucristo como Médico, donde el alma tanto va a tener que ver.

 

Cristo Médico–6

 

“Mi lema pienso que sea siempre el de un inmenso respeto a la vida, a la sagrada vida que has creado.” (Mesa redonda con Dios. p. 78)

 

Como podemos ver fácilmente, este texto de lo que corresponde al capítulo de título “El Médico” no es muy extenso. Sin embargo, es bien cierto que dice mucho y más que mucho y todo lo que dice debía ser tenido muy en cuenta por todo ser humano aunque bien sabemos que no siempre es así. 

En realidad, esto que nos dice el Beato de Linares (Jaén, España) es algo más que un consejo pues creemos que es una exhortación de parte de Dios

Digamos, para empezar, que un “lema” es algo que, por decirlo así, lleva alguien por bandera y que, por tanto, lo tiene en cuenta en lo que a su vida se refiere. Lo mismo podríamos decir de un grupo o, en general, de una nación. Pero aquí bien que se refiere Lolo a una persona, a sí mismo y a nosotros mismos. 

Pues bien, el lema al que ser refiere Lozano Garrido es bien claro y no debería necesitar de demasiada explicación aunque, por desgracia, sí la requiera. 

Ya lo decimos: hay que tener en cuenta la vida humana. 

Así dicho pareciera que esto carece de importancia pues cualquiera sabe que sí, que la vida humana, por ser cosa de nuestra especie, hay que tenerla en cuenta. Pero algo nos dice que no siempre es así cuando alguien como Lolo se ve en la necesidad de hacer hincapié en una tal realidad. 

Por otra parte, no quiere Lolo que tal lema sea algo, así, como pasajero, como una moda, como una pose, como algo a lo que se le dedica atención según y cómo. No. él lo dice con toda claridad: “que sea siempre”. Y es que siendo eso, siempre, se convierte en un motor de vida que sólo puede ser bueno y mejor. 

Una cosa, pues: respeto a la vida.

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21.06.21

Serie tradición y conservadurismo – Negar el Mal es de necios

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

Hay un dicho muy conocido que informa de lo que puede pasar cuando no atendemos a lo obvio: “No hay más ciego que el que no quiere ver”. Y así estamos en el mundo… con mucho ciego que no quiere ver porque no le interesa o porque es incapaz de ver lo que pasa.

Sabemos que muchas veces utilizó Jesucristo, Hijo de Dios y Dios mismo hecho hombre, una expresión que dice algo así como que “quien quiera ver, que vea” porque, en efecto, la cosa está más del lado del querer que de la imposibilidad citada arriba como instrumento propio del avestruz ese que esconde la cabeza en la tierra cuando ve venir el peligro…

Ciertamente, el dicho que hemos puesto arriba nos dice que, en efecto, si alguien es ciego, lógicamente, no puede ver nada. Sin embargo, aquella persona que se empeña, pudiendo ver lo que pasa, en no verlo… en fin, que es como para darle de comer aparte y decirle que se lo haga ver.

Eso, hacérselo ver, es lo que recomendamos a todos aquellos que sostienen que el Mal no es más que una posición que podemos tener pero que, en realidad, con ser subjetiva la apreciación de este… bueno, pues que se puede plantear la duda de si existe o no.

Es verdad que eso se suele decir para cubrirse las espaldas cuando se ha hecho una maldad y se pretende disimular. Y eso, a ojos del mundo, es posible que cuele y se tenga por buena cosa pero, como sabemos, Dios todo lo ve y por mucho que se trate de mirar para otro lado… en fin, que si la hemos hecho la acabaremos pagando cuando llegue el momento porque el Tribunal de Dios trabaja todos los segundos que tienen cada uno de los 365 días del año e, incluso, cuando es bisiesto y añadimos un día al mes más corto del año, a saber, febrero. Pues sí, también ese día, segundo tras segundo, el Tribunal de Dios tiene su sala abierta…

Partimos, pues, de la creencia y total seguridad de que el Mal existe y que, por tanto, hay que combatirlo con el Bien que es su natural antagonista y quien le puede poner las peras al cuarto, como diría aquel. Y, claro, sostenemos que muestra una necedad digna de otra causa, quien como aportación al discurso diario de las realidades hace la que dice que no, que el Mal no existe y, claro, ni Satanás ni sus diablos y, claro, tampoco el pecado que es donde, en el fondo, se quiere fijar la atención.

Nosotros sostenemos que el Mal existe por esto que sigue:

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19.06.21

La Palabra para el Domingo - 20 de junio de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 20 sino sábado, 19 de junio de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Mc 4, 35-40

 

“35 Este día, al atardecer, les dice: ‘Pasemos a la otra orilla.’ 36 Despiden a la gente y le llevan en la barca, como estaba; e iban otras barcas con él. 37 En esto, se levantó una fuerte borrasca y las olas irrumpían en la barca, de suerte que ya se anegaba la barca.       38 El estaba en popa, durmiendo sobre un cabezal. Le despiertan y le dicen: ‘Maestro, ¿no te importa que perezcamos?’ 39 El, habiéndose  despertado, increpó al viento y dijo al mar: ‘¡Calla, enmudece!’ El viento se calmó y sobrevino  una gran bonanza. 40    Y les dijo: ‘¿Por qué estáis con tanto miedo? ¿Cómo no tenéis fe?’”.

  

 

COMENTARIO

Tener verdadera fe y confianza en Dios

 

Muy conocido es el hecho de que el Evangelio de Marcos es dado a la narración de milagros y otros hechos extraordinarios que, también y por otra parte, son de difícil aceptación para las almas dadas al apego al mundo. En este caso, también vemos como Jesús, a pesar de la falta de fe que parece atenazar a sus discípulos se ve en la obligación de actuar, presto, dominando la naturaleza que se muestra, así, sumisa a sus órdenes, como si no fuera Él quien creó, en la persona de Dios, a esa misma naturaleza… 

Sin embargo, lo más importante no es el hecho mismo del dominio de las aguas pues también se ha dicho  que el lago donde se produce este hecho es dado a repentinos cambios de viento que pasan, de repente, de forma natural. Esto se dice, seguramente, para quitar importancia a este hecho milagroso. Y digo que esto no es lo más importante ya que, como casi siempre hace Jesús, sus hechos trascienden, es decir, lo que significan va más allá de lo que aparentan, de lo que la realidad misma muestra a los ojos de los que miran. 

Aquí, pues, no es lo importante el movimiento de las aguas que el movimiento del corazón que duda, que tiene miedo ante la adversidad, que se deja dominar por lo mundano que le rodea, por lo que sólo ven sus ojos. 

Este texto que nos ofrece Marcos encierra una verdad evidente: ante lo incierto, ante las desviaciones que pueden producirse en nuestra vida por las acechanzas del Maligno, en todas sus formas, ¿cómo  reaccionamos? 

Muchas veces la fe se sustenta por el sutil hilo de nuestro mismo existir, es decir, está directamente relacionada con nuestro acaecer, y eso, querámoslo o no, es bastante triste.

Estos discípulos que acompañan en la barca a Jesús que, tranquilo, duerme, seguro de su poder, siendo Él mismo Dios, mientras que aquellos se atribulan por la tormenta que hace temblar el suelo que los acoge, el agua embravecida, que los impele al horror, les lleva al mismo pánico, al miedo como dice el texto, y a preguntarse si es que a Jesús no le importaba esa situación difícil por la que pasaban, que tan plácidamente dormía… 

Puede más lo real que lo espiritual. En caso de que su fe hubiera ido pareja a su mundanidad, nada habrían temido, en la seguridad de que su Maestro, el Maestro, surgiría de ese descanso para, súbitamente, controlar aquella mala realidad. Sin embargo, han de dudar, de aquí la pregunta de Jesús; ¿Por qué estáis con tanto miedo? 

Antes de dar solución a esto, volvamos al texto en el que se descubre no poca alusión a nuestra vida

En nuestra vida, tan ocupada a veces, nos vemos acechados, de formas muy diversas, por el Maligno, y una fuerte borrasca atenaza nuestro corazón, pudiendo hacer, esto, que poco a poco, ese lugar de donde nace lo bueno y lo malo, ese corazón tan humano, llega a llenarse con el agua sucia del pecado (sea, o sean, el que, los que, sea o sean). Ante esto podemos acudir a la invocación a Dios, hacer uso de ese recurso que es la oración para pedir ayuda, auxilio, en esa necesidad que nos puede avocar al desastre espiritual. Hemos de estar seguros de que el Padre siempre acudirá para darnos su mano amorosa, para salvarnos en esa difícil situación. Ante esto no podemos responder con un apego tal a la tierra que nos haga huir de la fe, de ese creer sin haber visto, que tanto bien nos hace tanto a los espíritus creyentes como puede hacer a los que no creen (por desconocimiento o por voluntad propia). Eso supone tener un conocimiento equivocado del potencial que Dios nos da en nuestra particular creación, es desperdiciar unas posibilidades que se van, irremisiblemente, a perder. 

Si, por tanto, acudimos a la fe, invocamos, pedimos, demandamos, seguro que seremos escuchados, que seremos respondidos y alcanzaremos el corazón de Dios del que sólo sale lo bueno, lo misericordioso, el perdón. 

Así, podrían haber actuado aquellos incipientes pescadores de hombres, pero no lo hicieron y se vieron abocados a acudir, in extremis, a la bondad de Jesús que, como no podía ser de otra forma, acude, presto, en su auxilio, pero planteándoles la terrible pregunta: ¿Cómo no tenéis fe? En esta inquisición, dirigida directamente a su corazón, trata de hacerles comprender lo que debían hacer: confiar, creer, amar, como él amaba, pues confiaba en Dios, creía en su misión y amaba siempre. 

Ahora, preguntémonos nosotros que haríamos en ese caso…

 

PRECES 

Por todos aquellos que no confían en Dios. 

Roguemos al Señor. 

Por todos aquellos que no confían en el poder total de Dios. 

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a confiar en el Padre, a llamarlo y a buscarlo. 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos. 

Panecillo de hoy: 

Palabra de Dios; la Palabra 

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.  

17.06.21

Una ventana a la Tierra Media – Versos, a su modo, para un genio

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Es cierto y verdad que esto    por mucho que lo digamos, 

y pensemos y escribamos       y queramos ser más que francos, 

estamos más que seguros      que cortos siempre quedamos. 

Hagamos, de todas formas,    un esfuerzo bien supremo,

midamos, pues, su luz,          en nosotros, lo dejado.

 

Cuando uno mira de cerca      aventuras denodadas, 

batallas de sangre cierta,       entregas de amigos y damas,

y sabe que los valores,           los mejores que allí existen,

defiéndense con la vida,         con la hacienda y con el alma, 

sabe, a ciencia cierta,             con seguridad no exagerada, 

que es en la Tierra Media,       donde se encuentra su espada, 

pues no hay lugar conocido,   ni inventado ni siquiera imaginado 

que sostener sea capaz,         con seguridad y sin exagerarlo 

todo bien que vence a mal      más allá de lo avistado.

 

Es cierto más que nada,           y nos gusta por eso citarlo, 

que nuestro Maestro,               el de Oxford y otros lares, 

ha sabido elaborar,                  y decimos subcreado, 

una tierra do vivir                    no es labor de cobardes,

un lugar, un ser,                     una historia sin alarde

donde vence quien sabe,        quien su alma pone en ello 

y no se deja amedrentar,        quien tiene en su haber un querer, 

entre sus cejas un sino,          algo así como saber 

que allí tiene su destino,        y en cumplirlo no hay desmayo, 

obligación que sea otra          o un pensamiento a desmano.

 

Tierra Media dibujada             por las palabras bien ciertas, 

por sílabas acertadas             y con los acentos seguros, 

donde el Hobbit dignifica        todo el ser de una raza, 

donde el Elfo nunca muere     si no es bajo cierta amenaza 

o bien pueda la tristeza          encogerle corazón y alma, 

donde el hombre,                  criatura limitada,                  

tiene el don de Ilúvatar          que los Elfos envidiaban.

 

¿Puede acaso la muerte         ser objeto de alabanza? 

Decimos que hay algunos,      poderosos en saberes, 

centenarios en sus vidas,       guías de otros vivientes,

que sobre tal realidad             muchas horas pensaran 

llegando a la conclusión,        y más que mucho meditada, 

que ver morir a los amigos     por no ser razas de Cuivienen, 

es cosa de pensar                  y no muy buena ganancia.

Genio donde los haya,            escritor de horas largas, 

definidor de los límites,          de lo fantástico dueño, 

camino para llegar                 hasta un mundo no pequeño, 

subcreador que quiso,            por encima de otras cosas, 

certificar por su mano,           dejar para siempre bien claro, 

que el Bien ha de vencer,       que lo malo hay que quemarlo, 

que todo lo bueno es bueno   y lo malo, siempre malo.

 

Maestro de los maestros         escribidor de mundos nuevos, 

subcreador sin medida,          sugeridor de fantasías, 

nos has llevado al mundo,      uno, mejor, recreado, 

y agradecidos lo alabamos     y admirados nos gozamos.

Tu dirías que Amén,               y nosotros rubricamos.

 

Gracias, dadas, siempre van a ser pocas pues muchas son las sugerencias que el corazón contiene, libre de desilusiones y repleto de lo mejor del mundo subcreado. Y gracias, siempre, merecidas, y pro eso las damos.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

15.06.21

Un amigo de Lolo – "Lolo, libro a libro"- Cristo Médico – 5

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Con la ayuda de Dios vamos a dar cabida en este blog y, en concreto, en el lugar donde le corresponde que no es otro que el que se refiere al #beatoLolo, lo mismo que hicimos en lo referido a Lolo, periodista, a lo refiere el capítulo de su “Mesa redonda con Dios” de título “El Médico”. 

Y no, no se trata de que en sus ratos libres Lolo fuera médico sino que el susodicho capítulo viene referido a Jesucristo como Médico, donde el alma tanto va a tener que ver. 

Cristo Médico – 5

 

“Que yo cuide a los que sufren como si hubiera sido tu médico de cabecera en el Calvario. Sólo deseo verte siempre al fondo del eclipse de los hombres, palpitante y glorioso también en las lágrimas, que son la custodia del dolor, el Octavo Sacramento. Cuanto más trágica sea una crisis o más acerada la pobreza, más veneración quiero sentir por tu agonía o tu humildad. Que mis manos recen también punzando un absceso o manejando el recetario.” (Mesa redonda con Dios, p. 78)

 

Dice Lolo que las lágrimas son el “Octavo Sacramento” y lo dice, seguramente, porque sabe que son algo sagrado cuando se vierten por algo sagrado como, por ejemplo, es el dolor o es el sufrimiento entendidos en su más amplio sentido espiritual. Y, como tal Sacramento, lo instituyó Cristo en el Calvario, allí donde las vertió y, con las mismas, nos ganó la vida eterna y la salvación.

El médico, llamado antes, “de cabecera”, es quien aconseja en los malos momentos físicos y, en este caso, del alma, los espirituales. Y Cristo está ahí para aconsejarnos las curas que debemos aplicar a nuestros dolores del cuerpo y del alma. Y ser médico, el Médico por excelencia, es querer serlo en los momentos más difíciles. Entonces, en esos momentos, viene muy bien que alguien como es el Hijo de Dios ponga su corazón en el nuestro y, permaneciendo en el mismo, siembre consuelo, otorgue lucidez ente el sufrimiento, esperanza ante la noche.

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14.06.21

Serie tradición y conservadurismo – Mirar para otro lado

Resultado de imagen de Tradición y conservadurismo

 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

Cuando Dios creó al hombre estamos más que seguros que sabía qué iba a ser de su vida. Y esto lo decimos por lo que sigue. 

El escritor inglés C.S. Lewis, en su libro Mero cristianismo y en un momento determinado dice algo que tiene mucho de interesante. El caso es que sostiene (diciendo, además, que lo que dice no está en la Biblia y que se puede seguir siendo buen cristiano si no se está de acuerdo con eso que sostiene el autor de Las Cartas del Diablo a su sobrino) que Dios está, por así decirlo, en una línea temporal por encima de la del ser humano y que en ella se puede trasladar de un momento a otro de la historia de la humanidad siendo, sin embargo, para Él siempre su presente aunque, claro, para el hombre es el tiempo en el que vive en que está y no puede optar por saber su futuro cuando Dios, en efecto, lo sabe. Y el que esto escribe, católico de bautismo, acepta tal teoría que, además, explica muchas cosas de las que habla la Sagrada Escritura. 

Pues bien, como hemos dicho arriba, Dios sabía qué iba a ser del hombre, de su devenir, de las circunstancias por las que iba a pasar. No obstante, no quiso, digamos, manipular su futuro sino que le dio libertad, don del Todopoderoso, para que hiciera, simplemente, lo que quisiera. Y eso fue lo que hicieron nuestros Primeros Padres con los resultados más que conocidos por todos. 

Muchas veces tuvo que intervenir Dios en el devenir del ser humano. Y es que el mismo ha mostrado siempre tendencia a hacer de su capa un sayo y, en fin, a caer muchas veces en el abismo del que tanto habla el salmista haciendo eso, además, con plena delectación y gozo… 

Han ido pasando los siglos desde, por ejemplo, la venida al mundo por primera vez del Hijo de Dios y no podemos decir que la cosa haya ido a mejor, sobre todo, a partir de finales del siglo XVIII donde pasó lo que pasó que es el origen preciso y exacto de todo lo que pasa hoy día, algunos siglos después de que a algunos le pareciera bien eso de cortar cabezas en nombre de no sé qué luz humana… 

Tenemos, por un lado, el don de la libertad llevado al extremo y, por otro, el hacer uso de este, de tal forma extrema, con el resultado al que hemos llegado hoy día entre lo que podemos destacar: 

1. La falta de fe y su extralimitación,

2. El abandono de Dios,

3. El nihilismo rampante,

4. Rechazo de los principios religiosos,

5. La implantación del escepticismo,

6. Negación de todo lo superior,

7. Negación de todo dogma,

8. Destrucción de valores que se consideran caducos,

9. Sustitución de la voluntad de aceptación por la de poder,

y 10, imposición de una realidad alejada de lo espiritual. 

Vemos, por tanto, que el uso de la libertad de una forma tan equivocada ha acabado suponiendo un daño a la humanidad misma que ha gozado, desde siempre, de poder decidir sobre el Bien, al que debería acercarse, y sobre el Mal, a quien debía rechazar pero que, como vemos, ha sido quien ha acabado (por ahora) saliendo vencedor de esta simpar batalla. 

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