5.08.21

Ventana a la Tierra Media – Y de la música surgió todo – 1- La batalla del Principio

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

La batalla del Principio

Nada ni nadie había antes que Eru, llamado también Ilúvatar, pues todo fue creado por Él. Y empezó por el principio en aquel Principio de todo.

Y Eru creó a los Ainur, espíritus superiores de entre los que vendrían a ser creados por el corazón y la mano de Ilúvatar.

Quiso Eru que aquellos que había creado tomasen parte en la aparición de todo. Y les propuso que elaborasen una música especial con la que todo aparecía porque todo surgió la música. Y por muy extraño que nos parezca a nosotros, los hombres, única raza que queda de las que hubo entonces, ciertamente eso fue lo que pasó según cuentan antiguas historias que incluso podríamos llamar viejas.

Ainur (ITA) - Discografía, line-up, biografía, entrevistas, fotos

Y aquel contador de historias continuó pues todos lo miraban con ansia de conocer, de saber cómo habían sido aquellos primeros tiempos de los que todo vino a ser lo que hoy es, Edades de por medio, por supuesto.

El fuego, reavivado varias y muchas veces, hacía que el ambiente fuera agradable, acogedor, y no había allí nadie dispuesto a marcharse.

- ¿Y qué pasó entonces?, preguntó el hijo pequeño de Hirum.

- Paciencia, paciencia pequeño. Pues fue esto.

Marcin Witkowski on Twitter: "#Eru #Iluvatar #silmarillion #Tolkien… "

Como he dicho antes, Ilúvatar quiso que fuese lo que no había sido hasta entonces y creó a los Ainur. Eran poderosos y obedecían en todo a su Creador. Bueno, pero no todos, no todos, pues había uno, al que llamamos Melkor y luego llamaríamos Morgoth, que no estaba de acuerdo ni con la música propuesta por Eru ni con los acordes que los demás Ainur habían sometido al apreció de Ilúvatar ni con nada de aquello. Él quería improvisar según su gusto que, como sabemos, no era nada diáfano sino todo lo contrario.

Quería ir por libre e hizo su música. La verdad es que a nadie le gusto aquella forma de interpretar la melodía que les había dado Eru para que, con ella, hiciesen su música. Y era discordante porque había tomado del Vacío Exterior lo negro y eso no era buena cosa para lo que debía crearse.

Ciertamente, podemos decir que Melkor era, al fin y al cabo, un pobre Valar porque su ansia de poder lo desgajó de aquel mundo perfecto que estaba naciendo y luego, como todos sabéis, pasó lo que pasó a lo largo de las Edades que han pasado desde aquel primer entonces y ahora, cuando os cuento esto para que nunca olvidéis que es buena cosa mirar para otro lado cuando Erú sostiene una cosa y que no es nada perfecto hacer, justamente, lo contrario…

Sabéis muy bien que Melkor no era un Ainur cualquiera sino que Eru le había dado los dones mejores de los que podía dar Ilúvatar. Y también el mejor conocimiento además de contar, para sí, con algunos de los dones que le habían sido otorgados a sus hermanos. Por eso era a quien más se le podía exigir obediencia a Quien todo lo había hecho, también, por él. Pero no fue así.

Melkor visitó demasiadas veces el Vacío. Y lo hizo porque quería tener para sí la Llama Imperecedera y así poder crear, él también, como lo hacía Eru. Pero no la encontró pues sólo está con Ilúvatar y no estaba al alcance, ni siquiera, de un tan poderoso Valar.

Melkor | Wiki | El Señor De Los Anillos JRRT Amino

Lo que le pasaba a Melkor es que no quería que el Vacío estuviese, así, vacío. Y lo que consiguió fue que, al estar en tantas ocasiones sin la compañía de los otros Ainur empezó a pensar según su negro pensamiento. Y empezó a tejer en su corazón venganzas y odios.

Y con todo aquello que Melkor llevó del Vacío compuso una música que tanto discordó con la de los demás que sustentó una verdadera batalla en la que la tormenta y el desvarío tomaron el lugar del orden y de lo bien hecho. Y eso impacientó a Eru e hizo cesar, de inmediato, la música. Y lo hizo airado contra Melko porque sabía que había sido él y no otro quien había protagonizado aquel desorden que tanto daño estaba haciendo a los demás Ainur y, por tanto, a la misma creación.

Y entonces Eru dijo algo que daño mucho el orgullo de Melkor y que sería el origen de todo el Mal que luego promoción: todo viene de Ilúvatar y nada de lo que se haga puede hacerse sin ser Él la fuente.

Y Melkor tomó aquello no sólo como una acusación sino, sobre todo, como un reto que nació de la vergüenza que sintió por haber sido descubierto.

- Y por hoy ya es suficiente, niños. El próximo día continuaremos con esto que no es una historia o un cuento para entretener sino lo que, verdaderamente, pasó.

Y no nos despedimos sin decir que hubo una general queja de los pequeños.

(Continuará)

 

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

3.08.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La Gloria en paracaídas (El Reino) –2 – Ansia de Dios, Padre.

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La Gloria en paracaídas (El Reino) –2 – Ansia de Dios Padre

 

“Y, sin embargo, ¡qué sed, qué sueño y qué felicidad de Ti! No es lo malo morir, que ha de ser un día más o menos lejano, sino vivir sorbidos desde tu felicidad o atronados por tu llamamiento y tener que caminar como las tortuguitas, con su carga a cuestas, con su carga a cuestas y el paso lento y cansino.” (Mesa redonda con Dios, 215)

 

Seguimos con este texto perteneciente al capítulo “Dios al volante” en el que el Todopoderoso está más cerca de sus hijos que nunca porque cae, digamos, como dice el título de esto, “en paracaídas”. 

Como reconoce el Beato de Linares (Jaén, España) es difícil, por según cómo somos, alcanzar el corazón de Dios. Sin embargo, lo que no cabe la menor duda es que sí es posible tener algo que a nadie se nos puede negar: ansia del Padre. 

Como pasa, por lo general, con los santos y personas especialmente fieles y devotas, y sin confundir lo que eso significa de cara a su vida y existencia en el mundo, existe un ansia de Dios que va tan más allá del más acá que se manifiesta en querer estar cerca de Dios, pero cerca y más que cerca. Y ejemplo de esto es el tan conocido “muero porque no muero” aunque, decimos, no hay que equivocarse al querer entender esto como la manifestación de un querer “quitarse de en medio” para estar con Dio pues eso no es ni permitido por el Creador ni debe ser querido por ningún hijo suyo. 

Buenos, pues una vez aclarado esto, digamos que Lolo dice que tiene esto refiriéndose a Dios al ansiar querer su cercanía

 

1. Sed 

2. Sueño 

3. Felicidad

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2.08.21

Serie tradición y conservadurismo – Sobre símbolos y creencias cristianas

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

El camino de Jesucristo fue uno de enseñanza.

Así, su incansable labor de dar a conocer la Palabra de Dios, el verdadero sentido de la Ley que su Padre dejó dicha para la vida del hombre lo fue para que, al fin y al cabo, aquellos duros y pedregosos, corazones, se transformaran en órganos del espíritu suaves, tiernos, blandos y refractarios a todo lo malo e insidioso del mundo, liberados voluntariamente de las asechanzas de las que, tantas veces, no nos vemos libres. Y, desde entonces, una tradición ha ido transmitiéndose de generación en generación que es, ahora mismo, válida como lo fue entonces o, a lo mejor, más aún por la persecución actual de la misma y hacia la misma por parte del Mal.

Podemos preguntar, a tal respecto, si es que hay algo malo en transformar los corazones. Y lo preguntamos porque no es lo mismo ni es igual tenerlo de una forma o de otra, ser duro o tierno, de piedra o de carne…

Nosotros, desde aquellos primeros nosotros hasta los hoy actuantes en la fe en Cristo, es posible que solamos andar por caminos no muy proclives al apostolado; a ser, por así decirlo, apóstoles modernos y a difundir, cada uno de la forma que pueda o Dios le dé a entender, el mensaje claro que Jesucristo vino a traer: el amor, Ley suprema del Reino de Dios, que ha de reinar en nuestras relaciones de criaturas suyas y, por eso, hemos de cambiar a aquella norma divina; es posible que nos ausentemos de la defensa de los valores cristianos y huyamos, así, de esa obligación que tenemos como discípulos del Maestro de Nazaret y Mesías esperado. Y esa es nuestra cruz y, claro, su Pasión.

¿Qué hay de malo en no cejar en la transmisión de tal testimonio y tal doctrina?

Por otra parte, el camino de Jesús también fue un camino de incomprensiones, trufado con las maledicencias que sobre Él se proferían, rescatando del fondo más oscuro del corazón del hombre acusaciones sin fundamento pero fundadas en la perversión de la Ley de Dios; de interpretaciones insanas de la doctrina que proclamaba porque tenían miedo de lo que podía significar en sus vidas y de la responsabilidad que se derivaba de todo aquello. Fue, por eso mismo, un andar donde muchas de las piedras que en el camino se intentaron tirar contra su persona haciendo, queriendo aniquilar, ¡de la forma que fuera!, el verbo limpio y el claro mensaje, dieron donde querían. Y ante esto no se arrepintió de lo dicho, ni se vino abajo, ni dejó de hacer lo que debía. Y la tradición fue tomando forma, en cada persecución y en cada asechanza.

Pero nosotros, conocedores del mundo, del momento que nos ha tocado vivir, sabedores de los lobos y las serpientes que tenemos alrededor preparadas para asestarnos lo que creen el golpe definitivo, también nos enfrentamos a incomprensiones y toda clase de ausencias de percepción de nuestra existencia y la existencia de nuestra fe; también podemos, somos, acusados de perturbaciones sin cuento y de todo lo malo que, en espíritu y en conciencia, pueda suceder en el mundo: oscurantismo, tenebrismo, ir contra el “progreso”, de ser reaccionarios, etc. Y ante esto también podemos optar, como le sucedió a Jesús, por dos formas de actuar:

-Permanecemos impertérritos ante lo que nos sucede y seguimos adelante contra viento y marea: somos fieles a Dios y a nuestra fe cristiana y cumplimos con nuestra obligación de hijos del Todopoderoso que ama y tiene por buena una Tradición que se inició con su propio Hijo.

-Cedemos a las influencias malsanas del ambiente subjetivista y relativista, además de nihilista y conformista, que nos rodea y nos dejamos vencer por todas esas malformaciones del corazón. Aquello es nuestra cruz y nuestra reacción, a veces, la Pasión de Cristo: somos light, muelles, acomodados al qué dirán y políticamente correctos.

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31.07.21

La Palabra para el Domingo - 1 de agosto de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 1 de agosto sino sábado, 31 de julio de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

  

Jn 6, 24-35

 

“24 Cuando la gente vio que Jesús no estaba allí, ni tampoco sus discípulos, subieron a las  barcas y fueron a Cafarnaúm, en busca de Jesús. 25 Al encontrarle a la orilla del mar, le dijeron: ‘Rabbí, ¿cuándo has llegado aquí?’ 26 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. 27 Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre, porque a éste es a quien el Padre, Dios, ha marcado con su sello’.

28 Ellos le dijeron: ‘¿Qué hemos de hacer para obrar las obras de Dios?’ 29 Jesús les respondió: ‘La obra de Dios es que creáis en quien él ha enviado’. 30 Ellos entonces le dijeron: ‘¿Qué señal haces para que viéndola creamos en ti? ¿Qué obra realizas? 31 Nuestros padres comieron el maná en el desierto, según está escrito: Pan del cielo les dio a comer’. 32 Jesús les respondió: ‘En verdad, en verdad os digo: No fue Moisés quien os dio el pan del cielo; es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo; 33 porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da la vida al mundo’. 34 Entonces le dijeron: ‘Señor, danos siempre de ese pan’. 35 Les dijo Jesús: ‘Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed.’”

 

COMENTARIO

Buscar a Cristo y entenderlo

 

Es bien cierto que muchos buscaban a Jesús. También es cierto que no siempre lo buscaban por espirituales razones. 

El Hijo de Dios los tenía bien calados. Y queremos decir con esto que conocía, humanamente hablando, a los que iban detrás de Él o tras Él. Y no siempre era bueno el resultado de tal conocimiento. 

Cuando aquello del milagro de la multiplicación de los panes y de los peces a muchos se les debió alterar más el estómago que el corazón. Y es que si aquel Maestro hacía eso…  ¡Sería bueno ir tras Él! 

Pero Jesucristo entiende las cosas espirituales como deben ser entendidas. Y no se equivoca con ellas porque conocer más que bien la voluntad de su Padre Dios Todopoderoso. 

La atención la pone Cristo sobre lo que importa y no es, precisamente, lo que es perecedero. 

La vida eterna, aquella que dura para siempre no es, por eso mismo, perecedera. No. Nunca termina. Y es la que se debe buscar. Y lo otro, lo que pasa y muere no tiene tanta importancia como le daban aquellos otros nosotros y, ahora mismo, nosotros mismos. 

Debemos trabajar y obrar para el alimento que nunca muere. 

La pista sobre qué es tal alimento nos lo da el mismo Hijo de Dios. Ni quería entonces ni quiere ahora que hagamos excesivas elucubraciones teológicas. No. Lo dice todo bien claro: el alimento que no perece lo da el Hijo del hombre. Es decir, Él mismo.

Sobre esto puede haber duda alguna. No hay nadie, ni ha habido antes de la llegada del Mesías, ningún otro ser humano que lleve, sobre sí, el sello de Dios ni nadie, por tanto, que pueda ser capaz de hacer lo que en su día hizo su Hijo. Por eso era tan importante escuchar lo que decía y, luego, ponerlo por obra. 

Aquellos querían saber más. A lo mejor, seguramente, no habían acabado de entender aquello del alimento que nunca muere, etc. Y preguntan. 

Creemos que, con franqueza, ellos querían saber para hacer según les decía aquel Maestro al que muchos querían de verdad. 

Lo que debían hacer era sencillo: creer en el Hijo del hombre, en Aquel que les estaba hablando. 

Ellos, sin embargo, aún no acaban de creer. Son duros de corazón. 

Seguramente todos los presentes sabían lo del maná que, como alimento y ante el ruego del pueblo elegido por Dios, salvó la vida a los que no acababan de confiar en Aquel que les había sacado de muy malos momentos. 

Aquel maná, sin embargo, no era cosa de Moisés. Es decir, no fue el profeta quien les procuró el alimento. No. Fue Dios mismo el que, ante la situación por la que pasaba su pueblo, envió la salvación en forma de alimento. 

Ellos, sin embargo, atribuían a quien les llevó por el desierto, aquel milagroso hecho que tantas vidas salvó. 

Pero Jesucristo sabe que no todo es como pueda aparentar ser. Y ellos, quiere comer del pan que les anuncia porque, según entienden, es que les va a traer la salvación. Sin embargo, no acaban de comprender del todo lo que les dice el Hijo de Dios. 

El Mesías no dice nada que no se pueda entender: Él es el pan bajado del Cielo. Por eso, deben acudir a Él y aceptarlo como el Hijo de Dios enviado por el Creador al mundo para que el mundo se salve. 

No tener nunca hambre y no tener nunca sed. Y es que una promesa como esa sólo la puede hacer quien sabe que puede cumplirla. 

 

PRECES 

Pidamos a Dios por todos aquellos que dudan acerca del Pan bajado del Cielo. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no saben ver la salvación que hay en Cristo. 

Roguemos al Señor.

  

ORACIÓN

 

Padre Dios; gracias por haber enviado a tu Hijo para que fuera el pan bajado del Cielo. 

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto. 

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

29.07.21

Ventana a la Tierra Media – Eru o Ilúvatar

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En el principio estaba Eru, el Único, que en Arda es llamado Ilúvatar; y primero hizo a los Ainur, los Sagrados, que eran vástagos de su pensamiento, y estuvieron con él antes que se hiciera alguna otra cosa.

 

Estas son las primeras palabras de “El Silmarillion” y corresponden al capítulo titulado “Ainunlindalë” y subtitulado, explicando muchas cosas, “La Música de los Ainur”. 

Hay, por tanto un principio de toda la subcreación que J.R.R. Tolkien lleva a cabo mediante la intervención del Eterno pues siempre existió, antes, durante y después. 

¿Qué quería hacer Eru? 

¿Cuáles eran sus intenciones? 

¿Dejó que uno de los Ainur se le fuera de las manos? 

Estas preguntas, claro, requieren respuesta pues, de otra forma, todo esto quedaría algo así como huérfano de un qué, de unas razones, de unos motivos, sobre todo de éstos. 

En primer lugar, Ilúvatar debió querer ser generoso y no egoísta. Si existía él y existía solo… en fin, como que no podía, siquiera, conversar con nadie. Y entonces creó a los Ainur para, al menos, tener con quien echar un parrafillo de vez en cuando.

 Y entonces hizo a los Ainur que eran vástagos de su pensamiento. Y cuando el autor del libro nos dice eso está queriéndonos decir que descendían directamente de Quien los creaba y, por tanto, no los había hecho extrasímismo, si se puede decir así. 

Y, entonces, aquellos que brotaban del pensamiento de Ilúvatar, vinieron a ser como los brotes que nacen de una planta que, así, renueva su propio ser. Y fueron otros teniendo en sí la esencia del que habían salido, vástagos de un poderoso ser que existía desde siempre. 

Esto fue así, es así porque lo podemos leer. Pero, de todas formas, Eru debió tener algunas intenciones para que aparecieran los Ainur, aquellos primeros de entre los existentes que luego vinieron a ser y a existir. 

A nosotros se nos ocurren, por ejemplo, éstas: 

-Porque quería que los Ainur fueran instrumento de la subcreación. 

-Porque les iba a otorgar el don de hacer aparecer realidades. 

-Porque quería que su voluntad se recondujese a través de aquellos seres. 

-Porque esperaba el posterior desarrollo armónico de lo que llenó el vacío. 

En realidad, la intención suprema de Ilúvatar al hacer que nacieran aquellos vástagos de su pensamiento fue hacer posible lo que, hasta entonces, no era ni existía. Y así se verificó luego de entonar los temas que les propuso a los Ainur aunque en alguno de ellos hubiera un discordante, origen de todo mal y de todo el Mal posterior y cuyo nombre no vamos a citar, siquiera, aquí. 

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27.07.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – 1- La Gloria en paracaídas (El Reino)

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La Gloria en paracaídas (El Reino)

 

 

“¿Hay, Padre, algún hombre que de por sí pudiera alcanzar tu corazón y, todavía más, merecerlo? Cada distancia, desde el esfuerzo personal, ¿no es como si cada cual quisiera remontarse por una cuerda de nudos? ¡Ahondar en ti, para verte, como el lugareño para contemplar el gran coto de caza desde la empalizada de su indignidad como los novios que, en la promesa de su dicha, ya muy inmediata, dan a vista un ajuar que sólo ellos han de disfrutar” (Mesa redonda con Dios, 215)

 

Otro capítulo de este especial “Dios al volante”. El título es más que significativo pues nos muestra la Gloria de Dios muy cercana, que cae sobre nosotros, sus hijos y, además, que es el Reino, el de Dios, el definitivo que llamamos Cielo por no tener mejor palabra para definir la Bienaventuranza y la Visión Beatífica. 

En realidad, en las primeras palabras que Lolo nos dice se escucha el eco del Salmo 14 que dice: “Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda y habitar en tu monte santo?” Para luego responder: “El que procede honradamente y practica la justicia, el que tiene intenciones leales y no calumnia con su lengua” Y así sigue un rato este Salmo que tiene como objetivo, en definitiva, conducir el ser de los hijos de Dios para que puedan, eso entrar en Su tienda. 

Por eso decimos que el Beato de Linares (Jaén, España) pregunta lo que pregunta pero lo hace conociendo la naturaleza del ser humano, incluso, creyente. Y dice “algún” porque a lo mejor no hay, siquiera, nadie que pueda alcanzar el corazón de Dios sin limpiar antes el alma… 

El caso es que ni en esto, sobre todo en esto, Dios abandona a su prole. Y es que nos habla Lolo de alguien que, para alcanzar el corazón de Dios hace uso de una “cuerda de nudos”. Y esto ha de querer decir que sería muy diferente, haciendo uso de tal imagen espiritual, querer alcanzarlo utilizando una cuerda “lisa” y sin nudos pues cualquiera sabe que es mucho mejor tener el nudo apoyarse en él y no la escasa ayuda que proporciona una cuerda que no los tiene… Y nosotros creemos que los nudos son las gracias, dones y regalos que Dios ofrece a sus hijos para que sean aceptados y, luego, haga uso de los mismos. Así resulta más fácil tratar de alcanzar el corazón de Quien nos ha creado.

Pero también se nos ofrece otra posibilidad: se ha alcanzado el corazón de Dios pero queremos ahondar en el mismo. Y entonces Lolo nos ofrece dos imágenes. 

En una de ella nos vemos como aquel que se saber indigno de un goce así. Y es algo parecido al publicano que reconocía que lo era ante Dios y así lo decía. Y, entonces, ver al Creador con humildad, desde nuestra obligada humildad pues nada somos ni debemos creernos nada más, ni menos, que hijos suyos. 

Es verdad que eso lastra mucho nuestra visión de Dios. Es decir, por mucho que el Todopoderoso se nos ofrezca como es o, por decirlo pronto, tan bueno y misericordioso como es, no son pocas las ocasiones en las que no queremos sentirnos indignos pues eso afecta mucho a nuestro “ego” y no queremos darnos cuenta, precisamente, de lo indignos que somos…

Pero no podemos dejar de reconocer que la imagen de los novios que pronto dejarán de serlo para contraer matrimonio tiene una fuerza más que especial. 

Esto lo decimos porque en tal relación hay mucho de esperanza y mucha ansia por el porvenir, por el qué será de sus vidas. Y es que ellos se saben dichosos y tal dicha fomenta en sus corazones el don preciado del amor y por el miso se conducen sus existencias. 

En realidad, creemos que Lolo nos está diciendo que el goce de acercarnos a Dios es algo más que personal, muy nuestro y muy particular pues el Creador es uno que lo es Dios personal. Por tanto, alcanzar su corazón no es cualquier cosa sino la forma más directa de sabernos hijos y de creer que todo esto es cierto y es verdad. 

Ciertamente, la Gloria de Dios cae sobre nosotros para fundamentar nuestra existencia con un fondo perfecto de Amor y misericordia. Y es lo que debemos aceptar.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

26.07.21

Serie tradición y conservadurismo – Sobre la fe y la razón

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

En el albor de la creencia en Dios Único y Todopoderoso, al padre Abraham, que vivía en un mundo politeísta, le movió la fe que tuvo en Aquel que le habló sin esperarlo, le transmitió su voluntad que desconocía y le movió a iniciar un éxodo bastante peculiar por el desierto ignorando muchas realidades ante las cuales, sin embargo, no puso objeción. Por eso podemos decir que fue el primer ser humano que tuvo fe porque creyó sin ver y confió sin saber qué pero sí en Quién y, por tanto, con derecho lo llamamos Padre de nuestra fe.

La razón que hizo que aquel hombre hiciera aquello no debió estar muy alejada de la fe que lo había conquistado y fue, seguramente, la primera persona de la humanidad que comprendió que razón y fe son una realidad que, en común, hace avanzar al mundo.

Sin embargo, se suele argumentar en muchas ocasiones que una y otra, razón y fe, no pueden mantener una relación muy duradera porque resulta inexplicable, con la razón, la fe.

Ante una proposición de tal jaez, que limita una necesaria relación entre razón y fe, podemos decir que este análisis, plantear así las cosas, adolece de un error que, de raíz, falsifica el resultado de éste y lo convierte en torticero y voluntariamente equivocado.

Entre fe y razón existe algo que, en realidad, hace que una presuponga la otra.

Podemos decir que existe una sociedad entre la fe y la razón según la cual cuando a lo largo de la historia la segunda ha actuado sin el acuerdo con la primera, las más grandes aberraciones se han sucedido. Al respecto, muy conocida es aquella expresión procedente de un aguafuerte de Goya que dice “El sueño de la razón produce monstruos”. Cuánto más los sueños…

Al respecto de lo dicho arriba la razón ha de verse matizada por la fe de tal manera que sienta el fuego de purificación que la creencia supone. Así queda limpia de aquello que, como sarmiento podrido, perjudica el normal desenvolvimiento de ser humano llamado hombre.

Al contrario, cuando se ha dado un acuerdo entre fides et ratio podemos decir que no ha habido extralimitación de las posibilidades que la segunda puede llegar a alcanzar.

Ahora bien, esto último no ha sido siempre posible.

A raíz del denominado “siglo de las luces” se fue produciendo una paulatina separación entre lo que lo que no puede haber distancia. Fe y razón parecen haberse distanciado tanto que de la vieja relación entre ellas casi nada queda.

Y es que la soberbia humana puede producir efectos en el corazón del hombre que, queriendo olvidar lo que llaman “sometimiento” a la religión, desvían el correcto caminar por el mundo y, llevados por un relativismo rampante, vierten su voluntad en un hacer equivocado y todo lo que suena o pueda sonar a tradición queda relegado no ya en el vagón de la historia sino, ahora mismo, en el cajón que más escondido pueda estar del presente creyendo, además, que hacen un favor a la humanidad con actuar así cuando, en realidad, lo que se está haciendo es un daño más que grande.

A esto se le ha llamado, con acierto, “tentación racionalista” pues no es más que un intento, a veces conseguido, de evadir la influencia que la fe tiene en la razón y es, sobre todo, un actuar que se impone a fuerza de leyes y reglamentos que puestos en manos de las que lo son perversas y corruptas (moralmente hablando) sólo pueden abocar al hombre y a la sociedad de la que forma parte al abismo del que tanto habla el salmista bíblico.

¿Qué tipo de influencia es ésta?, ¿En realidad, esto tiene solución?

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22.07.21

Una ventana a la Tierra Media - ¿Cómo ha de ser la vida de un discípulo del Mal?

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Como es lógico pensar, aunque a lo mejor no todo el mundo está de acuerdo en esto, suele gustar más ser de los buenos que de los malos. Y sí, quizá eso pueda resultar un poco maniqueo pero a nosotros no nos gustan las medias tintas ni estar nadando en dos aguas a la vez o en medio de las mismas… Es decir, como sabemos que hay Bien y hay Mal… pues preferimos al primero y no al segundo. 

Eso vale, digamos, para la vida actual, la real, la que cada uno llevamos pero, para el caso, también nos vale para la propia de la Tierra Media. Y es que, en esto, la realidad puede trasplantarse a la ficción que es lo que muchas veces hizo J.R.R. Tolkien o, en realidad, es lo que hace todo el rato… 

Pues bien, el ser de la parte que no quiere el daño para la otra supone incardinarse en el mejor de los mundos pues es una buena forma y manera de vivir sin agriarse el corazón y sin pretender empuñar algo más que una pluma para escribir, si ustedes nos entienden. 

 Azog El Profanador on Twitter: "Apuesto que los que gritan y alborotan no  han alzado una piedra para ayudar en la minga, por qué no los sacan??… "

Para esto, podemos imaginar la vida en La Comarca antes de todo lo que sucedería con el tiempo. Y la existencia de sus habitantes, ¡cómo decirlo!, era plácida no sin esfuerzo pero gozosa en sí misma. Y ellos, allí mismo, eran felices en el exacto sentido de la palabra. Y trabajaban, a lo mejor sin saberlo, para el Bien. 

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20.07.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - Lo que todo canta

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Lo que todo canta

 

 

“Santificado seas, Señor

en la ciencia con que el hombre penetra tu misterio

y en la perfección con que redondea la Naturaleza.

‘Santo’ te diga el átomo

que mueve una central de energías

y la mesa de conferencias

que busca una paz.

 

Santificado seas en el bloque de viviendas

que se levanta,

el parque de recreo que se termina,

las industrias que hacen innecesaria la emigración.

 

 

Bendito seas mil veces

cuando se apaga la palabra ‘enemigo’,

nadie murmura de otro,

hasta los pobres pueden entrar en una confitería,

ya las puertas no tienen llave porque

nadie roba,

no hay cárceles ni talonarios de multas,

se echan las gentes el brazo por los hombros

o se nivelan en la mirada a la piel,

el mantel de la masa

el pensamiento y la libertad.

 

 

Santificado, por tu fin, tu nombre,

en el coro con que lo entonan la gratitud filial

de todas las criaturas.” (Mesa redonda con Dios, p. 213)

 

 

 

Cuando abunda lo bueno y cuando se mejora lo malo. Así bendice el Beato de Linares (Jaén, España) a Dios mismo Quien todo eso hace posible. 

Digamos, por cierto, que el texto original que hemos traído hoy aquí no tiene formato de poema sino que lo es en prosa. Sin embargo, desde que lo leímos por primera vez a nosotros nos parecía que ni pintiparado para que fuera expresión poética y así lo hemos puesto. Seguros estamos que Lolo nos perdona esta pequeña licencia. 

De todas formas, creemos que lo que aquí importa está dicho en el propio título de este artículo: “Lo que todo canta”. Y es que el que tiene el pequeño apartado que Lolo escribe en este “Dios al volante” que es el capítulo que estamos trayendo aquí las últimas semanas. 

Lleva, también, un subtítulo y es “Santo” pues no otra es a Quien va dirigido esto que bien parece una oración y un agradecimiento grande pues aquí todo es dar gracias.

 Es verdad que todo lo ha hecho Dios. Sin embargo, es más que bueno darse cuenta de eso para no caer en la tentación de creer que es el hombre quien, con su ciencia, todo lo hace posible. 

Es de agradecer, por tanto, todo lo bueno que pasa al hombre. Y de eso pone ejemplos nuestro linarense universal. Y es que tanto la perfección de la naturaleza (maravillosa y perfecta, podemos decir) como aquello que el ser humano, con su inteligencia (donación de Dios) hace posible y, también, la buena voluntad de buscar la paz en un mundo siempre en conflicto, todo eso, decimos, parte de Dios mismo pues es intención suya la mejor vida de su criatura humana. Y eso es, simplemente, innegable, pues todo lo hizo y mantiene en bien de nosotros, sus hijos. 

Pero hay otro apartado de realidades que tiene mucho que ver con dar las gracias a Quien todo lo hace. Y es que hay muchas cosas que en el mundo pasan que no están bien. Y, sin embargo, también esas pueden ser corregidas. Y ahí Manuel Lozano Garrido pone ejemplos que son, de ordinario, lo más común que existe: cuando no hay murmuraciones, cuando desaparecen los males propiciados por el egoísmo, cuando desaparece todo aquello que supone un daño para el hombre o, en fin, cuando desaparecen las creadas diferencias entre personas en pos de un bien mayor. 

Todo esto que dice Lolo es verdaderamente el meollo de lo que debemos querer como bueno y mejor. Y todo lo agradece a Dios porque sabe muy bien y más que bien que gracias al Padre Eterno lo mejor es posible porque lo ha puesto en nuestros corazones y que lo que queramos como bueno se puede hacer realidad. Y lo llama “Santo”, primero, porque lo es y, luego, además, porque lo parece con su pensar en bien de su descendencia. 

Debemos, por tanto, dar gracias a Dios porque es Santo y porque hace posible lo bueno y mejor que hay en nosotros. Y eso Lolo, se diga lo que se diga, lo hace bien y más que bien.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

19.07.21

Serie tradición y conservadurismo – Seguro que Dios tiene un plan

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

Qué bien me sé los pensamientos que pienso sobre vosotros-oráculo de Yahveh- pensamientos de paz, y no de desgracia, de daros un porvenir de esperanza

Jeremías, 29, 11

 

Cuando el ser humano se da cuenta, digamos que por el tiempo en el que empieza a tener uso de razón, de que no es posible que esté en el mundo por casualidad sino que debe haber algo más, Alguien más, que haya procurado que esté ahí, justo en el momento de su vida en el que se encuentra, entonces es posible que empiece a preguntarse eso tan socorrido de quién soy, qué hago aquí y, en fin, todo lo que de eso se deriva.

Es muy cierto que Dios da a sus hijos libertad, la libertad. Y la misma, como bien sabemos, puede utilizarse para lo bueno pero, también, para lo malo. Y ahí estamos, siempre lidiando con una cosa y con la otra, sin saber muchas veces las razones de nuestro apego al mal o, mejor, al Mal, con mayúsculas.

Pues bien, llega un momento en la vida del ser humano en el que las preguntas se van haciendo precisas. Ya no vale una respuesta, así, genérica, que pueda salir de la boca de un padre o de una madre o, incluso, de un amigo más avezado en pensares, digamos, más profundos. No. Entonces, queremos saber, de verdad, quiénes somos, qué hacemos aquí y en fin, todo lo de eso se deriva…

El caso es que lo que se deriva de todo eso es, nada más y nada menos, que la propia existencia del hombre o, lo que es lo mismo, su ser en acto y ya no en potencia. Hace mucho tiempo que ha venido a ser y no puede, qué menos, sino preguntarse eso y mucho más.

Aquí hay dos posiciones que suelen ser las más habituales y que son, a saber:

1. La de aquellas personas que no tienen fe y creen que están aquí, en esencia, porque sí.

2. La de aquellas personas que tienen fe y eso lo tienen más que claro, con todo lo que de eso se deriva.

Para el primer grupo de personas, nada de lo que podamos decir que tenga que ver con Dios tiene sentido para ellas. No son capaces de aceptar que hay Alguien, muy superior a sus propias vidas, que es quien todo lo ha creado y mantiene. Por eso no pueden creer que sus realidades tengan nada que ver con tal “Alguien” (al que otros llaman Dios y otros, de otras muchas formas…) y que, al fin y al cabo, ellos se las van a componer por sí solos y que, aquí paz y allí… no dirían gloria sino, más bien, lo que sea que, para tales personas, será siempre nada o, en concreto, la nada más absoluta: después de la muerte…¡se acabó!, ni hay nada ni nadie que pueda sustentar que hay algo.

Es cierto y verdad que tal forma de pensar no ha sido extraña a lo largo de la historia de la humanidad desde que la misma se dio cuenta (pongamos con Abraham) de que no andaba sola por el mundo y que había Alguien que lo estaba acompañando y que lo podía guiar porque, al parecer, sabía lo que hacía…

Esto lo decimos porque seguros estamos que siempre ha habido personas escépticas hacia la existencia misma de Dios y que, al parecer, poca importancia le daban a eso y, también, que siempre ha habido ateos… en fin, que cierto es como que al día le sigue la noche o al revés…

Entonces, para tales personas, el Plan de Dios poca importancia ha tenido, o tiene hoy día, hoy mismo, sino que se aplican el que creen que les conviene con los resultados que, a veces, podemos imaginar sin un sustento espiritual de tanta importancia como es nuestro Creador y Todopoderoso Eterno porque, al fin y al cabo, el Plan al que nos referimos no puede parecer malo y nunca lo puede ser aunque tales personas lo crean innecesario, para su desgracia.

Hay, sin embargo, muchas personas que sí creemos que existe Dios y que el mismo tiene un Plan, así con mayúsculas, para cada uno de nosotros. Y creemos que, por ejemplo, quiere

- Que cumplamos con su santa Voluntad,

- Que no procuremos el alejamiento de su corazón,

- Que estemos siempre a la realidad de ser semilla y ser sal y levadura,

- Que lo tengamos siempre en el centro de nuestra vida,

- Que miremos siempre al Cielo sabiéndolo ahí,

- Que no dilapidemos la libertad que nos ha dado,

- Que tengamos en la oración el centro de nuestra vida,

- Que no pongamos el corazón en aquello que nos sobra,

- Que atesoremos no para el mundo sino para la vida eterna,

- Que seamos, en el buen sentido de la palabra, buenos,

- Que respetemos aquello que se estableció como bueno y mejor,

- Que echemos algo más que un ojo a sus Mandamientos,

- Que tengamos en cuenta las Bienaventuranzas,

- Que hagamos de su Palabra el eje de nuestra vida,

- Que sigamos Su Luz para llegar a su definitivo Reino, llamado Cielo,

- Que…

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