23.08.21

Serie tradición y conservadurismo – Ser conservador o progresista

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

Hay temas que dan, digamos, para establecer separaciones, así digamos, a lo bruto y sin anestesia. Así, solemos decir mucho eso de que “o es blanco o es negro” o, también, “estás conmigo o contra mí”. Y eso, en realidad, se hace por la sencilla razón de que a veces es necesario que las cosas estén claras para que nadie se lleve a engaño y, si es posible, no se den equivocaciones o malentendidos. Así, ya sabemos a qué atenernos si una cosa se lleva a cabo según se debe hacer o no se hace según le corresponde ser hecha o, también, si debemos confiar en alguien o lo debemos mirar más de una vez antes de darle la mano…

En realidad, esto es un simple mecanismo de defensa ante lo que pasa en el mundo porque, queramos ser buenistas o no, lo que hay es lo que hay y cuanto mejor quede todo dicho con claridad meridiana mejor caminaremos por el mundo en el que nos tocado vivir.

Pues bien, existen dos términos que definen más que más las cosas en general y, por decirlo pronto, encasillan (seguramente) a las personas en lugares distintos del espectro político, como suele decirse. Y nos estamos refiriendo a las palabras “conservador” y “progresista”. Y es que es cierto y verdad que se puede ser de un grupo o de otro pero de los dos… vamos, como que no. Y lo demás, aquellos que quieren situarse en el centro para pescar a río revuelto… en fin, que andan a verlas venir para ver a dónde arriman su sardina, al ascua que mejor les venga. Y eso, realmente, es una forma torticera de comportarse como fácilmente puede verse con tan sólo mirar atentamente lo que pasa en la política de hoy día.

Partimos, pues, de decir que existen personas que se dicen conservadoras y lo son; existen quienes dicen que son progresistas. Y así estamos.

Ciertamente, es posible que se sostenga que, de todas formas, no vamos a ser tan estrictos en la definición de la cosa y que, al fin y al cabo, a veces el sol calienta en un lugar y luego, en otro. Y así nos va, por decirlo de tal manera que se entienda lo que popularmente se da en llamar “cambio de chaqueta”. Y no. Nosotros preferimos la misma chaqueta, que es la conservadora, aunque pueda parecer que se ha quedado vieja porque sabemos que es voluntad de Dios que no se caiga a tiras por muchos remiendos que tengamos que hacer sin que por eso queramos decir que, a base de arreglos, se nos ha quedado una chaqueta totalmente distinta. Y es que eso sería cambiar de chaqueta haciéndolo peor que aquellos que, simplemente, se quitan una y se ponen otra como suponemos ustedes entienden.

Hasta hora, digamos, hemos establecido lo que podríamos denominar “generales de la ley” de la distinción existente entre conservadurismo y progresismo. Pero, como podemos suponer, hay mucho más.

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21.08.21

La Palabra para el domingo - 22 de agosto de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 22 sino sábado, 21  de agosto de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

Jn 6, 60-69

 

“60 Muchos de sus discípulos, al oírle, dijeron: ‘Es duro este lenguaje. ¿Quién puede escucharlo?’ 61 Pero sabiendo Jesús en su interior que sus discípulos murmuraban por esto, les dijo: ‘¿Esto os escandaliza? 62 ¿Y cuando veáis al Hijo del hombre subir adonde estaba antes?…63 ‘El espíritu es el que da vida;          la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida.64 ‘Pero hay entre vosotros algunos que no creen.’ Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar. 65 Y decía: ‘Por esto os he dicho que nadie puede venir a mí si no se lo concede el Padre.’ 66 Desde entonces muchos de sus discípulos se volvieron atrás y ya no andaban con él. 67 Jesús dijo entonces a los Doce: ‘¿También vosotros queréis marcharos?’ 68 Le respondió Simón Pedro: ‘Señor, ¿dónde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna, 69 y nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios.’”

       

COMENTARIO

Algunos sí comprendieron

 

Después de, en dos ocasiones, haber tratado Jesús,de que los que lo oían comprendiesen qué era eso de su cuerpo y su sangre, qué suponía la vida eterna que tendría quien creyese en Él, tenía que producirse, como no podía ser de otra forma, el desenlace de esa conversación. 

Podemos imaginarnos al Maestro sentado en apacible charla con sus discípulos y otros más que podían acompañarle. Vemos a Jesús rodeado de muchas personas que oían su mensaje, y pensemos, por un momento, que estamos entre ellos para, así, tratar de comprender mejor lo que decía. Es recomendación de San Josemaría procurar un acercamiento así a la Sagrada Escritura porque nos da una perspectiva propia que nos puede venir más que bien. 

Muchos de nosotros se han escandalizado. Eso de la sangre y el cuerpo del Maestro les parece de un extremismo exacerbado. ¿Cómo vamos a comer su cuerpo y a beber su sangre? No entienden nada y lo que creen entender no les gusta. Han oído de pueblos que se comen unos a otros, de esos salvajes, que por suerte viven lejos, que están alejados de nuestro Dios y de las prácticas que, con relación a Adonai, realizamos en el templo en las fiestas anuales. Y dudan por esto mucho, tanto que van a decidir abandonar a Jesús, a no seguirle más, por lo que pueda pasar… 

Esto que acabamos de escribir bien podría ser el pensamiento de muchos de los que oían a Jesús, muchos de los que, pegados al mundo, les imposibilitaba el captar la verdad de lo que estaban oyendo. Seguramente no es que no quisieran sino que, para su desgracia, no podían. 

Y Jesús  habla de la diferencia que hay entre el espíritu y la carne. Que la carne se acaba corrompiendo es conocido por todos. Por lo tanto, el espíritu, esa sustancia inmaterial de la que todos estamos constituidos, era lo que permanecía en la vida eterna. Y su Palabra, la que les había dicho y la que, aún, les diría, era ese Espíritu (pues Él también era Espíritu Santo) que les permitiría alcanzar la plenitud de su verdadera vida.

 Sin embargo Jesús, conocedor de todo, también sabía que muchos dudaban. Así, y por eso mismo, ya conocía la reacción que muchos iban a tener, que muchos dudarían y que, muchos también, le abandonarían. Por eso les plantea a los Doce una pregunta crucial para el resto de sus vidas. Su pregunta iba dirigida a Simón Pedro, esa piedra sobre la que quería edificar su Iglesia que llegaría hasta hoy mismo y que nadie podrá destruir jamás.  

Por esta vez aquel que se dormiría en Gethsemaní, aquel que le negaría por tres veces en la noche de su Pasión, acierta con la respuesta y, dada la dureza de su personalidad, bien podemos pensar que fue inspirada por el Espíritu Santo por lo acertado de la misma. Lo hace de tres formas, o con tres afirmaciones muy importantes: no tendrían dónde ir, en primer lugar, pues junto a Él habían conocido la verdadera vida; en segundo lugar, han llegado a la conclusión de que Jesús habla en sentido de vida eterna y eso ya era más que suficiente, sobre todo en esta conversión del cuerpo y la sangre que tenían que entender y que les era tan, tan, tan, difícil; y, en tercer lugar, ellos creen y saben que Jesús es el Santo de Dios. Esto es, creo yo, muy importante. Vamos a ver la razón de esto. 

Ellos  que creen han llegado a la conclusión de que Jesús es quien dice que es, aunque muchos no lo crean; y después saben, por lo que han visto, que sólo el Santo de Dios puede hablar como Él habla y hacer lo que hace. Por eso manifiestan esa seguridad, por eso no pueden ir a ninguna parte que no sea con Él. Al parecer, de principio, lo tenían bastante claro, teniendo en cuenta las limitaciones que podían tener como hombres doctos. 

Y, ahora, podríamos preguntar: ¿qué pensamos nosotros al respecto?, ¿también tenemos el convencimiento de que Jesús trae Palabras de vida eterna? Seamos, pues, consecuentes con ello pues, sus discípulos sí lo fueron aunque pudiera costarles mucho más que a nosotros que tanto sabemos sobre aquello…

 

PRECES 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no creen en la vida eterna. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por todos aquellos que no tienen esperanza en Cristo. 

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

 

Padre Dios; ayúdanos a tener esperanza en la vida eterna que trajo al mundo Jesucristo.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

19.08.21

Ventana a la Tierra Media – Y de la música surgió todo - 3

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

 

Aquella tarde, después de una ligera lluvia que llenó de olor a mojado los alrededores de la sala de los cuentos, había muchos que se las prometían muy felices. Aquel cuento había llegado a un momento más que emocionante y todos querían saber hasta dónde sería capaz de llegar Melkor.

Apenas habían pasado unos minutos de las 7 de la tarde cuando apareció detrás de una cortina de color verde oscuro (“como haciéndose el interesante”, comentó alguno de los presentes) aquel que les estaba alegrando más que mucho aquellos atardeceres de otoño. Se hizo un silencio expectante y todos miraron el libro que llevaba entre las manos. Sabían que debía seguir con la historia del Principio y nada mejor querían saber en este momento.

-Bueno, ya estamos otra vez aquí una semana más. Supongo que no se os habrán olvidado los dos últimos días…


-No, fue el grito unánime que salió de las gargantas de los presentes. Y no pudieron evitar aplaudir de forma más que entusiasta.


Y entonces se hizo un silencio muy acusado.  

Melkor quería tener un poder que no estaba a su alcance, continuó contando la historia. Y es que se creía mejor que aquellos había creado Eru y por eso le molestó tanto lo que le había dicho y luego, cuando le dijo Ilúvatar aquello de que era él quien lo había creado todo y Melkor no tenía los poderes que quería, acabó por enfadar a tan poderoso Ainur.

Ainur (ITA) - Discografía, line-up, biografía, entrevistas, fotos

 -Pero ¿por qué se enfadó Melkor? Era muy poderoso, más que muchos de sus hermanos, quiso saber Ankelor, hijo de Kelor.

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17.08.21

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La Gloria en paracaídas (El Reino) –4– Dios, cerca, cerca, cerca.

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La Gloria en paracaídas (El Reino) -4– Dios, cerca, cerca, cerca

  

“Pero tu Reino no está lejos o, si lo está, no resulta tan inasequible, desde que has plantado en nuestro erial la flor de tu esperanza. ¿Quién te ha visto murallas, fronteras o puertas retrancadas? ¿Quién te dijo asentado sobre un lugar inasequible? ¿En qué sitio no hay un hueco en el que Tú no puedas meter una semilla?” (Mesa redonda con Dios, 215)

 

Seguimos con este texto perteneciente al capítulo “Dios al volante” en el que el Todopoderoso está más cerca de sus hijos que nunca porque cae, digamos, como dice el título de esto, “en paracaídas”. 

Pues bien, en determinadas ocasiones se plantea la pregunta de como podemos confiar en Dios y, en definitiva, si está cerca o lejos de nosotros, sus hijos. Y el Beato de Linares (Jaén, España) muestra lo equivocados que estamos muchas veces. 

Es cierto y verdad que podemos creer que Dios está lejos. Sin embargo, nuestro Creador siembra en nosotros una semilla que determina que es justo al revés la verdad: la esperanza. 

Como tenemos claro (es una general de la fe cristiana), no cabe desesperación que no sea pecado en el creyente cristiano, aquí católico. Y eso es así porque caer en la misma es hacer de menos a Quien todo provee que no es otro que Dios mismo. Entonces, es verdad que podemos creer lo que queramos creer (para eso el Todopoderoso nos ha dado libertad) pero, en el fondo, sabemos (debemos saber y no podemos hacer otra cosa) que en nosotros radica la esperanza y siempre, por tanto, podemos abocarnos a Dios. 

Dice Lolo que nosotros somos un “erial”. Y, en fin, conociendo cómo somos, es bien cierto que lo somos. Y lo somos porque muchas veces no regamos con fe nuestro campo donde Dios ha de sembrar las semillas de la vida eterna y, claro, no acaba fructificando. 

En realidad, a pesar de ser, eso, un erial, el linarense universal plantea una serie de preguntas que tienen todo que ver con la confianza que debemos tener en Dios y en su presencia en nuestro corazón. 

¿Dios pone obstáculos a nuestro acercamiento?

¿Está Dios lejos de nosotros? 

¿Dios todo lo puede? 

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16.08.21

Serie tradición y conservadurismo – Resilientes por la fe

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

Pues sí. Resulta que hay una palabra que se ha puesto de moda y que supone, en verdad lo decimos, una forma de insuflar aliento en los corazones de aquellos que lo necesiten cuando lo necesiten. De todas formas, no es que antes lo que significa la misma no se llevara a cabo (ejemplos de eso los tenemos a lo largo de la historia de la cristiandad a porrillo) sino que ahora se le ha dado una forma concreta que, a qué negarlo, nos viene la mar de bien.

El título de este artículo pone negro sobre blanco a qué palabra nos referimos que no es otra que “resiliciencia” que, así dicha, parece un palabro que no se entiende por lo extraña que es la misma. Pero una vez veamos a que se refiere, a lo mejor (seguro) la vamos a utilizar más de una vez en lo sucesivo. Y no es que sea un descubrimiento la misma pero, dadas las circunstancias en las que nos movemos los cristianos nos viene, como se diría en la Sagrada Escritura, como miel sobre hojuelas que viene a ser lo más dulce que uno se pueda llevar a la boca, aquí, corazón, por lo útil de la cosa.

Digamos que resiliencia es la capacidad de optar por la superación antes que por dejarse vencer por las circunstancias que han de ser malas pues, de otra forma, no habría necesidad de superarse. Y, pues, resiliente es aquella persona que muestra tal capacidad que le he de venir de perlas para su vida si la misma es de tal forma que ha de superarse. Y si hablamos de un grupo grande de personas… pues lo mismo.

Cuando hablamos de un grupo grande de personas estamos pensando, sí, en el que formamos los discípulos de Cristo. Y aquí no se habla de algunas de las muchas divisiones que, por desgracia, existe. No. Hablamos, así, en general, de “todos” los cristianos que en el mundo somos y, como diría aquel, nos movemos y existimos. Y es que las circunstancias que, al respecto de nuestra fe, se están dando, no afectan a unos más y a otros menos sino a todos por igual. Y por eso lo del “grupo”.

Pues bien, sabemos muy bien lo que pasa:

 

-Desprecio de Dios,

-Ignorancia ante la fe,

-Aberraciones múltiples,

-Ataques a cristianos con sangre de por medio,

-Violaciones del derecho a la libertad religiosa,

-Imposición de ideología de género,

-Imposición del Nuevo Orden Mundial,-Imposición, por lo fáctico, del ultraindividualismo,

-Imposición de un globalismo excluyente,

-Existencia de grupos económicos prominentes que pretenden dominar el mundo,

-Existencia de un marxismo estructural que lo domina todo,

-Voluntad de implantar el reinado del Anticristo,

-Voluntad de mantener al mayor número de personas en la ignorancia al respecto de la voluntad dominadora de ciertas élites mundiales y,

-Establecimiento de medidas coercitivas y limitadoras de los derechos individuales bajo escusas varias (por ejemplo, el virus que asola al mundo)

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14.08.21

La Palabra para el Domingo – 15 de agosto de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 15 sino sábado, 14 de agosto de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

 Lucas 1, 39-56

 

“39 En aquellos días, se levantó María y se fue con prontitud a la región montañosa, a una ciudad de Judá; 40 entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel.

41 Y sucedió que, en cuanto oyó Isabel el saludo de María, saltó de gozo el niño en su seno, e Isabel quedó llena de Espíritu Santo; 42 y exclamando con gran voz, dijo: ‘Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu seno; 43 y ¿de dónde a mí que la madre de mi Señor venga a mí?
44 Porque, apenas llegó a mis oídos la voz de tu saludo, saltó de gozo el niño en mi seno.

45 ¡Feliz la que ha creído que se cumplirían las cosas que le fueron dichas de parte del Señor!’

46 Y dijo María: ‘Engrandece mi alma al Señor  47 y mi espíritu = se alegra en Dios mi salvador =
48 porque = ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, = por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, 49 porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, = Santo es su nombre = 50 = y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. = 51 Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón.
52 = Derribó a los potentados = de sus tronos = y exaltó a los humildes. = 53 = A los hambrientos colmó de bienes = y despidió a los ricos sin nada. 54 = Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia = 55 - como había anunciado a nuestros padres - en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.’

56 María permaneció con ella unos tres meses, y se volvió a su casa.”
 

COMENTARIO

 

Magnífica Madre

 

Cuando María, una joven judía que había recibido la visita de Gabriel, el Ángel del Señor, dijo sí a la propuesta del enviado por Dios supo, de inmediato, que tenía que acudir allí donde era necesitada y que no era otro lugar que junto a Isabel, quien estaba esperando un hijo según se le había comunicado.

Este gesto que puede parecer poco importante denota, él mismo, que el ansia de servir a los demás fue manifestación temprana de quien iba a ocupar un lugar importante en la historia de la salvación.

Mucho se confirma cuando Isabel le dice a María que había notado como el hijo que llevaba en su seno, que, a la sazón sería Juan el Bautista, “saltó de gozo” en su vientre pues no sólo la visitaba una prima sino, sobre todo, “la madre de mi Señor”. Esto indica, por otra parte, que el Espíritu Santo había hecho todo lo posible para que Isabel fuera consciente de que lo que decía, lo sentía y que reconocía a las dos personas que estaban ante ella: María y Jesús que sería así llamado como bien dijo Gabriel a la Madre.

Pero, como cumpliendo lo que años después dijera Jesús a sus discípulos en el sentido de que, en algunos momentos se les diría, a través del Espíritu Santo, lo que tendrían que decir, se anticipa tal situación. María, en su expresión, llamada Magnificat, demuestra que es bien cierto que sólo pudo ser la Tercera y Santísima Persona la que, a través de los labios de la desposada de José, manifestara tanta sabiduría y tanto conocimiento.

No me puedo resistir a poner, aquí mismo, el Magnificat por mucho que esté arriba.

Engrandece mi alma al Señor y mi espíritu se alegra en Dios mi salvador porque ha puesto los ojos en la humildad de su esclava, por eso desde ahora todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mi favor maravillas el Poderoso, Santo es su nombre y su misericordia alcanza de generación en generación a los que le temen. Desplegó la fuerza de su brazo, dispersó a los que son soberbios en su propio corazón. Derribó a los potentados de sus tronos y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes y despidió a los ricos sin nada. Acogió a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia, como había anunciado a nuestros padres, en favor de Abraham y de su linaje por los siglos.

Llama a Dios salvador porque salvó, porque salvará, al mundo, de la tragedia y la fosa de la que tanto habla el salmista; se llama María esclava, entrega a Dios, porque se siente, a lo mejor, la última de las mujeres y así, la primera de las siervas del Creador y es profeta por saberse bienaventurada por los que han de venir.

Por otra parte, al respecto de Dios, reconoce la misericordia que le ha llevado a perdonar las ofensas que su pueblo elegido le infirió; distingue entre riqueza material y riqueza de corazón y, por eso, a los soberbios los dispersa y a los ricos los derriba para poner en su lugar a los humildes, verdaderos reyes en el reino de Dios porque tal es su primera ley, la de la cariad y el amor.

Y, sobre todo, en cumplimiento fiel de lo que prometió, no abandonó a Israel suscitando, entre los suyos, a quien supo, con su Fiat, hacer posible que Su plan se cumpliera.

Dice, además, san Lucas que María permaneció con ella unos tres meses” que debieron ser los que faltaban para el nacimiento de Juan (Pues Gabriel le había dicho, como recoge Lucas “Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios”). Y esto supone que tuvo que estar presente en el nacimiento del que iba a ser último profeta del Antiguo Testamento y bautista del Hijo del hombre, Cordero de Dios y Dios hecho hombre.

No es de extrañar, por tanto, que María ascendiese al cielo en cuerpo y alma.

PRECES

Por todos aquellos que no conocen a María o que, si la conocen, no comprenden la importancia de la Madre en la salvación eterna.

Roguemos al Señor.

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a buscar a María, a encontrar a María, a amar a María

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

12.08.21

Ventana a la Tierra Media – Y de la música surgió todo- 2 – Y les enseñó lo creado y su ser

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Existía donde Ilúvatar y el Vacío exterior. Y Melkor tomó del Vacío la negritud y lo oscuro y lo trasladó junto a los demás Ainur. Y surgió una discordancia que fue el inicio de la existencia del Bien y del Mal, de la Creación y de la destrucción.

 

Apenas había pasado una semanas y ya había ansia en aquellos escuchadores de cuentos antiguos. Querían saber más de aquel Principio y de la música de la que surgió todo.

-Entonces, ¿qué pasó?, preguntó uno inquieto.

-Sí, sí, ¿qué fue lo que pasó desde el enfado de Melkor?

El narrador suspiró, dándose cuenta de que no podía tardar más en seguir contándoles lo que sucedió. Y eso fue lo que hizo.

Ya sabéis que en el Principio Eru creó a los Ainur y que Melkor era de los más poderosos. Sin embargo, eso no le bastaba porque quería crear por sí mismo y que llamaran Señor. Y por eso quiso hacer daño a lo que hacían sus hermanos que también habían sido creados por Ilúvatar.

Sabéis que por mucho que Melkor quisiera ser poderoso había sido creado por Eru y por eso no podía ser más importante que quien lo había creado.

Creyó Eru que lo mejor era alejarse de aquel lugar e hizo eso. Los Ainur lo siguieron hasta que llegaron al Vacío.

Y entonces, el Creador les dio el poder de ver porque hasta entonces sólo podían oír. Y les enseñó lo que, con su música habían creado.

-¿Y era bonito todo aquello?, quiso saber un impaciente.

-¿Y había árboles y ríos y montañas y…?

-Tranquilos, tranquilidad… que todo llegará poco a poco.

Ainur (ITA) - Discografía, line-up, biografía, entrevistas, fotos

Pues sí, en aquel lugar apareció ante los ojos de los Ainur lo que habían creado a través de su música porque hacer aquella música no era sólo crear bonitas melodías sino que a través de ellas se iba creando lo que ahora estaban viendo.

Y vieron un globo que estaba en el Vacío pero el globo no era el Vació sino que estaba en él.

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10.08.21

Beato Manuel Lozano Garrido - “Lolo, libro a libro”- Dios perdona y construye desde nuestra nada

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

La Gloria en paracaídas (El Reino) –3 – Dios perdona y construye desde nuestra nada

 

“Eres, Señor, de un azul destacado por estrellas y lo que entre nosotros domina son las piedras, pero Tú no nos desechas, porque de una dureza se pueden hacer unos cimientos, donde levantar un muro y construir una morada. Nuestro solar, Bueno Dios, para que Tú nos hagas esa América que nunca por sí pudiéramos alcanzar.” (Mesa redonda con Dios, p. 215)

 

¡Qué bien conoce Lolo la diferencia existente en Dios, Creador nuestro, y nosotros!

Para Manuel Lozano Garrido el Señor vendría a ser como un cielo azul que es cuando consideramos, y decimos, que hay “buen tiempo”. Dios, pues, es para nosotros ese buen tiempo que llena con su Amor y que con su Amor ama a sus hijos.

Cuando el cielo está azul sabemos que no hay nubes que lo enturbien. Y eso ha de ser Dios para nosotros: un cielo donde nada estropea un tiempo así. Y si, además, hay estrellas que iluminan la noche… en fin, como se diría en la Santa Escritura, es como miel sobre hojuelas o, lo que es lo mismo, lo mejor sobre lo bueno. Y así es Dios, según el Beato de Linares (Jaén, España)

Nos dice Lolo, conociendo la naturaleza del hombre, que en nosotros predominan “las piedras”. Y eso ha querer decir muchas cosas como, por ejemplo,

-que tenemos el corazón demasiado duro, como un piedra,

-que nosotros mismos nos ponemos piedras en el camino,

-que también somos excesivamente duros con nuestro prójimo.

Nosotros, en efecto, somos piedras o, mejor, en nosotros predomina tal forma de ser porque tampoco podemos afirmar que siempre seamos así. Pero sí, una forma generalizada de comportarnos es, eso, siendo “piedras” en el sentido que creemos que eso significa.

A pesar de eso, de que en nosotros domine tal forma de ser, nos dice Lolo que Dios no nos rechaza. Dice a Dios que Él no nos rechaza pues ya sabemos qué haríamos nosotros en caso de que alguien se nos presentara de tal guisa, en forma de “piedra” del corazón…

Es más, no es que no nos rechace Dios (que ya es bastante) sino que aprovecha de lo malo que tenemos, además, para construir algo bueno y/o mejor. Y es que sí, eso duro que muchas veces somos, a partir de eso, el Creador (que todo lo puede) puede servirle al Señor para elevar una casa donde poder morar y sobre tal casa espiritual, en fin, poder ser muy a pesar de cómo somos, de tales “piedras” de las que habla el linarense universal.

Eso sí, debemos tener confianza absoluta de que Dios es capaz de hacer en nosotros lo que sus hijos no somos capaces de hacer. Y es que, como bien dice Lolo, somos como un “solar” o, lo que es lo mismo, como sobre lo que se puede construir y hacerlo, así, mejor que sin la colaboración del Todopoderoso.

Podemos decir que tan necesaria es la confianza que debemos tener en Dios que sin Él, como bien sabemos, no podemos hacer nada y por eso mismo es totalmente necesaria la intervención del Creador que todo lo hizo y mantiene. Así, como dice Lolo, podremos alcanzar el Cielo que, nosotros creemos, es la “América” de la que habla nuestro amigo: siempre confiando en Dios, tal debería ser nuestro lema de vida y serlo para siempre y siempre. 

Es verdad que Dios nos perdona y, aunque eso haya quien no lo crea, prefiere que no volvamos a pecar pero sí, nos perdona no sin olvidar (no puede del todo) que debemos contraponer al pecado una pena y, en efecto, la mayor de todas es sabernos alejados de Dios pues a eso llamamos, también, infierno.

 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

9.08.21

Serie tradición y conservadurismo – Eutanasia: cuando matar sale gratis

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 Nos hacemos conservadores a medida que envejecemos, eso es cierto. Pero no nos volvemos conservadores porque hayamos descubierto tantas cosas nuevas que  eran espurias. Nos volvemos conservadores porque hemos descubierto tantas cosas viejas que eran genuinas.

G.K. Chesterton

Creo que deberíamos empezar con esto que procede del Juramento Hipocrático:

“Aplicaré mis tratamientos para beneficio de los enfermos, según mi capacidad y buen juicio, y me abstendré de hacerles daño o injusticia. A nadie, aunque me lo pidiera, daré un veneno ni a nadie le sugeriré que lo tome. Del mismo modo, nunca proporcionaré a mujer alguna un pesario abortivo”.

Esto lo decimos porque está más que claro lo que eso significa y, luego, está más que claro lo que debería pasar. Sin embargo, ya sabemos qué posibilidades tiene el poder de influenciar en el pensar de las personas y, en este caso, en las que ejercen la medicina.

El caso es que en esta democracia en la que vivimos, nos movemos y existimos, tiene unas cosas muy raras que llaman la atención. Por ejemplo, se tiene la extraña manía de sostener que es por bien de las personas por las que se establecen normas que tienen como resultado la muerte de los seres humanos: unos sin culpa alguna, como es en el caso del aborto; otros también sin culpa alguna, como en la eutanasia a la que llaman, seguramente con ironía, “muerte dulce”.

Nosotros creemos, sin embargo, que esto no está ni medio bien. Y es que aunque diga la zarzuela que las ciencias avanzan que es una barbaridad, nada dice la misma obra musical acerca de que la ciencia se utilice para hacer daño, para fomentar el Mal y para comportarse como verdaderos seres humanos deleznables quienes se sirven de la misma para matar, así dicho sencillamente.

Seguramente lo van a cubrir todo con el velo de la bondad y, lo mismo que hicieron en su día y ahora mismo hacen con el aborto haciendo uso de casos concretos y muy bien buscados, van a manifestar que para el enfermo grave es mejor actuar como quieren los matarifes que se actúe. Y es que es ya preocupante costumbre (mala o desaguisada como se decía siglos atrás donde las cosas, en la cristiandad, se hacían de otra forma…) que siempre se busque una excusa para echar un velo sobre la verdad de las cosas aunque bien sepamos que las cosas no son como dicen que son sino, justamente, todo lo contrario.

Ciertamente, es seguro que hay otros métodos de tratar a quien se encuentra en situación grave en cuanto a su enfermedad y sufrimiento. A lo mejor, se le pueden aplicar cuidados paliativos para que el sufrimiento no sea tan grande.

Sin embargo, hay quien piensa que a grandes males hay que aplicar grandes remedios y que lo mejor es facilitar, imponiendo el final de la vida, el tránsito al otro mundo.

No podemos negar que las personas partidarias de lo que aquí se trae están más que seguras que es lo mejor para el enfermo y, hasta es posible que, partiendo de eso se llegue a la situación según la cual se pueda facilitar la muerte a quien, sencillamente, esté cansado de vivir, esté pasando por una depresión o, en el máximo de los supuestos, simplemente porque le dé la gana terminar con su vida pues ya sabemos que cuando se abre la caja de esa tal Pandora cualquier cosa puede suceder y, claro, acaba sucediendo.

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7.08.21

La Palabra para el Domingo - 8 de agosto de 2021

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Como es obvio, hoy no es domingo 8 sino sábado, 7 de agosto de 2021. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.

 

Jn 6, 41-51

 

“41 Los judíos murmuraban de él, porque había dicho: ‘Yo soy el pan que ha bajado del cielo.’ 42  Y decían: ‘¿No es éste Jesús, hijo de José, cuyo padre y madre conocemos? ¿Cómo puede decir ahora: He bajado del cielo?’ 43 Jesús les respondió: ‘No murmuréis entre vosotros. 44 ‘Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. 45 Está escrito en los profetas: = Serán todos enseñados por Dios. =Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí. 46 No es que alguien haya visto al Padre; sino aquel que ha venido de Dios, ése ha visto al Padre. 47 En verdad, en verdad os digo: el que cree, tiene vida eterna. 48 Yo soy el pan de la vida. 49 Vuestros padres comieron el maná en el desierto y murieron; 50 este es el pan que baja del cielo, para que quien lo coma no muera. 51 Yo soy el pan vivo, bajado del cielo. Si uno come de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo le voy a dar, es mi carne por la vida del mundo.’”

 

COMENTARIO 

Jesucristo es el alimento para la vida eterna y no hay otro

 

Jesús tenía que cumplir la misión para la que el Padre le había enviado. Ni podía callar acerca de lo que debía hacer ni podía escudarse en ningún tipo de respeto humano para salir bien parado ante el mundo. 

El Hijo de Dios dice cosas muy importantes en este diálogo que mantiene con otros judíos que no le querían bien y que pretendían menospreciarlo. Dicen, por eso mismo, como haciéndolo de menos, que conocían a sus padres y era de esperar, eso creían ellos, que del Mesías no se conocería más que era el enviado de Dios pero no su, digamos, familia. Pero en eso estaban bastante equivocados, como muy bien sabía Jesucristo. 

Jesús era Quien era y, si se daba el caso (y si no, también), no lo ocultada. Como ahora era una ocasión muy buena para dejar claro qué había venido a hacer, no la pierde y hace lo único que podía hacer: decir la verdad. 

A Dios, en efecto, no lo ha visto nadie que pueda atestiguar que lo ha visto cara a cara. Sin embargo, Cristo sí lo ha visto porque es Dios hecho hombre. Por eso, en tal sentido, ha visto el rostro del Padre y, aunque decir eso suponía mucho en su contra, no puede callar lo que es cierto y verdadero. 

Por ejemplo, que hay que creer en Él para tener al Padre consigo. Y esto es una forma convincente de sostener que Cristo y Dios están más cerca de lo que muchos de sus contemporáneos pensaban y estaban en la seguridad de creer. 

Pero Jesús dice mucho más. Y es que siempre aprovecha la oportunidad para predicar y enseñar la Verdad. 

No es sólo el Hijo de Dios, al que ha visto, sino que es el pan. 

El pan es una comida, era entonces seguramente más que ahora, esencial en la vida de una persona (no debía haber tanta preocupación por las dietas alimenticias…) Pero el Pan que es Cristo es mucho más que un alimento que da la vida en esta tierra como, por ejemplo, fue el maná que comieron los antepasados de los que hablan con Él. Cristo es el Pan que da la vida eterna y sin él no hay tal vida. Así se sencillo y de fácil de entender.

 Anticipa, con estas palabras, la creación de la Santa Misa o Acción de gracias y su propio sacrificio. Así, Cristo dice que su carne la da por la vida del mundo y, además, que con ella, se vive para siempre, siempre, siempre. 

Aceptemos, pues, la carne de Cristo y la sangre de Cristo como instrumento espiritual que nos garantiza la vida eterna la cual, por cierto, es anhelada por el ser humano desde que sabe que Dios es Dios. 

 

PRECES

 

Pidamos a Dios por aquellos que no quiere tener a Jesús como el Hijo de Dios. 

Roguemos al Señor.

 

Pidamos a Dios por aquellos que no aceptan la carne de Cristo como Pan de vida eterna. 

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN 

Padre Dios; ayúdanos a tener el convencimiento más absoluto en las palabras de Cristo.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

Palabra de Dios; la Palabra.

Para leer Fe y Obras.

 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.