8.03.22

La Virgen María en el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora

Catholic.net - María, la Virgen trabajadora

(Habla la Virgen María)

Bueno, pues ya llegó este día. Sí. Hoy es ocho de marzo como tantos ochos de marzo que ha habido a lo largo de la historia. 

Seguramente, un ocho de marzo, Moisés caminó por el desierto como nos dicen nuestras Escrituras Santas; seguramente, incluso, Abrahán hizo algo importante un ocho de marzo; y su hijo, Isaac, casi estoy segura de que un ocho de marzo, en aquel calendario tan antiguo, supo alguna verdad espiritual o algo así.. 

Bueno, me estoy desviando pero es que da la impresión de que sólo hoy en día hay ocho de marzo cuando siempre lo ha habido después del día 7 del mismo mes. En fin…

 La verdad es que en el Cielo sabemos muy bien que se celebra tal día por la muerte de aquellas pobres mujeres trabajadoras que murieron defendiendo sus derechos. Y eso está muy bien y nadie niega que es una buena razón para recordar lo que entonces pasó. 

De todas formas, hay algo que no acabo de entender aunque lo entiendo muy bien… 

Aquella horrible fecha fue terrible por lo que lo fue. Sin embargo, a mí me parece que todo se ha torcido un poco y cierto tipo de pensamientos se han adueñado de un día tan importante como es o, mejor, como podría ser, el ocho de marzo. 

Estoy segura de que más de una mujer va a saltar de su asiento (si está sentada) cuando le esto porque no acordará mucho con su forma ideológica de ver las cosas que es lo mismo que decir con su círculo bien redondo de donde no se puede salir por miedo al ostracismo.

 De todas formas, como Madre de Dios que soy, creo que tengo cierto derecho de decir lo que pienso y nadie debería censurar mis palabras que son, además, palabras dichas por una esclava… del Señor. 

En realidad, todas las mujeres desde la misma Eva, hemos trabajado de lo lindo. Y es que el Padre Dios quiso que así fuera desde el mismo momento en el que fueron expulsados del Paraíso la misma Eva y su marido (sí, porque Dios los casó a la antigua usando que es la que quería para el hombre y la mujer…) Y desde entonces, tanto el hombre como la mujer (aunque así yo hable de la mujer como soy yo misma) hemos arrimado el hombro para que la cosa fuera bien. Y cada cual en la labor que le ha correspondido, hemos hecho lo mejor o, al menos, tal ha sido nuestra intención. 

Lo que pasa es que desde el Cielo pudo ver a la perfección lo que está pasando con este día, el ocho de marzo del que hablo. Y, la verdad, tengo que decir que no me gusta nada de nada.

 Lo que veo, y muy bien lo veo, es que hay cierto tipo de mujeres que están utilizando una fecha tan buena para recordar como algo contrario al hombre o, por así decir, como un arma contra la otra parte de la humanidad que creó Dios a su imagen y semejanza. 

Eso que digo arriba no lo ve el Creador nada bien pues es posible que se haya olvidado la fecha que se quiere recordar y se aproveche la misma para pedir ciertas cosas que están muy fuera de lugar porque no son propias de la mujer, así en general, sino de ciertas ideologías que han mostrado su ineficacia y su desastre desde que surgieron allá por los últimos años del siglo XIX aunque en la llamada Revolución Francesa (que desde aquí vimos como un paso atrás en el desarrollo de la humanidad) fue donde todo surgió. 

Es la verdad que hay muchas cosas que deberían cambiar con relación a la mujer. Sin embargo, hacer uso de un día como el ocho de marzo para inmiscuir en eso al hombre como si fuera su contrario… no está nada bien y aquí es visto como algo más que malo y que no está llevando por buen camino a la humanidad. 

Mirad, como mujer que soy, cuando en Nazaret cumplía con la misión que tenía encomendada, no me preocupó nada cumplir con mis labores caseras. Es más, creía que era lo que debía hacer y nunca se me ocurrió ir al taller de José a echarle una mano. Y sí, es posible que hoy hayan cambiado mucho las cosas pero, la verdad, hay algunas de ellas que no tienen nada que ver el ser mismo de la mujer que no debe querer parecerse al hombre en todo pues cada uno es como Dios lo ha creado y poco más hay decir. 

En realidad, seguramente alguien dirá que todo esto no son más que roles sociales y que cada cual ha de ser como quiera ser. Pero es que, cuando eso se dice y se defiende se está yendo en contra del proyecto que Dios tiene para el hombre y la mujer y eso es ya pasar de castaño a oscuro. 

Os tengo que decir, de todas formas, una cosa. Y es que por mucho que haya mujeres que tergiversen las cosas que están puestas así por Dios, de nada les va a servir. Tendrán su momento de gloria humana (como tantas veces ha pasado con tantos a lo largo de la historia) pero cuando todo pase no tendrán nada de nada salvo, precisamente, la nada. Y eso es así por mucho que miren para otro lado. 

Bueno. Creo que ya os he dicho bastante porque sé que muchas mujeres esto no lo van a escuchar y mirarán para otro lado como sí se salvara la cosa. Sin embargo, deben saber que Dios también las mira a ellas y no saben la cara qué pone cuando ve ciertas cosas. Menea la cabeza de un lado a otro como se dice en las Sagradas Escrituras cuando alguien hace algo mal y hay quien se ha dado cuenta de eso. 

Que tengáis un muy buen día ocho de marzo.

  

María, vuestra Madre.

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Es bueno siempre escuchar a María. 

Para leer Fe y Obras.

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7.03.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Saber lo que importa de verdad

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

  

Saber lo que importa de verdad

 

“Beber, comer y amar, pero aprisa, rozándolo apenas en lo fundamental. Lo importante es subir, hurgar con nuestro corazón el cielo, tan limpio, tan ancho, tan puro, tan glorioso. A la mañana, pasa que te asa; a la tarde, gira que te gira, volando siempre, sin apenas caer en el tiempo, para que nos sorprenda así, en el aire, e inefable y dorado viento del otoño de la vida.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 32)

 

Ciertamente, tanto estas palabras como aquellas que las preceden, y que en un momento determinado dan título a este libro de Lolo (Las golondrinas…) son un verdadero programa de vida y de existencia que retratan a Manuel Lozano Garrido, a suyo, a la intención de ser como es, digamos, a la perfección. 

Antes nos ha estado hablando de que a las golondrinas, que nunca saben la hora, sólo les importa el “hoy”, “este momento”. Y es que, en verdad, es lo que debería importarnos a cada uno de nosotros pues, como se suele decir, el ayer nada puede hacer en tu vida y el mañana… Dios dirá. Y eso es lo que le pasa a Lolo: que vive el ahora mismo como si fuera el último momento de su vida. Lo que pasa es que se le unía un ahora mismo con otro ahora mismo… y así sucedió hasta que fue llamado a la Casa del Padre un 3 de noviembre de 1971. 

Es verdad que podría pensarse que aún está hablando del ser mismo de la vida de la golondrina. Sin embargo, es más cierto que se debe estar refiriendo (en las palabras que hemos puesto arriba) a una forma de ver las cosas que es muy suya y que comparte con sus lectores para que, si es posible y sabemos, nos aprovechemos de ellas y de todo lo que contienen. 

Podemos decir que Lolo tiene muy claro qué es lo que de verdad importa. No es, precisamente, aquello que, humanamente podríamos pensar: beber, comer, amar… Y no es que no crea que no es importante eso pues sin lo primero y lo segundo, seguramente, no viviríamos mucho. Lo que pasa es que para este de Beato de Linares (Jaén, España) hay algo que está por encima del común comportamiento ordinario del ser humano. Y nos referimos a que quiere tener una visión vertical de su vida y mirar al cielo, arriba, donde consideramos que está Dios. 

De todas formas, nadie crea que Lolo no tiene a bien su relación horizontal con el prójimo pues estaría muy equivocado quien eso pensase. Y es que ya sabemos la entrega total que tiene nuestro amigo con quien se le acerca o que, en la distancia, le escribe una carta, entonces, que aún eso se hacía… 

Con esto queremos decir que Manuel Lozano Garrido quiere, en cada momento del díatener presente una realidad espiritual tan importante como es lo que está más allá de este mundo, ese Cielo donde Dios lo espera a él y a cada uno de sus hijos. 

Esto lo dice porque reconoce que el Cielo es “tan limpio, ancho, tan puro, tan glorioso” porque, de verdad, tiene por cierto y verdad que allí no han mancha, que cabe todo aquel que quiera estar en él, que en el mismo no nada hay corrupto ni oscuro por sus pecados… 

Bien podemos decir que la visión que tiene Lolo de aquello que es mejor y, sobre todo, de aquello que es verdad, la Verdad, no puede ser más acertada. Por eso, conoce muy bien lo que le importa en primer lugar y que es, sin despreciar otras cosas de necesidad diaria, lo que Dios tiene preparado para él y para todo aquel que crea en su Ser, su Existencia y su Poder. 

Lo único que lamentamos de todo esto que nos dice Lolo es que a él sólo le llegase la cosa hasta ver caer “alguna” hoja del otoño de su vida por una muerte tan temprana (con relación a tal otoño del que habla) como fue la suya. 

De todas formas, de lo que estamos más que seguros es de que ahora mismo (bueno, desde hace bastante tiempo) goza de aquello que aquí tiene por bueno y mejor. Y bien merecido que lo tiene, vaya que sí.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

5.03.22

La Palabra para el domingo - 6 de marzo de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 6 sino sábado 5 de marzo de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.


También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”

 

Lc 4, 1-13


“1 Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto, 2 durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre. 3 Entonces el diablo le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.’ 4 Jesús le respondió: ‘Esta escrito: = No sólo de pan vive el hombre.’ = 5 Llevándole a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra; 6 y le dijo el diablo: ‘Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero. 7 Si, pues, me adoras, toda será tuya.’ 8 Jesús le respondió: ‘Esta escrito: = Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.’ = 9 Le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el alero del Templo, y le dijo: ‘Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo; 10 porque está escrito: = A sus ángeles te encomendará para que te guarden. = 11 Y: = En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna.’ = 12 Jesús le respondió: ‘Está dicho: = No tentarás al Señor tu Dios.’ = 13 Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno.”

COMENTARIO

Ser tentado y (no) dejarse tentar

El Ángel caído por antonomasia, aquel que odia a Dios más que nadie y que busca hacer daño a su descendencia, no podía hacer otra cosa que tratar de que el Hijo del Todopoderoso cayera en sus tentaciones. Era, además, una forma de manifestar un poder que, si bien se le había dado para ser Príncipe del mundo no así, como aquí se ve, parar poder ejercerlo sobre Quien, precisamente, era Enviado del Creador y no iba a consentir según qué cosas.

Jesús, desde que fue bautizado, se deja conducir por el Espíritu Santo lo cual, por otra parte, no es nada extraño por ser Dios quien eso hacía. Sin embargo, es de notar que en cuanto sale del Jordán sabe que debe ir, nada más y nada menos, que al inhóspito desierto.

El desierto, por mucho que se diga, es un lugar no demasiado apto para llevar una vida, siquiera, medianamente admisible. Y es que debe ser duro encontrarse donde no hay, siquiera, agua que lo mantenga vivo a uno. Pero Jesús iba allí, primero, porque así lo determinaba Dios mismo y, luego, porque era un momento muy oportuno para enfrentarse a quien quería hacerle mucho daño.

Este texto habla del diablo, del Mal o, en fin, de quien quiere que el hombre se pierda y sea pasto de la fosa de la que tanto habla el salmista. Sabe tal maléfico ser Quién es Jesús, como no puede ser de otra forma. Sin embargo, como es el gran Tentador, no puede ni quiere dejar de plantearle una serie de propuestas. Y es que si cuela, a lo mejor, se lo lleva a su terreno…

Jesús es tentado en el desierto, valores en la familia, Valores cristianos  de Aplicaciones Didácticas

Jesús, sin embargo, tiene las cosas más que claras. No piensa, siquiera piensa, en debatir sobre eso, Quién es Dios y Quién es Él mismo. Y es que cuando entramos en debate con la tentación tenemos los números más altos de caer en su trampa. Y eso no le iba a pasar a Quien había venido al mundo, precisamente (y entre otras cosas) a vencer a la antigua serpiente, a Satanás mismo.

Una a una, sin embargo, se le van planteando las tentaciones a Jesús. Y no son producto de la casualidad o, por decirlo así, de lo primero que se le ocurriera al Enemigo. No. Están más que pensadas y repensadas para hacer caer bajo, muy bajo, al Hijo de Dios que es, precisamente, lo que hace con cualquiera de nosotros siempre que puede.

A Jesús se le propone todo lo que un ser humano mundano puede aceptar como bueno y mejor para su vida. La intención, pues, del Maligno, es hacer caer al Hijo de Dios, en la trampa para rebajarlo al nivel de un simple humano con estrechez de miras espirituales.


Jesús, sin embargo, no cae en las tentaciones
. Es decir, ni acepta someterse a lo únicamente humano de la manutención física porque sabe que la Palabra de Dios alimenta el alma que es la parte inmortal del ser humano; ni acepta el poder del mundo porque, si eso supone no adorar a Quien no sea Dios, no vale la pena y está fuera de lugar. Pero tampoco quiere tentar a Dios como hicieron los antepasados judíos porque supondría una gran desconfianza hacia el Padre.

Vemos, pues, que Jesús sabe más que bien que es posible ser tentado por el Maligno pero que no hay que caer en tales tentaciones. Y lo intenta hasta en tres ocasiones aquel que quiere su mal. Jesús, sin embargo, sabe Quién es y no da un solo paso atrás. Es más, consigue que el Diablo se marche y que espere, como nos dice el texto bíblico, a mejor ocasión…


Y, como sabemos, la tuvo, al menos, en Gethsemaní…


PRECES

Pidamos a Dios por todos aquellos que no aceptan la llamada de Dios para huir de las tentaciones.


Roguemos al Señor.

Pidamos a Dios por todos aquellos que se dejan vencer por las tentaciones del Maligno.

Roguemos al Señor.


ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a enfrentar las tentaciones y hacerlo con éxito.


Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

¡Cuánto cuidado debemos tener con nuestras faltas y defectos! 

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2.03.22

Bendigamos a Dios por la Cuaresma

COMIENZO CUARESMA: MIÉRCOLES DE CENIZA – Maristas Córdoba
  

Bendito seas, Padre del Cielo y Tierra,

por haber querido para tus hijos

el mejor amor y más sentido,
la Luz que iluminara
hacia tu Casa,
el camino.

Bendito seas, Dios Todopoderoso y Eterno,
por no arrepentirte ni olvidarte
de tu promesa de enviar
al Salvador,
a Quien transformara lo malo en bueno.

Bendito seas, Dios nuestro de cada día,
Pan, alimento divino que nos llena el alma,
por haber perdonado tantas veces
a quien creaste,
gracias por querer, para nosotros,
lo que es para Ti la vida eterna.

Bendito seas, Eterno Bien,
por ofrecernos un Camino,
una Verdad, una Vida,
y hacer que en Cuaresma
todo tenga tu exacta medida.

Bendito seas, Creador nuestro,
por mostrarnos en tu Hijo
el más perfecto ejemplo
de cumplir tu voluntad,
de no equivocar el camino,
ni olvidarse ni errar.

Bendito seas, Luz del mundo,

amanecer en la tiniebla,
corazón tierno y perdonador,
por dejarnos, otra vez,
darle vueltas a una muerte
que tanto nos hizo bien,
y enviarnos tu aliento santo
con tanta dulzura y amor.

Bendito seas, Abba querido,
como diría tu Hijo Cristo
que en este tiempo de Cuaresma
ya habría padecido
asechanzas del malvado y taimado
Enemigo,
Aquel, que advirtiendo de su final previsto,
quiso que diéramos con la respuesta
a nuestra duda en la espera,
que nos amó como hermanos,
herederos de la herencia,
y quiso, para nosotros,
vida, luz y no quimera.

Bendito seas, Padre Bueno y Misericordioso,
por permitir que podamos,
en este tiempo de Cuaresma,
pedir perdón por los errores,
los fallos y los pecados,
por dejarnos tan limpios
como recién bautizados,
y gracias por mirarnos
con Amor que sustituye
lo malo que hacemos nosotros
por lo bueno que de Ti viene
y que es fuente de corazón
de quien confianza en Ti tiene.

Amén.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Este también, más que nada, es tiempo de reconciliación con Dios.

Para leer Fe y Obras.

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1.03.22

Cuando Martín Descalzo escribió a Dios: 8- Saber en Quién se confía

Guillermo Luca de Tena nombra al sacerdote José Luis Martín Descalzo nuevo  Director de la revista BLANCO Y NEGRO - La Hemeroteca del Buitre

Introducción:

José Luis Martín Descalzo o, mejor, el P. José Luis Martín Descalzo (Madridejos, 1930 – Madrid, 1991) fue, como vemos, sacerdote. Pero también fue escritor. Dirigió revistas como “Vida nueva” y “Blanco y Negro”.

Como escritor, es autor, entre otros, de libros como “La frontera de Dios”, a la sazón premio Nadal de 1956, “Lobos, perros y corderos”, de 1978, o ensayos como “Un periodista en el Concilio, 1962-1965” y, por citar una última obra suya, su impagable “Vida y misterio de Jesús de Nazaret” ante la cual cabe descubrirse el sombrero si es que se lleva tal prenda… 

Pero Martín Descalzo también tuvo relación con el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, a quien mantuvo al punto de la noticia de lo que sucedía en el Concilio Vaticano II porque le enviaba, por decirlo así, un boletín con lo que estaba acaeciendo en Roma (fue, Martín, enviado especial de La Gaceta del Norte) y ante lo cual Lolo reaccionaba más que emocionado. 

El caso es que el P. Martín Descalzo llegó a decir Misa en casa de Manuel Lozano Garrido (pues, dadas sus especiales circunstancias física le fue autorizado algo tan excepcional como eso) y quedó vivamente impresionado al ver el aplomo que tenía Lolo y cómo se comportaba teniendo en cuenta la situación por la que estaba pasando desde hacía muchos años. 

Pues bien, este hombre, el P. Martín Descalzo escribió una carta a Dios pocos años antes de ser llamado por el Padre a su Casa (cinco años más o menos). Y a ella nos vamos a dedicar las semanas que Dios quiera.

8 – Saber en Quién se confía

 

“Porque, naturalmente, el mayor de tus dones fue tu Hijo, Jesús. Si yo hubiera sido el más desgraciado de los hombres, si las desgracias me hubieran perseguido por todos los rincones de mi vida, sé que me habría bastado recordar a Jesús para superarlas. Que tú hayas sido uno de nosotros me reconcilia con todos nuestros fracasos y vacíos. ¿Cómo se puede estar triste sabiendo que este planeta ha sido pisado por tus pies? ¿Para qué quiero más ternuras que la de pensar en el rostro de María? He sido feliz, claro. ¿Cómo no iba a serlo? Y he sido feliz ya aquí, sin esperar la gloria del cielo. Mira, tú ya sabes que no tengo miedo a la muerte, pero tampoco tengo ninguna prisa porque llegue. ¿Podré estar allí más en tus brazos de lo que estoy ahora? Porque este es el asombro: el cielo lo tenemos ya desde el momento en que podemos amarte. Tiene razón mi amigo Cabodevilla: nos vamos a morir sin aclarar cuál es el mayor de tus dones, si el de que tú nos ames o el de que nos permitas amarte.”

 

Esta parte de la carta que el P. José Luis Martín Descalzo escribe a Dios está llena de una verdad que, muchas y tantas veces no tenemos en cuenta aún siendo la misma enorme y gigante: recordar el ser de Cristo y, en su vida, lo que fue el mismo. 

Está más que claro que este buen sacerdote tenía el corazón bien amueblado de Dios y, por tanto, recordar que Su Único Hijo engendrado y no creado, a saber Jesucristo, fue un gran don que hizo el Todopoderoso a la humanidad entera, lo llena de gozo. Y es que no es para menos que así sea pues le basta con recordar a Cristo para, en los momentos más difíciles de su vida (los que hubo y los que pudo haber) para que la cosa, espiritual y humanamente, mejore y se salga de un tal trago. 

El caso es que dice Descalzo, o utiliza, el condicional “si” que tanto tiene que ver con lo que pudo ser pero que, en su caso, al parecer no fue: no fue el más desgraciado de los hombres ni las desgracias le habían perseguido en su vida ni, en fin, nada de lo peor que podía pasarle le pasó. Sin embargo, incluso si eso le hubiera pasado, el simple traer a su corazón el ejemplo de Jesucristo hubiera sido más que suficiente como para sobrenadar sobre eso. 

Que Dios se hizo hombre eso lo sabemos por la fe que tenemos y porque es la verdad de las cosas. Por eso dice Descalzo eso de “Qué tú hayas sido u no de nosotros”. Y eso es lo que, precisamente, le sirve de confortación: el Creador fue como nosotros, caminó como nosotros, pasó sed como nosotros. En fin, que fue hombre. 

Por otra parte, quien crea que Martín Descalzo tenía muchas ganas por morir está muy equivocado. Y es que aunque supiera que su destino era Dios y que la bienaventuranza y la visión beatífica le estaban esperando, no tiene “prisa” en que llegue la muerte pues sabe algo muy importante. 

Esto, de todas formas, no tiene nada que ver con el hecho de tener poca fe o algo por estilo. No. tiene más que ver con aquello que sabe muy bien el P. Martín que le ha pasado a lo largo de la vida y que le pasa a cualquiera que tenga fe: el Cielo puede vivirse en la Tierra. 

Esto último no es exageración nada pues ya nos dice Martín Descalzo que basta con amar a Dios para que el Cielo esté ya en nosotros y que, en realidad, siendo una anticipación del definitivo, no es poca cosa darse cuenta de esto pues ayuda mucho a caminar por el mundo. 

Y entonces trae a colación a un amigo suyo y gran escritor espiritual de su tiempo (moriría en 2003) que es José María Cabodevilla. Y es que este buen hombre se dio cuenta de algo que podría parecer una paradoja y es que no es posible tener bien claro si el mayor don de Dios es que nos ame el Creador o que nos permita amarlo a Él. 

Y sí, es un misterio que sólo desvelaremos en el Cielo.

    

Continuará…

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Dar gracias a Dios siempre es bueno. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

28.02.22

Un amigo de Lolo “Lolo, libro a libro” - Vivir siempre de la esperanza

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

  

Vivir siempre de la esperanza 

“Sentado a la terraza, cuando la sirena ulula para recordarme el fin de la labor y la tarde se bruñe como un medallón antiguo, es útil tener delante un pasado que, aunque hermoso, no nos hiere, porque el corazón sigue echando raíces en la vida, al aire las ramas y esos nidos en medio que son la ilusión y el esfuerzo de cada hora y la conciencia de un espíritu común. Nuestro hoy no es más que una semilla del mañana y, el oro de entonces, se lo damos ya ahora mismo a los recuerdos.” (Las golondrinas nunca saben la hora, pp. 30-31)

 

Esto lo escribe Lolo en fecha de 19 de junio de 1961 y a nosotros, tantos años después de que dejara por escrito esta impresión de aquel día, nos parece que son las palabras de una persona que reconoce lo que ha pasado en su vida pero que, sobre todo, sabe muy bien que está, ahora, en aquel su “ahora” y que además tiene un mañana que ha de llegar.

Digamos que para el Beato de Linares (Jaén, España) aquel momento del día era muy especial. Y esto lo decimos porque habla de que la tarde se “bruñe” que es lo mismo que querer decir que aquel momento, en aquel momento, se saca brillo y se “lustra” o, lo que es lo mismo, se saca la luz que hay en, por ejemplo, aquel momento del día, como decimos arriba.

Esto lo decimos porque en tal momento a Lolo le vienen a la mente y al corazón los recuerdos del pasado. Lo que pasa es que para este nuestro amigo no es nada malo lo que refiere el mismo sino, al contrario, algo gozoso que tiene en cuenta para su propio bien espiritual.

Lo que dice Lolo es que su pasado, que fue hermoso, no le hiere el corazón o, lo que es lo mismo, no le amarga el presente que, digamos con franqueza, no es físicamente el mejor que pueda tener una persona. Sin embargo, para Manuel Lozano Garrido no es así la cosa sino que lo tiene, por pasado, como algo de lo que obtener fuerza para su presente y para lo que la vida le pueda deparar aún.

De todas formas, lo que nos ha hecho titular estas letras haciendo uso de la palabra “esperanza” es lo que dice Lolo después de escribir sobre el pasado que no le hiere. Y es que sabe que en su vida la ilusión es lo que prevalece y que la esperanza por lo que lleva a cabo y por lo que ha de venir, no empequeñece sino que engrandece a cada momento.

Sobre esto, hace uso Lolo de una imagen, la del árbol, que luego haría efectiva en su novela “El árbol desnudo” (algo más que autobiográfica) y, quizá podamos encontrar aquí lo que luego narraría en tal novela.

Pues bien, para este hombre, tan afectado ya entonces (veinte años le contemplan de enfermedad) su corazón no ha dejado de echar raíces sino que, al contrario, las sigue echando y teniendo, además, unas ramas a modo de brazos abiertos al mundo en las que anidan la ilusión y el esfuerzo de cada hora que, como sabemos por los testigos de aquello y por lo que dejó escrito, no fue poco sino mucho y más que mucho. Y creemos que con tal “echar raíces” nos quiere decir Lolo que no ha dejado de querer que su vida en el mundo se sustente en lo que él cree bueno y mejor para la misma.

¿Acaso el hoy termina en el hoy?

No. Lolo tiene por verdad que el mañana tiene un “ayer” y que el mismo no deja de ser “hoy” y que tal hoy no es más que una semilla que fructificará, precisamente, mañana. Por eso mantiene siempre viva la esperanza, la suya, de que lo que ha de venir tendrá su sustento, además, en el pasado al que no quita ni un ápice de importancia en su corazón y, así, en su propia existencia. Y lo llama “oro”, como lo más preciado en su vida sin olvidar el presente y lo que vendrá.

Esperanza, a eso bien le podemos llamar esperanza en estado puro.

  

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

26.02.22

La Palabra para el domingo - 27 de febrero de 2022

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Como es obvio, hoy no es domingo 27 sino sábado 26 de febrero de 2022. Esto lo decimos porque hemos publicado hoy el comentario del Evangelio que siempre hemos traído aquí en día, precisamente, domingo. Sin embargo, un amable lector, sacerdote, me hizo la sugerencia de poner el comentario del Evangelio del primer día de la semana, el sábado porque, como es verdad y lamento no haberme dado cuenta, el texto del Evangelio de la Santa Misa del sábado por la tarde es el del domingo siguiente.

También lamento no haberme dado cuenta de que publicando este comentario a determinada hora de España aún es viernes en la América hispana. Por eso, y por cumplir con el horario y que las cosas sean razonables, es publicado este comentario ahora, a esta hora en España cuando ya es sábado en América. Y a lo mejor es posible que haya quien piense que decir esto no hace falta pero con franqueza digo que creo es necesario y más que necesario.”

 

Lc 6, 39-45


“39 Les añadió una parábola: ‘¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? ¿No caerán los dos en el hoyo? 40 No está el discípulo por encima del maestro. Todo el que esté bien formado, será como su maestro. 41 ¿Cómo es que miras la brizna que hay en el ojo de tu hermano, y no reparas en la viga que hay en tu propio ojo? 42 ¿Cómo puedes decir a tu hermano: ‘Hermano, deja que saque la brizna que hay en tu ojo’", no viendo tú mismo la viga que hay en el tuyo? Hipócrita, saca primero la viga de tu ojo, y entonces podrás ver para sacar la brizna que hay en el ojo de tu hermano. 43 ‘Porque no hay árbol bueno que dé fruto malo y, a la inversa, no hay árbol malo que dé fruto bueno. 44 Cada árbol se conoce por su fruto. No se recogen higos de los espinos, ni de la zarza se vendimian uvas. 45 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca lo bueno, y el malo, del malo saca lo malo. Porque de lo que rebosa el corazón habla su boca.”

 

COMENTARIO

Del corazón salen las obras

 

Todo el texto del Evangelio de San Lucas que nos reserva hoy el Calendario Litúrgico tiene que ver con ciertas actitudes que los discípulos de Cristo tenemos a veces. Y, sobre todo, con lo que aconseja el Hijo de Dios que debemos hacer a tal respecto. 

Como suele ser normal, en nuestro caso pecadores somos, no es fácil cumplir siempre con lo que debemos cumplir. Por eso caemos tantas veces en las tentaciones que el Maligno siempre a nuestro corazón.

Así, por ejemplo, si no somos capaces de darnos cuenta de qué es lo que, espiritualmente, nos conviene, no podemos hacer como si sí lo fuéramos. En tal caso, no podemos ser guías espirituales de nadie porque es más que posible que los hagamos caer en muchos errores. Debemos, primero y pues, conocer mejor la fe que tenemos y, sobre todo, no caer en la trampa según la cual lo que creemos es lo bueno y mejor.

Pero también suele pasar que miramos al otro por encima del hombro en este sentido. Como vemos, a lo mejor con facilidad, los pecados ajenos, hasta podemos creer que debemos llamar la atención sobre los mismos. Sin embargo, como dice el Hijo de Dios, antes deberíamos mirar en qué nos equivocamos nosotros. Y sólo entonces, a lo mejor, podemos decir a otro en qué falla.

A tales personas, a nosotros también, nos llama Cristo hipócritas. Y no le falta razón porque ¿a qué eso si no somos capaces de arreglar nuestro corazón primero?

Es bien cierto, sobre esto, que no siempre estamos dispuestos a reconocer que pecamos y, es más, hasta negamos que sean importantes los pecados en los que caemos. Y así, como es fácil imaginar, no vamos a corregir nunca ciertas actitudes nuestras. Y Cristo quiere que lo hagamos porque nos conviene más que mucho alcanzar la vida eterna y eso sólo se puede conseguir corrigiendo, corrigiendo, corrigiendo y pidiendo perdón….

La liturgia diaria meditada - ¿Podrá un ciego guiar a otro ciego? (Lc 6,39-42)  03/03 | Parroquia Ntra Sra de la Salud

Cada cual, sí, somos como somos. Por eso el Mesías habla de que cada árbol da el fruto que ha de dar. Y, así, el que no puede dar fruto bueno… no dará fruto bueno y el que sí pueda darlo… lo dará.

Pudiera parecer, entonces, que la cosa no tiene remedio. Es decir, que si somos árbol malo… Sin embargo, no es así la cosa porque podemos dar fruto bueno si cambiamos el alimento con el que nos damos vida. Y si lo alimentamos de la Palabra de Dios y atendiendo lo que nos dice su Hijo… entonces es más que posible que pasemos de dar mal fruto a darlo bueno. 

Sabemos que es del corazón de donde salen las obras. Eso ya lo dijo Jesucristo cuando, en una ocasión, hubo quien le planteó que lo que entraba de fuera del cuerpo humano lo podía corromper y hacerlo pecar. Y por eso mismo debemos purificar el corazón para que, del mismo, salga lo bueno y mejor que Dios quiere de nosotros.



PRECES

Pidamos a Dios por no quieren darse cuenta de sus errores.

Roguemos al Señor.


Pidamos a Dios por todos aquellos que no quieren tener el corazón bueno.

Roguemos al Señor.

 

ORACIÓN

Padre Dios; ayúdanos a darnos cuenta de nuestros errores y a pedir perdón por ellos.

 

Gracias, Señor, por poder transmitir esto.

 

El texto bíblico ha sido tomado de la Biblia de Jerusalén. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

    

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

¡Cuánto cuidado debemos tener con nuestras faltas y defectos! 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

23.02.22

Ventana a la Tierra Media – Cartas a Christopher – 6. Cuando la esperanza no se pierde

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Como suele ser habitual en J.R.R. Tolkien, para alguien que quiere escribir sobre su obra, es la misma una fuente y corriente inagotable de temas. Y, en concreto, sus “Cartas”(Edición de Minotauro, debemos decir para hacer justicia) son un una que, como dice el Salmo 41 ("Como busca la cierva corrientes de agua…), es de agua vivificante para todo lector y admirador del maestro de Oxford y, en concreto, para su alma.

Como se trata, por tanto, de una posibilidad más que amplia, hemos pensado que sería buena cosa, elegir algunas de las dirigió a su hijo Christopher cuando se encontraba el mismo en plena Segunda Guerra Mundial de la que, gracias a Dios, volvió con vida como hizo su padre en la otra, la Primera, de la que no sólo salió parte de su obra sino mucho del sentido que le dio a la misma. Y la cosa durará, como podemos imaginar, hasta que dure, si ustedes nos entienden… 

Continuamos, por cierto, con la carta que envía el 30 de abril de 1944 . Y decía, en un momento determinado (numerada con el número 20 desde que empezó a hacer eso) esto:

 “Todo lo que sabemos, y en gran medida por experiencia directa, es que el mal se afana con amplio poder y perpetuo éxito… en vano; siempre preparando tan sólo el terreno para que el bien brote en él. Así es en general, y así es también en nuestras propias vidas /…/ Probablemente nos volveremos a encontrar bajo la mirada de Dios ‘en entereza y unidad’ antes de no mucho, mi muy querido, y es seguro que tenemos un vínculo que perdurará más allá de este vida, sometido, claro está, al misterio del libre albedrío, por el cual cualquiera de nosotros podría desechar la ‘salvación’ ¡En ese caso, Dios dispondría las cosas de manera diferente!…

 

Como no es nada extraño, a Tolkien padre la separación de Christopher se le estaba haciendo muy larga pues no se trataba de una distancia procurada, por ejemplo, por un viaje de trabajo sino que estaba inmerso el segundo en una guerra y, además, a una distancia de Inglaterra más que considerable. Por eso J.R.R. debe agarrarse con fuerza a una virtud que, como la esperanza, ayuda a los corazones a no caer en fosas inadmisibles para un hijo de Dios que sabe que lo es. 

Es consciente Tolkien padre del Mal y, por eso mismo, como conocedor del mismo y del papel que está jugando en su subcreada Tierra Media sabe muy bien que la cosa no puede ir por buen camino si vence quien quiere el daño para el prójimo y, como dice él mismo, se afana mucho y más que mucho en que las cosas salgan mal. 

Resulta curioso que, a tal respecto, tenga a bien decir nuestro autora que sí, que el Mal procura ser Mal siempre y que busca su éxito siempre pero que, en realidad, de nada le sirve porque lo único que hace es que el Bien se le enfrente y salga vencedor. Y eso es lo que acabaría ocurriendo en el viaje del Anillo (por aquel entonces escrito en parte y, por tanto, aún no había llegado a su destino del Monte del destino…) 

Que venza el Bien sobre el Mal no es sólo, digamos, una exigencia del guion en una obra que, como él mismo reconocería más tarde, era en el fondo una obra católica, sino que es algo que se debe exigir cuando se tiene el convencimiento de que es mucho mejor para el ser humano que el Bien reine en su vida y que el Mal (como tentación o como lo que sea) se aleje lo más lejos posible, si ustedes nos entienden. 

Tolkien padre, por tanto, nunca pierde la esperanza de que el Bien venza al Mal y se yerga sobre todo aquello que pueda suponer una arena movediza de la que, cayendo, nunca se pueda salir de ella. Al contrario de la verdad: para J.R.R. Tolkien siempre es conveniente y conviene que el Bien salga vencedor de la batalla que el Mal le plantea cada dos por tres. 

Por otra parte, podemos ver, en esto de la esperanza y de la importancia que tiene la misma, que Tolkien padre nunca la pierde al respecto del regreso de Christopher de aquel lejano lugar donde está prestando servicio militar en pleno conflicto mundial. 

Claramente podemos ser conscientes, en sus palabras, de que la fe juega un papel más que importante en las mismas. Es más, todo está animado por Dios, por su Voluntad y, sobre todo, por su santa Providencia que la ve Tolkien padre, sencillamente, en todo lo que hace o puede preverse que va a pasar. 

Esto que decimos no es expresión de voluntarismo por parte de quien esto escribe o, algo así, como colocar aquí la Providencia de Dios porque viene bien al discurso… No. Y es que el autor de la carta dice que, sea lo que sea que tenga que ser, Dios “dispondría las cosas de manera diferente” que es lo mismo que decir que se acepta en la vida de uno que Dios, eso, disponga sobre la misma lo que tenga que disponer. 

Debemos destacar que, en esta carta, en esta parte de la carta (que es muy extensa) el autor de “El Hobbit”, etc. hace uso o, mejor, muestra una serie de principios que son aceptados por los creyentes católicos como verdad como, por ejemplo, 

- nuestra relación humana va más allá de esta vida porque va, precisamente o llega, hasta la “próxima” vida, más allá de la muerte, 

- la libertad que Dios da al ser humano es tan verdadera y cierta que abarca, incluso, el abandono del Creador por parte de su criatura.

Vemos que, incluso, la tal libertad de albedrío puede llegar a que seamos capaces de rechazar la “salvación” lo cual, se diga lo que se diga supone no darse cuenta de lo que la misma supone y es para todo hijo de Dios. Y es que ya sabemos que por nuestras acciones u omisiones eso puede llegar a ser una exacta y certera realidad

Sin embargo, estamos seguros de que J.R.R. Tolkien no podía esperar de parte de su hijo Christopher que actuara de tal forma que rechazara la salvación y, por tanto, a Dios mismo. Y es que lo debía conocer más que bien y sabía que su fe había arraigado en su corazón y eso hacía que no perdiese la esperanza al respecto de una vida junto a su hijo llevados de la mano en la creencia en Dios Padre Todopoderoso. 

Esperanza, por tanto, siempre atenta en el corazón de aquel que supo, a través de su subcreación, acercarnos a la contemplación de una serie de virtudes muy a tener en cuenta y, en el fondo, al mismo Dios que, en su caso, era llamado Eru pero que, en realidad, era y es la misma realidad espiritual en la que la esperanza se yergue por sobre todo el Mal que se manifiesta o manifestará.

 

Eleuterio Fernández Guzmán

   

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra. 

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. 

22.02.22

Cuando Martín Descalzo escribió a Dios: 7- Sobre la vocación, sobre su vocación

Guillermo Luca de Tena nombra al sacerdote José Luis Martín Descalzo nuevo  Director de la revista BLANCO Y NEGRO - La Hemeroteca del Buitre

Introducción:

José Luis Martín Descalzo o, mejor, el P. José Luis Martín Descalzo (Madridejos, 1930 – Madrid, 1991) fue, como vemos, sacerdote. Pero también fue escritor. Dirigió revistas como “Vida nueva” y “Blanco y Negro”.

Como escritor, es autor, entre otros, de libros como “La frontera de Dios”, a la sazón premio Nadal de 1956, “Lobos, perros y corderos”, de 1978, o ensayos como “Un periodista en el Concilio, 1962-1965” y, por citar una última obra suya, su impagable “Vida y misterio de Jesús de Nazaret” ante la cual cabe descubrirse el sombrero si es que se lleva tal prenda… 

Pero Martín Descalzo también tuvo relación con el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, a quien mantuvo al punto de la noticia de lo que sucedía en el Concilio Vaticano II porque le enviaba, por decirlo así, un boletín con lo que estaba acaeciendo en Roma (fue, Martín, enviado especial de La Gaceta del Norte) y ante lo cual Lolo reaccionaba más que emocionado. 

El caso es que el P. Martín Descalzo llegó a decir Misa en casa de Manuel Lozano Garrido (pues, dadas sus especiales circunstancias física le fue autorizado algo tan excepcional como eso) y quedó vivamente impresionado al ver el aplomo que tenía Lolo y cómo se comportaba teniendo en cuenta la situación por la que estaba pasando desde hacía muchos años. 

Pues bien, este hombre, el P. Martín Descalzo escribió una carta a Dios pocos años antes de ser llamado por el Padre a su Casa (cinco años más o menos). Y a ella nos vamos a dedicar las semanas que Dios quiera.

7- Sobre la vocación, sobre su vocación

 

“Luego, me diste el asombro de mi vocación. Ser cura es imposible, tú lo sabes. Pero también maravilloso, yo lo sé. Hoy no tengo, es cierto, el entusiasmo de enamorado de los primeros días. Pero, por fortuna, no me he acostumbrado aún a decir misa y aún tiemblo cada vez que confieso. Y sé aún lo que es el gozo soberano de poder ayudar a la gente –siempre más de lo que yo personalmente sabría– y el de poder anunciarles tu nombre. Aún lloro –¿sabes?–leyendo la parábola del hijo pródigo. Aún –gracias a ti– no puedo decir sin conmoverme esa parte del Credo que habla de tu pasión y de tu muerte.”

 

Como hemos visto hasta ahora, el P. José Luis Martín Descalzo agradece a Dios muchas cosas que tienen que ver con la vida que tiene, digamos, en sociedad. Y es que, una persona como fue aquel buen hombre, y como suele suceder muchas veces, seguro es que tuvo quien no lo quería bien. Pero hay algo que, desde su propio corazón y teniendo en cuenta de lo que se trata, le llega ahí, muy dentro de su alma: su vocación. 

Cuando alguien como Martín Descalzo habla de su vocación al sacerdocio hay que tomárselo muy en serio y tener muy en cuenta las palabras que, sobre eso, pueda decir como aquí dice. Y es que todo es, dicho pronto, luz pues ilumina lo que, como sacerdote, tuvo a bien llevar a cabo. 

Es verdad y, seguramente, algo muy común, que los primeros tiempos de un sacerdote han de estar llenos de entusiasmo porque la vocación que tiene una persona que eso acepta para su vida es algo muy grande. Sin embargo, y sin perder el mismo, es más que probable que el devenir de las cosas y de las circunstancias por las que se pasa (la cruda realidad de la vida espiritual del prójimo…) haga que el cómo se ve la realidad cambie. Y eso también le pasa, como él mismo nos dice, al P. Martín.

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21.02.22

Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” – Con un corazón chorreante

Presentación

Lolo junto a la Virgen sujetando un velón el día de su Primera Comunión

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y franco.

Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Las golondrinas nunca saben la hora“ libro con el que damos comienzo un año nuevo, el 2022. Y, para más información, digamos que se trata de un diario que abarca entre el 2 junio de 1961 y el 20 de agosto de 1965 o, lo que es lo mismo, contempla la vida de Manuel Lozano Garrido durante cuatro años.

 

Con un corazón chorreante…

  

“A la Comunión, yo fui vestido de marinero, sin gorra, claro, con una gran vela de lazo y otro en el antebrazo, más una gran banda atravesada en el pecho, con un corazón chorreante, pintado por las monjitas.” (Las golondrinas nunca saben la hora, p. 28)

 

Hoy hemos querido sustituir la imagen con la que iluminamos los artículos de Lolo porque lo que escribe en el texto que hemos traído invita a ello. Es decir, que el Lolo en su sillón de ruedas ha venido a ser el Lolo el día de su Primera Comunión o, al menos, con una fotografía que coincide a la perfección con lo que aquí nos dice. Esto último lo decimos porque es probable que en aquel entonces no se estilara la moda de fotografiar a quien recibe su Primera Comunión días antes en algún estudio de fotografía y, casi seguro, sea del mismo día. 

Pues bien, ahí tenemos a Manuel Lozano Garrido en el día en el que, por primera vez, recibió el Cuerpo y la Sangre de Cristo que, si nos atenemos a las cosas como son, fue el 9 de mayo de 1929. 

Debemos decir que nos alegramos más que mucho de que la descripción que hace Lolo de sí mismo en al día en ese su libro de Las Golondrinas nunca saben la hora coincida a la perfección con la imagen que aquí traemos. Y es que, se diga lo que se diga, esta imagen vale por muchas palabras aunque tengamos que decir algunas…

 Es casi seguro que nuestro amigo, a la edad en la que está tomada esta imagen fuera algo así como una fierecilla aún por domar. Y es que, como hemos dicho en anteriores artículos, él mismo habla de cómo eran en la escuela en aquel entonces y, francamente, distaban mucho de ser “angelitos” cosa que, por cierto, suele ser lo normal a tal edad. Pero aquí lo vemos serio y más que serio. Y es que la ocasión merecía tal seriedad. 

Lolo: 12 aniversario de Mi Primera Comunión | Beato Manuel Lozano Garrido,  beato Lolo

Todo apunta a lo que suele acompañar a quien recibe su primera Comunión: la velón, la medalla, el librito que puede adivinarse en su mano derecha apoyado en la mesa muy cerca de la imagen de la Virgen (en otra imagen, vemos a Lolo apoyado en la mesita con el librito abierto Pero en este caso hay algo que nos gustaría comentar y que muestra muy bien lo que sería Lolo en el futuro o, mejor, cómo se manifestaría Lolo en el futuro.

 Esto lo decimos para referirnos al “corazón chorreante” que lleva en una banda que le atraviesa el pecho (nunca mejor dicho esto al respecto de tal corazón) y que, al parecer, le pusieron allí las “monjitas”, como dice Lolo. 

Es cierto y verdad que Lolo, como suele decirse, nos ha dejado el balón botando para que lo rematemos a la perfección. Y es que todo, en su vida, fue expresión, precisamente, de tener un corazón chorreante de amor y, además y primero, de aceptar en la misma al que lo es de Cristo, chorreante de gozo por ser Hijo de Dios y por servir a su Padre del Cielo. 

Podemos imaginar que el tal corazón de refiere al Sagrado Corazón de Jesús al que se suele representar, eso, chorreando sangre pues la suya chorreó y mucho en el momento clave de su Pasión y tal expresión de sufrimiento y Amor es propia, la tenemos por propia, del Hijo de Dios. Y es que Lolo iba a recibir a Quien iba a ser su amigo y su Dios ya para siempre, siempre, siempre, como dice la santa llamada Teresa de Jesús al referirse a la vida eterna.

 El corazón de Lolo, a lo largo de su vida, podemos decir que aceptó en su existencia el sangrado que es el sufrimiento y el dolor. Y, poco a poco, “alfilerito” a alfilerito (como dice él mismo de cómo se sentía en cuanto al dolor, como si le clavasen…) fue conformando una existencia muy acorde con aquel “corazón chorreante” que las monjitas le pusieron allí, justo atravesando el pecho que es, además, una imagen muy fuerte de cómo fue la vida de Lolo: atravesado por el dolor pero, a la vez, gozoso por saber sobrenaturalizar el mismo.

 Es curioso, además, ahora que nos damos cuenta, que cuando el Beato de Linares (Jaén, España) habla de cómo se siente clavado en todo su cuerpo, no habla de “alfileres”, así dicho en normal, sino de “alfilerito” lo cual denota hasta, digamos, una aceptación mayor hacia lo que le pasa por hacer del diminutivo con el que, por lo general, expresamos cierto contento o, en todo caso, no desazón…

Y no hablamos, porque creemos que el artículo de hoy era por otra cosa, del gozo que debió suponer para Lolo recibir a Cristo en su cuerpo. Vamos, como para ponerse a saltar de alegría entonces que aún podía…

   

Eleuterio Fernández Guzmán

Llama Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.