La Virgen María en el 8 de marzo, día de la mujer trabajadora
(Habla la Virgen María)
Bueno, pues ya llegó este día. Sí. Hoy es ocho de marzo como tantos ochos de marzo que ha habido a lo largo de la historia.
Seguramente, un ocho de marzo, Moisés caminó por el desierto como nos dicen nuestras Escrituras Santas; seguramente, incluso, Abrahán hizo algo importante un ocho de marzo; y su hijo, Isaac, casi estoy segura de que un ocho de marzo, en aquel calendario tan antiguo, supo alguna verdad espiritual o algo así..
Bueno, me estoy desviando pero es que da la impresión de que sólo hoy en día hay ocho de marzo cuando siempre lo ha habido después del día 7 del mismo mes. En fin…
La verdad es que en el Cielo sabemos muy bien que se celebra tal día por la muerte de aquellas pobres mujeres trabajadoras que murieron defendiendo sus derechos. Y eso está muy bien y nadie niega que es una buena razón para recordar lo que entonces pasó.
De todas formas, hay algo que no acabo de entender aunque lo entiendo muy bien…
Aquella horrible fecha fue terrible por lo que lo fue. Sin embargo, a mí me parece que todo se ha torcido un poco y cierto tipo de pensamientos se han adueñado de un día tan importante como es o, mejor, como podría ser, el ocho de marzo.
Estoy segura de que más de una mujer va a saltar de su asiento (si está sentada) cuando le esto porque no acordará mucho con su forma ideológica de ver las cosas que es lo mismo que decir con su círculo bien redondo de donde no se puede salir por miedo al ostracismo.
De todas formas, como Madre de Dios que soy, creo que tengo cierto derecho de decir lo que pienso y nadie debería censurar mis palabras que son, además, palabras dichas por una esclava… del Señor.
En realidad, todas las mujeres desde la misma Eva, hemos trabajado de lo lindo. Y es que el Padre Dios quiso que así fuera desde el mismo momento en el que fueron expulsados del Paraíso la misma Eva y su marido (sí, porque Dios los casó a la antigua usando que es la que quería para el hombre y la mujer…) Y desde entonces, tanto el hombre como la mujer (aunque así yo hable de la mujer como soy yo misma) hemos arrimado el hombro para que la cosa fuera bien. Y cada cual en la labor que le ha correspondido, hemos hecho lo mejor o, al menos, tal ha sido nuestra intención.
Lo que pasa es que desde el Cielo pudo ver a la perfección lo que está pasando con este día, el ocho de marzo del que hablo. Y, la verdad, tengo que decir que no me gusta nada de nada.
Lo que veo, y muy bien lo veo, es que hay cierto tipo de mujeres que están utilizando una fecha tan buena para recordar como algo contrario al hombre o, por así decir, como un arma contra la otra parte de la humanidad que creó Dios a su imagen y semejanza.
Eso que digo arriba no lo ve el Creador nada bien pues es posible que se haya olvidado la fecha que se quiere recordar y se aproveche la misma para pedir ciertas cosas que están muy fuera de lugar porque no son propias de la mujer, así en general, sino de ciertas ideologías que han mostrado su ineficacia y su desastre desde que surgieron allá por los últimos años del siglo XIX aunque en la llamada Revolución Francesa (que desde aquí vimos como un paso atrás en el desarrollo de la humanidad) fue donde todo surgió.
Es la verdad que hay muchas cosas que deberían cambiar con relación a la mujer. Sin embargo, hacer uso de un día como el ocho de marzo para inmiscuir en eso al hombre como si fuera su contrario… no está nada bien y aquí es visto como algo más que malo y que no está llevando por buen camino a la humanidad.
Mirad, como mujer que soy, cuando en Nazaret cumplía con la misión que tenía encomendada, no me preocupó nada cumplir con mis labores caseras. Es más, creía que era lo que debía hacer y nunca se me ocurrió ir al taller de José a echarle una mano. Y sí, es posible que hoy hayan cambiado mucho las cosas pero, la verdad, hay algunas de ellas que no tienen nada que ver el ser mismo de la mujer que no debe querer parecerse al hombre en todo pues cada uno es como Dios lo ha creado y poco más hay decir.
En realidad, seguramente alguien dirá que todo esto no son más que roles sociales y que cada cual ha de ser como quiera ser. Pero es que, cuando eso se dice y se defiende se está yendo en contra del proyecto que Dios tiene para el hombre y la mujer y eso es ya pasar de castaño a oscuro.
Os tengo que decir, de todas formas, una cosa. Y es que por mucho que haya mujeres que tergiversen las cosas que están puestas así por Dios, de nada les va a servir. Tendrán su momento de gloria humana (como tantas veces ha pasado con tantos a lo largo de la historia) pero cuando todo pase no tendrán nada de nada salvo, precisamente, la nada. Y eso es así por mucho que miren para otro lado.
Bueno. Creo que ya os he dicho bastante porque sé que muchas mujeres esto no lo van a escuchar y mirarán para otro lado como sí se salvara la cosa. Sin embargo, deben saber que Dios también las mira a ellas y no saben la cara qué pone cuando ve ciertas cosas. Menea la cabeza de un lado a otro como se dice en las Sagradas Escrituras cuando alguien hace algo mal y hay quien se ha dado cuenta de eso.
Que tengáis un muy buen día ocho de marzo.
María, vuestra Madre.
Eleuterio Fernández Guzmán
Llama Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Es bueno siempre escuchar a María.
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.