19.12.17

Meditaciones de Adviento – Martes III de Adviento. Valores de Adviento: confianza

 

Hoy es el aniversario del
primer milagro aprobado a Lolo
19.12.2009
¡Lolo, gracias por tu vida de Santidad!

 

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Los hijos de Dios conscientes de serlo, sabemos que debemos confiar. Es más, que la confianza es el sustrato sobre el que crece nuestra fe. Confiar, pues, es tener fe. 

En el tiempo de Adviento la confianza cobra una importancia, aún, mayor que la que, de ordinario, tiene. Y tal es así porque Quien viene nos la inspira. Sabemos, por eso mismo, que no debemos desesperar. 

Sobre la confianza se dice en el Salmo 71 (5) lo siguiente:

 

“Pues tú eres mi esperanza, Señor, Yahveh, mi confianza desde mi juventud”.

 

Confía, pues, quien sabe que su Dios, que Dios, nunca lo va a abandonar y que, en los peores momentos por los que pueda, siempre ha de contar con la mano tendida y el corazón abierto de Quien lo ha creado. 

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18.12.17

17.12.17

La Palabra del Domingo - 17 de diciembre de 2017

Jn 1, 6-8. 19-28

 

“6 Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan. 7 Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él. 8 No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz. 19 Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: ‘¿Quién eres tú?’ 20 El confesó, y no negó; confesó: ‘Yo no soy el Cristo.’ 21 Y le preguntaron: ‘¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?’ El dijo: ‘No lo soy.’ – ‘¿Eres tú el profeta?’ Respondió: ‘No.’ 22      Entonces le dijeron: ‘¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?’ 23 Dijo él: ‘Yo soy = voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, =  como dijo el profeta Isaías.’ 24 Los enviados eran fariseos.25 Y le preguntaron: ‘¿Por qué, pues, bautizas, si no eres tú el Cristo ni Elías ni el profeta?’ 26 Juan les respondió: ‘Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis, 27        que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia.’ 28 Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando.

         

COMENTARIO

 

El que ha de venir y ya viene

 

No hay nada mejor que servirse de aquellos hermanos nuestros que han visto y gozado ciertas cosas de nuestra fe. 

Seguramente Juan, quien escribe este evangelio, era discípulo el Bautista. Habría sido bautizado por el primo de Jesús en las aguas del Jordán y sabía, perfectamente, de qué estaba escribiendo cuando hace lo propio para empezar su texto sagrado. Es decir, no hablaba de oídas sino que era testigo directo de lo que entonces aconteció y, luego, de lo que acabaría pasando.  

Lo que aquí pasa, lo que escribe Juan que fue testigo de todo aquello, es muy importante porque nos pone sobre la pista de la voluntad de Dios, sobre lo que quiere para el hombre y, sobre todo, lo que está pensado para cada uno de nosotros.

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16.12.17

Meditaciones de Adviento – Sábado II de Adviento. Dios manifiesta su Gloria y Poder en Navidad

 

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Como creemos los hijos de Dios que nos sabemos católicos, que Dios haya hecho lo que ha hecho, desde la misma Creación hasta hoy mismo, no es nada extraño. Y no lo es porque reconocemos que, como Todopoderoso, todo lo puede hacer. 

Eso mismo pasa ahora, en Adviento pero, sobre todo, en el momento exacto de Navidad donde todo confluye en demostración de Quién ha sido el que ha hecho todo esto, de Quién lo hizo y, sobre todo, de Quién lo mantiene.

 

La Gloria de Dios

 

Cuando decimos “Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo” estamos manifestando que estamos convencidos acerca de que la Santísima Trinidad es Gloria pura y, por eso, alabamos que así lo sea. 

Al respecto del tiempo, el final de los tiempos, en el que fue enviado el Hijo de Dios, la Gloria del Creador se manifiesta porque hace lo propio la Majestad del Todopoderoso. 

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15.12.17

Meditaciones de Adviento – Viernes II de Adviento. En realidad, todo conduce a Belén

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Todo lleva a Belén. 

Esto, realmente, no supone descubrimiento alguno porque, en efecto, sabemos dónde nació el Mesías. Y eso no era nada nuevo para los que conocían las Sagradas Escrituras judías. Y es que el profeta Miqueas (5,1; Mt 2,6) ya dejó escrito “Mas tú, Belén Efrata, aunque eres la menor entre las familias de Judá, de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño”. 

Por eso, cuando Herodes preguntó a los conocedores de un momento tan importante como era el nacimiento del Mesías, ellos le contestaron (Mt 2,5) “En Belén de Judea porque así está escrito por medio del profeta”. 

Es más, en el Evangelio de San Juan (7, 42), cuando se produce una polémica acerca de Jesucristo y de aquello que decía pero, sobre todo, de cuál era su origen, su nacimiento, se recoge que “¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?” 

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14.12.17

Meditaciones de Adviento – Jueves II de Adviento. ¿Puede ser Adviento siempre?

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Esta pregunta, quizá, pueda resultar extraña. En realidad, es una provocación al espíritu y a nuestra alma. Y es que se rompe con el esquema mental que determina que lo que tiene que ser sólo puede ser cuando tiene que ser. 

Con esto queremos decir, con la pregunta que hacemos, si es posible que el tiempo de Adviento se “extienda” a todo el tiempo litúrgico y, por decirlo pronto, natural. Vamos, que si es posible que siempre sea Adviento. 

Aquí caben dos posibilidades: que eso pueda ser posible y que no pueda ser. 

Pensemos lo segundo: no puede ser que Adviento sea todo el año, que sea siempre.

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13.12.17

Meditaciones de Adviento – Miércoles II de Adviento. ¿Qué soñaría la Virgen María?

 

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Quien crea que aquella joven de nombre María, hija de Joaquín y Ana y fiel a Dios Todopoderoso, no tendría miedo a lo que podía pasar, seguramente mostraría que no estaba en el corazón de la Madre de Dios, que no la conoce. 

Ella, sin duda alguna, al decir sí al Ángel Gabriel, sabía que muchos no lo iban a entenderY tan así fue la cosa que su mismo desposado, José, no acababa de comprender cómo era posible que quien iba a ser su esposa, sin haber mantenido relaciones adecuadas para concebir (entonces no existía eso de la inseminación artificial ni nada por el estilo y todo seguía el trámite natural) pudiera estar embarazada. Y no podemos negarle que dudar, sin saber aún, era legítimo.

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12.12.17

Meditaciones de Adviento – Martes II de Adviento. ¿Qué le pedimos al Niño que ha de nacer?

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Podría resultar extraño que se quiera pedir algo a quien aún no ha nacido. De todas formas, también eso se hace de ordinario cuando alguien va a venir al mundo. Queremos decir que padres y familia se hacen idea de cómo será el nuevo ser humano que va a nacer e, incluso, qué podría ser en la vida. Y, aunque esto pueda parecer absurdo no es extraño y, es seguro, que seguirá pasando porque la esperanza y el anhelo son realidades de las que no queremos desprendernos. Es más, no hace falta que nos desprendamos de ellas por la cuenta espiritual que nos tiene. 

Pues eso mismo pasa cuando Quien va a nacer es el Hijo de Dios. Y es que, como ya hemos dicho en estas Meditaciones de Adviento, jugamos con la fe de saber Quién viene y con la ventaja de saber que ya vino

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11.12.17

Meditaciones de Adviento – Lunes II de Adviento. Tiempo de alegría y gozo

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No podemos negar que nosotros jugamos con ventaja. Y debemos aprovecharla y no echarla a perder. 

Con esto queremos decir que este tiempo de Adviento ha transcurrido muchas veces desde aquel primero en el que una joven de Nazaret iba a esperar un hijo que era, nada más y nada menos, que el Hijo de Dios. 

Es de creer que la Virgen María (lo era, ya, en la concepción de su hijo y lo sería durante el parto y luego, siempre) por muchas ilusiones que tuviera en la llegada de aquel niño, el Niño por antonomasia, estaba la buena mujer a la espera. No lo estaba como nosotros ahora (que sabemos que pasó entonces) sino como, al ser la primera vez que transcurría aquel tiempo de espera, debía ser lo que pasara por su corazón. 

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10.12.17

La Palabra del Domingo - 10 de diciembre de 2017

Mc 1-1-8

 

“1 Comienzo del Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios.   2 Conforme está escrito en Isaías el profeta: = Mira, envío mi mensajero delante de ti, el que ha de preparar tu camino. =  3        = Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor, enderezad sus sendas, = 4 apareció Juan bautizando en el desierto, proclamando un bautismo de conversión para perdón de los pecados. 5 Acudía a él gente de toda la región de Judea y todos los de Jerusalén, y eran bautizados por él en el río Jordán, confesando sus pecados. 6 Juan llevaba un vestido de pie de camello; y se alimentaba de langostas y miel silvestre.7 Y proclamaba: ‘Detrás de mí viene el que es más fuerte que yo; y no soy digno de desatarle, inclinándome, la correa  de sus sandalias. 8 Yo os he bautizado con agua, pero él os bautizará con Espíritu Santo.’”

        

 

COMENTARIO

 

Juan, el Precursor, el último profeta del Antiguo Testamento

 

Como el Antiguo Testamento, llamado así por haber sido escrito basándose en la alianza que Dios llevó a cabo con el hombre antes de la venida del Mesías, se recoge aquello que ha de venir, aquello que ha de suceder cuando llegue al mundo el Hijo del Todopoderoso, el evangelista Marcos empieza su evangelio, precisamente, haciendo referencia a un profeta, Isaías, y a lo que el mismo escribió. 

En aquel entonces el profeta que tan bien describió lo que sería la Pasión de Nuestro Señor, escribió acerca del primo de Jesús, Juan, hijo de Isabel y Zacarías. Tenía que cumplir una misión muy importante. 

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