Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Es una fructífera Cruz para todos
PRESENTACIÓN
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro “Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
Frases que bien valen la pena –Es una fructífera Cruz para todos
“Entre lo mucho bueno de la Cruz, está su gloria de bienes comunales. Lo estupendo es que sea tan nuestra como suya y que cada uno se nutra de su fruto y de su gloria.” (Beato Lolo, de su libro Dios habla todos los días)
Es verdad que cuando pensamos en la Cruz, así con mayúscula, lo hacemos con gran reverencia porque sabemos que el allí donde el Hijo de Dios entregó su vida por todos aquellos que lo aceptaban como Mesías pues, como podemos pensar, para los demás… poco supuso.
Sin embargo, sí que supuso mucho y supone para todos aquellos creyentes cristianos, aquí católicos, que tenemos muy claro qué es la Cruz y nos alegramos más que mucho de saber eso.
La Cruz es… Bueno, sobre el, digamos, “contenido” de la palabra Cruz se ha escrito mucho y se seguirá escribiendo por personas mucho más preparadas que el esto escribe. Sin embargo, para los creyentes ordinarios o de a pie o, en fin, de los muchos que somos (seguro que mayoría absoluta), para nosotros, como decimos, la Cruz también es crucial, nunca mejor dicho.
Estamos más que seguros que para personas muy desavisadas o alejadas de la fe decir, como dice Lolo, que la cruz tiene “mucho de bueno” es como pedir peras al olmo o a cualquier otro árbol que no dé tal fruta. Pero los discípulos de Cristo sí sabemos que la Cruz tiene mucho de bueno. Y el Beato de Linares (Jaén, España) lo dice muy claramente para que nadie se lleve a engaño.
En primer lugar, que los bienes que se derivan de la Cruz son, en esencia, para todos. Y por eso los llama “comunales” porque, siendo para cada uno de nosotros, así hablando individualmente (por ser Dios uno que lo es personal) no por eso deja de ser verdad que tienen un sentido universal y de ahí lo de que son para el común. Ahora bien, también sabemos que para sus efectos caigan en el corazón de quien sea tal quien sea debe aceptar la premisa fundamental según la cual Jesucristo es Dios hecho hombre, que es el Mesías y, en fin, todo lo que eso supone.
Pero no es suficiente con que sepamos que los bienes de la Cruz tienen el sentido dicho arriba sino que es cierto que la misma da fruto y que, además, es pura y exacta gloria.
Digamos que el mayor y el más evidente fruto de la Cruz es el Amor, así escrito con mayúscula. Pero es que para nosotros lo mismo debemos aplicarnos porque si es cierto que no vamos a ser mayores que el Maestro al menos deberíamos procurar igualarlo en Amor aunque bien sabemos que no siempre vamos a estar dispuestos a perdonar a los que nos están machacando como era su caso.
Otro fruto de la Cruz es el valor que la entrega al prójimo tiene en este caso. Y es que no ha habido mayor entrega a sus semejantes que dar su vida por ellos como hizo Jesucristo en aquel momento. Y aunque bien sepamos que muchos de nosotros no vamos a ser capaces de llegar a tal “extremo”… bueno, al menos, ¿qué de dar la mano a quien la necesita?, ¿qué de acompañar a quien se encuentre solo?, o también ¿qué de escuchar con paciencia a quien te turba la tranquilidad?
Vemos, por tanto, que algo seguramente sí podemos hacer a tal respecto.
Pero es que, además, la Cruz es gloria y de ella también podemos “lucrarnos” nosotros porque para eso la soportó nuestro hermano Jesucristo. Y “nutrirse” (alimentarse espiritualmente hablando) también es posible, nos es posible porque la Cruz, se mire por donde se mire y según nos la describe Manuel Lozano Garrido, es mucho más que dos maderos cruzados. Al menos aquella, la que vio morir al Hijo de Dios tiene un alcance imposible de limitar.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Entender el sufrimiento es un bien más que importante.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (106)
“Una espiga es la más estupenda fórmula de arquitectura con que poder hacer un rascacielos”
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna. (Con nuevos artículos sobre Lolo)
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