Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena – Desde Belén hasta ahora mismo: exaltación de la cuna
PRESENTACIÓN
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro “Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
Frases que bien valen la pena – Desde Belén hasta ahora mismo: exaltación de la cuna
“Lo bueno de Belén es que la exaltación de tener al Niño con nosotros, con todo lo que supone de salvación y de promesa, nos abre el corazón como una primavera, hasta arrinconar tantas espinas como hay en el tronco del mayor suceso de la historia” (Beato Lolo, de su libro Cartas con la señal de la Cruz)
No es nada de extrañar que Manuel Lozano Garrido, a la sazón Lolo para sus muchos amigos, dedicara en sus libros o artículos de prensa una atención muy especial a lo que llama aquí mismo como “el mayor suceso de la historia". Y no se equivocaba para nada ni tampoco exageraba.
El caso es que el Beato Lolo (Linares, Jaén, España) se refería, como podemos estar imaginando, al nacimiento del Hijo de Dios en un pueblo de Israel llamado Belén como, por cierto, había sido profetizado desde hacía muchos siglos (como bien dice Miqueas-5- “Más tú, Belén Efrata… de ti me ha de salir aquel que ha de dominar en Israel, y cuyos orígenes son de antigüedad, desde los días de antaño“) y por eso los más entendidos en las letras sagradas judías sabían que así sería aunque, claro, entonces ya había sido…
Pues bien, las palabras aquí traídas son de verdadero consuelo porque están contenidas en su libro Cartas con la señal de la Cruz que es, como bien sabemos, uno dedicado a la correspondencia que mantuvo nuestro amigo de Linares con otros enfermos. Y por estas palabras vinieron tan bien a los que entonces las leyeron o escucharon y ahora mismo a nosotros también nos vienen igual de bien. Por eso, a nosotros nos nace esta
Exaltación de la cuna
Viniste, Niño, para salvar
lo que perdido estaba,
viniste para perdonar
los pecados de este perdido
mundo,
viniste porque tu Padre
nos amó hasta el extremo
y nos quiso sobre todo
y sobre todo nos quiso.
Viniste, Niño,
porque Dios lo había
prometido,
allende los siglos,
y los profetas contaron
qué pasaría ese día,
que de una Virgen vendría
a llenar tantos vacíos
y a colmar
los corazones.
Viniste, Niño,
porque necesario eras,
pequeño como cualquiera
y como nadie limpio,
luz de luz
para desocupar la tiniebla
de la negrura humana.
Viniste, Niño,
y con tu entonces
y tu ahora
y tu para siempre
quisiste ser ternura
y lo fuiste,
esperanza
y la repartiste,
Amor sobre los mimbres
de una vida
que se hace,
canción con letra nueva
para las cosas renovadas,
mano que acompaña,
soledad ya olvidada.
Viniste, Niño,
y con eso nos basta,
porque así colmarías
lo por venir,
aquello que también
fue escrito
sobre Ti
y sobre
ese Gethsemaní.
Viniste, Niño,
y desde entonces,
desde tu pueblo do naciste,
es cierto que hubo estrella
y que trajo nuestro destino,
es cierto que los pastores
corrieron y más
que corrieron
y postrándose ante tu cuna
estamos más que seguros
que descubrieron el Cielo.
Viniste, Niño, viniste,
y te quedaste muy dentro.
Beato Lolo, pídele al Niño, que ya es grande, que siempre nazca para que siempre seamos salvos.
Amén y un beso al Cielo.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Entender el sufrimiento es un bien más que importante.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor" (96)
“De la Creación no se conoce la fecha, porque ya siempre existió en el pensamiento divino y aún sigue modelando cada día nuestro espíritu, con el poder de la Gracia”
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna
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