Un amigo de Lolo – Frases que bien valen la pena- Un prójimo, el prójimo

HAGIOPEDIA: Beato MANUEL LOZANO GARRIDO “Lolo”. (1920-1971).

Presentación

Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.

 

El linarense universal, que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.

 

Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible. Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que muchoY, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.


Frases que bien valen la pena -Un prójimo, el prójimo

 

”Ejercitar el espíritu más que un deber o un trabajo, es un obsequio de felicidad, aunque dando la vida por los demás no es fatiga lo que se siente a la noche, sino como si la vida entera estallase de gozo.“ (Beato Lolo, de su libro Reportajes desde la cumbre )

 

Otra vez nos habla Dios desde su cumbre. Y es que, como hemos hecho en otras ocasiones, los textos del libro de Lolo Reportajes desde la cumbre los atribuye nuestro amigo al Padre Eterno y es, algo así, como una relación directa establecida entre Dios y nosotros, sus hijos. 

El tema del prójimo es uno de los que, a veces, nos hace actuar no de forma adecuada. Y es que no podemos negar que si bien Dios nos quiere tan cerca como podemos del “otro”, lo bien cierto es que solemos tener cierta tendencia a establecer excesiva distancia en tales circunstancias. 

Esto lo decimos porque es seguro sabemos eso de que debemos amar al prójimo “como a nosotros mismos” (Cristo dixit) pues es un claro mandamiento dado por Dios mismo a través de sí mismo hecho hombre. Y, entonces, no podemos alegar ignorancia a tal respecto porque es seguro de toda seguridad que eso lo sabemos… 

¿Qué pasa, entonces? 

Lo que pasa es que somos muchas veces egoístas. Sí, egoístas y, sobre esto, que cada cual se mire dentro, en su corazón, y encuentre lo que tenga que encontrar… 

Lolo, sin embargo (que fue muy poco egoísta si hablamos de esto en concreto y, es seguro, en todo lo demás tampoco lo debió ser) tenía muy claro que debíamos “ejercitar el espíritu” o, lo que es lo mismo, dejarnos llevar por unos principios que deben regir nuestra vida.  

Dejarse llevar por el espíritu es tener en cuenta, entre otras cosas y realidades, a quien está a nuestro lado, 

Dejarse llevar por el espíritu es no olvidar a los que no están a nuestro lado sino un poco más allá y, por tanto, siguen siendo nuestros prójimos. 

Vemos, por tanto, que no es que tengamos pocas posibilidades de ejercitar nuestro espíritu en el buen sentido que eso significa y viene a ser. 

De todas formas, es bueno saber que, como dice el Beato de Linares (Jaén, España) nuestro darnos al prójimo nunca va a caer en saco roto. En primer lugar porque caerá muy bien en el corazón de Dios y, luego, porque en nuestro propio corazón, contentará al Espíritu Santo que habita en el él como en un templo. 

Esto segundo tiene todo que ver con lo último que aquí nos dice Manuel Lozano Garrido. Y es que el cansancio que podamos acumular en el dar “la vida por los demás” nos colmara de gozo porque es como si la “vida entera” estallase, eso, de gozo. Y no podemos negar que eso no es poca cosa sino mucha y muy mucha. 

 

Eleuterio Fernández Guzmán

 

Panecillos de meditación

 

Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

 

Panecillo de hoy:

 

Entender el sufrimiento es un bien más que importante.

 

Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor“ (63) 

 

“Creo en la bondad de ese Dios que nos ha dado la ilimitada Gloria de amar.” 

…………………………… 

Para leer Fe y Obras. 

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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