Un amigo de Lolo – ¿Es fácil ser amigo de Lolo?
Presentación
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva haciendo lo propio sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquel que se acerca a su persona a través de su obra. Y es que, no pudiendo hacerlo ahora personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo, es seguro que acercarse a Lolo de forma cercana nos viene la mar de bien.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él es una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible.
Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo y a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro “Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
¿Es fácil ser amigo de Lolo?
Es cierto y verdad que hay personas que son muy difíciles en su forma de ser y difícilmente podemos acceder a ellas como para que las podamos considerar amigas. Simplemente damos por imposible que eso pueda pasar y ya está.
Sin duda alguna, eso no pasa con este hombre al que muchas veces nos hemos acercado con ánimo de comprender pero, sobre todo, de aprender pues es tan verdad como que Dios existe que tiene mucho que enseñar.
Lolo, como conocemos a Manuel Lozano Garrido por la evidencia de su nombre, es ese amigo al que es muy fácil acercarse incluso, o quizá a lo mejor por eso, por no haberlo conocido en directo y poder hacerlo a través de quienes sí lo conocieron y la obra que dejó para que el mundo supiese hasta dónde llega quien tiene fe y la pone en práctica.
Lo de arriba, lo de que a lo mejor podemos conocer mejor a Lolo en la distancia lo decimos porque hay quien cree que no puede conocer a Jesucristo porque no caminó por Galilea y demás sitios por los que caminó allí, in situ. Y, sin embargo, como eso es imposible, es seguro que conocemos y podemos conocer muy bien al Hijo de Dios por su Palabra y por sus Obras. Pues lo mismo, creemos nosotros, podemos hacer con Lolo.
¿Es fácil, entonces, ser amigo de Lolo?
Bueno. En primer lugar, debemos tener claro que queremos ser amigos suyos porque, de lo contrario, es mejor no seguir adelante con esto que aquí estamos escribiendo.
Partimos, por tanto, de que sí, de que queremos ser sus amigos aunque sea, por decirlo así, en la distancia que nos separa desde el hoy mismo hasta aquel 3 de noviembre de 1970 en el que Dios lo llamó a su Casa y allí está, seguro que sí.
Que de Lolo es fácil hacerse amigo lo muestra y demuestra su propia vida: su casa siempre estaba abierta a quien quisiera acudir a ella y encontrarse con aquel hombre sentado en un sillón de ruedas o, también, en su propia cama. Abierto su corazón a quien eso quisiera hacer, no dudaba lo más mínimo en ser confesor, aconsejador o, en fin, lo que quisiera uno de su persona.
Que de Lolo es fácil hacerse amigo lo muestra y demuestra que no hay, que se sepa, nadie que haya podido decir que, una vez habiendo acudido a su casa, hubiese sido despedido sin que su corazón encontrara acomodo en el de Manuel.
Que de Lolo es fácil hacerse amigo lo muestra y demuestra, mucho y más que mucho, todos los escritos que ha dejado para la posteridad que tan presente se nos hace a nosotros mismos, ahora mismo y en cualquier momento que queramos acudir a los mismos. Y es que en ellos vamos a encontrar fidelidad, armonía de corazón, calidez para el alma y, en fin, todo lo bueno que uno espera encontrar cuando se lleva a los ojos y al corazón algo que quiere le sirva de mejora en la forma de ser.
Que de Lolo es fácil hacerse amigo lo muestra y demuestra la luz alegre que despedía su corazón iluminó entonces a muchos y hoy día, tantos años después de aquello, hace lo mismo con nosotros y vemos en su persona un faro que guía nuestros pobres y torpes pasos por el mundo hacia el otro al que pertenecemos los discípulos de Cristo y al que llamamos Cielo por serlo.
Y es por esto y por muchas otras cosas que no sabemos decir ni nos alcanza la palabra por lo que es muy fácil hacerse amigo de Manuel Lozano Garrido, Lolo, Beato de la Iglesia Católica y, esperamos, pronto santo.
San Manuel Lozano Garrido, Lolo para los amigos. Es que suena maravillosamente bien. Vaya que sí.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Entender el sufrimiento es un bien más que importante.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor”
“Si por apenas arañar el secreto de la célula conceden el Nóbel, ¿qué no hubieran de dar a Dios que las ha creado y también el amor, la felicidad y el alma, en suma?” (18)
……………………………
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
Todavía no hay comentarios
Dejar un comentario