Un amigo de Lolo – Sobre títulos y motivos: “Las siete vidas del hombre de la calle"
Presentación
Ya son algunos años los que, el que esto escribe, lleva escribiendo sobre el Beato de Linares (Jaén, España) en esta casa de InfoCatólica. Siempre ha valido la pena hacer algo así y aportar, aunque sea, un granito de arena a la comprensión de un creyente tan fuerte y profundo como es Lolo.
El linarense universal que tanta atracción espiritual tiene para quien lo conoce, no deja de producir interés en aquella persona que se acerca a su persona a través de su obra pues ahora mismo no resulta posible hacerlo personalmente o, digamos, en la intimidad de la conversación entre amigos, que lo somos todos aquellos que ansiamos serlo.
Lolo nos acerca a lo bueno que tiene saber que, cuando se es hijo de Dios la mejor forma de serlo es, sencillamente, siéndolo. Y él una muestra perfecta de cómo hacer algo que, algunas veces, a muchos nos resulta difícil y a algunos… imposible.
Acerquémonos, desde ahora, a la obra misma de Lolo a su intimidad podríamos decir, con lo que vamos a ganar, seguramente, mucho y más que mucho. Y, para más abundancia de lo bueno y mejor, al final de todo esto les ponemos uno de los aforismos espirituales que publicó Lolo en su libro ”Bien venido, amor“. Vamos, miel sobre hojuelas, como se dice en la Biblia pues esto, al fin y al cabo, es cosa del alma de cada cual.
Sobre títulos y motivos: Las siete vidas del hombre de la calle
Y es que, en esto también, en el título que el escritor da a sus obras, o, mejor, sobre todo en esto, hay un motivo o muchos motivos. Y es que, en el fondo, titular de una forma o de otra puede cambiar el sentido de lo escrito pero, más que nada, refleja lo que, desde el corazón mismo, sale al mundo exterior.
Eso pasa con el libro que traemos hoy a esta casa de InfoCatólica. Y es que su título muestra una gran profundidad espiritual al unir, por así decirlo, los siete Sacramentos con la existencia de la persona, digamos, ordinaria que es a lo que Lolo se refiere cuando titula atribuyendo siete vidas al hombre de la “calle”.
¿Qué son “Las siete vidas del hombre de la calle”, digamos, en concreto?
En general, son lo que nos pasa a cada uno de nosotros o, al menos, lo que nos podría pasar. Es más, como dice su autor en el capítulo dedicado al Bautismo “Ni sensacionalismo ni trabalenguas: lo que puede un Sacramento”. No obstante, Cristo, con la institución de los Sacramentos, nos ha procurado una unión fina pero crucial con el Padre Misericordioso. Y eso es lo que nos muestra Lolo con cada uno de estos instrumentos espirituales. Por eso nos dice esto que sigue:
“Los Sacramentos son:
-Siete chorros de agua clara que bañan, purifican y ennoblecen nuestro corazón;
-Siete acequias de Gracia que nos devuelven a la tersa blancura de un alma infantil;
-Siete músculos en activo que proveen de energías para barrer las piedras del camino;
-Siete pares de alas que nos crecen súbitamente y dejan en toda nuestra naturaleza la emoción y el presentimiento de un vuelo.”
Así, son lo que nos llena, lo que nos lleva, lo que nos otorga fuerza o, en fin, lo que nos acerca a Dios. Por eso tienen tanto que ver con el diario vivir de los hijos del Creador.
El caso es que “Las siete vidas del hombre de la calle” tiene lo que tiene un libro que trata al hombre con relación directa a Dios a través de lo que ha establecido el Todopoderoso en beneficio de su descendencia. Por eso dice muy al principio que
“un hombre es, ante todo, una semilla del cielo, cierta criatura promocionada a una vida superior, feliz y eterna, con el amor de Dios como destinatario”.
Y por eso el destinatario de los Sacramentos, y su reflejo en el hombre de la calle, el ordinario, el común, cualquiera que debería ser así considerado, es el mismo hombre. Y por eso cada uno de ellos tiene su ser en el diario vivir.
Sobre lo último que acabamos de decir, sobre lo que suponen los Sacramentos, nos dice, por ejemplo, refiriéndose al Bautismo, que “Algo nace en el agua”. Y es que “donde el agua recrece y agiganta su destino creador de vida es cuando se escancia sobre la cabeza de un hombre con una clara intención santificante.” Y eso es el Bautismo para los hijos de Dios.
Y así va repasando, uno a uno, los siete Sacramentos y poniéndolos en el camino de cualquier persona que tenga relación con su propia vida ordinario y, por tanto y en efecto, con cualquiera de ellas, con cualquiera que pueda leer esto.
En realidad, en este libro póstumo de Lolo vemos o, mejor, leemos, a Manuel Lozano Garrido en a su lenguaje de todos sus libros: profundo, sencillo pero, a la vez, sabiendo llegar a las profundidades del alma, allí donde pareciera que nunca podemos llegar. Y lo hace de la forma tan magistral como sabe hacerlo quien lo hace más que bien.
Es, por decirlo pronto, Lolo en estado puro y, eso, en todos los sentidos.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.
Aforismos de fe católica: del libro de Lolo “Bienvenido, amor“
“Dios es como una mañana de mucho sol, todo alegría.”(10)”
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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