Ventana a la Tierra Media – Cuando la fe de Tolkien importa
Francamente tengo que decir que, hasta ahora, no se había suscitado, en el que esto escribe, el tema de la fe J.R.R. Tolkien, así, digamos, en concreto, para escribir algunas de las cuatro letras que junto cada semana y ponerlas a disposición de quien se quiera acerca a ellas.
En realidad, hay temas sobre los cuales, por su obviedad, diera la impresión de que no hace falta escribir pero, a lo que parece, esta es una forma de discurrir equivocada pues hay personas que tienen a bien molestarse por algo tan evidente como es que la fe católica del profesor de Oxford.
¡Acabáramos! Ahora resulta que puede ser, o es, un problema que aquella persona que iba a misa suponemos que más veces de las que, por ejemplo el que esto escribe, va, tenía problema con eso de ser católico y que en sus escritos pueda llegar a reflejarse eso; ahora resulta que no puede leerse una obra suya porque el buen hombre creía en Dios y ahora esto lo quieren poner algo así como pasado de moda y tergiversar las cosas a su gusto y manera, de forma políticamente correcta y con todo el respeto humano que requiera la cosa…
El caso es que, para desgracia de muchos (y gracia de otros) nuestro autor era católico de pies a cabeza y, gracias a Dios, abandonó la fe que, para su bien, nunca llegó a tener y se acogió a la única Iglesia verdadera que hay, llamada católica. Y eso se lo debemos a su madre que, a la antigua usanza de conversiones de familias completas (eso se puede leer en la Sagrada Escritura) hizo lo propio a partir de ella misma con sus hijos y no dejó, como suele ser habitual hoy día, a ver cuando “sean mayores” qué deciden una vez hayan sido convenientemente bombardeados por el mundo y sus mundanidades, ultrajados sus corazones con todas las abyecciones de que puede ser capaz hoy día cualquiera que no tenga defensa espiritual.
En efecto, J.R.R. Tolkien era católico y eso queda reflejado en lo que escribió. Incluso, en una carta (a quién va dirigida ahora mismo no recuerdo) dijo que, aunque en un principio él no quisiera que eso se reflejara en El Señor de los Anillos se acabó dando cuenta de que aquella inmensa obra lo era católica y que, a lo mejor, ¡lo es! (vamos, que lo es aunque no sea alegórica) Y eso no puede manipularse de tal forma que no parezca o que no lo sea.
Pero es que, por si esto no fuera ya suficiente, hay quien quiere darle la vuelta a la tortilla y hacer, de Tolkien, de lo que escribió e, incluso, de lo que dijo, algo así como un pagano dado a la magia y a la brujería. Y es que, como diría aquel, ¡Cosas veredes, Sancho!
El caso es que, como vemos, la fe importa mucho si se quiere que importe. Ahora bien, si se la desprecia… en fin, cualquier desnortamiento es probable que se dé… y se da.
Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Tierra Media: otra Tierra, esta Tierra.
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
4 comentarios
EFG
En efecto, con ese vocabulario... ya son ganas, sí.
El rastro del catolicismo en la obra de Tolkien aparece en muchos puntos. En algunos de modo sutil pero en otros de modo tan claro, tan directo, que aquellos que se empeñan en seguir negando ese hecho (hecho confirmado por el mismo Tolkien por otro lado) está claro que o viven en un auto-engaño permanente y no quieren aceptar que las cosas son como son o simplemente vienen a trolear.
Es curioso esto de los escritores y sus obras. Creo que muchas veces los árboles no nos dejan ver el bosque. Saco esto a colación de un artículo reciente aquí en la web sobre la escritora de Harry Potter y sus polémicas con los transexuales y demás seres de genero variable. No quiero defender a una ultrafeminista pero he leído esos libros y si, hay magia. Pero también una lucha entre el bien y el mal. Y donde se repite por activa y por pasiva que la verdadera magia es el amor, la bondad, la amistad y el coraje ante la adversidad. Un mensaje que me parece muy positivo para los niños por mucho que lo aderecen con abracadabras y lechuzas.
Con Tolkien, o Lewis, me malicio que pasa algo similar. Para ciertas personas, quizás llenas de un exceso celo inquisitorial, asumir que una obra de fantasía tiene una base cristiana choca mucho con su concepción de la "pureza" de la fe, del mensaje de Cristo, de nuestra Tradición, ..
No se. Pensamientos a mitad de la noche.
Sea como sea y como digo siempre. Soberbia entrada y paz y bien para todos. Si, incluso hasta para los malvados.
HP no es literatura, y no entra en el género fantástico como El Señor de Los Anillos o Crónicas de Narnia, por la simple y sencilla razón de que la brujería es REAL, no es una fantasía. Esto no es mi punto de vista o mi opinión personal, sino lo que dicen los EXORCISTAS.
En hp no hay ninguna lucha entre el bien y el mal porque siendo todos brujos lo único que sucede es una lucha entre unos brujos perversos y otros supuestamente menos malos pero ninguno deja de ser brujo. No existe la brujería buena, siempre es mala.
Si los exorcistas dicen que leyendo esos libros se abren rendijas al demonio es porque así sucede, de eso ellos saben más que cualquiera de nosotros.
Sería muy temerario creer que uno va a saber más que un sacerdote exorcista. Si están diciendo que no deben leerlo los niños es porque no deben leerlos y no hay nada bueno en ellos. Todo mundo sabe que el demonio se disfraza de ángel de luz, eso de la magia de la amistad, etc. son pamplinas new age, también obra del demonio.
No conozco fans cristianos de Tolkien ni de Lewis que hayan abandonado su fe por leer el Señor de los Anillos o Narnia, en cambio por haber leído hp sí.
Cuando uno lee El Señor de los Anillos o Crónicas de Narnia se quiere convertir en héroe, ser del bando de los buenos, los que luchan y se sacrifican aunque sufran, pero cuando se lee hp se quiere convertir en brujo y tener poderes, y eso es abominable para Dios.
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