Un amigo de Lolo - “Lolo, libro a libro” - La Gloria en paracaídas (El Reino) –2 – Ansia de Dios, Padre.
Presentación
Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.
Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.
La Gloria en paracaídas (El Reino) –2 – Ansia de Dios Padre
“Y, sin embargo, ¡qué sed, qué sueño y qué felicidad de Ti! No es lo malo morir, que ha de ser un día más o menos lejano, sino vivir sorbidos desde tu felicidad o atronados por tu llamamiento y tener que caminar como las tortuguitas, con su carga a cuestas, con su carga a cuestas y el paso lento y cansino.” (Mesa redonda con Dios, 215)
Seguimos con este texto perteneciente al capítulo “Dios al volante” en el que el Todopoderoso está más cerca de sus hijos que nunca porque cae, digamos, como dice el título de esto, “en paracaídas”.
Como reconoce el Beato de Linares (Jaén, España) es difícil, por según cómo somos, alcanzar el corazón de Dios. Sin embargo, lo que no cabe la menor duda es que sí es posible tener algo que a nadie se nos puede negar: ansia del Padre.
Como pasa, por lo general, con los santos y personas especialmente fieles y devotas, y sin confundir lo que eso significa de cara a su vida y existencia en el mundo, existe un ansia de Dios que va tan más allá del más acá que se manifiesta en querer estar cerca de Dios, pero cerca y más que cerca. Y ejemplo de esto es el tan conocido “muero porque no muero” aunque, decimos, no hay que equivocarse al querer entender esto como la manifestación de un querer “quitarse de en medio” para estar con Dio pues eso no es ni permitido por el Creador ni debe ser querido por ningún hijo suyo.
Buenos, pues una vez aclarado esto, digamos que Lolo dice que tiene esto refiriéndose a Dios al ansiar querer su cercanía:
1. Sed
2. Sueño
Sin duda, lo primero nos recuerda aquello que nos dice el Salmo 42 y que es esto:
“Como jadea la cierva, tras las corrientes de agua, así jadeo mi alma, en pos de ti, mi Dios”
Y sigue:
“Tiene mi alma sed de Dios, del Dios vivo; ¿cuándo podré ir a ver la faz de Dios?”
Es decir, primero se manifiesta la sed y, como imagen de la misma, el ansia de Dios a quien se quiere ver. Y eso es lo que nos dice Manuel Lozano Garrido aquí: querer ver a Dios, cabe sí estar.
Y luego, lo otro: Lolo nos dice que tiene un “sueño. Y el mismo es lo mismo a lo que se refiere con la sed o, lo que es lo mismo, que tiene una esperanza que consiste en abrazar a Dios, en tenerlo, por decirlo así, frente por frente, estar a su lado en suma…
Y por último la felicidad. Pero vemos que nos habla el Beato linarense no de cualquier forma de felicidad sino que se refiere a la que se corresponde directamente con Dios. Por eso dice felicidad “de Ti” porque sabe que lo que es feliz es con Él
Vemos, por tanto, que Lolo tiene más que claro qué es lo que quiere y ansía y reconoce que sí, que puede ser difícil alcanzarlo por según cómo somos, como hemos dicho arriba pero que lo que sabe que necesita no lo puede callar. Y lo dice claramente.
Por otra parte, a nuestro amigo no le molesta morir porque sabe que llegará el momento en el que muera él como ha pasado desde que la muerte entró en el mundo por aquello de Adán y Eva… Pero, como decimos arriba y dada su ansia por encontrarse con Dios hay algo que le pesa, por así decirlo.
Con esto queremos decir que, aún comprendiendo que su paso por el mundo es voluntad del Padre del Cielo, eso no quiere decir que manifieste, eso, su sensación de que el camino hasta Dios, en su definitivo Reino llamado Cielo, se cubre con un paso más que lento y eso le cuesta, quizá, asimilarlo. Y sí, eso no quiere decir que ansíe tanto el estar junto a Dios que procure su muerte pues no es eso lo que hace a lo largo de su vida sufriente Manuel Lozano Garrido (sino todo lo contrario) sino que sabe que una cosa es una cosa y otra cosa es… pues otra, si nos sabemos explicar.
De todas formas, estamos más que seguros que Lolo, que ansiaba tanto a Dios, también sabía que su Padre del Cielo lo quería en el mundo para ser, eso, reflejo de su Amor y espejo donde mirarnos.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
1 comentario
EFG
Francamente lo tengo que decir que dar a conocer a Lolo es mucho más importante que muchas cosas. Y soportar comentarios como el suyo es algo propio de este oficio.
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