Beato Manuel Lozano Garrido - “Lolo, libro a libro” – Cristo Médico – 4

Presentación

Beato Manuel Lozano Garrido, beato Lolo sonriendo

Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.

Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.

Con la ayuda de Dios vamos a dar cabida en este blog y, en concreto, en el lugar donde le corresponde que no es otro que el que se refiere al #beatoLolo, lo mismo que hicimos en lo referido a Lolo, periodista, a lo refiere el capítulo de su “Mesa redonda con Dios” de título “El Médico”. 

Y no, no se trata de que en sus ratos libres Lolo fuera médico sino que el susodicho capítulo viene referido a Jesucristo como Médico, donde el alma tanto va a tener que ver. 

Cristo Médico – 4

 

“Casi apenas puedo hablar de otro modo que con la palabra ‘gracias’ 

Gracias por haberme remontado hasta ese misterio clave del cristianismo que es la Resurrección. 

Gracias por dejarme sentir tu emoción de cuando trabajabas el barro al recibir a las criaturas que nacen y por acusar, en el primer llanto de un niño, la trascendencia del dolor, inocente y santo, y, en la sonrisa de una mujer, la grandeza de la maternidad; por confiarme al hombre de por vida y estar, a su vez, en la frontera de los nacidos, rozándote temblorosamente en el misterio de la muerte. 

Gracias por tu llamamiento a la generosidad, por la hermosura de dar y dar siempre, sin la esclavitud de sólo recibir; por tu fe en mi concepto de la dignidad de los hombres, facultándome para hacer y deshacer con la vida y las potencias.” (Mesa redonda con Dios, pp. 77-78)

   

Sí, reconocemos que el texto, a lo mejor, es un poco extenso, pero no queríamos dejar nada en el tintero, como se dice, para otra ocasión. Y es que, además, Lolo nunca cansa sino que, en todo caso, llena y regocija. 

Bueno, pues una vez sentada esta “general de la ley”, vayamos con el texto de hoy. 

Está más que bien dar las gracias pues es bastante mejor ser agradecido que no egoísta. Y en esto, al Beato Manuel Lozano Garrido (Linares, Jaén, España) no hay quien le gane.

Todo lo que nos dice Lolo en este texto de su “Mesa redonda con Dios” tiene que ver con aquello que supone, al fin y al cabo, el bien del hombre. Y por eso habla de la Resurrección porque la misma es un misterio con el cual se nos ganó la vida eterna por parte de Aquel que sufrió para que eso pudiera pasar. 

Pero es que nuestro amigo agradece también el poder sentir aquello que constituye el ser humano en sí, su naturaleza como hijo de Dios y todo lo que supone serlo. Y agradece a Dios, a Jesucristo como Médico, que pueda sentir también la cercanía del dolor para comprender el de su prójimo, todo aquello que supone reconocerse en el mundo lo mismo que cuando se viene el mismo y, claro, lo que ha de suponer irse a ser juzgado por el Tribunal de Dios. 

Todo lo que Lolo agradece tiene su sustancia espiritual en creer que lo que existe fue creado por Dios y que todo tiene relación con cualquier ser humano, con cualquier hombre. Y por eso ha de agradecer ser generoso. 

Ya podemos imaginar que la generosidad en una persona como Manuel Lozano Garrido roza lo milagroso, digamos, común. Es decir, que para él serlo es de lo más ordinario pero para los demás, que vemos como se dio al prójimo, nos queda en el corazón algo así que se trata de la obra de un gigante de la fe que es desmedido, que no tiene medida alguna, en cuanto al amor. Y así actúa y hace. 

Lolo agradece, por tanto, la generosidad. Y lo hace porque estamos seguros de que prefiera dar que recibir. Y no es que no acepte lo que se pueda dar, espiritualmente hablando sino que goza mucho y más con darse a los demás. Y es que nunca se le ha olvidado eso de amar “al prójimo como a ti mismo”. 

Y sí, Dios da al hombre la posibilidad, como dice Lolo. De “hacer y deshacer con la vida y las potencias”. Y eso es lo que hace nuestro buen amigo del alma: más hace que deshace, más da fruto que lo esconde.

 

     

Eleuterio Fernández Guzmán

Panecillos de meditación

Llama el Beato Manuel Lozano GarridoLolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.

Panecillo de hoy:

Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.

Para leer Fe y Obras.

Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.

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