J.R.R. Tolkien – Seguir leyendo a Tolkien

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Día Internacional de leer a Tolkien”, 25 de marzo. 

Dicho así da la impresión  de que sí , de que es un día importante del año para los lectores de Tolkien pero que el resto de días, algo así, como que no tuviera importancia seguir leyendo a nuestro autor. 

En realidad, hacer eso, leer a Tolkien, padre (pues lo de Christopher es otra cosa) supone ir más allá de nuestro acá y aparecer, por arte de birlibirloque, donde quiso el autor de ya sabemos qué obras que apareciesen sus personajes o, lo que es lo mismo, en la Tierra Media. 

Esto que decimos no es nada extraño ni es que estemos sometidos al efecto de haber bebido unas pintas de hidromiel (más de la cuenta) sino que es, francamente, lo que muchos lectores del profesor de Oxford (y de otros sitios más) quisieran. 

Y podemos hacer un ejercicio, sí, de imaginación pues aquí, en esto de las palabras escritas por John todo es, eso, imaginación y sólo estaremos haciendo lo que muchas veces hemos hecho pues Dios nos da la posibilidad de ejercitar eso que tantas veces nos saca el aburrimiento y/o el tedio. 

Pues bien, leyendo a J.R.R. Tolkien entramos de lleno y en cuerpo y alma (sobre todo en alma) por alguna parte del mapa que da forma a la Tierra Media y allí somos uno más de los personajes que dibujó su autor y a los que le dio vida.

  Así, por ejemplo, podemos caminar por los muchos caminos que llevan a otros muchos sitios, lugares, pueblos, etc., 

Así, por ejemplo, podemos entablar conversación con algún Elfo que ande por aquellos lugares y que nos pueda referir las últimas noticias de su reino o de otros y, si es posible, que nos ofrezca un poco de su “pan de camino” que sabemos es tan sano y tiene tantos dones en sí mismo, 

Así, por ejemplo, podemos pararnos en algún lugar donde no se tenga odio a la raza de los hombres (aquí suponemos que somos hombres pero que cada cual escoja la raza que mejor le venga o guste…) y, a lo mejor, quedarnos allí para siempre a ver pasar el tiempo y las edades, 

Así, por ejemplo, podemos preguntar por los personajes que conocemos por si, a su vez, son por aquellos lares también conocidos, 

Así, por ejemplo, podemos tratar de seguir la corriente de un río por si nos lleva al mar, al que, a su vez, lleva a las Tierras Imperecederas, 

Así, por ejemplo, podemos escondernos cuando veamos que algún ejemplar discípulo del Mal (nosotros sabemos a quién nos referimos pues ya estamos avisados de la cosa) viene hacia nosotros y no queramos enfrentamiento pues tampoco es que seamos hábiles espadachines o certeros lanzadores de flechas…, 

Así, por ejemplo, podemos subir a una alta montaña y divisar desde allí algún que otro reino de los que conocemos el nombre o cualquier otro accidente del terreno por el que sabemos han transcurrido alguna de las aventuras de nuestros amigos, 

Así, por ejemplo, podemos visitar alguna aldea donde seamos bien recibidos por ser portadores de noticias aunque sus habitantes desconozcan que estamos allí sólo por agradecer a quien los ha subcreado tal subcreación, 

Así, por ejemplo, podemos echarnos a dormir al raso, viendo las mismas estrellas que vieron los Elfos cuando despertaron en Cuiviénen, 

Así, en fin, por ejemplo, podemos dejar en nuestro corazón la luz del sol que fue creado por la destrucción de las lámparas, hace ya alguna que otra Edad, 

Así, así, así… 

Vemos, por tanto que habría tanto que ver , que hay, en la Tierra Media que no podemos pasar ni un día, ni uno solo, sin traernos al corazón y a los ojos (o al oído si es que tenemos dificultad de ver y hay quien nos hace una merced tan grande como es leernos a Tolkien padre) aquello que amamos muy por encima de las letras que forman y dan sustancia al pensamiento del autor de todo esto que es, a parte de Dios y a través de Tolkien, alguien que supo dar a conocer a los corazones más tiernos su forma de que el mundo pueda ser. 

¿Acaso hay mejor forma de pasar un buen rato, mejor si siempre? 

No, seguramente, no. ¡Hagámoslo, insentatos!, como diría aquel.

   

Eleuterio Fernández Guzmán- Erkenbrand de Edhellond

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