Inmaculada: ¿pudo ser de otra forma?
Es bien cierto que se podría decir que el tema de la Inmaculada es uno que es tratado muy a menudo y, sobre todo, que lo es cuando llega esta fecha, el 8 de diciembre, que es cuando recordamos una circunstancia así.
Ciertamente, esto es así porque merece la pena que no se olvide la fecha a la que nos referimos, hoy mismo, pero que, sobre todo, no se olvide lo que significa la misma, a quién nos referimos y el sentido que tiene todo eso porque, sin duda alguna, lo tiene.
Hay quien se rasga las vestiduras cuando se habla de la Virgen María como Inmaculada o, lo que es lo mismo, que no cayó sobre ella el pecado original como cae sobre todo ser humano que viene al mundo, reconozca o no reconozca una verdad como ésa. Diera la impresión de que eso no puede ser posible, simplemente, porque no entra tal idea en determinados esquemas mentales.
Es cierto que todo católico puede decir que se trata de un dogma… ¡y ya está!, que cree en eso porque lo dice la Santa Madre Iglesia. Y, podría decir alguien, así se queda tan ancho sin ir más allá…
Sin embargo, la cosa no es así de simple. Bueno, quizá sí…
Resulta curioso que esto es, sí, muy simple y está al alcance de los más sencillos en la fe que es lo que, en una ocasión dijo el Hijo de Dios dirigiéndose a su Padre del Cielo en el sentido de que, en efecto, había reservado determinadas verdades para los más sencillos y no se las había revelado a los que la sociedad (y ellos mismos) se consideraban sabios (dígase fariseos, escribas, doctores de la ley de Dios, etc.)
¿Es que Dios les tenía una especie de manía a tales personas?
No. Sin duda que el Todopoderoso no les tenía manía ni nada por el estilo sino que ellos mismos se habían manifestado como ciegos voluntarios ante lo que su Hijo decía y hacía. Y así, lo más difícil de entender pasaba a ser comprendido, eso, por los más sencillos que, a su vez, eran los que tenían el corazón más preparado. ¡Cosas de Dios y de su Voluntad!
Esto lo decimos porque el tema de que aquella joven llamada María que iba a ser la Madre del Hijo de Dios y, pues, de Dios mismo hecho hombre, no recibiera el pecado original, es lo más sencillo del mundo. Y, sobre esto, ni siquiera vamos a recurrir al “Dios podía hacerlo, Dios quería hacerlo y Dios lo hizo” que fue el argumento con el que se acabaron convenciendo muchos que no andaban, precisamente, por la labor de aceptar que María era Inmaculada.
No. Nosotros nos vamos a referir al simple sentido común que es, como suele decirse, y muchas veces, el menos común de los sentidos.
¿Alguien puede creer que Dios, hecho hombre, podía nacer de una mujer que estuviera empecatada? ¿Tiene sentido que el Todopoderoso enviara al mundo a su Hijo para que su Hijo, Único engendrado y no creado, naciera con el pecado original a través de su Madre, aquella joven María? ¿Entra en corazón, creyente o no, que Dios, dejara las cosas como habían quedado desde que Adán y Eva hicieran lo que hicieron y que, por su causa, entrara la muerte y el pecado en el mundo? ¿Acaso no podía, quien todo lo había hecho, hacer que Su Madre no naciera con pecado?
¿Acaso hay aquí grandes teologías? ¿No se trata esto de cosas y verdades bien sencillas?
Es cierto que aquí hay muchos que vienen a decir que si esto o lo otro no está en la Biblia pero ¿acaso se infiere otra cosa que no sea eso cuando el Ángel Gabriel, enviado por Dios a un villa de Jerusalén de escasa importancia, le dijo que el Espíritu Santo la iba a cubrir con su sombra e iba a concebir al Hijo de Dios? ¿Acaso Quien todo lo hizo y mantiene no habría pensado mucho acerca de eso y de lo que suponía que ÉL naciera en pecado?
No, cierto es que otra cosa no se podía esperar y, claro, ni se produjo lo que no debía producirse y María, que iba a acoger en su seno al Salvador del mundo, hacía mucho tiempo que había sido privada de nacer en pecado. Vamos, eso como que Dios existe.
María, Virgen Inmaculada y Mediadora, ruega por nosotros.
Eleuterio Fernández Guzmán
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Inmaculada; Madre de Dios y nuestra.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
4 comentarios
Cuando las cosas van màs allà de lo que se puede ver y demostrar.
Creo que en la Iglesia es muy necesaria la formaciòn de los fieles para no dejarse llevar por este tipo de corrientes.
Por ejemplo a travès de la Antropologìa Teologìa una asignatura que habla sobre como se concibe el hombre desde la fe y la revelaciòn. Me parece muy interesante y para profundizar. Que aborda temas como la gracia natural la creaciòn, la sobrenatural la historia de la salvaciòn. La vocaciòn del hombre llamado a participar de la vida divina. Don que este recibe como gracia.
Lo que significa que el hombre es creado a imagen y semejanza de Dios.
Angelologìa, el pecado y por ùltimo la gracia.
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