Beato Manuel Lozano Garrido - “Lolo, libro a libro”- Santa Petición a Dios
Presentación
Yo soy amigo de Lolo. Manuel Lozano Garrido, Beato de la Iglesia católica y periodista que vivió su fe desde un punto de vista gozoso como sólo pueden hacerlo los grandes. Y la vivió en el dolor que le infligían sus muchas dolencias físicas. Sentado en una silla de ruedas desde muy joven y ciego los últimos nueve años de su vida, simboliza, por la forma de enfrentarse a su enfermedad, lo que un cristiano, hijo de Dios que se sabe heredero de un gran Reino, puede llegar a demostrar con un ánimo como el que tuvo Lolo.
Sean, las palabras que puedan quedar aquí escritas, un pequeño y sentido homenaje a cristiano tan cabal y tan franco.
Continuamos con el traer aquí textos del Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo. Lo hacemos ahora con “Mesa redonda con Dios”.
Santa petición a Dios
“Anda, Señor, vela por nuestro gozo” (Mesa redonda con Dios, p. 50)
El capítulo del que hemos extraído el texto de hoy se titula “En la taquilla del cine” y puede verse al Beato de Linares subir desde el suelo hasta Dios mismo, poco a poco, expresión a expresión de confianza en el Todopoderoso
Por eso nos dice, y empieza a subir:
“Debí decirle a la taquillera: ‘Señorita, quiero veinticinco pesetas de dos horas sin preocupaciones, números, oficinas, ni prisas”.
¿Ven ustedes? Empieza en el suelo, a ras mismo de la tierra que pisamos.
Pero, luego, poco a poco, va subiendo hacia Dios:
“El canto del corazón es una osa que sólo se adquiere con actos de amor, renuncia justa, aceptaciones, superación y victorias. La sonrisa y la mirada ancha son las rentes del ideal que escalamos”.
¿Escalamos? Sí, escalamos hacia Dios.
Y sigue subiendo:
“¡Sería tan bueno que cuando sale el ‘Fin’ en la pantalla nos levantáramos de las butacas enriquecidas con una semilla de nobleza…!”
Y sí, definitivamente, su vuelo alcanza a Dios:
“Anda, Señor, vela por nuestro gozo”
Y ahí estamos, en lo que hemos traído aquí pero hemos querido trazar el vuelo espiritual que hace Lolo desde el mismo ser del hombre hasta su Creador, a quien se dirige para pedir, expresamente, que lo tenga en cuenta.
En todo caso, alguien vela cuando está atento a lo que pasa para que, a lo mejor, no pase nada mano o no caer, por ejemplo, en alguna tentación. Recordemos aquel “Velad, pues, porque no sabéis qué día vendrá vuestro Señor”.
Entendemos, por tanto, que quiere Lolo que Dios esté vigilante, digamos ojo avizor, acerca de nuestro gozo porque ha de querer expresar que nadie mejor que su Creador para que no decaiga en nuestro corazón el gozo o, lo que es lo mismo, por la alegría intensa que supone, para empezar, saberse hijo de Dios y, luego, por lo que eso supone en la vida de quien eso cree.
El caso es que la forma que tiene Manuel Lozano Garrido de pedirle a Dios que vele por su gozo es la propia de un hijo para con un padre tierno y amoroso. Y es que le dice eso de “Anda” que es lo que dice quien confía en alguien y sabe que no le va a echar en cara un exceso, digamos, de familiaridad.
Ciertamente, no hay nada mejor que, al subir desde el suelo hasta Dios, pedirle al Padre que haga eso, que vele por nosotros.
Eleuterio Fernández Guzmán
Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Saber sufrir, espiritualmente hablando, es un verdadero tesoro.
Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
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