InfoCatólica / Eleuterio Fernández Guzmán / Archivos para: Octubre 2010

20.10.10

Puñaladas traperas a Benedicto XVI

Las personas tienen el derecho a pensar lo que quieran en cualquier materia del pensamiento, realidad en la que vivan y punto de apoyo que, sobre el mundo, tengan. Así, cada ideología muestra su forma de pensar y quien a ella se adhiere hace más que bien en secundar lo que la misma diga, escriba o transmita.

La sociedad camina, si así se hace y permite, es, con toda seguridad, más libre.

Sin embargo, algunos miembros de la sociedad dan, en muchas ocasiones (y como diría más de una folclórica patria) “T’o lo que llevan dentro” y, para que nadie se lleve a engaño y no haya equivocaciones, clarifican su forma de pensar.

Eso es lo que ha hecho Ricardo Gomà y Carmona, miembro de ICV-EUiA que es algo así como un batiburrillo formado por comunistas y verdes. Vamos, lo mejor de cada casa.

Sí, ya sé que de tal tipo de pensamiento sólo se puede esperar lo que ya se sabe pero, francamente, me parece que no podemos dejar de decir lo que hay para que, en efecto, se demuestre la estulticia de la que más de uno rebosa.

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19.10.10

Esto está fuera de lugar, sobra y da un poquito de asco

Donde es sí sea sí y donde es no, sea no”.

Cuando Jesucristo dijo esto se debía referir a la actitud, digamos, volandera en lo espiritual que muchos de sus contemporáneos tenían al respecto de la fe y del hecho mismo de llevarla a sus vidas.

Proponía, además, con eso, un cambio de corazón, una verdadera conversión que consistía, sobre todo, en acoger en el mismo un ser de carne frente al comportamiento duro de la piedra que era común entre los suyos. Con esto tampoco dijo nada nuevo el Hijo de Dios porque el profeta Ezequiel (11, 19) recoge las siguientes palabras dichas por el Creador y referidas al pueblo elegido: “quitaré de su carne el corazón de piedra y les daré un corazón de carne”.

Sin embargo, no bastaba con tener tal tipo de corazón sino que lo hacía por algo que, por cierto, recoge a continuación el naví (11,20): “para que caminen según mis preceptos, observen mis normas y las pongan en práctica, y así sean mi pueblo y yo sea su Dios”. Y esto, lo que quiere decir es que no puede haber separación entre las creencias que se dicen tener y, al fin y al cabo, lo que se hace con ellas.

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18.10.10

El milagro

Cuando alguien ignora la verdad de las cosas de tal forma que lo pone en evidencia demuestra que, en realidad, no sabe ni lo que pasa ni a qué se debe lo que pasa.

En la madrugada del jueves, 14 de octubre, terminó la milagrosa recuperación de las personas que las profundidades se habían tragado en el desierto de Atacama, Chile. Los mineros, así como los rescatadores que bajaron para echar una mano salieron a la superficie según lo previsto.

Pero el Mal no descansa.

Justo el mismo día en el que los mineros volvieron, todos, a estar con sus familias y a manifestar, muchos de ellos, la fe que les sostiene, un editorial bastante mezquino de “El País” entendía las cosas como es de suponer que ha de entenderlas quien es portavoz de la maldad y la ruindad.

El título era No es un milagro”. Ninguna referencia más al tema de la fe que puede encerrar el término “milagro” sino que se limitaba, quien fuese, a loar a la tecnología y a los medios humanos que habían hecho, sin duda alguna, que los atrapados hubiesen dejado de estarlo.

Y es que cuando se desconoce que la ciencia (y, en aplicación de la misma, la tecnología) tiene mucho que ver con Dios se producen textos como el citado.

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17.10.10

La Palabra del Domingo -17 de octubre de 2010 - Lo que ha de venir y la fe

biblia

Lucas 18, 1-8: Dios hará justicia a sus elegidos que le gritan.

1 Les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer.
2 «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres.
3 Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: “¡Hazme justicia contra mi adversario!”
4 Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: “Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, 5 como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme."»
6 Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; 7 y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace esperar?
8 Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?»

COMENTARIO

Parusía y fe

Cuando Jesús hablaba a aquellos que le seguían o, en todo caso, a los que escuchaban, trataba de que comprendieran algo que era esencial: Dios ha de hacer justicia.

Pero además, como no sabían cuando iba a volver el Hijo de Dios era necesario estar preparado para tal momento y, además, obligado.

Y todo esto tenía, tiene, una relación directa con la fe.

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16.10.10

Vírgenes, advocaciones – Nuestra Señora Candelaria de Copacabana

N. Sra. Candelaria de Copacabana

Como es fácil de entender, si el Espíritu Santo sopla donde quiere y a quien le parece ilumina, exactamente podemos decir de la Madre de Dios que, allá donde bien le parece, da sentido a la vida de las personas.

Francisco Tito Yupanqui era miembro de una familia indígena de Bolivia que se había convertido al catolicismo pero que, como es fácil de imaginar, aún se aferraba a ciertas prácticas y creencias aimaras pues el corazón es tardo, en el ser humano, en mudar de fe.

Sin embargo, la Virgen María quería que la fe en ella y, así, en Dios, tomara asiento en aquella nueva tierra incorporada a la fe católica. Por eso una noche se apareció a Tito cuando se encontraba en su cuarto y le produjo tal impresión que supo, desde aquel instante, que su destino era hacer la imagen de aquella Señora.

Y así, con sus modestos conocimientos de escultura, la llevó a cabo. No gustó al párroco, lo que produjo en Yupanqui una gran perturbación espiritual lo que le llevó a pensar que tenía que mejorar su técnica de escultor.

Y con fe se propuso hacer tal cosa. Marchó a Potosí donde aprendió con el escultor Diego Ortiz.

Pero la creación de la imagen no fue nada fácil. Así, el historiador P. Antonio de la Calancha entiende que se debió a un milagro de Dios: “Sus primeros ensayos fueron para los cuerdos materia de irrisión y para los indevotos una materia de burla. El indio sufría los baldones y lloraba por no saber pintar. Dióle el cielo el ánimo, no el saber de aquel arte, sino el impulso que hacia entallador el deseo y su devoción permitía a su pintura hacer el retrato

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