Un día como hoy San Josemaría vio el/al Opus Dei
Ha habido momentos, a lo largo de la historia de la Iglesia llamada católica, que han sido importantes. Unos más que otros, claro está. Sin embargo, el que hoy traemos aquí no es poco importante porque supuso mucho.
Aquel cura era un joven cura. Se encontraba en Madrid, en plenos ejercicios espirituales en la Residencia de los misioneros de San Vicente de Paul. Algo o, mejor, Alguien, se le cruzó en el camino: Dios. Y, desde aquel momento su Camino fue el que fue y, por muchos que critique a su Obra no es poco cierto que fruto ha dado y da más que mucho.
De todas formas, ya sabemos que envidia hay mucha, también, en el seno de la Esposa de Cristo…
En fin…
Pues bien, un día como hoy, 2 de octubre, aquel joven cura tuvo una revelación, digamos, particular, e hizo lo que la misma le dictó…
A muchas personas les hubiera gustado que cuando aquel 2 de octubre de 1928 el joven sacerdote Josemaría Escrivá recibió, estando en Madrid, como decimos, la inspiración del Espíritu Santo y supo qué hacer con su vida de hombre de Dios, se hubiera ido a la cama y que, al día siguiente, hubiera continuado con su vida de sacerdote y que ahí hubiera quedado la cosa.
Esto lo dice el mismo joven cura, luego San Josemaría. Y lo hace en una anotación en sus Apuntes íntimos (en noviembre de 1933):
“Recibí la iluminación sobre toda la Obra, mientras leía aquellos papeles. Conmovido me arrodillé -estaba solo en mi cuarto, entre plática y plática- di gracias al Señor y recuerdo con emoción el tocar de las campanas de Nuestra Señora de los Ángeles (…) recopilé con alguna unidad las notas sueltas que hasta entonces venía tomando. (…) Desde aquel día el borrico sarnoso se dio cuenta de la hermosa y pesada carga en el Señor, en su bondad inexplicable, había puesto sobre sus espaldas. Ese día el Señor fundó su Obra.”
Sin embargo, no quedó ahí la cosa sino que, como sabemos, fundó la Obra de Dios, más conocida por su nombre en latín Opus Dei y, desde aquel mismo momento, podemos decir que no paró ni un segundo en continuar con aquello que él había entendido como un mandato de Dios a través de la Tercera Persona de la Santísima Trinidad.
Muchos, los mismos de arriba que hubieran querido lo imposible, no saben, ignoran porque quieren, que el Opus Dei ha hecho mucho por el ser humano y que hace mucho por el hombre. Por eso, desconocer algo, al menos, de hasta dónde ha llegado la Obra con su obra humana y espiritual, ni está mal y, además, puede servir para abrir algún que otro ojo y corazón que están cerrados, con siete candados, a la comprensión hacia lo que el ahora santo de la Iglesia católica hizo pero, sobre todo, inspiró para que se hiciera.
Muchos años trascurrirían hasta que el 28 de noviembre del año 1982, el Cardenal Casaroli, a la sazón y entonces Secretario de Estado y Sebastián Baggio, entonces Prefecto de la Sagrada Congregación para los Obispos pusieran sus nombres (bajo el del mismo Pontífice, Juan Pablo II, ahora San Juan Pablo II) en el pie del documento llamado “Ut sit” (Constitución apostólica mediante la que se erigió en Prelatura personal el movimiento creado por aquel entusiasta sacerdote aragonés) Se había cumplido, seguramente, uno de los sueños del Fundador del Opus Dei: su hijo espiritual se había convertido el Prelatura personal de la Iglesia católica (así lo dice, por ejemplo, el mismo documento aquí referido: “Nuestro Predecesor Pablo VI, acogiendo benignamente la petición del Siervo de Dios Josemaría Escrivá de Balaguer /…/ se ocupase de iniciar el estudio para una transformación del Opus Dei, de acuerdo con su naturaleza y con las normas del Concilio Vaticano II”)
Por eso, cuando dice San Josemaría, en “Conversaciones” (62) que “Querer alcanzar la santidad —a pesar de los errores y de las miserias personales, que durarán mientras vivamos— significa esforzarse, con la gracia de Dios, en vivir la caridad, plenitud de la ley y vínculo de la perfección. La caridad no es algo abstracto; quiere decir entrega real y total al servicio de Dios y de todos los hombres; de ese Dios, que nos habla en el silencio de la oración y en el rumor del mundo; de esos hombres, cuya existencia se entrecruza con la nuestra”, está fijando un modo de ser, un ser consciente de lo que supone la filiación divina (somos hijos de Dios y eso ha de tener consecuencias en nuestra vida)
Tal es el espíritu de la Obra; tal la esencia de su mismo ser: la santidad como algo posible en un mundo turbulento como el que nos ha tocado vivir.
Dice “entrega real y total al servicio de Dios y de todos los hombres”. Por eso resulta necesario e importante preguntarse cómo es posible que se puedan enarbolar banderas punzantes contra el Opus Dei si se lee y se comprende esto; hasta dónde ha de llegar el acoso a la Obra de Dios por mentes alejadas de la comprensión de su historia, vida y siembra de futuro.
Y, si tal es el espíritu y lo que conduce al Opus Dei, nada de lo dicho hasta ahora se ha quedado parado ni, como suele pensarse, supone un anclarse en el pasado para no reconocer el presente y, menos, el futuro. Muy al contrario es la verdad.
De aquí que con motivo de la celebración del 80 aniversario de la Fundación del Opus Dei (corría, entonces, el año 2008), el entonces Prelado, Javier Echevarría, dirigió unas palabras que eran una llamada al futuro de la Obra:
“Al cumplirse ahora ochenta años de la fundación del Opus Dei, pido a Dios que esta pequeña parte de la Iglesia, que es la Prelatura de la Santa Cruz y Opus Dei, cumpla siempre en el seno de la sociedad civil la misión que El mismo le confió en 1928: realizar en las almas una siembra generosa de la paz y la alegría del Evangelio, que impregne también las estructuras de la sociedad haciéndolas más humanas.“
Algunos, seguramente, dirán del Opus Dei que no es más que una secta y que todo lo malo que pueda predicarse de una organización religiosa católica puede decirse de tal movimiento espiritual. Sin embargo, es bien cierto que ciegos y sordos siempre ha habido en el mundo. Y hoy también, claro.
Eleuterio Fernández Guzmán
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Panecillos de meditación
Llama el Beato Manuel Lozano Garrido, Lolo, “panecillos de meditación” (En “Las golondrinas nunca saben la hora”) a los pequeños momentos que nos pueden servir para ahondar en determinada realidad. Un, a modo, de alimento espiritual del que podemos servirnos.
Panecillo de hoy:
Es Obra de Dios; lo es.
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Para leer Fe y Obras.
Para leer Apostolado de la Cruz y la Vida Eterna.
16 comentarios
Mi maestro en Cristianismo era gran admirador de S. Josemaría y se apoyaba mucho en sus escritos y enseñanzas para formarnos a sus duscípulos.
Lógicamente en el Bautismo de mis hijos, encomendamos de manera especial al bautizando bajo la protección de S. Josemaría entre otros santos.
Envidia contra el Opus, para dar y regalar y lo que les queda, D. Eleuterio. Una Obra que tanto bien hace y hará en la Iglesia y en el mundo vuelve rabioso perdido a rabilargo y consigue confundir a los mediocres.
Nosotros, un grupo minúsculo, discípulos del padre Miguel de Bernabé, hemos sido vilipendiados y demonizados incluso por vicarios episcopales, lo más suave que nos han llamado es secta ( nunca desde la Jerarquía) cuanto más la Obra, archiconocida en el mundo entero.
Una de las frecuentes acusaciones que escucho entre los mediocres es que los discípulos e hijos espiritualea de S. Josemaría es que son elitistas.
Vaya por delante que en una organización magnífica y universal entra de todo, pero S. Josemaría fundó el colegio Tajamar, uno de los más prestigiosos de Madrid y de toda España, para que los niños pobres que vivían en el chabolario que era Vallecas entonces, dejaran de ser analfabetos y se convirtieran en hombres de provecho. Y vaya si lo consiguió, con ayuda de Dios, como todo lo que se proponía el gran santo Aragonés. Y es que a maño y a apasionado de Cristo y de la Virgen, no le ganaba nadie.
Saludos cordiales y muchas felicidades.
Jesús.
EFG
Amén.
Curiosa costumbre española juzgar todos los frutos por una manzana podrida.
Es lo que tiene el pecado Capital por excelencia de este gran País.
El más grave problema en que se encontró inmerso San Josemaríaen los últimos años de su vida fue la situación de la Iglesia, lo que era fuente inagotable de dolor. A este «tiempo de prueba» para todos los cristianos, dedicó las tres últimas cartas a todos sus miembros. Dos de ellas en la primavera de 1973 y la tercera en febrero de 1974.
Lamentabilísimamente, el torpe Opus Dei mantiene secuestradas a día de hoy, 2019, injustificadamente, las Tres Campanadas desde hace 47 años, bajo el amparo del copyrighy, aunque afortunadamente, en cumplimiento de la Ley de Propiedad Intelectual, hay sitios explicando y extractando las mismas. El Opus Dei queda en evidencia, poniendo la mordaza al Espíritu Santo, y obedeciendo a Francisco, el Precursor del Falso Profeta y Destructor de la Verdad, denunciado en las Tres Campanadas. Opus, malo y malvado.
El Reino de Dios ha llegado para todos los hombres y mujeres de buena voluntad ,con la Esperanza de vivir para siempre en la tierra convertida en un Paraíso Terrenal : " los caminos divinos de la tierra ".....
!!! GLORIA A DIOS EN EL CIELO ,Y EN LA TIERRA,PAZ A LOS HOMBRES DE BUENA VOLUNTAD !!!
Gracias por tu exacta descripción.
Omnia in bonum!
Es lamentable pero esto deja una imagen muy mala de la obra. Tampoco a los colegios se le da el nombre de un santo como protector y modelo.
Son constataciones que dejan dudas sobre la finalidad de la obra.dentro de la Iglesia.
Una cosa es la teoría y otra la desgraciada práctica. No cumplen ni un solo precepto de los que predicó nuestro señor Jesús. E irónicamente están convencidos de que lo están haciendo fenomenal y son los mejores.
En fin, que son los sepulcros blanqueados de los que habla Jesús: hay de ellos.
Su amor y respeto por el Sucesor de San Pedro- sea quien sea- creo que nos debería hacer pensar. Rezamos por el Papa? rezamos unos por otros en lugar de criticar?
Ayer también fue un San Eleuterio
D. Eleuterio, si ayer fue su santo, muchas felicidades, pero he consultado el santoral católico y aparecen varias fechas para comemorar a diferentes santos con ese nombre, gracias a Dios sean dadas.
El tema de los rebotados me toca de lleno, ya que mis propios suegros fueron de los primeros del grupo de católicos, se fueron y terminaron en el obospado de la Diócesis de Cádiz calumniiando al fundador y acusando al resto de retener ilegalmente a su hija, hoy mi mujer, entonces ella, mi mujer,, tenía 20 años.
El vicario mandó una carta al fundador en la que era peor lo que insinuaba que lo que decía, yo he leído esa carta que ahora tiene el presidente general del grupo, se la entregó el padre Miguel de Bernabé.
Creemos que el vicario no llegó a dar parte al obispo, porque éste conocía al padre Miguel y toda su trayectoria, incluso antes de estos hechos había visirado el Gardendal en 1ó 2 ocasiones.
Todo este rollo es para decir que los rebotados de grupos católicos auténticos son mediocres que no dieron la talla y que su resentimiento carece de base alguna, son la hez del semicristianismo.
De la Obra, que habrá de todo por su universalidad, tanto el padre Miguel, que en Gloria está, omo todos los gardendalustas sólo podemos hablar maravillas y más de los miembros que conocemos, algunos amigos nuestros personales.
Hay un refrán castizo que dice: Dios te libre de la ira de una mujer despechada.
Y yo añado: Y del rencor irracional de un rebotado.
Así que: Ladran D. Eleuterio, luego cabalgamos.
Saludos cordiales.
Jesús.
Una cosa es lo que declara la Obra en sus documentos y otra cosa es la praxis interna.
Ya si hablo desde mi experiencia personal, conozco a algunas excelentes personas del opus y a otras q no tanto. A mí esa forma de funcionar no me gusta y veo sus riesgos, por eso no me extrañan las críticas q suele recibir. Pero también son ciertas las cosas positivas q otros indican. Tiene q haber de todo.
Mucho ánimo para todas las personas de buena voluntad, dentro o fuera de la obra.
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